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Chapter 4 - Laniakea I

Volumen I

Capítulo IV

Pasó un mes desde que León, Afíca, José y Berta llegaron a la base de la marina de México cuando se les notificó la llegada de su transporte, el cual los llevaría a su siguiente destino, el Tíbet. Lo único que mantenía a León en éste camino era su búsqueda de respuestas, algo que ya sea por simple curiosidad o compromiso para sí mismo llenaba de expectativas su travesía, tras haberse despedido de sus nuevos amigos José y Berta, Afíca y él se embarcaron en una lancha de pesca artesanal que los esperaba en un pequeño puerto que los condujo mar adentro a un buque carguero que estaba estacionado a la espera de ambos.

Al abordar el carguero fueron recibidos por el primer oficial del barco quien inmediatamente los condujo al capitán quien les dio la bienvenida, explicó que su jefe le había dado la orden de esperar unas horas en esa posición hasta que subieran 2 tripulantes que se identificarían como Afíca y León; por un momento pareció un poco confuso hasta que ella explicó que llevaban tiempo en México y debían llegar a su destino, tras una charla con el capitán se les informo que el transporte tenia destino a las costas de la India, por lo tanto de ellos corría el resto del viaje, algo que en cierta manera angustió a León quien no tenía entonces la menor idea de lo que significaba viajar por el mundo de verdad.

La travesía por alta mar dentro del "Nicosia" nombre del buque carguero en el que se encontraban, el viaje duraría alrededor de unos 25 días debido a que pasarían por el pacifico y luego bajarían al mar de indochina donde atracarían en un puerto en la zona de la bahía de bengala en la región de Calcuta. Tras iniciado el trayecto, León comenzó a entrenar nuevamente bajo la instrucción de Afíca, quien se esmeró en inculcar la concentración en lo que hacía, constantemente lo hacía correr sobre los contenedores y a evadir; lo ponía en situaciones en las que ella era la captora y él era la presa, los ejercicios llegaban a prolongarse hasta 6 horas diarias, el cansancio en el rostro del muchacho era muy evidente, pero estaba convencido que esto le ayudaría a ser más fuerte y poder reaccionar de la mejor manera ante otras situaciones que se les pusieran enfrente. Estaba decidido a llegar hasta donde su mente, voluntad y fuerza lo permitieran, sabía que debía volverse más fuerte.

Los días transcurrían a la vez que el entrenamiento de León, el cual se había puesto muy pesado a raíz de las pruebas que le imponía Afíca, cada vez se volvía más dura en la forma en que lo instruía, las practicas del combate cuerpo a cuerpo eran muy difíciles ya que ella golpeaba a noquear, dejando muchas veces fuera de combate a León. Tal fue el caso que cierto día luego de una sesión de evasión en los contenedores y de haber ganado, Afíca le propino un golpe muy fuerte en el costado; el muchacho cayó como costal al suelo, tratando de recuperarse vio que ella con un rostro completamente diferente al de la mujer que había conocido estaba frente a él con una firme intención de liquidarlo, tras unos intentos de razonar con ella, ésta no dejaba de atacarlo, el muchacho sin ninguna intención de combatirla, decidió escapar, corrió como pudo entre los contenedores intentando ocultarse y evadir la confrontación, ésta vez no actuaba como si fuera un simple entrenamiento, en verdad quería hacerle daño. Confundido por la repentina reacción de su compañera, León no tenía la menor idea de cómo debía reaccionar, por lo tanto, continuó ocultándose de ella en la zona de los contenedores; mientras que ella trataba de rastrearlo, cuando el joven muy lastimado golpeó uno de los contenedores que emitió un leve sonido el cual permitió que Afíca diera con el muchacho quien inmediatamente echó a correr.

-¡No vas a poder correr por siempre!- gritaba ella mientras lo perseguía

-¿Estás loca?- pregunto confundido y preocupado León mientras corría entre los contenedores y aplicaba las técnicas de evasión y escape que había aprendido.

-¿Si fuera un enemigo de verdad que harías?- pregunto ella fallando un golpe contra León a quien ya tenía muy cerca.

-¡No voy a golpearte!- insistió el muchacho.

Mientras la persecución se desarrollaba, Afíca intentaba golpear a León fallando muchas veces y acertando otras, él evitaba golpearla pero ella no tenía reparo alguno en golpearlo a él; mientras más lo presionaba, más iba enfureciéndose por no poder sacar una respuesta apropiada a la situación; la tensión entre ambos llego a tal grado que León entro en un arranque de furia atacando a Afíca y encontrándola con la guardia baja, logrando derribarla y sorprendiéndola ya que no esperaba algo así de repentino. Ella lo removió con una llave dejándolo inmovilizado, lo que conllevó a un desenganche por parte del muchacho quien inmediatamente echó a correr desapareciendo entre los contenedores, Afíca muy enojada fue tras él, sin embargo no contaba que era una trampa ya que el muchacho solo se hab��a escondido tras uno de los contenedores para posteriormente emboscarla, se abalanzó sobre ella nuevamente tumbándola pero esta vez por la fuerza del golpe terminó inconsciente.

La extraña reacción de Afíca para con León era simplemente una prueba, quería llevarlo al límite para evaluar su reacción ante una nueva situación de alto estrés a la que probablemente podrían verse envueltos. Ella comprendía que él no quería lastimarla y por esa razón se reusaba a combatir, a pesar de que ahora ya tenía entrenamiento suficiente como para enfrentarla; todo era una prueba la cual a juzgar por la impresión que ella tuvo, él la había logrado aprobar. Se levantó y tomo a León inconsciente por el golpe de la derribada, lo cargo hasta su camarote donde lo recostó en su cama y de inmediato le trato las heridas que le había provocado.

