El joven miraba a Doyun con curiosidad, mientras esperaba un actualización de estado, el jefe de seguridad estaba sumamente nervioso, pese a que se encontraba en su oficina, el santuario y refugio en el que usualmente se sentiría intocable, salvo por aquel joven, de aspecto amable, pero, de carácter terrible ante un fallo, ambos hombres sabían que el joven podría revisar el estado de Fernando de manera personal, y más aún, que estaba mucho más capacitado que Doyun para hacerlo, o para hacer cualquier otra cosa, pero, de alguna manera siempre le gusto delegar algunas responsabilidades, Doyun diría que confiaba más de lo que debería en su personal, mas jamás se atrevería a cuestionar su actuar, porque sabía que aquel joven sabría de antemano todo lo que le pudiera decir, y aún más importante, porque le generaba terror y respeto a partes iguales.
—Encontró al equipo del señor Dee, y ahora se encuentra en conflicto, parece que interrumpió los planes del líder del equipo, y le impidió obtener un ítem especial, al menos temporalmente, pero en su estado actual, es imposible que salga victorioso, aún con su sobre calificado compañero — Al terminar de hablar, esperaba un comentario negativo, quizá arrepentimiento de parte del joven por elegir a tan mediocre campeón, pero, por extraño que pareciese, no se le veía preocupado en absoluto, en realidad parecía que le agradaba la situación.
—Hablando de su compañero, ¿Ya lo investigaste? — Doyun tragó saliva, y abrió un cajón de su escritorio, del que saco un sobre con la leyenda "CLASIFICADO" y logos de algunas agencias de los Estados Unidos de Norte América.
—Michael, sin apellidos oficiales, huérfano desde que tiene uso de razón, lo poco que se sabe de él es que junto a quién llama hermano sin tener relación sanguínea de nombre Elías Jacovi, comenzó una pequeña pandilla en Los Ángeles, las cosas comenzaron a mejorar para los hermanos, hasta que comenzaron a negociar con la droga, y fueron emboscados por la unidad antidrogas, la mayor parte de su grupo pereció, y Michael se entregó para darle la oportunidad a Jacovi de salir de allí, se le dio oportunidad de entrar al ejército en lugar de ir a prisión, situación que Michael Aceptó de buena manera, y fue enlistado, se le entrenó y destacó sobre todos al punto de que Atlas puso su atención en él, y con el ti…—
—¿Está involucrado con Atlas? —
—Lo estuvo, cuando vieron que prometía, pasó a ser un protegido de Atlas, y estuvo en el equipo que fue enviado a cazar al señor del tercer mundo, sin embargo luego de que el equipo se impuso sobre este, se separó de Atlas y buscó a su hermano, encontrándolo en el área de nadie donde ya era uno de los gobernantes de la isla, y se convirtió en su cobrador, hasta que contrajo matrimonio con… — un gesto de la mano del joven moreno silenció a aquel hombre.
—Suficiente, ¿Qué tenemos de Atlas? Me preocupa que el consejo lo considere una amenaza, ha reunido mucha información, y su triunfo sobre el señor del tercer mundo puede poner al consejo inquieto, se supone que un hijo de la humanidad que rechazó a Caín no debía acumular tanto poder, aceptaron a nuestro empleador solo a regañadientes, pero si Atlas se acerca demasiado a ciencia y tecnología que superen este siglo, lo eliminarán sin duda, me gustaría advertirle, pero le daríamos la sensación de ser enemigos, vigila a Atlas, asegúrate que se mantenga dentro de los límites permitidos por el consejo, no queremos otro Tesla en nuestras conciencias— Doyun asintió mientras sacaba otro sobre, con mucho mas sellos de "CLASIFICADO" que el anterior, —aún no debemos preocuparnos, Atlas está a cuando menos 10 años de atraso respecto a la tecnología que el consejo considera aceptable, y la guarda celosamente, temeroso de lo que haría su propia nación con ese desarrollo tecnológico, aún si superara el límite establecido, su hermetismo le garantizaría la supervivencia, salvo que perdamos el juego— El joven sonrió mientras lo miraba con curiosidad, como si analizara sus palabras, algo innecesario, Doyun sabía que todo sonido y acción provenientes de él, eran analizados al instante con detalle por él.
