Hunter apago el comunicador al escuchar lo que parecía el llanto de Vraria. Bueno, apagar tal vez no era la palabra correcta, mas bien lo que Hunter hacia, era producir una masa de células epiteliales al rededor del dispositivo que se encontraba debajo de su oreja, lo que evitaba que llegara el sonido y todo lo que se transmitía eran vibraciones.
Hunter rió con la posibilidad de tal vez ver a esa chica llorar. Si había una persona que Hunter encontraba molesta en el mundo, esa era Vraria. La chica tenia una incesante obsesión con evitar que Hunter pudiera realizar sus cacerías, cosa que no podía, las cacerías eran tan divertidas y emocionantes, aumentaban el flujo de adrenalina, mejoran la concentración, agilidad mental y una mayor percepción, era imposible que existiera alguien que las odiara...
Pero Vraria era una persona de imposibles, aun recordaba a aquella pequeña niña con la que tantas veces trato de jugar y recordaba aquellos ojos de molestia cada vez que lo veía, unos ojos que parecían decir "Muérete".
"Que niña tan molesta", pensó Hunter, el cual comenzó a reír al recordar la voz de Vraria cuando la llamo niña.
"No, así no", Hunter trato de acomodar su risa, después de tantos años, seguía sin ser muy bueno, a pesar de que le encantaba reír y que su risa le parecía de las mas hermosas que había escuchado, las personas parecían extrañarse cada vez que lo escuchaban reír, por lo que Hunter trataba de sonar mas normal, no quería que las personas lo vieran de manera rara.
—¿Qué te parece la risa? —pregunto Hunter a su acompañante.
Hunter miro hacia la mujer con traje marrón que cubría todo su cuerpo, con remaches como de cuero tachonado. Esta tenia unas gafas increíblemente enormes que cubrían sus ojos y unas extremidades extrañamente largas. Las piernas tenían una forma permanente de deformación, manos parecían ridículamente grandes, hasta un tanto anfibias. El rostro de la mujer no se podía ver por la mascara que llevaba en la boca, por lo que era difícil saber lo que realmente era.
La mujer de la cual Hunter no conocía su nombre, solo su inicial "N", se le quedo mirando sin mostrar ningún tipo de emoción o capacidad de responder. Hunter recordó que aquella persona era un "Sin cerebro", como Hunter le llamaba a todas las marionetas, cosa que casi siempre olvidaba. Realmente Hunter no era muy bueno recordando cosas, a pesar de que aquella mujer era uno de sus mejores asistentes, nunca era capaz de recordar su nombre o una mísera cosa sobre ella, lo único que sabia, era que su hermano es... O bueno, era hermana de "P", el cual había muerto valientemente peleando contra Trevor.
Aquello no ponía triste a Hunter, aunque "P" era el único con el que podía hablar, ya que al menos repetía todo lo que Hunter decía, el espectáculo que Trevor le había dado, había valido la pena.
"Una nueva habilidad... Y un crecimiento apurado", era increíble, Hunter nunca había visto a un Aumentado mejorar tan rápido en sus cacerías, normalmente tenia que pasar varios días para que estos pudiera descubrir una nueva habilidad o un nuevo uso de la suya. Pero a Trevor, solo le había costado un par de días, para volverse así de fuerte...
"Simplemente increíble", Hunter rió una vez mas y esta vez, creía que la risa le había salido mejor.
Este observo a sus otros dos asistentes, una mujer de pelo rojo y absurdamente largo, con un traje negro de cuerpo completo y un hombre que debía medir unos tres metros, con una piel oscura, un capa negra que cubría su cuerpo y unos ojos completamente perdidos.
—¿Qué les parece mi risa? -pregunto Hunter.
Pero para su desgracia, estos dos tampoco tenían cerebro...