De cierta forma sentía un poco de remordimiento por la acción que acababa de realizar, temía por la idea León podría tener de ella, a pesar de que era algo que debía hacer para prepararlo, no significa que realmente le quisiera hacer daño, pero era la única forma de prepararlo para lo inesperado; mientras llevaba un recipiente con agua y unas toallas hacia la mesa que estaba al lado de la cama, se dedicó a limpiar las heridas y curarlo. Mientras lo hacía reconoció que a pesar de no ser un muchacho con una preparación como la de ella, sabía que a pesar de su edad y que no tenía el carácter para esto, tenía potencial; todo lo que debía hacer era explotarlo al máximo para lograr los resultados que esperaba.

En lo que Afíca curaba las heridas de León quien estaba profundamente dormido comenzó a balbucear algunas cosas que dejaron a la muchacha muy extrañada, repetía una y otra vez algo sin sentido, parecía que estaba soñando con algo; repetía una y otra vez la palabra "Rosas"; Afíca pasaba el paño húmedo en los lugares donde tenía raspadas, y golpes, para evitar que se infectaran le aplico antisépticos y le vendó. Para asegurarse que estaba bien le midió la temperatura y se quedó toda la noche cuidándolo.

Muchas cosas pasaban por su mente, pero Afíca estaba tranquila por el hecho de que León había demostrado que era capaz de lidiar con las cosas que estaban por venir, el silencio de la noche era tan profundo que lo único que podía escuchar era el sonido de la respiración del muchacho que dormía profundamente en su cama, mientras que ella se levantaba del lado de la cama, acaricio el cabello del muchacho y salió con el mas sumo cuidado para no despertarlo. Se dirigió a la cubierta en silencio y una vez en ella se apoyó en el barandal mientras dirigía su mirada hacia el cielo, era un firmamento tan despejado como el cual nunca podríamos imaginar, el sonido de la marea con una leve brisa que acariciaba su rostro; un clima frio y húmedo a la vez hacia que entrara cierta nostalgia dentro del corazón de ella. Las estrellas brillaban intensamente era un perfecto paisaje que se pintaba sobre su cabeza, el cielo estaba tan despejado que era posible ver la galaxia de Andrómeda y diferenciarla de las demás estrellas, el azul oscuro del celaje producido por el brillo de las estrellas; Afíca veía como se dibujaba sobre ella un brazo de la galaxia y todo tipo de maravillas celestes.

-Ha pasado mucho tiempo- Dijo entre suspiros recogiéndose el cabello

Una lágrima se deslizaba por su mejía luego de semejante espectáculo natural, con un suspiro se despidió de aquel hermoso paraje que se mantendría en su corazón por siempre.

-Pronto nos encontraremos de nuevo- susurró dirigiéndose nuevamente al camarote de León.

Una tenue sonrisa se dibujaba en los labios de Afíca, entró al camarote con el mismo cuidado con el que minutos atrás había salido y se sentó nuevamente en la silla al lado de la cama esperando el momento en que el muchacho despertara, los minutos se convirtieron en horas y con el paso de las mismas, ella quedo profundamente dormida. En paz y calma, por primera vez en mucho tiempo descanso sin temor alguno, soñó con mejores tiempos y la esperanza de volver a tenerlos. El silencio reinaba en el lugar, nunca antes tanta calma había estado presente en los últimos días, en ese momento no importaba nada; ella entro en un profundo sueño mientras la luna surcaba el firmamento.

...............…..

A la mañana siguiente, Afíca estaba recostada en la cama al lado de León quien aún dormía; el sol toco el rostro de la muchacha quien despertó inmediatamente y se dirigió al baño a lavarse la cara, mientras lo hacía recordaba lo que había pasado el día anterior sintiendo un poco de culpa; al igual que mientras estuvo atendiendo las heridas de León temía la reacción del muchacho cuando despertase ¿Estaría molesto? ¿Qué pasaría ahora? Al momento de secarse el rostro, notó que el joven estaba inquietándose en su sueño, se acercó a él, estaba balbuceando nuevamente cosas sin sentido. Al acercarse a él y medirle la temperatura noto que todo estaba bien, no había nada fuera de lo normal y fue en ese momento cuando comenzó a abrir los ojos.

-Ma… ¿mamá?- preguntó León adormitado

Afíca sonrió mientras se sentaba en la silla y esperaba a que se despertara del todo, León sacudió su cabeza y restregándose los ojos, adolorido y un poco confundido la vio sentada en la silla de al lado de su cama.

Avergonzado del ridículo que hizo al decir disparates mientras despertaba se disculpó, a lo que Afíca respondió de la misma forma, se disculpó por la forma en la que había actuado el día anterior, sin embargo, León reconoció que era algo necesario, nunca se sabe cuándo va a pasar algo inesperado; no la culpaba por haber actuado de esa manera. Las personas que estaban tras él no escatimarían oportunidad para capturarlo o matarlo y estaba agradecido por más extraño que pareciera por la forma en que estos últimos días lo había entrenado, estaba seguro que con más tiempo y dedicación podría lidiar con estos problemas de una mejor manera. Se disculpó reconociendo que era un joven estúpido todavía y que había mucho que debía aprender y que estaría feliz si ella lo continuaba instruyendo.

Sorprendida ante la reacción del muchacho Afíca reconoció es estaba creciendo y que era necesario que hablara con quien le respondería sus dudas una vez llegaran al Tíbet, tras una charla al respecto León quería saber específicamente con quién era que el hablaría una vez llegando ahí. La respuesta sorprendió al muchacho pues imaginaba que sería otro miembro de los Testigos, sin embargo era nada más y nada menos que el Gran Maestre de la sociedad.