—No perderemos, cuando me apodaron el mulato que abolió la esclavitud, terminé con algo que era más grande que yo, y que inició mucho antes de que interviniera, esta vez no será diferente, además esto lo discutí con el General, y él tiene plena confianza en que la estrategia funcionará, reconozco que tuve mis dudas en seleccionar a Fernando, yo quería enviar a Martín, lo sabes, y las desventajas eran ilógicas, no, yo quería enviar a un equipo completo, como todos, pero nuestro desvarío de ideas nos llevó a una estrategia en la que tenemos mas posibilidades de ganar, a pesar de que pareciera que estamos en clara desventaja, confía en nosotros, como nosotros confiamos en ti, todo va de acuerdo al plan, no esperaba que Fernando encontrara al equipo de Dee, pero si sobrevive al quinto jugador más peligrosos, caerá el primero de los dominós, y creará una reacción en cadena que nos llevará a la victoria, Fernando lo único que tiene que hacer es sobrevivir, lo elegimos porque sabe jugar a juegos de video si, pero principalmente porque parece un inútil, y en parte lo es, pero, suele rodearse de gente útil, y ya se le avisó a su sombra, así que todo estará bien, a diferencia de Fernando, Alejandro es de confianza—.
— ¿Hay Trampas en la iglesia? — La voz de Fernando sonaba mucho más segura de lo en realidad se sentía aquel, pero si Mike lo notaba, no le importó en absoluto.
—No es una película, el padre Román era mas fanático del plomo que de las trampas, y si las hubiera, las habrían desmantelado los ocupantes, aunque, no podría importarme menos, yo solo vine a desenterrar un muerto, y luego nos iremos, no quiero que te sientas un héroe, ni tu ni yo entendemos del todo lo que pasa, y mientras sea así, lo mejor es no enfrentar lo desconocido, especialmente porque te acabaste las balas, y no se en tus videojuegos, pero en el mundo real las armas no disparan sin balas — Fernando revisó su arma, percatándose que Mike tenía razón, estaba descargada, trató de pensar en munición, pero en sus ojos solo apareció la leyenda "vacío", maldijo por lo bajo y apareció su espada en lugar de la pistola que se desvaneció en un pensamiento.
— ¿Y de que nos ayudará desenterrar un muerto? —
—A ti, de nada, a mí por otra parte, me ayudará más de lo que imaginas — Mike estaba mas serio de lo habitual, y Fernando notaba una cierta aura extraña proveniente de él, si bien no era algo que pudiera describir con palabras, era algo que sentía y que le daba cierta incomodidad, pero, a pesar de ello, su instinto le decía que confiara en él.
— ¿Y a quién desenterraremos? —
— Sonrisa Carmesí, desenterraremos a Sonrisa Carmesí, vamos a saquear mi propia tumba— Fernando no sabia que pensar luego de escuchar esas palabras, ¿Cómo podría tener una tumba si estaba vivo?, y el nombre de Sonrisa Carmesí, no sonaba tan tranquilizante escucharlo hablar en tercera persona, especialmente con un nombre así para sí mismo, pero decidió no discutir, y limitarse a seguir a Mike, que lo llevó hasta una salida que daba a un cementerio, en las películas, los cementerios de Estados Unidos son lugares donde solo hay lápidas perfectamente formadas, pero el cementerio que estaba frente a ellos, parecería mas bien Mexicano, no había 2 tumbas iguales a la vista, y había tumbas con construcciones estilo mausoleo, mientras que también las había solo marcadas por tierra y una tosca cruz de madera, Fernando no entendía del todo porque habría un cementerio así en Estados Unidos, pero, a decir verdad no estaba entre sus prioridades el investigar, alguien les amenazaba, y eso era lo mas importante, y por ello no bajó la guardia ni un momento, esperando que en cualquier momento los rodearan hombre armados, especialmente si podrían esconderse tras las lápidas o mausoleos, pero Mike por el contrario, parecía calmado e incluso cómodo en aquel ambiente, tomó una pala que estaba recargada junto a la entrada del cementerio y caminó con seguridad, antes de detenerse en una lápida sencilla sin nombre alguno escrito en ella, para comenzar a cavar, hasta descubrir una caja de hierro cubierta de óxido y rodeada por una cadena, entonces, Mike, de su cuello se quitó una cadena, que en lugar de dije, tenía una llave, misma que usó para abrir el candado que aseguraba la cadena, era como si en esa caja se guardara algo que Mike temiera dejar salir, o eso imaginaría Fernando, no habría muchas más explicaciones para dejar algo en una caja de hierro, y encima encadenar esa caja.
