- Oye po' wn.. te sentís bien? - Puso su mano en el hombro del mexicano, éste estando muy sumergido en sus pensamientos. Como buen hermano cercano que es, supo que algo pasaba aún así siendo notorio para cualquiera, pero una cosa si te digo es que no cualquiera se preocupa por tí.
El chileno había quitado su mano mirando al contrario con preocupación, ahora miró hacia el suelo no queriendo preguntar de nuevo la misma cosa, pensó que le molestaría y se iría de ese lugar donde habían estado pasando un buen rato. Esto se acabó gracias a que quiso buscar otro tema una vez se les acabó que decir siendo este desviado.
Se pudo oír un suspiro del tricolor que de inmediato tuvo la mirada fija del chileno ahora incómodo, quiso hablar pero decidió darle tiempo.
- Yo.. - Guardó unos segundos de silencio antes de terminar. - Tranquilo We - Dijo entre pequeñas risas, luego volteó a ver con una sonrisa divertida a su hermano el cual se relajó devolviendo su sonrisa - Sólo se me vinieron a la mente algunas cosas y yo pues mejor ni te cuento que paso después - Se enderezó para poner sus manos en las bolsas delanteras del pantalón y seguir caminando.
Aquí vamos de nuevo, la misma rutina de siempre, empiezo a aburrirme.
Tendrá que llegar él a cambiarlo todo, como siempre lo hace. No tengo ni la más mínima idea de cómo, pero al final de cuentas lo hace, no puedo evitar sonreír al pensarlo, es muy... ¿único?
Aunque esto a veces no sea bueno, te cause dudas o problemas, ese sentimiento en el que no quieres ni siquiera pensarlo apoderándose de tí.
- Y cómo te va con la gorda esa? - Dijo mirándolo como si no supiera aunque sea un poco la situación. México lo miró serio.
- Que quieres que te diga, ¿Que me volvió a dar mis estados? Ja. - Hubo silencio. Éste claramente se extrañó, pues se esperaba pura pendejada del ozico contrario.
- Que pas-?.. -
Y ahí estaba.
Esa heladería que hacía que de su boca cayera una cascada de saliva, los dos emocionados se miraron y sin pensarlo dos veces salieron corriendo a tal lugar, parecían dos niños traviesos.
Luego de llegar a la vitrina para ver los helados, pegaron su cara a esta, pidiendo el mexicano de tamal pero la chica que atendía le dijo que no existía así que pidió de galleta mientras el otro uno de limón.
Después, sintió que alguien lo estaba observando, dirigió su mirada a donde creía, hasta que vió que era.
El estadounidense en una mesa con una chica, bastante linda a decir verdad, esta misma riéndose de forma "Suave".
Pobre de la chica fue lo primero que se le vino a la mente, tan rápido como vino tan rápido se fue.
Eso había pasado tan rápido que no lograba comprenderlo, que hacia el ahí?
O más bien la pregunta sería, por que sentía molesto si no están en una.. relación ni nada, o sí?.
Hace tan solo unos días, casi llegando a semana había pasado tal cosa que dejo confundidos a ambos, queriendo, rogando por dentro tenerse el uno al otro, deseandose si se usara como palabra clave.
Usa solo lo veía con los ojos sin girar la cabeza mientras llevaba un semblante ahora serio. Sorpresa que no demostró al ver a ese tricolor, este notando que los había visto jaló la mano del otro e irse corriendo de ahí. Una sonrisa maliciosa se había formado en el rostro de usa.
- ¿Me estas ignorando? - El gringo se paró de su silla mirando a la chica mientras sostenía su mano.
- Nos vemos, señorita~ - Dejó un delicado beso en la mano, la propietaria estaba molestandose, una vez se estaba yendo, la mujer gruñó, agarró sus cosas y sin más se fue de ahí más que enojada.
[ . . . ]
– Que chucha te pasa?? – Se puso la mano en su cabeza mientras sufría por dentro. Le había tirado el helado.
