Cuando llegamos a la plaza circular, ya había mucha gente y la mayoría ya iban borrachas, solo eran las 12 del mediodía. Por motivos de seguridad varias calles habían sido cortadas, registraban los bolsos y mochilas, pusieron macetas en media de las carreteras y había mucha policía e incluso soldados. Todo esto era para evitar un posible ataque terrorista durante las fiestas de primavera.
Santi. Altura media, castaños claro su chaleco era de color rojo paso de ponerse la faja, propuso que fuésemos a la plaza de la cruz roja. Por allí iban a pasar las carrozas y su primo salía en una de ellas. Pero antes fuimos a tomar algo en un bar que no estaba muy lejos de allí mientras esperamos a los demás. Tardaron un rato en llegar. Estuvimos hablando de todo un poco.
Sofía que es baja pelirroja con el pelo corto, vaqueros rotos con camisa blanca, chaleco y faja rosa. Andrés que lo llevaba de color marrón, nos había contado que había un terrible accidente de tráfico no muy del ayuntamiento. Que por eso llegaron tarde. Íbamos casi igual solo cambia el color del chaleco y la faja, nunca nos vestimos completamente de huertano. Cuando íbamos a ir a la plaza de las flores nos encontramos que esa calle estaba cortada y no podíamos pasar así que decidimos dar un rodeo. Pero al final decidimos ir por gran vía e ir a otro sitio.
Antes de llegar vimos que mucha gente corría en nuestra dirección, gritaban y se empujaban. Cuando empezamos a escuchar disparos nos fuimos de allí como pudimos, pero en la otra dirección había unas personas atacando a otras.
Sofía sugirió que fuésemos al piso de su novio que estaba en la plaza de Santo Domingo-
Nos costa llegar porque tuvimos que un rodeo para evitar que nos atacasen, al llegar Sofía llamo al timbre, pero no contesto nadie. Ella tenía una copia y la saco, intento varias veces abrir la puerta, pero estaba tan asustada, que tuve que intentarlo yo, al final conseguimos abril el portal y entrar.
Subimos hasta el 4 piso, lo hicimos en el más absoluto silencio, porque escuchamos gritos y golpes que provenían de los pisos.
Cuando entramos cerramos la puerta y pusimos una mesa para bloquear la puerta. El piso era pequeño, solo tenía dos habitaciones, el salón hacia era vez el comedor. Nos sentamos donde pudimos tenía un sofá de 3 plazas y 5 sillas
. Sofía llamo a su novio por el móvil, pero no lo cogía, cada estaba más asustada, porque cada vez que alguno intentábamos contactar con un familiar no teníamos suerte.
—Nada, Tito, no lo coge. —Dijo Sofía.
— A lo mejor está trabajando. —comento Santi.
—Y ¿Si le ha pasado algo?, Ya has visto lo que está pasando allí fuera. —Continuo Sofía.
—No te preocupes, el bar donde trabaja está cerca de la comisaria. —Dijo Alfonso tratando de tranquilízala.
Alguien encendió la tele, lo que salía no nos tranquilizó en nada, decía que estaba ocurriendo lo mismo en todo el país. Pero no daban ninguna explicación del porqué de todo esto.
Me asomé por la ventana y vi mucha gente corriendo por todos lados.
Unos atacaban a otros de una forma muy salvaje, como si quisieran destriparles con sus propias manos.
Aquello parecía una matanza, no me lo podría creer.
Comimos algo y empezamos a analizar la situación, como siempre Andrés empezó con sus teorías conspiratorias.
—Seguro que es un experimento del gobierno, que le ha salido mal. —Dijo convencido.
Esta vez nadie le llevo la contraria, porque no sabíamos nada. Así que dejamos que Andrés se explicase, pero no tenía mucha idea de lo que era.
—Ya veréis como dentro de nada, sacara una vacuna o algo para acaba con esto. — dijo Andrés
Nos quedamos un buen rato en silencio, pensando en lo había dicho Andrés.
Durante ese tiempo se escuchaban disparos y gritos que venía de la calle, parecía que la situación estaba empeorando.
Cuando nos asomamos, vimos como unos tipos que intentaban abrirse paso, pero eran atacados por esas cosas, ninguno de ellos consiguió salir de allí. Empecé a llámales cosas porque ya no parecía humanos, solo tenían un instinto asesino brutal.
Era como si solo supiesen matar. Los observe durante unas horas, no descansaban, ni comían, solo mataban. Por eso para mí ya no eran seres humanos.
