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Chapter 2 - Capítulo I

Desperté bastante endurecido por culpa de que me quedé dormido en medio de una reunión importante de mi tutor.

Bostece estirando mis brazos y mi tutor me vio con desaprobación. --. Eres un asco. ¿Ya podrías comportarte? No te darán un lugar en la resistencia si continuas así. No sólo te aceptan por tu inteligencia y experiencia en el campo, también por la obediencia y complacencia a tus superiores. Si eres un rebelde sin causa no te dejaran entrar.

--. Lo sé. Lo sé. --,dije desinteresado. --. No me interesa entrar de todos modos. Puedo matar vampiros sin que ellos me den autorización.

El viejo chasqueó la lengua irritado y abandonó el lugar de reunión dejándome sólo y pensando en que tal vez si debí comportarme, pero esa idea desapareció rápidamente recordando para qué fue que me esmere tanto en aprender de las debilidades de los inmortales, que de hecho, no son tan "inmortales" como ellos presumen.

Sonreí ante la idea y saliendo de aquél lugar me fui a dar un paseo. Detrás del edificio abandonado, que por debajo, se alzaba un bunquer secreto espacioso y literalmente del tamaño suficiente para llamarlo una supuesta cuidad. En realidad aquél lugar fue hecho con el fin de mantener la raza humana aún procreando y expandiéndose en secreto, además de el fin de hacernos más fuertes para vengar a la humanidad... Para algún día poder deshacernos de esas sanguijuelas.

Paseaba tranquilo. Daba vueltas alrededor de lápidas abandonadas con nombres de personas que quizás jamás existieron, que jamás en realidad llevaron aquellos nombres. Todo era una tapadera, no se enterraban aquí a nadie solo era tierra y pedazos de piedra puestas con la intención de engañar.

Me senté frente a una y leí la leyenda.

"Clay Stanfor; Amó, fue amado y murió."

Que puta mentira. Todos son buenos después de muertos, hipócritas sin remedio.

En eso oí un ruido detrás mío. Me volteé rápidamente viendo unas hojas moverse por la fuerza del viento y volví a guardar el arma en su funda que había empuñado rápidamente al escuchar ello. Devolví mi vista a la lápida y me parándome del suelo decidí volver al complejo cuando chocando con algo casi caí a bruces al suelo. Levanté la vista tapándome con otra inconfundible mirada acolmillada.

--. ¿Que quieres, Vampiro? No es un buen momento para cazar. Aún no es de noche. --,dije desenfundando nuevamente mi arma. --. Vete por donde viniste, colmilludo.

Sonrió de lado mostrándome su sonrisa dentada de puntiagudas dagas. --. Sólo pasaba por aquí y me topé con tu sangre tipo Cero Negativo... Pienso comerte lenta y dolorosamente hasta dejarte seco.

Bramó el Vampiro pero le resté importancia y lo rodeé alejándome de él pero me interceptó al instante. --. Aléjate o te mataré. --,espeté comenzandome a enojar.

El vampiro soltó una risotada histérica. --. No me digas. ¿Tu? ¿Matarme? ¿Un puto humano? No me hagas reír.

En eso él intentó tomarme del cuello y yo sólo hice las que tenía que hacer, con el arma hecho a base de rayos ultravioletas solares lo atravesé en el estómago dejando un agujero que ardía sangrante y el vampiro soltó un alarido seguido de abrazar con ambas manos la zona herida que rápidamente consumía su carne prendiéndola fuego para terminarlo consumiendo por completo en solo menos de un minuto.

Sonreí satisfecho por el charco de sangre oscura y asquerosa con cachos de carne repugnante y calcinada con un olor a quemado y podrido.

Dejé aquél desastre allí y disponiéndome a irme sentí un fuerte golpe en mi nuca que me hizo ver todo blanco para luego tornarse negro y así perder el conocimiento.

°

Desperté. No tenía en mi muñeca mi reloj especial, con aquello no solo podía ver la hora, me mostraba el desarrollo de mi enfermedad mientras que también verificaba todos mis datos físicos.

Necesitaba esa mierda si no quería morir.