Una vez que cayeron las cadenas, Mike dejo caer con ellas su collar, y abrió el pestillo de la caja, mientras un curioso Fernando miraba lo que sucedía a la expectativa, deseando saber cuál era el contenido de esa caja, sin embargo, cuando Mike extrajo una bolsa negra, no pudo evitar estar decepcionado, ya que Mike sacaba una máscara muy similar a la que ya tenía, y unas botas de estilo militar, si bien tenían placas de metal que cubrían las partes trasera y delantera de las mismas, Fernando no imaginaba por que las necesitaría él, o que tenían de especial, nada en su mente justificada que hubieran ido hasta allí solo para desenterrar eso, por lo que simplemente le perdió el interés al contenido de esa bolsa negra y se concentró en vigilar el cementerio, después de todo, llegar hasta este punto, había sido quizá demasiado sencillo, aunque la caja de hierro no estaba enterrada a mucha profundidad, pero, si él recordaba algo de los videojuegos, era que obtener algo sencillo, significaba peligro, y aunque, Fernando esperaba por primera vez en su vida equivocarse al predecir un juego de video, esta esta no sería una excepción a la regla de la facilidad, lo supo cuando se le erizó el vello de la piel, pero, aún no veía enemigos, por lo que solo adoptó la posición de combate de su personaje favorito de videojuegos, un espadachín medio demonio con el pelo blanco, no obstante, cuando una mano brotó de la tierra, una mano aparentemente a medio podrir que trató de sujetarlo, Fernando que no sabía cómo reaccionar a esto, se quedó atónito, sin atreverse siquiera a mover su propio cuerpo, si, tenía en mente que cosas extrañas pasaban en este supuesto juego en el que participaba, pero imaginar que una mano puede brotar del suelo como si de una margarita se tratara, era difícil de aceptar, incluso para la mente más abierta, por lo que incapaz de dominar su propio cuerpo, caminó hacia atrás desconcertado, cayendo de espaldas, mientras del suelo salía otra mano, y luego la cabeza seguida del torso de un zombi, que dirigió su mirada a Fernando mientras con sus manos comenzaba a avanzar hacia él, sacando el resto de su cadavérico cuerpo de la tierra, con evidentes intenciones de clavar sus dientes en la carne de Fernando, y seguramente lo había conseguido, si una bala no se hubiera alojado en su cráneo, el agujero que se formó en su cabeza, expulso sangre verde, mientras aquella monstruosidad caía inerte al suelo, mientras que su rostro tenía una mueca de sorpresa, como si aún no entendiera que había muerto por segunda vez.
