Estoy caminando en medio de una larga, muy larga carretera, rodeado de maizales, su hiptotizante color dorado transmitía una gran calma, pero estaba empezando a aburrirme, sin mencionar que el sol ya se estaba ocultando.
Tal vez te preguntes: ¿cómo diablos acabé así? Bueno, estaba en un buss y este se detuvo en una gasolinera, aproveché para comprar unos snacks para el camino, pero cuando volví el buss ya se había ido.
Supongo... que ¿me lo meresco? ¡No, claro que no! ¡Carajo, solo tenía hambre! ¡Chofer de mierda, si él estuviera en mi lugar...! entonces no pasaría nada, no sé conducir.
Bueno, almenos tengo mis snacks conmigo. Espera, ¿eso de qué me sirve? ¡Voy a morir de hambre!
Cuando pensaba que todo estaba perdido visualicé una luz a lo lejos, era una cabaña. Soy una persona que no interactúa mucho, pero tenía que guardarme la timidez, si no me mataba un animal salvaje o el hambre, me mataba la fiebre.
El dueño se llamaba Thomás, era un señor muy malhumorado, pero una buena persona. Le rogué unas 50 veces para que me diera hospedaje y aceptó a regañadientes.
-Este lugar es peligroso, se ponen muy activos cuando el cielo se oscurece, cerca de la media noche. -contaba el señor.
-¿Quienes?
-Esas criaturas, esas extrañas criaturas. Cada noche esta cabaña está protegida para que ellos no entren y últimamente están muy activos. No sé cuantas noches más podré aguantar, siento que estos son mis últimos días.
Esto era interesante, tal vez uno de los demonios estaba aquí, era mi oportunidad.
-Señor, déjelo todo en mis manos, yo exterminaré a esas criaturas. No puedo abandonar a alguien que me dio hospedaje.
-... haz lo que quieras.
Obviamente mentí, mis intereses no fueron más que egoistas, pero tenía que ganarme su confianza para que me prestase un arma.
Además de una granja, el señor tenía un almacén que aparte de tener herramientas de trabajo, había mucho equipamiento militar, eso fue una muy buena noticia.
Fui a la granja y examiné los cadáveres, no habían dudas, eran chupacabras, tres de las vacas fueron asesinadas el mismo día y la marca de lo que parecen dos colmillos era evidente, lo que da a entender que no son muchos. Le dije que no se preocupara, que estas bestias no eran tan hostiles y dos escopetas eran suficientes.
No podía confiarme, si bien los chupacabras solo atacan a los ganados y no son muy inteligentes, algunas personas aseguran que intentaron ser atacados por ellas mediante mensajes telepaticos.
[12:00 PM]
Estábamos posicionados frente al maizal, la granja y el almacén. Esperamos por unos minutos, pero no había nada.
-¿Desde cuanto sucede este fenómeno?
-Desde hace ya muchos años, pero eran apariciones breves, les conté a algunos amigos que vivían en los pueblos cercanos pero nadie me creía. Estas últimas dos semanas se volvieron más activos, y mi familia fue víctima de ello. Si Dios me diera una segunda oportunidad...
-No se preocupe, ellos deben estar muy felices allí arriba y ven lo mucho que te esfuerzas.
-Si, pero lamentablemente jamás podré estar con ellos, hice muchos crímenes en mi pasado, simplemente ir al cielo no es una opción para mi.
-... bueno, Dios es alguien misericordioso, es tan amable que a veces da asco. Incluso algunas veces llega a ser muy arrogante, en verdad ama que lo veneren, pero es alguien justo. Si tomas el camino de la redención y llegas a limpiar tu alma totalmente, te aseguro que podrás reunirte con tu familia.
-... jaja, eres un buen muchacho.
-No, es solo que estoy en ese camino también.
El maizal comenzó a moverse lentamente por las ráfagas de viento, todo estaba en completo silencio.