Cuando ya estaba anocheciendo pasó un helicóptero y por un altavoz decía que no saliésemos y que pusiésemos algo en la ventana indicando el número de personas que había en cada piso. Pasarían mañana a recogernos.
Con mucho cuidado pusimos una sábana con el número 5 para indícales los que éramos, vimos que el bloque de frente había más personas que hacían lo mismo.me alegre de saber que había más supervivientes.
Santi decidió busca una forma de comunicase con los de frente.
Con cartulinas escribía mensajes, como si necesitaban algo y cosas así, se asustó cuando le escribieron que a uno de ellos le habían mordido en un brazo y que estaba infectado, porque según la teoría de Andrés esa podía ser una forma de contagio. Estaba preocupado por si la teoría de cómo se podría contagiar era cierto, según se podía contagiar mediante el contacto directo, como la saliva, con la tos…al final les dijo que lo vigilase por si acaso.
Hicimos turnos de vigilancia, Alfonso se ofreció para hacer la primera guardia. Intentamos dormí, pero no pudrimos debido a los gritos que se escuchan que venía de algún bloque cercano.
Teníamos miedo de uno de esos locos entrasen, por los golpes que escuchábamos, sabíamos que esas cosas estaban dentro del edificio y que algún modo sabía dónde estábamos y por eso intentaban entrar. No sé muy bien porque, pero de golpe no se escuchó nada.
Al amanecer empezaron a aparecer soldados, entraron donde estaban las sabanas colgadas, en algunos se escucharon disparos. En el bloque del frente no había nadie vivo, Santi se entristeció mucho. Pero lo peor era tener que reconocer que Andrés tuviera razón
Cuando un grupo entraron donde estábamos, nos revisaron para comprobar que estábamos bien. Luego nos escoltaron hasta un autobús donde había más supervivientes, entre ellos había un hombre que me resultaba familiar pero no sabía de qué lo conocía.
Cuando iba a sentarme al lado de una mujer rubia, el me cogió del brazo y me advirtió que me alegase de ella si quería seguir con vida, en ese momento me acorde era el tipo de la cafetería. Me senté a su lado. Me fije bien en su aspecto, no tendría más de40 años, el pelo canoso, sus ropas estaban ensangrentadas.
Tenía muchas preguntas, no me atreví a hacerlas, al final me arme de valor y le hable.
—Tú sabes lo que pasa ¿Verdad? —Le dije
El me miró fijamente, no supo si contéstame, parecía que dudaba, pero al final me hablo.
—Sí. —dijo al fin
—Dime la verdad—Le susurré
—Esta es el resultado de años de investigación, pero obviamente salió mal.— dijo en voz baja
—¿! COMO ¡?—Le dije sorprendida
Entonces empezó a explícame.
—Yo, trabajaba en un laboratorio secreto en sudan, allí creamos una un nuevo virus mezclando la rabia con la gripe común. Cuando empezamos a experimentar con humanos, un sujeto de prueba se escapó. Al principio pudimos decir que se trabaja de un nuevo brote de ébola, luego se empezó a expandir por otros piases, dijimos que se trataba de una nueva droga, seguro que esto te suena ¿no? Pero cuando empezamos a perder el control dijimos una verdad a medias que se trataba de una nueva cepa de la gripe mucho más resistente.
Mi trabajo era encontrar al sujeto, pero cuando por fin lo localice ya era demasiado tarde, porque había contagiado a mucha gente, estas a su vez a otras, así hasta llegar a este punto— explicar
Me quede congelada por lo que me había dicho. Entonces me fije mujer rubia. Ella estaba allí está Mirando fijamente. Entonces me di cuenta de que había más personas que estaban infectados, llamé a mis amigos para que se aléjense de ellas, no era el momento de da explicaciones de lo pasaba, Santi se dio cuenta de que estaba mirando a una persona y cuando vio lo que miraba, entendió mi preocupación, tampoco dijoCuando llegamos a la plaza circular, ya había mucha gente y la mayoría ya iban borrachas, solo eran las 12 del mediodía. Por motivos de seguridad varias calles habían sido cortadas, registraban los bolsos y mochilas, pusieron macetas en media de las carreteras y había mucha policía e incluso soldados. Todo esto era para evitar un posible ataque terrorista durante las fiestas de primavera.
Santi. Altura media, castaños claro su chaleco era de color rojo paso de ponerse la faja, propuso que fuésemos a la plaza de la cruz roja. Por allí iban a pasar las carrozas y su primo salía en una de ellas. Pero antes fuimos a tomar algo en un bar que no estaba muy lejos de allí mientras esperamos a los demás. Tardaron un rato en llegar. Estuvimos hablando de todo un poco.
