Amanda se dirigía hacia la oficina de Alvatroz con su nueva y renovada personalidad, ahora era mucho mas valiente, fuerte y su coraje había aumentado bastante... O al menos eso es lo que se decía internamente para ocultar todo el terror que sentía al acercarse al Renacido.
Amanda termino su combate con Bran y los demás de una manera en la que nunca hubiera sido capaz de predecir, al final el extraño chico le había ofrecido su ayuda (Oh bueno, ella le había insistido por su ayuda) para poder hacer de ella alguien mas fuerte, valiente y con coraje, alguien mas como Bran y Nala los cuales saltaban a la acción sin pensarlo mucho, Amanda sentía bastante admiración por personas que puedan mirar al peligro a los ojos y no se hagan en los pantalones y ahora los admiraba mucho mas ya que ellos la ayudarían... Tal vez exceptuando a Nala, esa chica no se veía como alguien muy agradable y especialmente cerca de Amanda.
Amanda agradeció de manera digna a Bran por aceptar su muy extraña petición (Y con digna se refería a saltar de alegría y tirarse encima de el), una que viniendo de alguien que hasta hace poco era su enemigo, acepto de muy buena gana, algo que le confirmaba el buen corazón que el chico debía de tener, no cualquiera, por no decir casi nadie, aceptaría una petición como esa, una donde esta estaría cerca de el para aprender todo lo que pueda sobre hacerse mas fuerte... Pero Amanda sabia que Bran era una buena persona, lo sentía desde muy dentro de ella, lo sabia muy bien al ver sus ojos, era una extraña sensación, no era como los instintos que uno tiene cuando sabe que algo malo pasara o cuando sabe que una persona es de confianza...
«El es distinto... Pero no se de que forma...»
No, esto es algo muy distinto a eso, Amanda no sabia como explicarlo, pero a pesar de que el chico había tratado de matarla en serio, no sentía ninguna duda al respecto sobre confiar en el, cuando lo miraba, se sentía extraña, se sentía tranquila y calmada estando cerca de el, sentía que podía hacer lo que sea si lo tenia a su lado, era como algo casi sobrenatural, como si algo le dijera que debía estar cerca del chico, de que estar con el era su camino... Amanda llevaba pocas horas conociendo a Bran, pero ya le agradaba mucho mas que cualquier otra persona en el mundo y por sobre todo, lo quería mucho mas que Alvatroz...
Y ese era el siguiente escalón que debía tomar y Amanda no se sentía nada confiada al respecto... Estaba aterrada por lo que Alvatroz podría hacerle, sabia muy bien lo sádico y malvado que podía llegar a ser, por desgracia lo conocía demasiado bien, sabia todos sus extraños fetiches y aquella extraña obsesión por cantar canciones de rock u opera cuando esta torturando a alguien... Alvatroz era capaz de hacer cosas horribles y puede que según la CPR ellos deban estar unidos, pero no importaba lo importante que ella fuera, si le faltaba el respeto al Renacido, las consecuencias podrían ser catastróficas...
Amanda aun recordaba esas vez en la que uno de los directivos mayores de la parte de seguridad de la CPR japonesa había por accidente tropezado con Alvatroz y derramado un poco de agua sobre su vestido, a lo que este reacciono dejándolo paralitico de por vida al usar la propia pistola del propio agente y dispararle en la espalda, el hombre quedo inmóvil de la cintura para abajo e incluso a pesar de que había sido alguien bastante importante, nadie le había prestado atención a la gran falta de Alvatroz... Ni siquiera el hombre que salió perjudicado el cual simplemente se disculpo después de recibir el disparo...
Amanda llego hasta la puerta corrediza de la oficina de Alvatroz... Y se quedo un rato allí, solo mirando la puerta sin moverse, no podía negar lo asustada que estaba, por mas que su mente estuviera un poco calmada, su cuerpo seguía aterrado, como si fuera una presa que estuviera a punto de ser devorada por su depredador, su cuerpo estaba paralizado del miedo y cada célula de este le suplicaba que no entrara al cuarto... Pero Amanda tenia que hacerlo, tenia que hacerlo por su madre.
«Recuerda, es por ella»
Amanda estaba totalmente decidida a cumplir el ultimo deseo de su madre y para hacerlo, su deseo no era que simplemente se mantuviera con vida, si no una donde no tuviera que esconderme como un perrito asustado, donde pudiera vivir cada día tranquilamente sin ningún tipo de remordimiento, una donde pudiera tener amigos, ir a la escuela, estudiar, divertirse, enamorarse, crecer y trabajar, una vida que pudiera ser llamada como tal y no el encarcelamiento en el que tanto tiempo había estado viviendo... Y para lograr eso, tenia que alejarse lo mas posible del Renacido y también de la CPR, sabia que las consecuencias podrían ser graves y de que los altos mandos no estarían de acuerdo con su decisión...
«Pero... A quien le importa, ya estoy cansada de todo esto»
Amanda ya no podía seguir como había hecho por tanto años, lo sabia muy bien y lo había sabido por mucho tiempo, ya era hora de que tomara una decisión de una vez por todas, no iba a permitir que la siguieran tratando como un objeto, como si no fuera un ser humano, no permitiría que Alvatroz la siguiera maltratando y usando como un juguete, era hora de que hiciera algo al respecto y si ellos decidían desecharla o lastimarla por su insubordinación, bueno, al menos Amanda no se los dejaría tan fácil...