Bufé fastidiado notando un par de cosas insignificantes... ¡No sabía donde mierda estaba! Estaba sin mis ropas y solo me encontraba en ropa interior dejando ver mi contextura delgada y blanca como la nieve. Traté de incorporarme y el dolor de cabeza se hizo presente recordando fugazmente aquél golpe propinado canallamente para hacerme perder el conocimiento.

Miré a mi alrededor tratando de verificar, de observar que podría utilizar de arma...

Oh, dios. ¡Mis armas!.

Sin esperar más nada me levanté viendo la obviedad de que no había ventana y lo único que allí había eran dos puertas. La cama en donde dormía no es muy cómoda que digamos y aunque hubiese preferido estar vestido aunque sea no podía quejarme del frío... Ya que siempre lo he sentido gracias a mi enfermedad.

Me acerqué a la primera puerta que encontré y allí estaba el baño. Entré e hice mis necesidades aparte de verme al espejo notando que tenía un poco de tierra en mis mejillas. Limpié mi rostro y salí de allí abriendo la otra puerta. Ésta daba a un pasillo.

Salí confiado pero no demasiado, caminaba despacio viendo a ambas direcciones hasta toparme con unas escaleras. Bajé y salí donde sería el vestíbulo de una mansión...

Ya lo había entendido. Los únicos que poseen mansiones son los malditos chupa sangre.

Apretando los dientes de furia buscaba una salida pero en todo el lugar no había ni una sola ventana, solo una enorme puerta que parecía de piedra. Me acerqué a ésta y la toqué.

Fría. Era metal o acero.

Suspiré pesadamente y busqué cualquier cosa para defenderme pero en ese momento siento algo tomarme del cuello desde mis espaldas aventándome dolorosamente en el suelo sin alfombrar y de azulejos. Gemí del dolor y no creí poderme mover ya que sentí que algo me golpeó fuertemente en el estómago arrastrándome varios metros lejos de lo que sea que me estaba hiriendo.

--. Sientate en frente de mí, ahora. --,ordenó una voz gutural y amenazante mientras yo sólo escupía la sangre de mi boca levantando la vista y viendo directamente a los ojos marrones y ladinos.

Sentí asco.

El fornido y alto hombre que aparentaba unos treinta años tiene el cabello castaño y largo hasta la hombros que caían como cascadas de asqueroso lodo con ondulaciones leves, su expresión estaba tranquila pero se veía irritado, como si mi presencia le molestase. --. Nómbrate. --,dije levantándome ignorándose el dolor de mis costillas y estómagos al haber sido golpeado con tal fuerza.

El vampiro de mirada castaña me sonrió de lado. --. Siéntate. --,volvió a repetir y para evitar más golpes y una muerte inminente obedecí sin perder mi orgullo. Solo lo hago por sobrevivencia. Me senté en el suelo en frente de él en el suelo viéndolo directamente a los ojos. Él gruñó molesto y pateó nuevamente mi estómago. --. No me mires a los ojos. --,espetó sentándose en un grande sofá dejándome en el suelo.

Ésta vez tragué la sangre. Creo que el idiota no sabe controlar la fuerza, o es que simplemente no repara en el daño que me hace.

De todas formas me da igual.

Volví a sentarme en frente de él sin poder contener mi mueca de molestia por el dolor. Se quedó allí sentado sin hacer nada, parecía pensar muy detenidamente en algo aparentemente importante. En eso él estira su brazo musculado y repleto de tatuajes inentendibles hasta alcanzar su celular, marcó un número y esperó a que atendieran del otro lado de la línea. --. Si. Soy yo. --,escuchó por un momento y sonrió. --. Si. Lo tengo. ¿Para cuando es eso?. Perfecto. Lo haré. --,cortó la llamada dejándome extrañado.

Qué comportamiento más extraño.

--. Dime una cosa, mundano. --,dijo el vampiro diciéndome aquello con la intención de molestarme. Cosa que no funciona ya que estoy orgulloso de mi humanidad. --. ¿Cual es tu nombre?.

Arquee una ceja extrañado. --. ¿Y porqué quisieras saber mi nombre? Que yo sepa no se le pone nombre a la comida. --,dije en un tono burlesco.