Fernando entonces se daría la vuelta, para ver a su compañero, con un traje negro, una pistola en las manos, y una máscara en el rostro, una máscara aparentemente de metal sin más marcas que unos ojos cubiertos con cristal que debía ser la misma que desenterró, aunque Fernando, las botas que vió hace unos momentos también las estaba usando, y en sus manos portaba una pistola, aparentemente un águila del desierto, extrañamente de color rojo, que apuntaba aún sin bajarla, mientras dos manos salían bajo sus pies, y trataban de sostenerlo, inútilmente, se evidenció que no podrían cuando las pesadas botas de tipo militar de Mike, no, de Sonrisa Carmesí las rompían, cual frágiles ramitas, para luego bajar y aplastar el insipiente cráneo del zombi que trataba de emerger de la tierra, luego se acercó a Fernando y le ofreció una mano para ayudarlo a levantarse, gesto que Fernando apreció y aceptó para teñirse en pie.
— ¿Era eso por lo que venías? — Sonrisa Carmesí un apodo ganado a pulso por dibujar una sonrisa con sangre en aquella máscara sin rasgos que portaba, aquel asesino sin piedad que había sometido a todos los rebeldes de la zona de Jacovi, aquel que desaparecía pandillas enteras usando apenas un solo cuchillo, asintió y se quedó en silencio unos momentos analizando la situación, para después disparar hacía un ángulo ciego de Fernando, que se dio la vuelta para ver caer a otro zombi al suelo, sin su no-vida.
—No esperé volver a usar esta máscara nunca, pero algunas cosas cambian, y otras se quedan tan adheridas a tu alma, que son más necesarias para ti que respirar, esta máscara es una de esas— explicó mientras decenas de manos brotaban del suelo a la vez, ante lo cual Mike tomó un cuchillo tactico, diferente al que había usado cuando antes, por lo que Fernando asumió que también lo había desenterrado, junto a la máscara y la pistola, Mike era un conjunto de muchas sorpresas, agradables en su mayoría para Fernando, desagradables para sus rivales hasta ahora, aunque, Fernando comenzó a sentir que dependía de Mike, lo que, no le agradaba, esa sensación de inutilidad que sentía cuando le tocaba trabajar en equipo con su amigo Martín, y se evidenciaba la diferencia de conocimiento que ambos tenían, a pesar de Fernando se mataba estudiando, investigando, siempre leyendo, y Martín rara vez estudiaba, era algo que siempre le dio desazón, pero, en estas circunstancias, sabía que podía superarlo, y vivir con eso, porque en realidad, si dependía de Mike para sobrevivir.
Fernando esperaba que salieran los no muertos y los rodearan, para comenzar a cortar cabezas y extremidades, con su espada, sintiéndose en esas series donde un tipo con una katana llega matando zombis al por mayor, diciendo una frase genial, y mostrando que la humanidad es mas fuerte que cualquier plaga de no muertos que pudiera existir, sin embargo, Mike tenía otra idea en mente, y ante la inacción de Fernando, él avanzó solo, aplastando con sus botas los cráneos de esos no muertos, pateándolos cada tanto para romper sus cuellos, Fernando se sintió entonces mirando una película de acción, claro, por dentro sabía que no era tan impresionante si se consideraba la lentitud de los zombis y su estado de descomposición que hacía sus cuerpos frágiles, pero, por fuera, solo miraba emocionado y hasta cierto punto excitado las acciones de Mike, debía reconocer que soñó en incontables ocasiones que hacía lo que su compañero estaba haciendo, por lo que la adrenalina subió a él y lo obligó a secundar aquellas violentas acciones, ayudado de su espada, manos no dejaban de brotar de la suave tierra del cementerio, era cierto, pero eran pocos los no muertos que salían a la superficie, y no duraban mucho tiempo en pie, ya que eran devueltos al descanso eterno con rapidez, sin embargo, luego de un tiempo dejaron de salir, y entonces una voz se escuchó como eco en el cementerio.