-¿El gran maestre?- Preguntó León

-En persona, él es quien está esperándote en el escondite del Tíbet- respondió Afíca

.No puedo creerlo- agregó- ¿Podrá responder a todas mis preguntas?

-Solo las que no puedas responder por tu propia cuenta- Continuó la muchacha.

Así pasaron los veinticinco días en alta mar a bordo del Nicosia, entrenando y practicando movimientos de defensa personal, le enseño a usar su arma y todo lo que necesitaba saber sobre su cuidado, le explicó que las personas que están tras ellos eran enviados del grupo que está detrás de toda esta conspiración. Sorprendido porque le parecía simplemente increíble, comprendía que ellos moverían cielo y tierra para evitar que la verdad se revelara aunque también consideraba que la liberación de toda esta información no generaría mayor diferencia en el mundo ya que es muy difícil decirle a alguien que todo lo que conoce es una mentira, nada de esto parecía tener solución sin embargo su alivio temporal era que tendría la oportunidad de despejar todas sus dudas una vez llegase a hablar con el Gran Maestre.

Al llegar al puerto de Calcuta se despidieron del capitán y su tripulación con quienes habían convivido poco menos de un mes, sin embargo fue un tiempo que sirvió para que ambos se conocieran mejor. León había cambiado mucho desde el día en que conoció a Afíca, su cuerpo se hab��a fortalecido, sus músculos estaban tonificados y aptos para todo tipo de pruebas que viniesen, ahora él era más seguro de sí mismo, y estaba dispuesto a ir donde la verdad lo llevara, había tomado la decisión de seguir hasta el final. El viaje en el Nicosia había fortalecido la relación con Afíca, la consideraba su mentora y sabía que había mucho que aprender todavía, a pesar de esto; también estaba consciente de que a pesar de haberse vuelto cercanos ella aun ocultaba algo y no es que desconfiara de ella, pero de cierta forma sentía muy dentro de él que todo esto no le era muy desconocido, tenía una extraña sensación de que todo esto, de viajar y entrenar le era familiar y se sentía cómodo, al parecer se había acostumbrado a esta situación muy fácilmente; algo que había sorprendido a su compañera por la serenidad con la que ahora tomaba todo.

Viajaron por la India hacia la frontera con China en un tren por 3 días en donde tuvieron mucho tiempo para conversar y acordar algunas estrategias en caso de que los volvieran a atacar, con todo lo aprendido en el Nicosia, Afíca consideraba que León estaba preparado para enfrentar los peligros, mas no significa que lo expondría a éstos. Explicó que una vez en el Tíbet, pasaría al cuidado de los miembros de la sociedad de los Testigos quienes le enseñarían todo lo que debía saber sobre el conocimiento que se había perdido; lo instruirían en artes y ciencias que lo prepararían para aquello a lo que estaba destinado, León comprendía que no correspondía de ella revelar el papel que él debía jugar en este asunto de la verdad únicamente asentía con la cabeza y meditaba en lo que conllevaría el descubrir la verdad.

Mientras viajaban, León supo de lo que había pasado veinte años atrás con la esposa del profesor Zepeda, ella le confesó que en aquel entonces no tomaba muy en serio su trabajo, explicó que ella se dedicaba a la protección de algunos de los miembros de los Testigos, que su superior se movía en un círculo muy guardado del conocimiento de los demás, desde pequeña ella había pasado su vida entera aprendiendo sobre la historia de la humanidad ya que su madre se era una importante miembro de la sociedad de los Testigos, tras conocer lo corrupto que es el mundo decidió huir y se enlisto en la milicia, fue ahí donde se convenció que de una u otra forma tenía que hacer la diferencia; pero cuando se dio cuenta que donde estaba, no podría hacer nada ya que el gobierno no pretendía tomar parte en ninguno de los asuntos del mundo. León asumió que ella podría ser suiza debido a que era el único país que no tomaba parte en ninguno de los conflictos del mundo, le pareció sorprendente que a pesar de todo, ella no dejaba que los agentes externos afectaran sus convicciones, la admiraba y respetaba, ella tenía visualizado su propio camino y era momento de que él construyera el suyo.

Afíca relato algunas anécdotas de cuando ella estaba en la milicia, las duras pruebas en las que se veían envueltos, las practicas rigurosas a las que se sometían, ella parecía un súper héroe de comic, dado el record de lectura peculiar de León quien había crecido en un ambiente poco usual para un niño, le reveló que no conoció a su madre como él hubiera querido ya que los había abandonado a su padre y él cuando aún tenía 3 años, sin embargo hasta la fecha su padre defendía la postura de que ella no los abandonó, ella debía cumplir con sus responsabilidades, hasta el momento, el muchacho no comprendía a lo que se refería y con el paso del tiempo le fue creciendo un resentimiento hacia ella, posiblemente nunca la vería pero estaba conforme que había sobrevivido sin ella hasta entonces, podría seguir haciéndolo todo su vida. Al escuchar la historia de León, Afíca comprendió que muy dentro de él todavía la extrañaba así como ella aun a esa edad extrañaba a la suya; con las horas la charla se prolongaba, se conocían cada vez más y con ésta aventura se volvieron muy cercanos.

Ella explicó y se disculpó por la actitud que tuvo desde el día en que se conocieron no estaba segura de que él fuera su misión ya que según lo que el Gran Maestre le había dicho sobre León es que era alguien muy valiente, aguerrido y decidido; el muchacho reaccionó levemente contrariado ya que al parecer nada de las características que el anciano ese había dicho aplicaban en él; pues en cada uno de los eventos en los que estuvieron en peligro, había tenido miedo, sabía que era necesario hablar con el Maestre pero no estaba seguro de que él fuera la persona a quien habían mandado a cuidar. Tras una leve discusión sobre si era o no la persona que habían enviado a proteger, concluyeron en que no estarían seguros hasta que se presentara con el Gran Maestre de la sociedad de los Testigos.