El se levantó de su lugar tomándome del cuello levantándome a su altura y elevándome del suelo evitando que mis píes descalzos toquen tierra firme. --. Lo has dicho a la perfección. --,sonrió con malicia. --. Ahora en más no serás más que comida con la que jugaré toda una semana.

--. ¿Porqué una semana? Muérdeme ahora, anda. --,lo insite sabiendo perfectamente lo que le pasaría si toma demasiado de mi sangre enferma.

Él me miró incrédulo. --. Tienes agallas, puto humano. --,ésta vez me impulsó mandándome lejos haciendo que mi espalda chocara fuertemente contra una de las paredes volviendo a caer al suelo. Se acercó a pasos rápidos y teniéndome del cabello me arrastró escaleras arriba dejando que los escalones me golpearan, caminó por uno o dos minutos hasta que llegamos a una enorme puerta de acero donde al entrar habían diferentes objetos de tortura. Me lanzó sobre una cama, también de acero, y antes de que pueda moverme estuvo mis muñecas y tobillos en cuerdas sin la opción de poder moverlas. Solo podía mover la cabeza. --. Ahora dime. ¿Donde están los humanos?. --,preguntó parándose frente de la cama.

Ja. Ya sé lo que pretendes, sanguijuelas. No diré una palabra y verás que puedo manipularte a la perfección, insignificante predador descerebrado.

Sonreí ante aquél cuestionamiento.

--. ¿Y para qué quisieran saber eso? ¿Es que ya no tienen para cazar? Debieron pensarlo mejor antes de haberlos matado a todos. Ya no hay. Soy el último. --,dije sonriéndole y burlándome de él.

--. Con que vuelvas a burlarte de mí, te cortaré la lengua.

--. Anda. Córtala. Así, sin lengua, no podré decirte nada. --,volví a burlarme y él, después de bufar fastidiado, salió de aquél lugar dejándome casi a oscuras. Había una pequeña ventana por la que entraba la luz de la luna.

No podía creerlo. ¿En verdad ellos están tan desesperados por poseer más humanos que me raptaron con la intención de encontrarlos? Es verdad, los sobrevivientes están ocultos y con los años aprendimos de los inmortales a tal punto que podemos matarlos...

Por ejemplo mi sangre...

Mi enfermedad es letal para los vampiros si se toma cierta cantidad, además de que gracias a Vampiros traidores aprendimos de sus debilidades haciendo aquello una arma.

Que va. ¡Teníamos un arsenal! Yo, por ejemplo, estaba armado hasta que me trajeron aquí. Igualmente puedo manipularlos como yo quiera y gracias a un Vampiro científico amigo mío tengo habilidades que otros humanos no poseen. Éstas habilidades solo se las dan a los miembros de la resistencia. Aún no he entrado en ello pero él me lo cedió gracias a que tuvimos química.

Podría atreverme a decir que él me agradaba. Y digo agradaba porque no creo que vuelva con vida, mataré de seguro a éste maldito chupa sangre, pero moriré tarde o temprano.

Suspiré cansado e incómodo, miré las ataduras y después de forcejear éstas cedieron.

¡Gracias amigo! Por ti pude salir vivo de muchos problemas. Igualmente sé que éste será el último.

Quite lo que me amarraba a la cama de metal y me senté en ella viendo todo a mi alrededor. La ventana estaba muy alta y sin pensármelo dos veces mordí mi lengua haciendo que ésta sangrara, tomé ese pequeño bocado de sangre que se curó rápidamente y mi cuerpo se encendió. Mis ojos color gris se iluminaron dolorosamente en rojo y mi cabeza estallaba en un dolor estruendoso.

Efectos secundarios de las habilidades y de mi enfermedad.

Miré nuevamente hacia la ventana y dando un salto atravesé la misma saliendo al helado exterior. No reparé mucho en el frío pero rápidamente trepé viendo por donde podía volver a entrar para recuperar mi reloj, mi ropa y armas. Hasta que encontré una escotilla por donde se podría entrar a un ático. Una vez dentro volví a sentir nuevamente el calor envolverme. Debo admitir que dentro es cálido, o al menos comparado a la temperatura de afuera.