Recargandose en una pared de nuevo serio, puso su dedo medio doblado en la boca cerrando sus ojos, necesitaba pensar o analizar bien lo sucedido, su ceño se frunció, empezó a desesperarse poco a poco, era normal comportarse así?. – E-Escúchame wey, me tengo que ir, si? Nos vemos al rato – Empezó a caminar dejando a Chile sin poder decir nada. Pero no era su culpa, lo estaría usando como pensaba? Su respiración empezaba a agitarse mientras empezaba a trotar y después correr a donde sea que sus piernas lo dejaran.
Pero, por que pensaba que lo usaba?! No son nada, jamás lo serán.
Solo era la costumbre de ser utilizado por el, ya su forma de pensar en este había cambiado, estaba desesperado de que no fuera así, es muy confuso.
Rato después cabizbajo, decidió sentarse en un parque no muy visitado, apenas si iba gente ahí. Luego de ver un lugar para sentarse y pensar, empezó a ir a aquel lugar pasando por fuera de la entrada de un callejón oscuro, escuchó que algo se movía o solo era algo producido por su mente.
Intentó no hacerle mucho caso a esto y siguió su camino.
Si no fuera por alguien que lo había adentrado a ese oscuro lugar. Dio un respingo, Intentó ver la cara de quien era El responsable y de nuevo esa sorpesa.
–Que Haces por acá, caperuza? – Susurró el anglosajón en el oído ajeno, causando a este un pequeño temblor. Se puso más alerta cuando puso su pierna entre las dos del mexicano, éste mismo haciendo un forzajeo para escapar de el agarre.
– ¿¡Q-Que quieres, Pendejo?! Ah – Jadeó cerrando sus ojos al sentir la lengua húmeda por su cuello varias veces, luego empezó a succionar y morder esta misma zona – ¡Sueltame! – Ordenó al contrario el cuál hizo caso omiso y movió su pierna.
Estaba siendo como la vez anterior y eso le molestaba, luego ya no se junta tanto con él y despues verlo con esa chica. Vaya idiota en el que decidió estar simplemente perdido.
– ¿Por que quieres escapar? – Sonrió al verlo tan vulnerable, ese fuerte sonrojo adornando sus mejillas, simplemente bello y.. adictivo. – No niegues que te está gustando~ – Bajó el cierre y desabrochó el botón del pantalón ajeno y meter su mano lentamente causándole escalofríos al propietario.
– P-Para.. Yo.. Es raro, si!? – Evitó por completo el contacto visual al notar como bajaba aún más su pantalón, paró.
– Entonces Hagamos que no lo sea.. juntos –
El tricolor se quedó sin habla, el momento en el que lo miró empezó a mover su mano en el miembro del menor, observando cada detalle de sus expresiones con una sonrisa.
Lo abrazó mientras sabía la velocidad de su mano, aparte de vez en cuando dar masajes en la punta con el dedo gordo, eso le causaba bastantes suspiros juntos con sus constantes temblores.
–M-Más! – Rogó ya estando casi en ese tan esperado orgasmo, se aferró aun más al estadounidense apretando el abrazó, gemía en el odio de este mismo el cual solo gozaba del momento como nunca.
– Hah!~ –
Había apretado su miembro corriendose en ese mismo momento en la mano del contrario, empezaba a tener espasmos junto con dejarlo más débil por la acción cometida. Se sentía satisfecho y sin más se acomodó bien en el pecho del mayor durmiendose tranquilamente en este mismo con la respiración algo agitada y sus dos ojos llorosos.
No duraba mucho pero era extremadamente lindo pensó – Hm – Una vez se durmió decidió acomodar su ropa, lo llevaría a su casa solo por esta vez. Sonrió.
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El haberte encontrado, el haberte conocido, el haberte escuchado, el haberte visto, tantas cosas que simplemente hicieron que me perdiera en un mar de sentimientos, me pregunto ¿Que hice yo?. Pues solo tu eres capaz de hacer que yo me encuentre atrapado, tu y solo tú, y aun así.. no me arrepiento de haberlo hecho. Maldita sea mi suerte.
Es tan confuso el estar a tu lado y verte sonreír, esa sonrisa que me hace enloquecer, desearte aún más.
Déjame saber si puedo por fin unirnos, dame la oportunidad que necesito de intentarlo para resolver esas dudas que no nos deja libres de poder tenernos.
Déjame amarte como se debe amar.