Además, ahora tenia una muy buena razón para hacerlo, una demasiado importante y tal vez la única razón por la que realmente tenia que abandonar a la CPR...
«El hombre de la sonrisa y el tatuaje de estrella en la mano... No lo perdonare»
Ahora Amanda tenia realmente un objetivo en la vida y se sentía un poco extraña por eso, siempre había pensado que pasaría el resto de sus días como una esclava hasta que terminara meriendo de un infarto o algo por el estilo, pero ahora que finalmente tenia un poco de valentía en su sistema y con la ayuda de Bran, podría de una vez por todas hacer aquello con lo que llevaba soñando desde que tenia memoria...
«Tengo que atraparlo... Y una vez que lo haga, pagara por lo que hizo con su vida.»
Tal vez pensar aquello era demasiado pronto, aun no tenia la suficiente fuerza para lograr tal tarea, pero, al menos aquel deseo ya no era un sueño torpe, ahora era realmente una posibilidad. A Amanda no le importaba si le costaba toda la vida, terminaría encontrado al hombre y lo mataría, aunque para hacerlo tuviera que enfrentarse cara a cara con Alvatroz...
«¡Vamos, solo entra y hazlo!»
Amanda tomo aire y se preparo, sus manos le temblaban y apenas podía mover las piernas, su corazón latía a mil y se sentía como si estuviera a punto de llorar... Pero Amanda utilizo todas las fuerzas que logro conseguir y con todas las consecuencias que atraería esa acción, esta abrió la puerta...
Pero antes de que lo hubiera hecho, la puerta se abrió de par en par y de ella salió Alvatroz que hablaba por teléfono. Amanda se paralizo al ver como el Renacido salía del cuarto y sonreía al verla en frente de el.
—¡Vaya Amanda, aquí estas! —exclamo sorprendido Alvatroz de manera tan exagerada que supuso que realmente esperaba que lo fuera a ver... No estaba segura si eso era algo bueno o malo.
Amanda abrió la boca para hablarle, pero este la paro con su mano y siguió hablando por teléfono... Amanda pensó que nunca se había preguntado quien era la persona con la que Alvatroz siempre hablaba por teléfono, que ella supiera, este no tenia ningún amigo y tampoco se dejaba seguir ordenes de nadie, pero por alguna razón, alguien siempre lo llamaba por teléfono y este siempre contestaba sin falta de manera cordial y obediente... No quería saber quien era aquel que podía hacer que alguien como Alvatroz actuara así.
—¡Si, claro que si, enseguida voy señor! —Alvatroz tranco el teléfono de repente y sonrió de manera perturbadoramente feliz a Amanda.
Alvatroz cerro la puerta detrás de el... Y entonces comenzó a caminar y alejarse de ella. Amanda se quedo confundida por un momento, normalmente cada vez que veía al Renacido, este la obligaba a que lo acompañara a todos lados... Amanda volvió a agarrar aire y lo llamo.
—¡Es... Espera! —exclamo Amanda entre tartamudeos y Alvatroz se volteo a verla... Este se veía demasiado feliz, eso no podía ser algo bueno...
—¿Qué pasa Amanda?, ¿Necesitas decirme algo? —pregunto Alvatroz de manera cariñosa y tranquila con aquella voz condescendiente que tanto la molestaba—. Si es para decirme que perdiste el juego, tranquila, ya Sakura me aviso.
Aquello hizo enfurecer bastante a Amanda, estaba cansada de que el Renacido la tratara como un perro y detestaba de sobre manera que Sakura siempre buscara nuevas maneras para humillarla. Estuvo a punto de gritar a todo pulmon por primera vez en su vida a Alvatroz... Pero entonces este se comenzo a reir a carcajadas.
—¡Oh, Amanda! —Alvatroz se tapo la boca con una mano y con la otra se tapo los ojos—. Si lo que realmente quieres decirme es que planeas abandonarme a mi y a la CPR y hacerte amiga de Bran... Bueno, espero que te vaya bien, sinceramente, no me importa en lo mas mínimo, has lo que se te venga en gana, después de todo, eres una Doble Renacida...
Amanda se quedo estupefacta al escuchar como es que Alvatroz sabia de manera tan especifica lo que tenia planeado hacer, era como si este pudiera leer la mente y hasta donde tenia entendido, ese no era uno de sus poderes.
Alvatroz se despidió con una reverencia mientras se seguía tapando la cara y acto seguido se fue del lugar... No sin antes mostrarle una de las caras mas terroríficas que Amanda había visto en toda su vida, una que muy probablemente la atormentaría por toda su vida... Este tenia los ojos entre cerrados con las pupilas de ambos ojos mirando en direcciones distintas, la boca formando una curva hacia abajo con los pliegues de las comisuras de sus labios y de la mandíbula tan tensos, que parecía una de esas pinturas clásicas sobre Onis...
Alvatroz no estaba feliz, estaba realimente furioso por algo y Amanda estaba aterrada por lo que eso podría significar para ella y los demás...