Caminé despacio encontrando la salida del ático y en una caja vieja estaban mis cosas.

Será idiota. ¿Como puede tratar así mis cosas? Me vestí rápidamente, puse mis armas en sus respectivos lugares y me coloqué nuevamente el reloj viendo la hora.

Nueve y media de la noche.

Y también vi mis resultados de sangre... Un treinta y tres por ciento contaminado. Puedo aguantar hasta un ochenta por ciento antes de que me haga algún daño.

Caminaba directo a la salida del ático pasando frente a un grande espejo. Me detuve en seco viéndome de cerca, mi cabello, que se supone que es negro, se estaba tornando blanco grisáceo desde la raíz, mis ojos que anteriormente eran castaños ahora eran grises y mi piel estaba blanca y fría. Supongo que vale la pena con tal de matar a esas sanguijuelas, parecernos a ellos con la finalidad de hacerlos pagar por su osadía al querer dominar el mundo a su asqueroso antojo.

Abrí un poco mis belfos y allí mis caninos estaban un poco puntiagudos y dolían, tenía que quitármelos en el laboratorio de Dominick, que es el vampiro científico, para que no continúen creciendo por el efecto de la Helada -0. Duelen. Maldita sea.

Me alejé enfadado con mi reflejo y salté de la ventana hacia la calle. Justo en frente mío estaba aquél asqueroso vampiro que me retuvo en esa dolorosa cama. --. ¿A dónde crees que vas?. --,dijo haciendo crecer sus colmillos grandes y prominentes sobre sus labios carnosos y rosados, sus ojos brillaron en rojo y su mirada se volvió amenazante e hiriente.

No me interesa.

Traté de pasarlo de largo haciéndome el desinteresado y él tomó de mi muñeca torciéndola y arrancándome un quejido que acalle mordiéndome el labio inferior. --. ¿Lejos de ti? Por ejemplo. --,dije soltándome de su agarre mirando mi herida muñeca. Esta sanó por el efecto de la Helada -0 pero fingí aún estar adolorido.

--. No lo permitiré. --,lanzó sus garras hacia mí y yo lo esquivé casi atrapándome, él se quedó viéndome sorprendido y yo también.

Yo los puedo esquivar muy fácilmente pero él casi me atrapa, mientras él está seguro muy sorprendido por mi velocidad. --. Dime, vampirito. ¿Que edad tienes?. --,le pregunté y él sonrió.

--. ¿Para qué quieres saberlo?.

Me encogí de hombros. --. No es asunto tuyo. Y no me importa si no me lo dices, de todas formas no me interesa. --,sin más comencé a correr en dirección contraria a la de él y huía rápidamente viéndome rodeado de enormes casas y mansiones, mordí nuevamente mi lengua y agudicé mi visión. A lo lejos divisé un bosque. Una vez allí buscaría algún camino hacia el bunquer.

Casi estaba a mi altura y yo solo me sobre exigí alejándome del vampiro. En ese momento una voz familiar me abruma para luego sorprenderme.

Caleb estaba aquí. Mi mejor amigo estaba corriendo a mi par sonriéndome amigable como siempre.

°

Una vez llegamos al bosque él me abrazó exagerando su alegría. --. ¡Santiago! ¡Me alegra que estés bien!.

--. También me alegra, pero lo que me importa a mi es... ¿Entraste a la resistencia?. --,pregunté lo que es obvio y el asintió.

--. ¡Claro que si! Ayer fue mi iniciación y me inyectaron la Llamarada +0 y por ello me escapé y vine a buscarte. --,dijo pero su sonrisa cambió a una de lamento. --. Pero no me gusta el método de activación de la enfermedad.

--. La Llamarada +0 está hecha a base se sangre de Hombre Lobo, entonces deberías de morderte... --,dije pensando ya que la Helada -0 es a base de sangre de Vampiro y debía beber un poco de sangre y dependiendo de la cantidad el efecto y duración.