Sofía que es baja pelirroja con el pelo corto, vaqueros rotos con camisa blanca, chaleco y faja rosa. Andrés que lo llevaba de color marrón, nos había contado que había un terrible accidente de tráfico no muy del ayuntamiento. Que por eso llegaron tarde. Íbamos casi igual solo cambia el color del chaleco y la faja, nunca nos vestimos completamente de huertano. Cuando íbamos a ir a la plaza de las flores nos encontramos que esa calle estaba cortada y no podíamos pasar así que decidimos dar un rodeo. Pero al final decidimos ir por gran vía e ir a otro sitio.
Antes de llegar vimos que mucha gente corría en nuestra dirección, gritaban y se empujaban. Cuando empezamos a escuchar disparos nos fuimos de allí como pudimos, pero en la otra dirección había unas personas atacando a otras.
Sofía sugirió que fuésemos al piso de su novio que estaba en la plaza de Santo Domingo-
Nos costa llegar porque tuvimos que un rodeo para evitar que nos atacasen, al llegar Sofía llamo al timbre, pero no contesto nadie. Ella tenía una copia y la saco, intento varias veces abrir la puerta, pero estaba tan asustada, que tuve que intentarlo yo, al final conseguimos abril el portal y entrar.
Subimos hasta el 4 piso, lo hicimos en el más absoluto silencio, porque escuchamos gritos y golpes que provenían de los pisos.
Cuando entramos cerramos la puerta y pusimos una mesa para bloquear la puerta. El piso era pequeño, solo tenía dos habitaciones, el salón hacia era vez el comedor. Nos sentamos donde pudimos tenía un sofá de 3 plazas y 5 sillas
. Sofía llamo a su novio por el móvil, pero no lo cogía, cada estaba más asustada, porque cada vez que alguno intentábamos contactar con un familiar no teníamos suerte.
—Nada, Tito, no lo coge. —Dijo Sofía.
— A lo mejor está trabajando. —comento Santi.
—Y ¿Si le ha pasado algo?, Ya has visto lo que está pasando allí fuera. —Continuo Sofía.
—No te preocupes, el bar donde trabaja está cerca de la comisaria. —Dijo Alfonso tratando de tranquilízala.
Alguien encendió la tele, lo que salía no nos tranquilizó en nada, decía que estaba ocurriendo lo mismo en todo el país. Pero no daban ninguna explicación del porqué de todo esto.
Me asomé por la ventana y vi mucha gente corriendo por todos lados.
Unos atacaban a otros de una forma muy salvaje, como si quisieran destriparles con sus propias manos.
Aquello parecía una matanza, no me lo podría creer.
Comimos algo y empezamos a analizar la situación, como siempre Andrés empezó con sus teorías conspiratorias.
—Seguro que es un experimento del gobierno, que le ha salido mal. —Dijo convencido.
Esta vez nadie le llevo la contraria, porque no sabíamos nada. Así que dejamos que Andrés se explicase, pero no tenía mucha idea de lo que era.
—Ya veréis como dentro de nada, sacara una vacuna o algo para acaba con esto. — dijo Andrés
Nos quedamos un buen rato en silencio, pensando en lo había dicho Andrés.
Durante ese tiempo se escuchaban disparos y gritos que venía de la calle, parecía que la situación estaba empeorando.
Cuando nos asomamos, vimos como unos tipos que intentaban abrirse paso, pero eran atacados por esas cosas, ninguno de ellos consiguió salir de allí. Empecé a llámales cosas porque ya no parecía humanos, solo tenían un instinto asesino brutal.
Era como si solo supiesen matar. Los observe durante unas horas, no descansaban, ni comían, solo mataban. Por eso para mí ya no eran seres humanos.
Cuando ya estaba anocheciendo pasó un helicóptero y por un altavoz decía que no saliésemos y que pusiésemos algo en la ventana indicando el número de personas que había en cada piso. Pasarían mañana a recogernos.
Con mucho cuidado pusimos una sábana con el número 5 para indícales los que éramos, vimos que el bloque de frente había más personas que hacían lo mismo.me alegre de saber que había más supervivientes.
Santi decidió busca una forma de comunicase con los de frente.
Con cartulinas escribía mensajes, como si necesitaban algo y cosas así, se asustó cuando le escribieron que a uno de ellos le habían mordido en un brazo y que estaba infectado, porque según la teoría de Andrés esa podía ser una forma de contagio. Estaba preocupado por si la teoría de cómo se podría contagiar era cierto, según se podía contagiar mediante el contacto directo, como la saliva, con la tos…al final les dijo que lo vigilase por si acaso.
