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Chapter 54 - 54: El Festival de los Espejos I

La acogedora sala de la casa había intercambiado el jovial ambiente por uno de hospital, de ese en donde los amigos y familiares caminan de lado a lado, angustiados por la esperanza de vida del paciente. Justo eso hacían Samantha y Airys, dar vueltas preocupados mientras eran consoladas por Natsume.

—Greg dijo que o había de qué preocuparse. —Sus palabras cayeron en oídos sordos. —¿Qué tal si la resonancia de Airys deja a la gente en blanco?

Con ese último comentario cumplió su objetivo de obtener atención, pero en vez de generar cualquier clase de alivio, la carita de Airys se llenó de conflicto. Claro, no era culpa de Natsume por no tener idea de qué hace o puede hacer la resonancia de Airys, mas… Airys tampoco lo sabía del todo, por eso la culpa le agobiaba al creer que Melody —una tierna chica —sería la SEGUNDA víctima de su resonancia; qué buen comienzo.

—¡Es suficiente! —Samantha paró de moverse y comerse la uña. —Voy ir con ellos y preguntar cómo está. —Fue furiosa a la puerta apartando a Airys de un empujon. —Si me entero de que le pasó algo grave a mi hermanita, yo misma te encierro de por vida —Le apuntó a Airys a la cara y la hizo encogerse.

Procedió a abrir la puerta, lista para correr en las calles cubiertas por el sereno de la noche, sin embargo, la sonrisa de su tío la detuvo y le quitó lo rudo de la cara para revelar lo vulnerable de su pequeño corazón.

—Gracias por abrir —dijo Gregory.

—¡Tío! —Su voz se quebró un poco. —¿Dónde está Melody? ¿qué dijo Heylin de su salud?

Gregory se agachó un poco, lo suficiente para que su sobrina y las visitas pudieran ver cómo dormía Melody plácidamente con un dedo en su boquita. Airys y Samantha soltaron toda la tensión en un suspiro unísono; que tanto Natsume como Gregory encontraron chistoso. Cuando Gregory regresó de dejar a Melody en su cama, les comentó que unos minutos después de llegar a la enfermería, Melody recobró la conciencia y habló de estar cansada de volar y se durmió.

—Quise esperar a que se despertara, pero creo que despertará mañana.

—Espera, ¿ella dijo "volar"? —comentó Natsume y se limpió un poco de sangre que caía por su nariz.

—¡Sí! —Los ojos de Gregory se iluminaron. —¡Tengo varias teorías posibles para explicar lo qué pasó, creo que tengo una buena idea de tu resonancia Airys!

—¿En serio? ¿Cómo cuál? —dijo Airys.

Gregory junto sus manos para meditar, le echó una profunda mirada de introspección a la mano de Airys, abrió la boca y dijo:

—Puedes hacer dormir a la gente.

Nadie respondió a su patética broma.

—B-bueno, a-aparte de eso, se me ocurrió que quizás podías forzar la resonancia de la gente, o restaurarles energías… —rectificó rojo de la vergüenza.

Natsume no se percató de que tanto Airys como Gregory deslizaron su vista directo a ella en cuanto Gregory terminó de hablar. Para la —mala o buena —suerte de Airys, la chica de cabellos castaños se quedó pensativa mientras inhalaba una gota de sangre.

—"Supongo que ese asunto será para después" —pensó Gregory viendo lo liberador que fue para Airys no tener que tocar el tema. —¿qué te parece si ahora intentas usar tu resonancia conmigo Airys?

—Pues…/

—¡No! ¡No, no, no, no, no! —Samantha lo calló a gritos. —Mañana es el festival de los espejos, no quiero iniciar el día con mi tío dormido, ni siquiera sabemos cuándo despertará Melody, ¡el incidente fue a medio día!

—Pero en mi caso/

—¡No es no! —Samantha hizo un puchero.

