Una maldita sirena suena en mi oído provocando que me sobresalte y caiga de la cama. Coloco una mano en mi cabeza haciendo una mueca de dolor. Al oír que la cosa esa sigue sonando abro mis ojos y miro molesta a la persona que es culpable de que haya despertado así.
— ¿Cuál es tu maldito problema? —le grito a Jungkook.
— Mi problema es que tienes que asistir a la escuela en dos horas y media —me dice elevando las cejas— Conozco a las chicas como tú; Tardan dos horas para alistarse. Una para elegir su atuendo del día y la otra para maquillarse. Así que te estoy haciendo un favor.
Me levanto con una mano en mi frente. Camino hasta la ventana de mi habitación y corro levemente la cortina de esta. Aun es de noche.
— ¿Qué hora se supone que es? —le pregunto sin dejar de mirar por la ventana.
— Las cinco y media —responde calmado.
— ¡¿De la mañana?! —le pregunto atónita.
— No, de la tarde —me responde sarcástico.
Me quedo observándole molesta. La irresponsabilidad de mis padres es mucha al dejarme con este enfermo psicópata que me despierta a las cinco y media de la mañana ¡Tirándome de la cama!
— No pienso irme al instituto —le digo entrecerrando mis ojos— Gracias a ti ahora estoy de mal humor.
— ¿ No pienso irme al instituto? ¿Cuántos años tienes? ¿Cinco? Eres algo inmadura —abro mi boca indignada.
— ¿Me estás diciendo inmadura a mí? ¡Tú eres el estúpido que me levanto con una maldita sirena de su celular!
— Pues este estúpido puede prohibirte las salidas y hasta si quisiera serias mi esclava —me responde elevando ambas cejas y sonriendo con diversión.
Agh, quiero borrarle esa sonrisa de la cara de un puñetazo.
— No creí que sería posible llegar a odiar a una persona antes de las veinticuatro horas.
Él ríe una última vez y se retira de mi habitación.
Luego de darme una ducha, secar mi cabello, cepillar mis dientes y
vestirme. Estoy completamente lista para comenzar mi día —aunque para comenzarlo falte una hora— Es lunes y levante con el pie izquierdo... bueno en realidad no me levante con ningún pie pues caí de la cama. Pero es casi lo mismo... ¿verdad?
(...)
¡Por fin es hora de irme! La hora se hizo eterna y estaba tan aburrida que hasta hice mi tarea. ¡Yo, Lisa Manoban! Mi mejor amiga Rose estará tan orgullosa de mí cuando se lo cuente. Por primera vez no le copiare la tarea.
Mientras voy bajando las escaleras con mi mochila. Mi celular comienza a sonar en mi mano y respondo como un rayo al ver quien está llamándome.
—Hola Amor —dice con voz ronca.
— Hola bebé —respondo sonriendo.
Sehun es mi novio. Estamos saliendo hace un año y dos meses. Taehyung me había hablado demasiado sobre él, pidiéndome que lo conociera y solo le dijera "Hola" para que dejara de molestarlo. Al final cedi porque es mi amigo y este chico —en ese entonces— desconocido para mí estaba acosándolo por un saludo que salga de mi boca. Me pareció lindo y esa conversación de unos segundos paso a una hora. Intercambiamos números y comenzamos a salir luego de seis meses de amistad.
Cuando termino de bajar las escaleras, Jungkook esta recostado en la pared jugando con las llaves de su auto.
— Bien ¿y tú? Yo igual, no sabes lo que hicieron mis padres... —Jungkook comienza a hacerme unas señas extrañas con las manos— Espera un minuto —cubro el micrófono de celular con la palma de mi mano— Vámonos.
— ¿A dónde?
— A una fiesta junto a Justin Bieber y Rihanna —responde sarcástico— Al instituto, Einstein.
Frunzo el ceño. No, yo iré en mi auto.
— Hablamos allá, ¿sí? Debo colgar —cuelgo sin esperar su respuesta— ¿Cómo que vas a llevarme tu? Yo tengo mi propio auto.
Jungkook camina hasta quedar frente a mí. Sus ojos marrones parecen disfrutar mi rostro enojado y confundido en este momento.