Hicimos turnos de vigilancia, Alfonso se ofreció para hacer la primera guardia. Intentamos dormí, pero no pudrimos debido a los gritos que se escuchan que venía de algún bloque cercano.
Teníamos miedo de uno de esos locos entrasen, por los golpes que escuchábamos, sabíamos que esas cosas estaban dentro del edificio y que algún modo sabía dónde estábamos y por eso intentaban entrar. No sé muy bien porque, pero de golpe no se escuchó nada.
Al amanecer empezaron a aparecer soldados, entraron donde estaban las sabanas colgadas, en algunos se escucharon disparos. En el bloque del frente no había nadie vivo, Santi se entristeció mucho. Pero lo peor era tener que reconocer que Andrés tuviera razón
Cuando un grupo entraron donde estábamos, nos revisaron para comprobar que estábamos bien. Luego nos escoltaron hasta un autobús donde había más supervivientes, entre ellos había un hombre que me resultaba familiar pero no sabía de qué lo conocía.
Cuando iba a sentarme al lado de una mujer rubia, el me cogió del brazo y me advirtió que me alegase de ella si quería seguir con vida, en ese momento me acorde era el tipo de la cafetería. Me senté a su lado. Me fije bien en su aspecto, no tendría más de40 años, el pelo canoso, sus ropas estaban ensangrentadas.
Tenía muchas preguntas, no me atreví a hacerlas, al final me arme de valor y le hable.
—Tú sabes lo que pasa ¿Verdad? —Le dije
El me miró fijamente, no supo si contéstame, parecía que dudaba, pero al final me hablo.
—Sí. —dijo al fin
—Dime la verdad—Le susurré
—Esta es el resultado de años de investigación, pero obviamente salió mal.— dijo en voz baja
—¿! COMO ¡?—Le dije sorprendida
Entonces empezó a explícame.
—Yo, trabajaba en un laboratorio secreto en sudan, allí creamos una un nuevo virus mezclando la rabia con la gripe común. Cuando empezamos a experimentar con humanos, un sujeto de prueba se escapó. Al principio pudimos decir que se trabaja de un nuevo brote de ébola, luego se empezó a expandir por otros piases, dijimos que se trataba de una nueva droga, seguro que esto te suena ¿no? Pero cuando empezamos a perder el control dijimos una verdad a medias que se trataba de una nueva cepa de la gripe mucho más resistente.
Mi trabajo era encontrar al sujeto, pero cuando por fin lo localice ya era demasiado tarde, porque había contagiado a mucha gente, estas a su vez a otras, así hasta llegar a este punto— explicar
Me quede congelada por lo que me había dicho. Entonces me fije mujer rubia. Ella estaba allí está Mirando fijamente. Entonces me di cuenta de que había más personas que estaban infectados, llamé a mis amigos para que se aléjense de ellas, no era el momento de da explicaciones de lo pasaba, Santi se dio cuenta de que estaba mirando a una persona y cuando vio lo que miraba, entendió mi preocupación, tampoco dijo nada. La mujer giro la cabeza y ataco a lo que tenía su lado. Los gritos llamaron la atención de los soldados, que empezaron a dispar, no sabían a quien tenía que darles, mis amigos y yo conseguirnos colócanos detrás de ellos.
El caos reino durante unos minutos infernales, estábamos atapados con esas cosas dentro, pensé que iba a morir en ese momento. Cuando todo se acabó respire aliviada.
Uno de los soldados se acercó hacia mí, para saber si estaba bien, Santi aprovecho para habla con ellos y les dijo como se contagiaba, así que nos revisar a todos por si nos habían herido uno de ellos, pero con suerte estábamos todos bien. nada. La mujer giro la cabeza y ataco a lo que tenía su lado. Los gritos llamaron la atención de los soldados, que empezaron a dispar, no sabían a quien tenía que darles, mis amigos y yo conseguirnos colócanos detrás de ellos.
El caos reino durante unos minutos infernales, estábamos atapados con esas cosas dentro, pensé que iba a morir en ese momento. Cuando todo se acabó respire aliviada.
Uno de los soldados se acercó hacia mí, para saber si estaba bien, Santi aprovecho para habla con ellos y les dijo como se contagiaba, así que nos revisar a todos por si nos habían herido uno de ellos, pero con suerte estábamos todos bien.