A Gregory no le quedó de otra que obedecer a su sobrina. De mala gana la pequeña mujer les obligó a irse a dormir. Sí, ella tenía razón, ¿qué importaba un día más de atraso? Lo mejor es avanzar con calma, disfrutar del feriado, pasarla bien. Ni siquiera porque sea la Elegida va a dominar su resonancia y entender sus implicaciones en una noche o tarde, además, no la necesita, todavía no.

¿Cierto?

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El día del festival de los espejos, también conocido como el aniversario de su fundadora, es un evento que se aprovecha de cierto fenómeno místico al final del año. En ese día, cuando el sol alcanza su punto más alto, la dimensión normal y la de Dingars se entrelazan y vuelven visibles desde la otra. Claro, los ciudadanos no pierden el tiempo armando grandes espectáculos para asombrar, complacer y atraer a los extranjeros, al dinero. Un día de diversión, de convivencia, de hospitalidad…

—¿Pueden dejarnos solos hoy?

La suave voz de Samantha despertó a Airys y Natsume. Natsume, quien dormía en aquel mueble arropada con esa planta extraña, abrió los ojos en busca de una fuente de luz y frunció el ceño al ver que casi no había ninguna entrando por la ventana.

—¿Qué pasa? —preguntó Airys luego de ser despertada por los empujoncitos de Samantha.

Samantha acercó un par de trapos amarrados al colchón de Airys y a la mesa frente a Natsume, el humo que salía de ellos sobresalía por el clima frío de la madrugada.

—Hoy es un día especial para nosotros, así que nos gustaría que por favor pasaran el día fuera —explicó Samantha.

—¿Eh? ¿Nos estás corriendo? —replicó Natsume.

—Les preparé el desayuno, espero puedan costear el resto de su día —dijo Samantha.

—¡O-oye! —Natsume estaba por exigir una explicación, sin embargo, Airys alzó la mano luchando contra el sueño para retenerle y al ver la cara de Airys negar entendió, se detuvo. —Está bien, igualmente iba a ir esta mañana a hablar con Layd —refunfuñó y tomó el trapo con comida.

—Todo cierra luego del medio día —Les recordó Samantha al despedirlas.

En la salida, Sandy las recibió agitando la cola de arena con una sonrisa, Airys le acarició y se lazó sobre él, lista para dormir otra vez. Sandy se aseguró de ajustar su cuerpo para mover a Airys encima de él y recoger el paquete de ella. Natsume inició a desenvolver su comida a medida que avanzaba. Sandy decidió seguirla.

Para ser tan temprano, había más gente en la calle que en las tardes.

—Al menos me hizo cuatro… —habló con la boca llena. —¿Y bien? ¿Por qué dejaste que nos corriera así?

—¿No la viste? —Bostezó. Airys quiso obligarse a sentarse, pero Sandy era tan suavecito que no resistió.

—¿Qué cosa?

—Su… ropaaa…

Natsume se esforzó bastante por hacer memoria, mas no pudo rescatar como se veía la chica, la casa estaba muy oscura para percibir algo que no sean colores fuertes o claros… Con eso en mente se dio cuenta de a lo que Airys se refería. Samantha llevaba puesto un vestido de una pieza, negro, sin demasiados detalles.

—Oh vaya… —murmuró al ruborizarse por la vergüenza.

Nunca se le habría pasado por la cabeza a Natsume que el mismísimo día del festival sería también una fecha de luto para aquella familia. No se puede hacer nada, ella debería saber de primera mano ese sentimiento, así como entender que cada persona tiene el derecho a buscar la forma más cómoda de sobrellevarlo.

Durante el resto del camino, no hablaron mucho más, principalmente por tener a Airys de sonámbulo detrás de Natsume. Se apresuraron a la casa de entrenamiento de Layd, es un hecho que Layd estaría despierto, es uno sitio del tipo militar. Lo que no era de esperarse es el enorme mural de piedra en frente con un mensaje para Natsume.