Asintió. --. Debo morderme... Y no es bonito. --,se quejó. --. Luego hablamos bien. Debemos volver. --,asentí y él me dio la espalda guiándome por donde vino.

Su cabello es castaño y no creo que cambie, aún así podía distinguir un destello colorado en la raíz de su cabello, un tono verdoso en sus ojos y su piel se veía más blanca de lo normal.

Los efectos de la enfermedad.

Caminamos hasta donde había una lápida. En ella solo había tallada una cruz y caminamos hasta toparnos con una cabaña abandonada y casi destruida. Al entrar el suelo se desfonda y ambos caímos dentro para ver desde abajo volverse a tapar el hoyo en donde caímos.

Una superficie blanda nos acomodó la caída y entonces entramos al bunquer.

Caminamos los pasillos tranquilos hasta encontrar un vehículo que nos lleve nuevamente a nuestras respectivas habitaciones.

--. Amigo. Ahora que estoy en la resistencia... Puede que no nos veamos tan seguido. Sabes que saldré con los otros con la Llamarada para cazar a los HL y la verdad es lo único que no me agrada de ello. --,dijo bajando la mirada.

--. Lo sé. También lamento eso. Pero debemos ser fuertes. Si nos esforzamos, cuando seamos más mayores habremos acabado con la mayoría de esos monstruos. --dije animándolo.

--. ¿A qué te refieres exactamente con eso de "cuando seamos mayores"? Que yo sepa tengo dos años más que tú, enano. --,sonrió de lado y yo solo chasquee la lengua falsamente molesto.

--. Como sea. Debo ver a Dominick. --,dije recordando la experiencia con aquél Vampiro que me raptó.

Él desvió la mirada y me vio de reojo, se veía molesto. --. Deja a esa sanguijuela con sus experimentos, ¡vamos a entrenar juntos! Así veré más o menos el poder nuevo que tengo.

--. Como quieras. --,dije restándole importancia y llegando a nuestro destino.

Una vez entramos a la habitación de Caleb noté que él estaba escondiendo no sé qué en el armario para después cerrarlo con cautela con una sonrisa sospechosa en su rostro, se acercó a mí y tomándome de los hombros me sentó en la orilla de su cama a medio hacer.

--. Mira. Mira. --,dijo acercando su muñeca izquierda a su boca y corriendo fuertemente cortando la carne y haciéndose sangrar. Su rostro mostraba dolor pero luego la hemorragia paró y sanó, en ese momento sus caninos y varios de otros dientes comenzaron a cambiar mostrando varios caninos fuertes, sus ojos, que anteriormente eran castaños, destellaban de verde oscuro cambiando por completo el color natural de ellos, su piel se tornó más clara y su cabello comenzaba a tornarse colorado desde las raíces hasta un poco más de estas dejando tres cuatros del largo de su cabello de su castaño normal. Se veía fuerte y adolorido.

De seguro le duele aquellos caninos.

Me acerqué a él y puse mi mano en su pecho semi descubierto sintiendo el calor de su piel, es exactamente diferente a mí, que de hecho soy frío como el mármol congelado. Él me veía desde arriba con sus ojos brillantes y verdes, me veía con intensidad.

--. Es increíble. Cada vez entiendo menos estos sueros con la enfermedad, cada uno de los inyectados cambia su aspecto a alguien diferente. Es extraño. --,mencioné alegando mi mano y poniendo mi mano en el collar que siempre llevo en el cuello, otra de las cosas que me había quitado aquél monstruo después de Raptarme

Ahora que recuerdo... Ellos tenían una buena razón para haberme llevado de esa manera.

Debo hablar con Dominick.

En eso me alejé de Caleb y éste me vio extrañado esperando a que los efectos de la enfermedad pasase, que de hecho, pasará en unos diez o quince minutos. --. ¿A donde vas?.

--. Tengo algo que hacer. Te veo luego. --,dije saliendo de su habitación y caminando en dirección al laboratorio. En Dominick y en Caleb son los únicos en quien confío y debo decirle esto que yo creo es importante.

Al llegar la puerta se abrió en frente de mí dejándome ver el espacioso y grande lugar blanco y extenso lleno de artefactos que ya reconozco por la cantidad de veces que he estado aquí. En unos pocos pasos vi a Dominick en una de las mesas escribiendo en lo que parece ser un anotador.