—La fatalidad y la muerte siempre van de la mano, los elegidos por la oscura llama de la no vida se levantan para arrancar de los vivos el alma que no deberían portar, pues el sacrilegio de la vida ha de ser erradicado para que la paz impere, y por fin los espíritus atormentados puedan regresar al sueño del que no debieron despertar…— Sonidos de bala se impusieron sobre el eco de la voz, Fernando seguía sin saber como es que los instintos de Mike superaban tanto los suyos, ya que mientras él apenas podía tratar de adivinar de donde podría venir la voz, Mike ya estaba disparando a un punto en el que aparentemente no había nada, y sin embargo, había acertado a la dirección, lo que se evidenció cuando se dejó ver un hombre, vestido con una túnica, en posición de meditación que no dejaba de leer en voz alta un oscuro libro aparentemente, el hombre estaba en una plataforma móvil levantada por 4 esqueletos, que caminaban hacía Fernando y Mike, aquel hombre extendió una manos y al abrirla dejó caer las balas que Mike había disparado antes, sin embargo a pesar de mostrarse, no separó sus ojos de su libro, ni dejó de leer en voz alta su contenido, ante esa revelación, Mike recargó su arma y vació el cargador apuntando a su cabeza, sin embargó, las balas se detuvieron a unos centímetros de aquel hombre que, tan solo estiró su mano izquierda para tomarlas y dejarlas caer al suelo.
Mike entonces con tranquilidad negó con la cabeza, recargó su arma, y colocó una mano en el hombro de Fernando mientras señalaba la salida, misma a la que se dirigió sin más palabras, tal como había dicho en el pasado, él estaba aquí solo para desenterrar algo, que ya tenía en su poder, y por ello, no tenía más motivos para quedarse, con o sin jugadores, además, estaba claro que su armamento actual era ineficaz contra su nuevo adversario, por lo que, no lo enfrentaría sin un plan de ataque y más preparativos, como armas más potentes por ejemplo, o las balas especiales que solía usar antaño, lo que le recordaba agregar a su lista de cosas por hacer, visitar a algunos amigos antiguos, se dirigió a la salida, pero, entonces manos brotaron del suelo frente a él, demasiadas, cuyos cuerpos salieron de la tierra de manera antinatural como flotando, mientras comenzaban aparentemente a fusionarse en un solo cuerpo, formado de muchos mas cuerpos, Fernando estaba seguro de haber visto eso en algún lugar, aunque en estos momentos no podía precisar en cual, lo que si podía aseverar es que estaba aterrado de lo que veía, y no solo por lo grotesco que era a la vista, Mike por su parte le apuntó a los muertos y comenzó a disparar, pero Fernando le detuvo negando con la cabeza.
—No podemos matar esa cosa, es Legión, si no salimos de aquí, seremos parte de él — Fernando dijo esas palabras, tan tranquilo como pudo, aunque estaba completamente aterrado por dentro, había tardado un poco, pero había recordado a ese jefe de un juego que había jugado hacía muy poco, una monstruosidad que tardó mucho en derrotar, usdando un personaje con armas mágicas y poderes, en este mundo, por otra parte, armado con una espada aparentemente normal, y con un compañero armado con una pistola, no tenía confianza alguna en poder vencer a esa monstruosidad, Mike por su parte, miró a Fernando un segundo a través de la máscara, con frialdad, analizando lo que acababa de escuchar, y el miedo que leía en su amigo, luego, volvió a mirar la monstruosidad que se formaba frente a él, la lógica le decía que Fernando sabía más que él, y que con su equipamiento actual no podría matar esa cosa, ni siquiera sabía si era posible matarla, o la manera de hacerlo, incluso el mejor del mundo, no atacaba nada a ciegas, por lo que recargó su arma y le dijo a Fernando que lo siguiera, si bien el cementerio tenía un muro difícil de cruzar, no era imposible salir de allí sin usar la entrada, tras de ellos, aquella monstruosidad rugió con fiereza, y con una forma que asemejaría a un perro o algún otro cuadrúpedo y alcanzando no menos de 3 metros de alto, comenzó a seguirlos, Mike sabía que solo tratar de salir era una apuesta complicada en este