Aceptando que quizá lo juzgo mal desde un principio, a pesar de que no cumplía la descripción que le habían dado de él, Afíca estaba muy segura que con un poco de tiempo él podría convertirse en lo que se supone que sería, un "receptor" algo que aun ignoraba León, ya que como ella misma afirmaba, aún no estaba listo para esta revelación, sin embargo, el viaje lo había cambiado, no era más el muchacho torpe y miedoso que se subió a su vehículo aquella noche. "Él tiene el potencial" se decía a sí misma con esa tenue sonrisa que la identificaba.

.....................

Tras haber cruzado la frontera y pasar unos días en una posada al pie de la cordillera de la provincia de Shigatse, el clima era frío debido a la altura que tenía la región estaba muy arriba del nivel del mar. Tras dos días de espera se presentó uno de los miembros de los testigos de nombre Shin Huo; el hombre de unos 37 años aproximadamente se emocionó mucho al ver a León y Afíca a quienes saludo de una forma muy reverencial, la típica inclinación con las manos juntas a lo cual respondieron de la misma forma. Tras una breve presentación y la explicación de las instrucciones del Gran Maestre subieron sus maletas al vehículo y emprendieron viaje rumbo al lugar designado para la reunión.

Mientras viajaban se vio muy sorprendido por el hecho que su destino no estaba tan cerca como parecía ya que Shin Huo les guio a un aeropuerto donde tomaron el primer vuelo a Lhasa; la capital del Tíbet, región autónoma de República de China la cual en algún momento del siglo XX fue anexada a la misma en una serie de expansiones que el entonces gobierno de la República Popular de China había ordenado. El vuelo duró alrededor de unas 8 horas, debido a que el enviado del Gran Maestre no paraba de hablar y preguntar cosas, el viaje no fue ni tan aburrido ni tan tedioso como normalmente son, Shin Huo explicó que aunque León no se considerara nada de lo que el Gran Maestre había dicho sobre él, no significa que no fuera a convertirse en eso; nadie sabe de lo que es capaz hasta que las pruebas vienen a uno.

Al aterrizar, ni siquiera entraron a la terminal del aeropuerto, se les indicó que bajaran en la pista, que sus maletas serian enviadas al lugar donde estarían alojados, algo que a estas alturas, ya no sorprendía a León, cada minuto que pasaba de éste viaje traía algo inesperado. Se subieron al Automóvil que les habían preparado y se dirigieron a la ciudad. Cada kilómetro que avanzaban acercaba a León a las tan ansiadas respuestas que le serian dadas después de tantas penurias y situaciones inverosímiles que había pasado, por fin lograría descubrir que estaba pasando con él y con el mundo y para no desperdiciar la ocasión, trataría de encontrar la manera en la que el Gran Maestre le explicara qué demonios pasaba, quienes lo perseguían y todas las demás inquietudes que el profesor Zepeda le había dicho que le responderían.

Al llegar a la capital, Shin Huo le indicó que se dirigían a un gran palacio al centro de Lhasa; mientras apuntaba con el dedo el lugar. Era una hermosa construcción con acabados arquitectónicos que delataban el genio de una rica cultura, sobresalía en la ciudad ya que estaba situada en una elevación que la distinguía perfectamente como imponente, mientras se acercaban, podía apreciarse las bases de piedra blanca, decenas de ventanas por todos lados y una estructura de color rojo al centro de la edificación; más impresionante que la acrópolis en su época de esplendor, el palacio de potala era sin duda la muestra de un sinónimo de grandeza. Mientras bajaban del vehículo y se dirigían al palacio, León comenzó a sentir nervios ya que al fin, estaba a unos minutos de conocer al Gran Maestre, mientras caminaban sus manos se pusieron frías, más allá de lo que su mente podía maquinar con respecto al hombre, el suspenso lo mataba, ¿Cómo sería el Gran Maestre? lo imaginaba como un hombre alto y de avanzada edad, como también podría ser un hombre de mediana edad en un traje de negocios o podría ser un anciano multimillonario… no tenía idea de qué clase de persona podría ser su anfitrión y para vivir o estar alojado en un lugar como ese, León se volvía loco tratando de imaginar lo que sucedería en los siguientes minutos.

Llegaron a un gran salón donde esperaron uno minutos a su anfitrión, mientras León boquiabierto admiraba el acabado interno del palacio un grupo de personas con vestimentas de monje hacia aparición a la mitad del gran salón donde se encontraban ante la mirada incrédula del muchacho quien no tenía idea de quienes eran aquellas personas, continuo apreciando el interior del palacio.

-¡Mi niña!- dijo una de las personas que estaban en medio del grupo de monjes

-Ah, ¡Sâga!- dijo Afíca muy emocionada

- Hace ya mucho tiempo que no te veía- decía el anciano mientras la abrazaba

- Casi toda una vida ¿No?- asentía ella abrazándolo

A pesar del enternecedor cuadro que pintaba Afíca con el anciano León con una obvia cara de no tener idea de lo que estaba pasando nuevamente pregunto a Shin Huo sobre el anciano que abrazaba a Afíca.

-El, es el Dalai Lama- Respondió orgulloso

-¿El Dalai Lama?- pregunto sorprendidísimo León

-Así es, él es nuestro guía espiritual y líder- continuó Shin Huo

-Vaya, no imaginé que en mi vida viera al Dalai Lama en persona- dijo el muchacho admirado por la personalidad importante que tenía frente a sus ojos y para variar parecía un muy viejo amigo de Afíca.