— Oh, ¿hablas del Mercedes Benz que regale por internet hace una hora y media? —pregunta y mi ceño fruncido va desapareciendo lentamente— Te sorprendera lo rápido que responden en páginas de compra y venta. Al principio nadie lo creía porque estamos
hablando de un jodido Mercedes Benz, pero un valiente vino a comprobarlo y se llevó el premio.
Siento como si mi sangre comenzara a arder dentro de mí. Aprieto mis puños fuertemente tanto que temo romper mi celular entre mis manos. La sonrisa de superioridad que tiene Jungkook en el rostro solo hace que mi enojo y ganas de asesinarlo lentamente aumenten mucho.
— No lo hiciste —digo para calmarme a mí misma— Es un auto muy caro y fue mi regalo cuando cumplí diecisiete. Ni siquiera ha pasado un jodido año de eso. Tú no regalaste mi auto...
— ¿No me crees? —pregunta colocando una mano sobre pecho fingiendo estar ofendido— Pues ve a comprobarlo en el garaje.
Salgo con paso rápido de allí y voy hasta la puerta que me lleva hasta el garaje. Antes de abrirla mentalizo mi auto allí, como lo deje la última vez que lo ocupe. Cuando abro la puerta eso desaparece. Mi auto no está allí.
— Debe estar en el patio —digo asintiendo. Al voltear choco con el duro pecho de Jungkook y elevo la mirada para verlo furiosa— A mí no me engañas, estúpido. Está en el patio.
Jungkook ríe sonoramente mientras me alejo de él para salir hacia el patio trasero. En cuanto llego mis ganas de llorar aumentan y aprieto mis labios. Creo que estoy entrando en pánico. Puedo sentir sus pasos detrás de mí, pero no me importan. Siento que voy a matarlo.
— ¿Quieres fijarte si no está en el techo también? —susurra en mi oído y se separa para reír nuevamente— Que lo vendí ya supera...
— ¡¿POR QUÉ DEMONIOS HICISTE ESO?! —le grito molesta volteando a ver su rostro.
Esta apretando sus labios para no reírse, como en la cena. Mi puño golpea sus costillas y aunque fue demasiado fuerte para mí, no parece ser lo mismo para él. Sigue riendo pero con una mano en el lugar que golpee.
— ¿Por qué hiciste eso? —pregunto calmadamente tomando respiraciones profundas, tanto como mis pulmones aguanten. Ya no siento ganas de llorar, quiero romper su rostro y lo quiero ahora.
— Porque tu tiraste mi ropa a la basura, te la debía —sonríe de lado dejando de reír— ¿Acaso creíste que me asustaría y saldria corriendo?
— Saldrás corriendo en cuanto ponga mi pie en tu trasero.
— ¡Oh, vamos, Lalisa! —exclama riendo— Es solo un auto.
Aprieto mis dientes.
— No. Me. Llames. De. Esa. Forma. —digo entre-dientes.
Me guiña un ojo y agita las llaves con su mano.
— Vamos a la escuela —dice mientras se aleja de mi— Lalisa —pronuncia y ruedo mis ojos.
Camino lentamente pensando que mis padres están muy locos para dejarme con este estúpido que regalo mi auto por internet. De solo pensar que dé a partir de ahora jungkook deberá llevarme a todos lados me molesta. Pero esto no se quedara así, oh, claro que no.
Tendré mi dulce venganza.
El auto de Jungkook es de color azul, es un deportivo ¿Cuál? No tengo ni idea sobre autos. Apenas sabía la marca de mi auto. Me subo sin esperar que él me lo diga, es mi niñero y mi chofer ahora. Si quiero ir hasta el infierno deberá llevarme, le guste o no.
Desbloque mi celular y puedo observar que tengo un mensaje nuevo en whatsapp.
Queen Rose: Lisa ¿Dónde estás? Te estoy esperando. 07:45
Yo: ¿De qué hablas? 07:47
Queen Rose: Quedamos en que pasarías por mí. ¿Acaso lo olvidaste? 07:47
Yo: ¿Yo? ¿Olvidarme de algo? ¡Pff! En cinco estoy allá. 07:48
Demonios. Sentía que me estaba olvidando de algo.