<< Natsume, si vienes a verme lo lamento, pero estoy ocupado con unas reparaciones a las murallas. Estaré de regreso a medio día >>

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—¿Y bien? —Seng salió del vestidor. —¿Qué tal me veo?

Seng llevaba encima lo que —para él —era la ropa más genial que podía pedir, aunque bueno, eso es porque él la mandó a hacer.

Una camisa violeta que ocultaba cuero debajo para cubrir su estómago y espalda; con un diseño floral del bordado plateado fue un añadido por petición de Zul'luz. El pantalón era marrón, con la particularidad de traer como siete bolsillos dispersados, un lugar para guardar un libro y una correa mucho más larga de lo necesario, con hebillas adicionales para enrollarse unas dos veces y media alrededor de su cintura y engancharse. Por último, unas botas de —adivinaron —cuero, modificadas para amarrase con fuerza del tobillo y sin suelas.

—Hm… —Zul'luz le hizo señas a Seng para que diera vueltas.

—Si me veo raro es por culpa tuya, te dije que el morado no se me veía bien. — Las sirvientas presentes soltaron unas risillas justo cuando Seng estaba de espalda. —¿Qué tiene mi espalda? —Se asomó para ver su espalda.

—N-nada —dijo Zul'luz ocultando sus cachetes sonrojadas y con cierto enojó le ordenó que se fueran, cosa que no hicieron.

—¿Cuánto tiempo falta? —preguntó Seng, retirando los grilletes dorados de sus muñecas.

—Cerca de unas cinco horas —Zul'luz recogió su sombrero en el perchero de la entrada. —Dime… ¿vas a salvar a Airys?

Seng sostuvo la perilla de la puerta, la cantidad de rencor en su expresión era tal, que cualquiera podría percibir el malhumor viendo su espalda, justo como Zul'luz.

—Yo…

—Si quieres, todavía puedo intentar ver el futuro de ambos, —Zul'luz posó las manos sobre su collar. —buscar un momento en el que se aclaren tus dudas/

Seng la detuvo tomando sus manos con suavidad, las movió lejos de su cuello y de su collar y las sostuvo con cariño. Él era el único que lo sabía, el verdadero límite de su resonancia, lo complejo de ella y el enorme sacrificio necesario para averiguar todo lo que Seng desea conocer.

—No te preocupes por eso, —Abrió la puerta. —mejor disfrutemos de esta hermosa mañana.

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La brisa dejó de ser refrescante, la luz se clavó con fuerza en sus ojos y por reflejó se retorció, advirtiendo a su invocación de su despertar. La placentera esquina en la que se habían acostado había perdido toda la cobertura del sol, puesto que se movió con el tiempo. Sandy restregó su cabeza de la de su ama con cariño.

—¿Qué tanto tiempo dormimos? —Airys le devolvió las caricias con una sonrisa.

Justo después de llegar a aquel pilar con el mensaje de Layd, Natsume enfurenció y fue a buscar a Layd por su cuenta alrededor de las bases y las murallas. Airys casi sonámbula le avisó que ella esperaría, y así fue. Se apartó a un lugar más cómodo en la sombra y disfrutó de otra siesta.

Echó un vistazo al muro ese —mientras que Sandy se elevaba con ella encima —, no había rastros de Natsume o Layd. Observó inquieta por un minuto, masticando la comida que tenía guardada.

—¿Qué dices? —Pasó su mano por la cabeza de Sandy, tapando el sol con la otra. —Es aburrido desperdiciar la mañana del festival de esta manera, ¿no?

Sandy ladró en de acuerdo, y partieron de allí. Ni siquiera les hizo falta andar mucho para encontrar un lugar interesante, esa tienda le pedía a gritos entrar, para hacer una de las cosas que, de verdad, iniciarían su vida como una aventurera hecha y derecha. Casi saltó de la emoción al ser recibida por la dueña del lugar.

—¡Bienvenida al Emporio de Danna, especializados en aventureros y sus necesidades! ¿En qué le puedo ayudar?