Mientras el Dalai Lama y Afíca conversaban suavemente sonriendo como si se estuvieran poniendo al tanto, ella le mostro al muchacho quien al lado de Shin Huo ignoraba por completo quién era en verdad aquel anciano.

-León, déjame presentarte al Gran Maestre de los Testigos- dijo Afíca

-¿El Dalai Lama es el Gran Maestre?- dijo boquiabierto el muchacho

-Así es joven- dijo el anciano haciendo reverencia a un completamente sorprendido León –Mi nombre es Sâga Gyatso-

-Eh… es… un honor su señoría- respondió haciendo muy nervioso la reverencia

-Tranquilo, puedes llamarme simplemente Sâga- le trato de calmar con su serena voz.

Mientras se presentaban, el Gran Maestre le pidió que lo siguiera, mientras caminaban, Afíca y Shin Huo se quedaron atrás ya que al parecer, la charla que tendrían era únicamente para León, podría ser que ésta vez todas sus dudas sean despejadas de su mente. Sin embargo le dijo que descansara llevándolo a su habitación. Sâga sabía que el viaje podía haber sido agotador y es mejor que comenzaran a responder sus preguntas al día siguiente; ante la negativa del muchacho quien quería que le respondiera sus preguntas en ese mismo momento únicamente obtuvo una respuesta de la cual no podía esperar menos

-La paciencia es la madre de la sabiduría- aclaro el Dalai Lama mientras le mostraba su habitación.

A la mañana siguiente, León se presentó ante Sâga ansioso por que le respondiera todas sus preguntas, como es sabido; el equipaje no había llegado aún por lo que se le proporciono al muchacho ropas de monje, de los mismos que el día anterior escoltaban al Dalai Lama. Mientras caminaba hacia el comedor donde se encontraban desayunando todos, vio a Shin Huo sentado al lado de Afíca quien vestía una hermosa túnica de monje color roja que le dejaba descubierto el hombro izquierdo, cubierta con un chal de seda dorada y unos brazaletes en los brazos, su cabello recogido con una cola de caballo, obviamente León no podía dejar pasar inadvertida la belleza de esa mujer; mientras ella se volteó para saludarlo, éste se golpeó el pie en una de las mesas que rodeaban la mesa central donde todos comían.

-¡Por la…! – exclamo frenándose al mismo tiempo, mientras se sobaba los dedos de sus pies que habían saludado a la pata de aquella mesa ante la mirada de los que estaban sentados.

Tras el desayuno y una divertida plática entre los que estaban en la mesa, León se dirigió a la sala del Dalai Lama donde las tan ansiadas respuestas lo aguardaban.

-Toma asiento y dime- indicó Sâga al joven mientras le invitaba a pasar.

-Muchas gracias- expreso mientras se sentaba

-Ahora ��Qué es lo que te ahoga la mente?- pregunto el anciano tratando de liberar de dudas la cabeza del muchacho

-Pues, tengo tantas preguntas que hacerle- comenzó - ¿Qué está pasando? Para empezar- preguntó

-¿Qué crees tú que está pasando?- respondió con otra pregunta.

- Es difícil decirlo y más difícil creerlo, pero según mi corto conocimiento estamos viviendo un periodo en el cual las mentiras cubren el mundo y los problemas desbordan la mente de las personas y evitan que ellos vean la realidad.- respondió León

-Mejor no pudo haber sido respondida esa pregunta, ahora escucha con atención- dijo mientras tomaba un profundo respiro.

- El mundo como tal, ha vivido engañado tanto material como espiritualmente, todos los problemas que aquejan a la humanidad, son ignorados por problemas propios de las personas en su vida cotidiana, ¿Cómo voy a pagar mi deuda con el banco? ¿Cómo podre dar de comer sin empleo? O preguntas más vacías tales como ¿Qué me voy a o poner ahora? ¿Eso estará de moda? Entre otras que al final te alejan de tu conexión con el planeta, las plantas, los animales y las demás personas, tanto la sociedad como las personas mismas están envueltas en este espiral de vanidad e ignorancia en el que poco o nada de importancia le dan a preguntas como ¿Qué está pasando? Ya sea en el mundo, en su nación y más importante en ellos mismos- explicó Sâga

-¿Esto quiere decir que nadie sabe lo que está pasando? – pregunto León

-Nadie se está haciendo esa pregunta- Respondió – El mundo está plagado de ruido; ruido que no te deja el espacio para encontrar paz dentro de uno- continuó – Desde hace miles de años, la humanidad ha vivido subyugada a un grupo de personas a las que le conviene que uno este regido por los parámetros que ellos establecen, patrones de conducta, creencias, pensamiento e ideología tanto política como individual. Esto produce generaciones de personas que viven de ésta forma sin cuestionarse. Los mismos estigmas actuales de la sociedad no permiten que haya alguien diferente ya que inmediatamente es tildado de inadaptado, sujeto que deberá ser sometido a una reeducación para evitar que lleve a otros por el mismo camino. Debes saber muchacho que las mayorías casi siempre están equivocadas porque este aparato de dominación los ha programado para estarlo, nada puede hacerse para destruir este aparato por el momento, sin embargo es posible cambiar la mentalidad de las personas ya que como sabes, las palabras tienen poder y por muy fuerte que sea una persona éstas pueden llegar directo a la mente, al corazón, al espíritu y generar un poderoso cambio.-

La sesión de respuestas que esperaba, termino por convertirse en una enseñanza la cual aunque pareciera que no responde a nada de lo que preguntaría León, sus palabras estaban haciendo efecto en él. Luego de hablar sobre lo que pasaba en el mundo, el Gran Maestre comenzó a explicar que como sabía, la humanidad de acuerdo a la evolución darwiniana tuvo un período en el cual hubieron dos especies y una termino por eliminar a la otra; significaba que la humanidad como tal, no era originaria de éste planeta pues tras haber escuchado y leído muchas veces que civilizaciones antiguas tuvieron una tecnología como la cual no hay y que parecía inverosímil y hasta cuento de ficción o fantasía, existían pruebas las cuales algo o alguien se encargaba de desmentir para que el resto no pusiera atención alguna de lo que pasaba a su alrededor ya que como había explicado, estábamos programados para estar equivocados.