— Pasaremos a buscar a mi mejor amiga —digo bloqueando mi celular y dejándolo sobre mis piernas juntas.
— ¿Algo más, jefa? —pregunta divertido sin desviar la vista del frente.
— ¿Puedes tomar un bate y darte varios golpes con el en el rostro? —pregunto viéndolo directamente aunque jungkook no a mí.
Ríe y al instante finge estar serio.
— No puedo hacer eso, jefa —responde poniendo una voz más grave.
— Entonces eso es todo.
No me parece divertido. Aun no puedo creer que haya regalado mi auto.
Luego de que le diera la dirección de Rose vamos hasta allí, y vemos a mi mejor amiga parada en la acera con el ceño fruncido y de brazos cruzados. Bajo la ventanilla de mi lado.
— ¡Lalisa Panpriya Manoban! —Gruñe mi rubia amiga— Te estuve esperando por media hora.
— Súbete —sonrío nerviosamente e ignoro sus reclamos.
Ella se sube en la parte trasera del auto. Mientras yo ruego por que pare de hablar.
Jungkook ríe por lo bajo y arranca el coche.
— Lalisa, me duelen las piernas. Estos tacones me están matando —se queja. Su vista se posa en Jungkook, una sonrisa algo perturbadora de ver aparece en su rostro— Soy Rose, la mejor amiga.
— Soy Jungkook —responde viéndole por el espejo retrovisor— El niñero.
jungkook arranca el auto y observo por mi ventanilla las casas pasar con rapidez. Me siento mal porque el estúpido regalo mi auto y no sé qué hacer para vengarme de él. Sin duda esto no se puede quedar así. Yo solo tire su ropa, él regalo mi auto. Eso merece que me vengue diez mil veces.
— ¿Sabes? —habla Rose quitándome de mis pensamientos. Está viendo a Jungkook— Cumplimos la misma función. La única diferencia es que a ti te pagan y a mí no.
— ¿Quién dijo que me pagaran? —pregunta con diversión.
— ¿O sea que haces esto por diversión? —pregunto ahora yo.
Jungkook suelta un suspiro.
— No —responde seco— Solo quería alejarme de Inglaterra.
Durante el camino no hablamos nada más. Parece que la razón del porque quiso cuidarme le afecta demasiado y si no hubiera tenido demasiado sueño, posiblemente le hubiera preguntando más sobre eso. Rose tampoco pregunto nada, eso es extraño porque ella es muy curiosa.
Obligo a Rose a bajarse con rapidez, así que ni nos despedimosde él. Mi mejor amiga me observa extrañada y cuando casi llegamos en la entrada del instituto decide hablar.
— ¿Por qué crees que decidió alejarse de Inglaterra? —pregunta colocando una mano en su mentón— Aunque la verdadera pregunta es ¿Por qué bajamos como si fuéramos vacas y nos liberaran en un campo abierto?
— ¿Qué acabas de decir? —pregunto frunciendo el ceño.
— Ni yo lo sé —dice riendo— Tiene cara de ser un buen chico —asiente con su cabeza.
— Regalo mi auto por internet —le digo viéndole molesta— Es un buen estúpido, no un buen chico.
— ¿Tu auto? ¿El que te regalaron para tu cumpleaños? —pregunta preocupada.
— ¿Acaso tengo otros? —pregunto enojada.
— ¿Regalarlo? No, Lisa —niega Rose— Es imposible. No.
Me quedo callada. Suelto un suspiro, les informare de esto a mis padres. No pueden dejarme con alguien que regala cosas de
muchísimo dinero así porque sí. Me hubiera pedido permiso, se lo hubiera negado, pero de todas formas debía haberlo hecho.
Rose me indica que vayamos al salón de clases y asiento. Pensaba seguirle hasta que unos fuertes brazos abrazan mi cintura. No necesito voltearme para saber quién es, su perfume me lo indica todo.
— Hola se —digo y él besa mi mejilla.
— Hola li —sonríe.
