Honey, ¡Oh, honey!; Grey's Anatomy (Jackson Avery, Lexie Grey, oc)

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Synopsis

Chapter 1 - Chapter One

Cuando alguien enferma, comienza con una sola bacteria. Una solitaria y desagradable intrusa.

—¡Fijate por donde vas, estúpido! — Gritó Lea, viendo como su café caía al suelo al ser empujada por un moreno, quién se detuvo y después de mirarla de arriba a abajo soltó una sonrisa.

—Lo siento, lindura. — Dijo antes de continuar corriendo.

—¡No soy ninguna lindura! ¡Si eso es lo que entiendes de alago pues está horrible! —Intento defenderse, pero el chico había desaparecido de su vista. —Tarado.

Muy pronto la intrusa se duplica. Se convierte en dos.

—Es increíble que ya hayan cambiado el letrero. —Murmuró la rubia, parándose al lado de su amiga, quién siquiera se molestó en saludarla. —Seatle Grace Mercy West Hospital, que nombre más horrible.

—Es el nombre del desastre, de la tragedia, ese nombre no debería existir. —Dijo antes de entrar hacía el hospital.

—Buenos días para ti también Cristina. —Habló sarcástica, mientras iba detrás de ella.

Y esas dos, se convierten en cuatro. Y esas cuatro se convierten en ocho. Entonces, antes de que el cuerpo se de cuenta, es atacado.

—Tu amiga no está de todo bien ¿no?

Lea término de atarse los zapatos, para enderezarse y ver frente a frente al chico que le estaba hablando.

—¿Ves esto? — Dijo jalando el filo de su camiseta. —Es azul, soy del Seatle Grace. Y ¿Sabes que es esto? —Golpeo el pecho del chico con su dedo indice. —Es naranja. Nosotros no somos compatibles, lindura. —Recordó sarcástica. —Así que hazme el gran favor de alejarte y nunca más aparecer. ¿si? Ah, y mi amiga no está loca. Así que dile a TU amiga que saque sus cosas del casillero de MI novio.

Seguido a eso, dejo al de ojos azules hablando solo, mientras ella se ponía su bata y se iba de la habitación.

Es una invasión. La pregunta para el médico es, cuando llegaron los invasores, cuando capturaron el cuerpo.

—El casillero de George fue ocupado. —Dijo Izzie, provocando que todas las personas allí lo vieran.

—Uno de ello me coqueteo. —Habló Lea. —Es un estúpido, se cree la gran cosa con esos ojos azules. Seguro es solo una cara bonita.

Los cuatro amigos vieron con un poco de pena a Strickman. El psicólogo les había dicho que le dieran tiempo, no a todos se le moría su prometido justo cuando fue a su casa para avisarle a su mamá del compromiso, ah, y que se iba a ir a la guerra. Esa estúpida guerra.

¿Y como puede deshacerse de ellos?

—Son parásitos se sienten cómodos, se alimentan de cirugías. —Opinó Meredith, mientras intentaba ver hacía afuera.

—Y...¿Como has estado? — Preguntó Lexie a Lea, quién se encontraba al lado suyo viendo a la nada. —¿Tomaste los medicamentos?

—¿Ah? ¿Que? Perdón, me distraje. —Se disculpo la rubia, pestañeando varías veces, para luego observar a la castaña. —¿Que si me tome las drogas que me dio el señor Freakman? No, ya les dije que estoy bien. Ahora sé que George está en un lugar mejor, tampoco son una lisiada ni nada por el estilo como para andar por el hospital drogada.

Lea le dio una sonrisa a su amiga. Quién sintió el calor subir por sus mejillas y lo que hizo fue evadir su mirada.

—¿Y esos uniformes? — Cambio de tema, observando por la ventana. —¿Los nuestros no son buenos?

—Se agotaron, ya los pidieron. Randall, de la compañía proveedora, dice que llegaran en unos días. Lo sé porque estoy aquí todo el día.

—¿Por qué ordenar nuevos? Les daremos los nuestros a nuestros reemplazos.

—Nadie será reemplazado. —Dijo Lea, apoyándose en la pared.

—Si debo ser forense...

—¡No es cierto, Steve! Compréndelo. —Regaño Meredith al interno. —Cristina díselo.

—¿Decirle que? Está aquí, olvídalo.

—¡Oye! No somos unos estúpidos anfitriones, no pueden invadirnos, no hay que dejar que se adhieran como rémoras, mientras comemos espagueti, estallar en nuestro pechos y esparcirse por el piso. Es nuestra nave, esta es nuestra nave.

Lea se mordió el labio para no empezar a reír, esas palabras le parecían conocidas.

—Disculpa, ¿Estás citando una película de Sigourney Weaver?

—No hables. — Dijo Meredith.

Strickman no se aguanto más y soltó una sonora carcajada.

—Lo siento, lo siento. —Dijo tapándose la boca.

—Es lo que pasa cuando vives aquí, ves tanta televisión.

—Somos dueños del hospital, compañeros nacimos en este hospital. Y nos aferraremos a este hospital, con nuestras últimas fuerzas.

—Yo no quiero ser forense. —Dijo Steve, ignorando las palabras anteriores de la Grey mayor. —No me gusta la gente muerta.

—Salgan a conseguir cirugías antes de que se las quiten. ¡Corran! ¡Y quiero un informe completo al terminar el día!

Todos empezaron a salir, menos Cristina y Lea, quienes estaban muy distraídas pensando en otra cosa.

—¿Y que pasa con ustedes? —Las regaño Meredith, viendo a ambas allí.

La pelinegra vio a Lea esperando que ella dijera algo, pero se quedo callada.

—Ehm, no sé porque estoy peleando.

—¡Cirugías, Cristina! Cirugías. Algún día llegará un dios de la cardiología, y cuando llegue no debes estar fuera de práctica. ¡Ahora corre!.

Cristina se levantó y salió de la habitación dejando a ambas rubias solas.

—Escucha, Lea, sé que es algo difícil por pasar, pero debes salir adelante. ¡Hunt te espera con cirugías! ¿No quieres ser la mejor cirujana de Trauma?

—No, ese era uno de los sueños que tenía con George. —Dijo antes de retirarse.