Nadie creería que el mismo Dalai Lama explicara que la humanidad se originó en algún momento de la historia en lo que conocemos como la constelación de Lira, sin embargo no existen registros que lo corroboren, tras un periodo de desarrollo y pleno crecimiento intelectual, científico, social y político; comenzaron a sufrir guerras internas las cuales llevaron a la civilización al borde de la destrucción. Fue entonces cuando decidieron unirse y crear una nación que llegara más allá de lo que pudieran imaginar, sin embargo en un día y una noche fueron agredidos por un enemigo que apareció de la nada y los diezmó a tal grado que decidieron escapar a diferentes sectores de la galaxia entre ellas la constelación de las Pléyades donde una vez más lograron establecerse, luego otro periodo de esplendor y crecimiento comenzó. Pero un pequeñísimo grupo de ellos en lugar de quedarse con ellos, decidieron emprender rumbo al sistema solar, donde se establecieron en el tercer planeta.

Todo esto parecía otra vez disparates de un loco que delira, ya que sonaba mucho a las fantasías de dementes que se decían contactados y que sabían de vida extraterrestre, pero por alguna razón que alguien como el Dalai Lama le revelara algo como eso, parecía que no es una broma como normalmente creía que era todo lo que se relacionara con este tema. De alguna forma sabía muy en el fondo que algo estaba mal, se negaba a creer esto ya que no hay pruebas de que esto haya pasado, no hay registros ni algún documento que lo pueda corroborar, pero mientras sus negativas corrían en su mente el anciano le dijo:

-Dudas hay en tu mente definitivamente- afirmó – pero recuerda que como humano estás programado para no creer en cosas que los parámetros de la sociedad te imponen desde pequeño- continuó explicando- como te he mencionado, no conoces nada mejor y por esa precisa razón te niegas a ver algo diferente y que está más allá de tu comprensión ya que es complicado creer en algo que jamás has visto, jamás has escuchado, jamás has pensado… es por eso que debes despejar tu mente de todo aquello que de perturba la mente y no permite que tu espíritu sea libre y te dé el discernimiento necesario-

Mientras León se sorprendía de lo que decía el anciano y la forma en la que respondía preguntas que aún no había hecho. El Gran Maestre continuó relatando que existe una religión universal en la cual todos somos uno, de uno venimos y a Él regresamos una vez dejamos nuestros cuerpos.

-El ser supremo y eterno, es el flujo de la vida que corre a través del espacio, del tiempo; surca el universo y da vida- dijo mientras le solicitaba a León que se levantara.

Sâga relató que esta creencia era la que inspiraba muchas de las religiones que existen hoy en día ya que fueron creadas para conectar a la humanidad con su lado espiritual y que llegasen a comprender su propósito en la vida. Explicó que éste flujo de energía, de vida era como un río el cual a su paso esparcía pequeñas gotas las cuales caían en los planetas del universo generando vida, explico que lo que conocemos como espíritu era nada más y nada menos que estas gotas las cuales cobraban conciencia mientras vivían en la tierra o bien cualquier otro lugar donde cayeran. Parecía como un cuento para niños pero el trasfondo tenía mucho sentido ya que el Espacio y el Tiempo eral el todo de dónde provenía cada uno de los elementos que existen y nada puede estar fuera de él, unos lo llamaban Dios, otros lo llamaban Alá, otros Krshna y otros mucho antes lo llamaron Hunab' ku. Contó que cada una de las civilizaciones y culturas le trataron de dar una explicación a este increíble ser, pero con el tiempo esto se fue relegando al olvido.

-Todo esto parece una locura pero entonces ¿Qué tengo que ver?- pregunto León

- En efecto, es tanto lo que no sabes y difícilmente crees, pero aun así estas aquí buscando las respuestas de éstas preguntas- respondió con paciencia casi divina el anciano.

Luego explicó que pasado el año 2012 después de Cristo lo que se conoció como el Baktun Maya y en otras culturas un nombre diferente significo un despertar espiritual de algunas personas, solamente las que espiritualmente estuvieran aptas y por ésta razón él entraba dentro de la ecuación que se estaba desarrollando.

-¿Sabes lo que es un receptor?- pregunto Sâga

-No tengo la menor idea- respondió el muchacho

-Hace tiempo en éste planeta se liberó una guerra como jamás nadie ha visto ni verá en la cual pelearon muchos valientes, y muchos cayeron, esa batalla se llevó a cabo alrededor de 25mil años antes de Cristo y muchos de los comandantes y héroes que murieron y otros que fueron cruciales para la misma regresaron al flujo de energía, al río de la vida si quieres verlo de esa manera y ahora, después del Baktun logramos encontrar a algunos de los receptores de éstas esencias lo que sería igual a una reencarnación si lo vemos desde el punto de vista del budismo, ha sido una tarea muy difícil pero tú León eres uno de ellos y pronto la humanidad te necesitara para lo que está por venir.- Concluyó el anciano.