momento, por lo que en su lugar decidió distraer a esa cosa, y por ello se alejó de Fernando y comenzó a dispararle a la criatura para llamar la atención, y de esa manera poder medir la velocidad de reacción de la criatura, que supero cualquier expectativa, ya que pese a su tamaño, y el hecho de que estaba formada por cadáveres, se movía de manera decente, pero, por suerte, aun así lenta para atrapar a Mike, era comparable a un científico persiguiendo un ratón por su laboratorio, salvo por que el ser inteligente aquí, era Mike, por otra parte, las lápidas y cruces no frenaban en modo alguno su avance, las construcciones por otra parte, solo eran saltadas, Mike sabía que esconderse no era una opción, al menos no tras una lápida, pero, este cementerio era mucho más de lo que parece, algo que evidentemente el hombre de la capucha ignoraba, por lo que debía sacar ventaja de ello, evadiendo a la criatura, se abrió paso hasta uno de los extremos del cementerio, donde había un agujero negro por el fuego y un pequeño armario de madera, que Mike abrió con rapidez, tomando de su interior una garrafa color verde, que abrió y lanzó a la monstruosidad que aún lo seguía, disparando a la misma en el aire, lo que provocó que su contenido ardiera en llamas y cayera como una lluvia de fuego sobre la criatura, que comenzó a retorcerse de dolor, emitiendo cientos de gritos agónicos al mismo tiempo, lo que era un espectáculo atroz y delirante a la vista y al oído.
Pese a lo bizarro de aquella escena, Mike no le dio más importancia, y corrió a donde estaba Fernando para arrastrarlo hasta un mausoleo que desendía a una cripta, y lanzarlo escaleras abajo, entrando tras de él, y tirando de lo que parecía una antorcha, que provocó que una puerta de hierro ascendiera del suelo, cubriendo la entrada al mausoleo. Fernando estaba demasiado impactado por todo lo sucedido para poder reaccionar, a pesar de haber caído escalera abajo, el cuerpo le dolía por los golpes, pero a juzgar por que no se había golpeado la cabeza, diría que sobreviviría, aunque aún no se explicaba a si mismo como es que seguía respirando aún, con pesadez, comenzó a levantarse del suelo para luego sentarse en uno de los gruesos muros del mausoleo y mirar a la oscuridad, haciéndose mil preguntas a la vez, hasta que sus labios por fin pudieron dejar salir sonidos en forma de palabras.
—¿Qué acaba de pasar? —
La cripta estaba completamente a oscuras, así que Fernando no sabía a donde mirar esperando respuestas, ni siquiera podría estar seguro de que Mike estaba allí con él, sin embargo, luces rompieron la profunda oscuridad mostrando un mausoleo aún, con una tumba en el medio, en la que estaba sentado Mike, mirando a Fernando, como si desde que no se veía nada, supiera donde estaba.
— Creo que maté a tu monstruo supuestamente invencible, es vulnerable al fuego — Fernando aún lo miraba con una creciente confusión, maldiciéndose a si mismo ´por no usar su arco llameante en el juego en el que lo había enfrentado, aunque, aún no se explicaba de donde había sacado si amigo el combustible, y al ver su expresión, Mike supo que esa explicación no le bastaría.
—El Padre Ramón a veces tenía que desaparecer evidencia, o cuerpos, en su mayoría traídos por mi, y los incendiaba en un agujero, siempre tenía reserva de gasolina para la tarea, así que pensé en usarla para prender en llamas al maldito monstruo, este mausoleo, por otra parte es la habitación de pánico del padre, y también la salida de este lugar, hay armas en todas las tumbas, era el almacén del padre Román uno de ellos al menos el otro estaba en la iglesia, pero este era nuestro favorito, lo que me recuerda…—
Dejó de hablar para levantarse de la tumba en la que estaba sentado, y acercarse a uno de los ataúdes del mausoleo, que sacó y de otra bolsa negra, sacó una camisa negra, una chaqueta del mismo color y unos pantalones a juego, no parecían nada especiales, no obstante, Mike comenzó a quitarse la ropa para posteriormente ponerse el juego de ropa que acababa de sacar del ataúd, mientras Fernando apartaba la vista, sin embargo, en ningún momento se quitó la máscara.