Me vio de reojo con sus ojos miel brillantes, su cabello corto y de igual color semi ondulado, su piel morena chocaba con el blanco de su bata y el lugar. En ningún momento su expresión de total aburrimiento cambió al verme.

--. Apestas a vampiro y a perro sucio. --,gruñó gutural, tono de voz que suele asustar a todos pero a mi no, con una mueca de molestia y asco.

Característico y típico de él.

--. ¿Lo puedo explicar?. --,me encogí de hombros.

--. En realidad no me interesa, pero veo que no es para hablar de tu olor por lo que has venido. ¿Me equivoco?. --,replicó arqueando una ceja viéndome un segundo para volver en lo que estaba.

--. No te equivocas. --,dijo sonriendo para mí solo. --. Me ha llevado un vampiro a su mansión en una zona cercana. No me ha mordido y no tenía intensiones de matarme ni de dejarme ir. Además, me intentó interrogar. --,dije en un tono desinteresado para ver la reacción de Dominick.

Él me vio entre extrañado y enfadado. --. Tú has vuelto a salirte del bunquer, ¿verdad?. --,asentí y él suspiró. --. Eres cabezota.

--. ¡Calla y escucha!.

--. ¡Entonces no vuelvas a escapar, humano idiota!. --,dijo casi en un rugido que me hizo erizar la piel.

Debo admitir que él se ve dominante y peligroso. --. Me interrogó. --,volví a repetir y él me veía atento.

--. ¿Que te preguntó?.

--. Quiso saber dónde estábamos, es decir, donde están escondidos los humanos. No comprendo, creo que en realidad se están quedando sin comida. Debías ver como ese vampiro estaba aguantándose las ganas de arrancarme la yugular a moriscos. --,reí apenas y viendo a Dominick me di cuenta de que no le dio ni un gramo de gracia.

Cascarrabias.

Aguafiestas.

Malhumorado.

Sanguijuela.

--. Sigue pensando esas cosas y te cenaré, enano. --,espetó molesto. Yo solo ignoré aquello. --. Tienes razón en algo. Se están quedando sin humanos, en vez de utilizarlos de ganado solo bebían y mataban disminuyendo el número de personas. Y veo que muy drásticamente. --,se le vio pensativo. --. Deberíamos de saber más de ello... Pero no hay manera de saberlo.

--. Dominick... Ese vampiro... --,en eso los ojos miel brillantes me miraron. --. Casi pudo capturarme cuando yo utilicé el límite de mi enfermedad... ¿Como? Siempre he estado a la par o más fuerte que muchos vampiros. Pero creo que éste es muy fuerte. --,dije haciendo una comparación mental.

Él regresó su vista a lo que sea que estaba leyendo o escribiendo. --. Es normal. Por fin te topaste con un vampiro que es tan viejo que su fuerza y todas sus habilidades están a un nivel superior. --,dijo. --. Yo, por ejemplo, tengo casi dos mil años.

Se detuvo de repente y yo lo miré extrañado. ¿En que estará pensando?.

--. Santiago. --,me llamó por mi nombre. --. Si te digo un secreto respecto a los sueros-enfermedades, ¿tu guardarías el secreto?. --,yo sentí seguro y me acerqué aún más a su cuerpo helado que irradia poder.

Él sigue sin decirme porqué es que nos ayuda tanto.

--. Dime.