Ante tal impactante noticia, León atónito; no podía creerse algo como eso, se negaba a aceptar algo como lo que el Gran Maestre había dicho; es lógico que nadie recibiría semejante noticia sin una reacción de sorpresa, por extraño que parecía una mezcla entre emoción, nervios y pánico atravesó al muchacho. ¿Qué se supone que debo hacer? era lo que se repetía una y otra vez, nadie puede saber cómo reaccionaría alguien menos preparado psicológicamente para ese tipo de responsabilidad.

Tiempo después de que se calmara, los monjes que acompañaron al anciano el día que se conocieron entraron a la sala y se presentaron, cada uno de ellos fue un importante investigador, especialista en psicología y demás quienes junto con el Gran Maestre le explicaron aquellas cosas que difícilmente asimilaría si solo se las relatase una sola persona. Cada uno de ellos expuso sobre su campo de especialización, primeramente que a pesar de lo científicamente fundamentados y su validez lógica, el pensamiento, conducta, creencias, ideologías y consiente de las personas en todo el mundo era programado desde que se nace, la escuela, la secundaria; la academia, los centros de educación, centros religiosos, políticos, sistema jurídico y gubernamental, económico y social, absolutamente todo estaba controlado por patrones de comportamiento que creaban personas inconscientes de su realidad y que se preocupan por pugnas innecesarias y trivialidades, las deudas y crisis monetarias, todo era para alejarlos de preguntas existenciales como las que León se cuestionaba y meditaba en ellos.

Le fue explicado que en efecto, la humanidad no era oriunda de la tierra, venia de un lugar más lejano y complejo; la evolución y sus orígenes en efecto eran una línea diferente de homínidos que pudieron llegar en su momento a ser humanos o similares, sin embargo la expansión de los humanos como tales (homo sapiens) genero una revuelta que termino en la extinción provocada hacia los neandertales. Sin embargo nada se sabe de cómo fue que terminamos siendo dominados por élites y por qué evitan que todo este compendio de información llegue al conocimiento público, ya sea porque arruinaría el estatus quo de las élites económicas del mundo o las potencias dejen de ser potencias por el gran potencial que habría de parte de todos los demás países para desarrollarse; era algo que debían averiguar.

De acurdo a los registros extraídos de "La Reina de Hielo" nombre que le dieron a un arca de información encontrada en Groenlandia en una investigación databa una gran guerra mundial en la que estuvieron al borde de la aniquilación completa, por lo difícil que fue descifrar la información no se sabe exactamente cuando fue que sucedió exactamente sin embargo algo era seguro y es que muchos de los que en la mitología se consideraban dioses como Odín, Thor, Atenea, Zeus, Osiris, Quetzalcoatl, Huitzilopoctli, Artemisa, Horus, los dioses sumerios, celtas y todos ellos no fueron más que grandes líderes, guías y personajes que intervinieron o jugaron un papel importante en ésta gran guerra la cual llego a durar cien años. muchos de ellos dieron su vida por salvar a la humanidad la cual estaba siendo exterminada, sin embargo a pesar de los costos, la victoria fue para los humanos, la investigación estaba aún en proceso pero lo que daba veracidad a la información era el fenómeno parapsicológico de los llamados "Niños Índigo" quienes se supone que son diferentes al resto de las personas ya que éstos no se dejan ir por los parámetros implantados en el sistema para que transmute su identidad como lo hace con las personas normales.

Los niños índigo eran un grupo de nacidos a lo largo del mundo entre las décadas de los 80's y 90's quienes marcaron el inicio de una generación que cambiaría el rumbo de la historia sin embargo por su condición de diferentes representaban un problema para las élites que dominan aún ahora; por lo que surgieron trastornos psicológicos como la hiperactividad y déficit de atención para dar explicación a la condición y de ésta forma ser "tratados" pero de acuerdo a la explicación que le revelaron a León simplemente fueron formas de adulterar la esencia y la conducta de estos aun siendo niños; explico que éstos niños índigo eran y algunos pocos aún siguen siendo receptores de las escancias de aquellos que ya estuvieron en el mundo, siendo como mencionó Sâga lo que algunas religiones llaman reencarnación, sin embargo él mismo explicó que simplemente estamos de paso en la vida, que el espíritu como tal es el que fluye en el rio de la vida o flujo de energía perpetuo que cruza el universo y cuando éste espíritu cobra conciencia en su periodo en la tierra o donde sea que existiese en ese momento se convierte un alma, éstos receptores eran espíritus con vestigios del alma de aquellos que ya habían estado antes que nosotros.

Por muy loco que pareciera, tenía sentido ya que era algo que envolvía a todas las religiones del mundo, luego se le explico sobre los niños cristal, era la forma en la que la parapsicología denominaba a quienes eran receptores, la diferencia entre ambos es que los índigo eran generalmente receptores de líderes políticos o héroes de esta gran guerra o de alguien que a lo largo de la historia de la humanidad haya hechos algo importante, por otro lado los cristal lo eran de guías, maestros y sabios que ayudarían a instruir a los índigo. Tanto disparate comenzaba a sonar extraño hasta que El mismo Gran Maestre reveló que él era uno de esos niños cristal, que su misión era guiar a la iluminación a aquellos que tenían destinado grandes cosas; de la mima manera le dijo a León que él había calificado como índigo por lo tanto su misión en el mundo era muy importante y crucial ya que él tenía la esencia de uno de los más importantes personajes de aquella era quien sirvió bajo el mando de Atenea quien era la comandante general de las fuerzas de la humanidad. Todo esto empezaba a tomar forma de alguna fantasía loca muy bien desarrollada, pero a pesar de todo parte de él dudaba mucho al respecto de la veracidad de lo que éstas personas le estaban diciendo ya que cualquier persona en su sano juicio pondría en duda todos los argumentos dados, le pidió a Sâga un poco de tiempo para que lo asimilara, pues consideraba que había sido demasiada información para procesarla en un día, el anciano que se caracterizaba por ser paciente le concedió tiempo para que meditara en lo que había escuchado y que pudiera discernir entre la verdad y la mentira en la que vivía, una gran disyuntiva se desenvolvía en la mente de León.