— El padre Ramón insistió en que solo la máscara, botas y armas eran parte de Sonrisa Carmesí, que la ropa solo era un uniforme, y que podría necesitarla alguna vez, me convenció de guardarla aquí en lugar de enterrarla, al menos no se equivocó en que la necesitaría de nuevo, no parece la gran cosa, pero necesitas balas antiblindaje para penetrarla, del tipo que casi nadie consigue — explicó Mike mientras guardaba la ropa que traía en el ataúd y dejaba este donde lo había encontrado, Fernando no dijo nada al respecto, ¿Qué podría decir? Además de que Mike parecía el protagonista de un juego de supervivencia, y él, un personaje secundario que no llegaría a los créditos, no obstante, esos pensamientos fueron rotos por un rugido atronador, seguido del retumbar de toda la estructura en la que estaban, solo había una explicación para Fernando, Legión atacaba con fuerza tratando de derrumbar el lugar.
Mike estaba seguro que esa cosa había ardido, aparentemente no solo por la gasolina, sino por los gases que emite el cuerpo al podrirse, pero, aún así allí estaba la evidencia de que la monstruosidad atacaba, aunque, en su fuero interno sabía que lo mas probable era que aquel extraño hubiera invocado otro. Estando donde estaban, tenía armas mas pesadas, pero, no el tiempo de detenerse a jugar con un monstruo que el hombre podría traer de vuelta, sabría dios cuantas veces, y mas que él, lo supo cuando además del retumbar de la estructura, se escucho que aporreaban la puerta con fuerza, pero no la misma que tendría legión, aparentemente mas monstruosidades trataban de entrar al lugar, y Mike no quería convertirse en pasto de no muertos, por lo que buscó la única pared libre en el lugar y se acercó a ella para empujarla, ante esa acción, la pared rechinó, y comenzó a girarse, para mostrar que tras de ella, había escaleras que descendían.
—A Jacobi no le gustan las cosas en la superficie, usamos una línea del subterráneo para mover las cosas, aunque diría que hacía mas de un mes cuando menos que no se usa, los que ocupan la iglesia parecen no saber nada al respecto, así que podemos abusar de ello—
Sin mas explicación comenzó a bajar las escaleras, Fernando lo siguió, pero una vez en las escaleras, empujó el muro con fuerza para colocarlo de nuevo en su sitio, Mike lo había hecho parecer fácil, lo supo cuando tuvo que usar toda su fuerza aplicada en el muro para regresarlo a su sitio, consideró que eso les daría mas tiempo, aunque, Mike por su parte no le dio importancia, se limitó a extraer una linterna de su ropa cuando la luz de la cripta fue obstruida por el muro que Fernando acababa de recolocar, y usó la linterna para iluminar el camino de ambos.
Descendieron hasta llegar a lo que parecía una caverna, aunque reforzada con vigas de acero, donde había unas vías, similares a las de un metro, Mike inspeccionó el lugar antes de encontrar lo que buscaba, una moto, revisó el tanque, antes de hacer una mueca de decepción, vacío, diría que no se ocupaba desde hace mucho tiempo, mala suerte, Fernando se había acercado a él, con curiosidad, pero al volver la vista, Mike le negó con la cabeza, y señaló el túnel que se extendía ante ellos.