Él suspiró. --. Es obvio que siempre has desobedecido las reglas de la resistencia y que te volverás a escapar. Así que te diré unos ítems que necesitas saber de la enfermedad que tu portas. --,asentí nuevamente intrigado. --. Lo que ya sabes es que, se llama Helada -0 y está en su cincuenta por ciento compuesto de sangre de Vampiro. Éste está completamente adherido y mezclado con tu ADN y es imposible de revertir, es fácil de utilizar y además se activa, pudiendo así utilizar sus beneficios, bebiendo sangre. Puede ser la sangre de cualquier mamífero, en otras palabras, sangre caliente. --,dijo recalcando lo que ya sé. --. Lo que no sabes es que, todos y cada uno de los sueros están hechos individualmente. La sangre utilizada es única en todos los casos y no muchas de las nuestras son utilizables para hacer el suero. Es decir que tú, Santiago, tienes tu ADN literalmente fusionada con la de un vampiro y por ello tienes esos cambios físicos. Al parecer el vampiro con el que hice el suero para ti tenía el cabello gris y los ojos del mismo color. --,dijo haciendo captar toda mi atención. --. Dejando eso de lado. El método de activación... Es correcta y la forma en la que lo haces también está bien. Unas pocas gotas de sangre te dan aquella velocidad, fuerza, agilidad y demás habilidades que poesía el vampiro en cuestión. Pero, no lo estás utilizando debidamente.

--. No comprendí eso último.

Él suspiró. --. ¿Como es que los vampiros pueden usar totalmente todo su potencial?. --,preguntó como si fuese su alumno.

--. ¿Bebiendo sangre?.

Dominick asintió. --. No eres un vampiro, pero tampoco eres un humano. Debes alimentarte debidamente si quieres alcanzar el máximo de tus habilidades.

--. ¿Pretendes que yo beba de otra persona?.

--. No digo eso. Pero así funciona esto. --,se sentó en frente de mí y aún así me sentía un enclenque. --. El vampiro con el que hice tu suero es un vampiro, traidor como yo, que cedió de su sangre para mis experimentos. Aquél vampiro tiene siete mil años. Si fuese así y tú utilizaste todo tu potencial frente aquél vampiro hubieses ganado sin haber movido un pelo. Por eso te digo que debes aprender a utilizar bien la Helada -0 además de que... Ya sabes que no debes utilizarlo demasiado o acabarás muriéndote envenenado.

--. Jeje. No quiero ni pensar en la cara del vampiro que prueba mi sangre.

--. No morirá, si eso es lo que piensas, pero quedará muy débil y hasta podría perder el conocimiento según la cantidad de sangre que haya bebido. El vampiro en cuestión debería de vomitar aquella sangre o simplemente dejarse llevar y agonizar un buen rato. --,estaba por preguntarle algo y en eso pareció acordarse de algo. --. Una cosa más. ¡Nunca tomes sangre de un vampiro! ¿Me has oído?.

Asentí fastidiado. --. Bien. Bien. Tampoco pensaba en hacerlo, que asco. --,dije girando sobre mis talones y dándole la espalda pensaba en irme de allí. --. Gracias por todo, Dominick. Prometo guardar el secreto y también hay algo más. --,dije recordando algo. --. Como pago por la ayuda te dejo beber de mi sangre.

Él arqueó una ceja junto a una sonrisa burlesca. --. No me digas, ¿que te hace pensar que no me hará daño?.

--. ¿No crees que yo se más de ti de lo que parece?. --,él me vio incrédulo. --. Era broma. Simplemente supuse que tú sabes como hacer que la Halada -0 de mi sangre no te haga daño o eso creo. --,me encogí de hombros. --. Pide de mi sangre cuando quieras.

Me despedí agitando la mano y me alejé del lugar pensando en todo lo que Dominick me dijo.

¿Si yo bebo sangre entonces podré utilizar por completo todo el potencial de las habilidades de aquél vampiro milenario?.

Esa idea me dio escalofríos y sin pensármelo dos veces salí a dar un paseo en la superficie.

Afuera hacía frío. El invierno es más extenso cada año y cada vez más crudo, caminaba por dónde yo ya conocía muy bien viendo las nuevas lápidas. Algo olía muy mal aquí.

Tapé mi nariz y alejándome del lugar pensaba en volver para hablar con mi mejor amigo y siento algo moverse detrás mío. No lo pienso y disparo en esa dirección.

Nada.

Bufé fastidiado y de pronto siento algo agarrarme del cuello elevándome del suelo causando que el arma se callera de mis manos al suelo.

Levanté la vista encontrándome con el puto vampiro de ojos marrones que me había raptado ayer. Lo miré con odio y el hizo lo mismo haciendo crecer sus colmillos y enrojeciendo sus ojos en furia. --. Tú vienes conmigo. --,rugió.