De pronto escuchamos un ruido en la puerta trasera que da a la carretera, rápidamente nos dirigimos hacia allá, pero al asomarnos por la ventana del segundo piso no había nada.
Luego escuchamos una explosión, esta vez de la granja. ¿Qué es esto? ¿Nos están tendiendo una trampa? Eso no puede ser, no son seres tan listos.
Cuando nos dirigimos allí vimos que el almacén y la granja estaban ardiendo en llamas. Luego la parte trasera de la casa volvió a hacer mucho ruido, como si quisieran derribar la puerta. Yo le dije que tal vez nos vuelvan a tender una trampa, así que él vaya a matarlos mientras yo me quedaba a vigilar.
Esperé y esperé, pero no aparecían, me estaba desesperando así que fui a buscar al señor Thomás a ver si estaba a salvo. Pero cuando fui donde la puerta vi que estaba destrozada, y no había nadie, ellos estaban aquí, dentro de la casa.
Todo se había jodido, no encontraba a Thomás y tenía que estar en completo silencio para poder escuchar a esas criaturas, pero si Thomás y yo nos encontramos podríamos dispararnos entre nosotros a causa del susto.
Vi en las paredes muchos rasguños, eran enormes, agarré una linterna y empecé a inspeccionar la casa.
La oscuridad me absorbía, estaba muy aterrado y los pasillos parecían aplastarme, definitivamente este no era mi día. Empecé a subir las escaleras, cada escalón emitía un ruido que no hacía más que inquietarme. De pronto, escuché arriba unos pasos junto a gruñidos, pero no eran pasos humanos, parecían de un animal cuadrúpedo, y parecía ser más pesado que un chupacabras.
Al estar arriba lo primero que hice fue revisar las habitaciones abriendo cada una de las puertas muy lentamente, y en una de ellas, estaba la criatura. Para mi mala suerte no era un chupacabras, era algo más grande: era una criatura humanoide, encorbada, sus huesos se podían apreciar sobre su delgada piel, sus ojos estaban muy hundidos y tenía unas garras anormalmente enormes. Cuando me miró lo primero que hizo fue lanzarse sobre mi emitiendo un chirrido muy grave, como si fuese un felino, reaccioné a tiempo y pude dispararle, pero de pronto otro más salió debajo de la cama y mordió mi brazo derecho, arrancandomelo.
Con mucho dolor escapé de la habitación con la escopeta, encontré a otro en la cocina y traté de matarlo pero mi único brazo no fue capaz de apuntar bien el arma y terminé disparándole en las piernas. La munición se me había acabado, ya que los demás balas se me habían caído arriba. Así que agarré un cuchillo y terminé por matarlo.
Cuando salí afuera estaba completamente rodeado, ellos se estaban acercando, muy lentamente, y los que se escondían en los maizales empezaron a acechar, sedientos de sangre.
Cuando me daba por perdido miré a mi cuchillo, diciéndome "aquí no estaba lo que buscaba, si reinicio no saldré de ese puto buss". Luego, sorpresivamente una de los cráneos de esas criaturas explota a causa de un disparo, era Thomás quien apareció justo a tiempo.
-¡Aleja ese cuchillo de tu garganta y pelea como un hombre! Yo me iré al infierno por mis crimenes, pero si tengo la oportunidad de proteger almenos a alguien, estaré satisfecho.
Tan fiel a sus palabras, el señor disparó y disparó, siguió disparando pero por más que los mataba, más salían de los maizales, parecían una maldita plaga de ratas. De pronto miró a su cangurera, se había quedado sin munición.
Todo era mi culpa, si hubiésemos traído más armas y más municiónes del almacén, nada de esto hubiese pasado. Cuando lo vi, él me estaba mirando fijamente, pero no parecía estar enojado, me miraba con lástima, sabía lo que estaba pensando, la culpa me invadió por completo y no hice más que pedirle perdón.
-No te preocupes, no es tu culpa, esto iba a pasar tarde o temprano.