Rodea mi cintura con sus manos y mientras me acerca él, sus labios hicieron contacto con los míos mientras sus manos se apoyan sobre mis mejillas. Una sensación extraña llena mi estómago. ¿Mariposas? No lo creo. Quizás debe ser hambre porque no desayune.
— Por mucho que ame la pareja que hacen, les voy a pedir que se separen —dice Rose mientras sonríe picara.
— ¿Quién lo dice? —dice Sehun
retándola.
— Pues yo y la campana que nos indica que tenemos clases —sonríe mientras me jala del brazo.
— Nos vemos luego —digo mientras le tiraba un beso. Él sonríe y atrapa el beso imaginario llevándolo a sus labios.
— ¡Que cursis! —exclama Rose.
(...)
Me encuentro jugando con mi bolígrafo. Química es la clase más aburrida del mundo, bueno para mí la escuela en general es aburrida.
— ¿Aburrida, Manoban?
Miro a la chica que está sentada frente a mí con molestia.
Kim jisoo está sentada frente a mi viéndome con diversión. Su cabello marron esta suelto y con algunas ondas. Mientras que sus ojos cafés irradian odio hacia mí. ¿Por qué? No lo sé. Es simplemente así.
— Creo que eso no te importa —le respondo volviendo mi vista a mi bolígrafo.
— ¿Te puedo dar un consejo, muñeca? —me pregunta con su voz chillona.
— Por supuesto que no, muñeca —le respondo con una sonrisa falsa.
— Deberías cambiar de shampoo
porque ese que usas hace que tu cabello se vea pajoso y feo —sonríe encogiéndose de hombros— Ten cuidado de que Sehun no te deje por alguien que tiene el cabello mejor que tú —hace puchero.
Aprieto mi mano en un puño y ella se va rápidamente hacia su lugar riendo.
Zorra.
— Alumnos hoy daremos la bienvenida a un nuevo alumno —dice la profesora de química.
¿Quién será? Estamos a mitad de año no creo que acepten nuevos alumnos a estas alturas y si lo es seguro es un niño rico o alguien que en verdad tiene notas realmente buenas y posee una capacidad intelectual increíble.
— Él es Jeon jungkook —dice y entra la persona que menos quiero ver en este lugar— Pase y ubíquese junto a Manoban.
Sin duda lo aceptan por la primera opción. Porque vamos... dudo que Jungkook tenga cerebro.
De todos los lugares vacíos en la clase ¿Tenía que mandarlo a este?
— Hola nena —dice mientras se sienta junto a mí.
— No me digas nena —aprieto los dientes.
— ¿O prefieres Manoban? —pregunta con diversión.
— Ninguna —respondo cortante— De todos modos, ¿Por qué estás aquí? —pregunto con molestia.
— ¿Qué no es obvio? —pregunta encogiéndose de hombros— Este es un empleo de tiempo completo.
— No te pagan, así que no es un empleo —espeto.
— Es un empleo porque eres un desafío —dice elevando ambas cejas. Sus ojos marrones nuevamente están observándome con diversión, parece que esa es la única forma en la que me ven.
— Pues entonces vete.
— Me gustan los desafíos.
— Que frase más usada.
— Quise ponerle algo de diversión a todo esto —me dice— Eres una amargada.
— ¡Manoban! ¡Jeon! —Ambos miramos en dirección a la profesora que nos está viendo enojada— Si van a empezar de esta forma prepárense para vernos en diciembre.
Ambos murmuramos un "disculpe" sin sentir realmente la palabra. Lo hacemos porque de lo contrario seguirá observándonos con esa mirada de halcón a punto de asesinarte en cualquier momento.
— Como decía antes de ser interrumpida —dice viéndonos por un segundo, luego observa a los demás con una falsa sonrisa— Haremos un trabajo en parejas la próxima clase. Sus compañeros serán las personas que tienen a su lado.
Miro hacia mi izquierda lentamente y me topo con que no hay absolutamente nadie. Entonces vuelvo a voltear para ver a Jungkook sonriendo de oreja a oreja.
— Vamos a divertirnos, compañera.
Dejo caer mi rostro entre mis manos mientras la profesora sigue explicando algunas cosas más.