--. Suéltame. --,grité forcejeando y él negó con la cabeza falsamente molesto.

--. No. Ésta vez no te irás y haré que te arrepientas. Me dirás todo lo que sabes y luego de eso no sales vivo. --,amenazó endureciendo su expresión de odio y rencor.

Tragué saliva. No podía utilizar la enfermedad porque eso haría que luego tenga un desmayo. No está recomendado que lo utilice más de dos veces por semana.

Maldije en mis adentros y me revolví incómodo y adolorido por el fuerte agarre mirándolo mal esperando algún milagro, que de hecho, nunca llegó.

Con su velocidad llegamos en un minuto a su mansión donde abrió la enorme puerta de acero y la cerró meticulosamente detrás nuestro. Me lanzó al suelo y golpeé con fuerza mi cabeza en los azulejos causando que mi cabeza comience a sangrar. El líquido oscuro y pegajoso caía por mi frente y bajaba hasta perderse en el contorno de mi garganta y pecho mojando mi ropa. Sentía frío. Una vez que mi sangre abandona mis venas se enfría rápidamente, se muere.

Él pareció deleitarse con el aroma de mi sangre y su rostro, casi traslúcida por la falta de alimento, se volvía dura y brillante como si de un momento a otro se lanzara sobre mí y me partiera la garganta de un solo mordisco.

Ahora mismo esa idea me asusta y mucho.

Se acercó a mi muñeca y tirando fuerte de ella arrastrándome a bruces por las escaleras hacia lo que parecía su habitación. Allí me lanzó a la cama y se posicionó sobre mí antes de que pueda moverme sosteniéndome de las muñecas con una mano sobre mi cabeza. Puso su otra mano en mi cuello sintiendo el palpitar acelerado de mi corazón.

Incluso yo podía sentirlo. Era lo único que oía.

--. Ahora mismo... Me dirás dónde están los otros. --,dijo serio y mirándome directamente al cuello.

Seguro muere de hambre.

Tragué grueso. --. No te lo diré. Prefiero morir, así que apresúrate y muérdeme porque no pienso decir una sola palabra. --,dije decidido y viéndolo con odio.

Él parecía entre frustrado y enfadado, parecía que explotaría de la rabia en cualquier momento. --. Tsk. Serás idiota, humano. --,dijo tratando de insultarme.

--. No intentes hacerme sentir menos diciéndome "humano". Estoy orgulloso de serlo, al menos no soy una sanguijuela que necesito chupar de los demás para vivir. --,espeté y él sonrió sínico.

Apretó fuertemente de mis muñecas haciéndome gritar del dolor, gemía tratando de soltarme del agarre doloroso. Cada vez lo hacía con más fuerza cortándome la respiración del dolor. Había roto mis muñecas.

--. Di otra vez algo así y te romperé los tobillos. --,amenazó volviendo a hacer presión sobre mis muñecas adoloridas.

Asentí apresurado y adolorido dejando salir las tan ansiadas lágrimas. Me soltó para tomarme del cuello y lanzarme fuertemente al suelo viendo desde allí la almohada de la cama manchada de mi sangre y el suelo comenzando a mancharse en ella. Intenté incorporarme pero mis muñecas cedieron dejándome caer nuevamente de cara al suelo así que decidí quedarme allí tirado.

Dolía demasiado y el dolor se intensificaba a cada minuto, mi cabeza dejó de sangrar y sólo podía ver borroso hasta que sentí profundo sueño.

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Hola hola!! Hola mis bellos tripulantes!!!

¿Todo bien? ¿Que piensan de ésta nueva serie? Va a ser en la misma línea del tiempo de Kellen, es decir, que mientras Kellen está en sus cosas (xdxd seduciéndo humanos xdxd) otras personas también tienen historias interesantes. Skdkkdd.

En sólo este capítulo narrará un personaje, en los próximos solo será en narrador externo nskdjdnd. Así que... Eso xd.

Espero que les guste!!

¡Los amo!.

¡Cambio & Fuera!.

#SophieAmaranth