-¡Maldita sea, esto no tiene sentido! ¡Todo apuntaba a que eran chupacabras, nunca imaginé que eran estas malditas criaturas! Si tan solo, si tan solo hubiese sabido que eran esas criaturas... yo...
-Dime, Gabriel. ¿Tienes una razón para vivir?
-... Si, la tengo.
-¿Y eres feliz persiguiendo esa razón?
-... No.
-Ya veo. Atrás tuyo está mi coche, no te preocupes, en tu chaqueta está la llave. Vive, sé feliz, protege a las personas que amas y completa tu camino de redención, sé que lo lograrás.
Tras estas palabras esas bestias lograron llegar hasta él, y empezaron a devorarlo, despedazándolo poco a poco.
Cuando volteé hacia el coche, esos depredadores estaban encima y empezaron a destrozarlo. Esto no tenía sentido, es como si supieran que iba a escapar en él, no pudieron confundirlo con una presa.
Uno de ellos corre a morder mi brazo izquierdo, luego más de ellos corrieron a mi alrededor y comienzan devorar mis piernas lentamente, podía sentir cada uno de sus dientes humanos enterrados en mi cuerpo y arrancándo cada parte de mi.
Mis nervios transmitían el dolor por todo mi cuerpo, era un sufrimiento horripilante, mi sangre salpicaba en sus perturbadores rostros, no me mataban como el señor, ellos lo hacían lenta y dolorosamente.
De pronto, entre ellos sale una figura humana con una capa negra:

-¡Oigan, no dejen que vea mi rostro! ¡Verán, no he dormido bien por más de dos semanas! ¡Pero alfin, creo que lo encontré! ¡¿Qué esperan?! ¡Arranquen sus ojos! Solo quiero que escuche...
Luego, uno de ellos lentamente empieza a enterrar dos de sus afiladas garras dentro de mis ojos, todo empieza a tornarse de un tono rojo sangre, mientras inevitablemente me retorcía de dolor la herida no hacía más que abrirse.
-¡Espera, espera! ¡Detente allí! ¡Si llegas a tocar su cerebro lo arrinuarás todo! Jaja, perdonalo, es un poco difícil controlar a estas criaturas. ¿Cómo se llamaban... ? ¡Ah si! Ustedes lo conocen como "El Rastrillo" ¡Si, esos son! Pero machos, ya que eran los únicos que entendían mis ordenes jaja las hembras enserio me trajeron muchos problemas, son muy inteligentes, se meten a tu cabeza y empiezan a hablar...
-¡¿Por qué haces esto?! ¡Solo mátame!
-¡Claro que no! Estoy en busca de algunos objetos con un poder increíble. -de pronto, su voz se torna seria, su personalidad había cambiado. -Tienes justo lo que busco, puedo olerte...
No puedo ver nada, pero siento como empieza a rebuscar en mi ropa, logrando encontrar la pequeña llave que tenía escondido en un bolsillo secreto.
Tras esto escucho un corte, y siento como mis órganos tocan el suelo, en un inútil intento por devolver mis órganos en su lugar empiezo a mover mis destrozados brazos, ya no podía mover ninguna extremidad, solo estaba retorciéndome de dolor mientras escuchaba y sentía cómo mis órganos eran arrancados y devorados por dichas criaturas. Justo antes de morir desangrado escucho las palabras de aquel misterioso hombre:
-Lo sabía, tú eras... el Holder del tiempo...
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Tras esto mis recuerdos vuelven a pasar por mis ojos y despierto dentro del buss con un fuerte dolor en la cabeza. Todo a mi alrededor estaba en silencio con algunas voces de fondo y el sol haciendo brillar los dorados maizales en el cielo celeste.
En el reflejo de la ventana invoco a Malphas para hacerle una pregunta:
-¿Qué sucede, joven? Espero que sea algo importante.
-El señor, su alma, ¿era suficiente para que se haya culminado su redención?