— A caminar, tenemos que salir de aquí antes de que esas cosas encuentren la manera de llegar aquí, aunque estimo que cuando el mausoleo caiga sobre la cripta, nos darán por muertos, la paranoia es la madre de la supervivencia, siempre espera que tus enemigos te sorprendan, vámonos, debemos hacer algunas paradas aún, estimo que llegaremos a una salida en unas dos horas con un paso estable, pero deberemos dar explicaciones, todas las salidas tiene al menos un guardia y un encargado, el padre Román era el encargado de la iglesia, cada encargado responde ante Jacobi y responde por las entradas a la línea subterránea privada que tienen, aunque, cuando me vean asumo que no harán preguntas, no creo que nadie este listo para ver de nuevo a Sonrisa Carmesí, incluyéndome—
Explica mientras comienza a caminar, sabiendo que a estas alturas, el mausoleo y la cripta deben ser poco mas que ruinas y un agujero, Fernando sin embargo, no entendía mucho de lo que el decía, aun cuando era relativamente sencillo interpretar las palabras de su compañero, él era sonrisa Carmesí, y si era el mismo, ¿Por qué no estaría listo para verlo?, desconocía el duelo interno que tenía aquel que portaba la máscara, aquel hombre que se debatía entre el perro de presa que fue para Atlas, entre el siervo leal y discreto que fue para su hermano, y entre el hombre de bien que fue para el amor de su vida.
A veces, las cosas materiales tiene un peso emocional demasiado fuerte para alguien, sin importar su fortaleza, tal cual pasa cuando una persona entra a la habitación de sus difuntos padres, cuando se ve con nostalgia el regalo de un ser querido que ya no está, o cuando se ve aquel juguete de la mas tierna infancia, del que sin importar la edad y el estado del mismo, uno se niega a desechar, por la carga emotiva que posee, como pasaría con aquella máscara, hecha de titanio, con cristal blindado en los ojos, que se ajustaba perfectamente a su rostro, aquella arma roja, modificada, que saba munición creada específicamente para ella, o aquella arma que ocultaba en su ropa y que hasta ahora no había podido usar por no tener munición de ella, una pistola modificada que disparaba pequeños pero potentes misiles, mandadas a hacer para él específicamente, por Atlas cuando trabajó para él, que le hacían sentir aquella adrenalina, aquella sed de sangre que debía dirigir contra un objetivo, emociones que le permitieron sobrevivir a los infiernos en los que entró cuando sirvió a Atlas, mas aún que las mismas armas y la máscara. Aquel traje, que fue mandado a hacer por su hermano y que costaría una pequeña fortuna, solo para proteger su vida, y el cuchillo táctico, hecho a mano de acero de damasco, que también Jacobi mandaría a hacer para él, junto con las botas, hechas en su mayoría de kevlar, con una suela de una goma especial, y placas de acero al carbón, la suma que le debía Mike a Jacobi, era quizá el uno por ciento de lo que Jacobi Había invertido en su traje y cuchillo, y Mike estaba consciente de ello, lo que le dificultaba en parte, usar de nuevo ese atuendo, así como la poderosa carga emocional que tenía en él, Sonrisa Carmesí no era solo su trabajo, con él tiempo Mike se convirtió en el disfraz que usaba para pertenecer a una sociedad, y Sonrisa Carmesí se convirtió en su verdadero ser, que podía tener libertad, cuando se quitaba la máscara de Mike, y podía ser él mismo, hasta que la conoció, aquella que logró cambiar los papeles del hombre y el monstruo, y encadenó a la bestia en lo más profundo de su ser.
Naturalmente, Fernando no sabía nada de lo que ese traje representaba realmente en Mike, ni sabía nada de aquella que cambió todo, pero que saliera de la vida de Mike, de una manera tan repentina como había entrado, y Mike, planeaba mantener ese tipo de cosas solo para él mismo, Fernando le caía bien, pero, había cosas que ni siquiera Jacobi sabía de él, porque, cuando hay un monstruo en tu interior, tratas de ser un humano para las personas que te importan, aunque, como fuera en su relación con su hermano, debía mantener al monstruo alrededor, procurando ser el humano, se sentía como un domador manejando a un fiero león, encaminándolo a sus presas, pero cuidado que no devore a sus espectadores, aunque, con la tranquilidad que había en la soledad del túnel, confiaba en que podría ser solo el domador un tiempo más, aunque, usando sobre sí mismo, la piel del león.