-... no. Su alma no estaba aún limpia, cuando hoy muera volverá a ser condenado al infierno por...
-"... por el resto de la eternidad" ¡Ya lo sé, no digas esa estúpida y repugnante frase! ¡Ya estoy arto!
-¿No pensarás salvarlo, o si?
-Aunque tengamos balas infinitas, esas criaturas podrían acorralarnos. Todo terminaría igual, lo mejor será quedarse en el buss.
Después de platicar el niño al lado mio me pregunta:
-¿Estabas hablando con tu amigo imaginario?
-... si, claro que si.
-¡Yo también tengo uno! Está dentro de esta caja musical.
-Jaja, quisiera conocerlo.
-Aunque lo intentara no podrías verlo, pero él si a ti. ¡No te preocupes, es alguien muy gentil!
Por aburrimiento empecé a platicar con él, su nombre era Issac, tenía 12 años y venía su madre con él. Aunque soy un joven de 19 años, me gusta hablar más con niños que con adultos, no guardan tanto rencor en su corazón, no sufrieron tanto y siento esperanza en ellos.
Obviamente su madre me veía raro, no la culpo, yo también pondría una cara así si veo a un niño conversando con un extraño con ojeras enormes.
La noche cayó, al fin podré dormir, este... ¿día, noche? No sé como llamarlo, fue muy pesado. De pronto el buss choca con algo grande, el chofer lo ignora. Las personas comienzan a gritar al chofer, pero se inmuta. Es lógico, si hay niños no puedes llevar un cadáver a bordo. Un segundo... ¿una persona, en medio de la carretera?
Un segundo impacto aparece, las personas comienzan a gritar al conductor para que se haga responsable.
-¡No, avance! ¡Ignora esos impactos y acelere! ¡Ellos no son humanos! ¡Si nos quedamos aquí nos matarán!
Mis gritos fueron en vano, el chofer por la presión de los pasajeros detiene el buss y baja con una linterna a ver el cadáver.
-Dios, nunca creí que pasaría esto. Una cosa es segura, este tipo si es un humano. -dice el chofer.
Al escuchar esto bajo para comprobarlo con mis propios ojos, y no sé si hubiese preferido que fuese mentira o verdad, ese cadáver no era nada más ni nada menos que del señor Thomás.
De pronto los Rastrillos aparecieron desde las espesuras del maizal. Todos los pasajeros comenzaron a alarmarse, estaban totalmente indefensos. Rápidamente agarré al pequeño Issac y nos ocultamos en un escondite cerca del asiento del conductor, mientras escuchábamos a todos los demás ser mutilados poco a poco, sus gritos, desmembramientos, todo se escuchaba con claridad.
Lamentablemente no pude tapar sus oídos, mis manos estaban ocupadas evitando que el pobre gritara del pánico.
Luego escucho pasos, ese desgraciado, ese maldito volvió a encontrarme...
-Oyeeee, idiota... ¿por qué estamos jugando a las escondidas? Lamento decirte que es inútil esconderse, pero igualmente seguiré tu juego.
El tipo comienza a caminar en círculos dentro del buss, cantando con una voz escalofriantemente alegre, no hacía más que jugar conmigo, le encantaba hacerme sufrir.
-¡... Ahhh ya me cansé! ¿Dónde estará? ¿Dónde estará? Sabes que no te puedes ocultar, por que yo... puedo olerte.
De pronto, una de esas criaturas empieza a meterse dentro del escondite, Issac grita con todas sus fuerzas del terror y segundos después, es decapitado. Luego, entierra las garras dentro de mi estómago y empieza a arrastrarme hacia fuera. Al sacarme me cortan ambos brazos, luego una mano humana me tapa los ojos y con la otra rebusca en mi saco encontrando la llave pequeña dorada, mientras su voz me susurra lentamente:
-Lo sabía, tú eras... el Holder del tiempo...
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