Ante tantas cuestiones que difícilmente creía no pudo continuar, a pesar de su curiosidad y la necesidad de respuestas, por muy loco que esto sonaba, tenía plena certeza que no le mentirían sobre algo tan grande como eso; posiblemente aún no estaba listo para continuar escuchando, se retiró luego de una larga conversación con los monjes y Sâga quién comprendía perfectamente la situación en la que se encontraba el muchacho. León se retiró un momento hacia una terraza del Potala donde se sentó y observó el estrellado cielo nuevamente como solía hacer desde pequeño, tanta información sobre cosas que parecían disparates de locos amantes de extraterrestres era suficiente por un día.

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El planeta tierra, la humanidad, su historia y sus secretos, era algo que muchos intentaban develar, sin embargo poco se podía saber sobre el pasado, hay que comprender que cada vez que un brillante científico, investigador, genio, activista social o político, humanistas y amantes de la verdad surgen son callados, ya sea por sus ideas revolucionarias o por sus fuertes convicciones, todos y cada uno de ellos fueron abanderados de prometedores periodos de progreso y desarrollo, sin intereses ocultas más que el bienestar de la gente. Todos ellos lucharon por causas desinteresadas y guiaron a aquellos que supieron guardar sus palabras las cuales no pudieron ser calladas y continuaron su obra en el mundo, ayudaron a hacerlo un mejor lugar como Jesús de Nazaret, Buda, Gandhi o personajes como Luther King, Harvey Milk, Mandela y muchos otros que con sus palabras llevaron a un cambio dentro de la forma de pensar y ver el mundo de muchas personas. Personajes como Leónidas, Juana de Arco, William Wallace, Kaibil Balam, Anastasio Aquino, Tupac Amaru y otros grandes líderes lograron cambiar de una u otra forma la conducta de algunas personas e inspiraron respeto y temor entre aquellos que fueron sus oponentes; gente como ellos, que fueron diferentes a la corriente del sistema, creencia o ideología política o religiosa del momento.

Lo que la parapsicología identificó como niños índigo y cristal, como había sido explicado anteriormente a León era basada en la creencia que se le reveló de igual forma receptores que eran las personas que recibieron estas esencias provenientes del flujo de energía perpetuo que está presente en todo lugar. Tras una explicación un poco más detallada sobre ésta creencia universal, sobre el hecho que éstas esencias provenientes del flujo una vez en un cuerpo cobraban conciencia y vivían de acuerdo a su forma de ver el mundo y su realidad, a veces mal o a veces bien era su forma de obrar; cuando su tiempo biológico terminaba regresaban una vez más al flujo de energía. Cuando la energía cobraba conciencia se convertía en un alma, con sentimientos, deseos, sueños, aspiraciones e ideas, se convertía en un individuo, no más en una partícula de energía que cae por accidente en un lugar al azar, de acuerdo con lo que se les había revelado, algunas de estas almas o energías consientes lograban un nivel de autonomía a modo que a pesar de haberse fusionado nuevamente con el flujo perpetuo mantenían los recuerdos de su vida material e intentaban regresar a la misma, otras, simplemente se desvanecían en el eterno infinito.

Tras la gran guerra, muchos de estos guías, líderes y héroes no completaban sus tareas o conservaron su conciencia habiéndose convertido en almas, luchaban por regresar al lugar donde dejaron inconclusos sus asuntos, como también se le explicó que esto no atendía únicamente a situaciones como formar parte de algo tan grande como lo fue la campaña por la humanidad, si no que muchas veces también promesas sin cumplir de un alma despertada, se hacía su propio camino para volver al lugar, así como estas muchas otras podían lograrlo, fue así como muchas de las personas consideradas como "niños índigo" y niños "cristal" llegaron a la tierra, eran diferentes pues eran almas despertadas sin embargo su conciencia había sido bloqueada por el adoctrinamiento implantado en la forma de vivir de la sociedad actual, suprimiendo sentimientos o recuerdos, inclusive conocimiento que podría ser útil para cambiar el destino autodestructivo de la humanidad, siendo callados antes de que despertasen en su conciencia espiritual, de acuerdo con lo que Sâga explicó, evitaron una serie de cambios tanto sociales, como religiosos, espirituales y materiales dentro del consciente humano.

El tiempo pasaba, la siguiente sesión con el Gran Maestre la realizaron al aire libre, tras haber aplacado la tormenta en su mente, la confusión que podía haber causado lo que le dijeron por muy inverosímil o real que fuese, no podía creerlo así por así. Afíca habló con el muchacho advirtiendo que una vez eligiera su camino a seguir, no habría vuelta atrás, por muy difícil que fuese aceptar la realidad, grandes cosas estaban por venir en la vida de él y del resto de la humanidad si escogía quedarse con la verdad; fue por esa razón que León decidió seguir adelante con las pláticas con el Dalai Lama.

Al preguntar sobre quién era el enemigo, Sâga como persona, Gran Maestre y Dalai Lama indicó que a pesar de que era obvio que eran las élites políticas, económicas y demás que controlaban completa y absolutamente todo el mundo eran las mismas personas, sus ideologías, creencias y dogmas, el humano mismo era su propio enemigo y era necesario que él como índigo guiara la era de los cambios, sin embargo ¿Cómo podría hacerlo una sola persona? la respuesta era simple.

-Si tomas la bandera de los cambios, la gente te verá y te reconocerá- indicó Sâga – Si caes y te levantas ondeando más alto y fuerte la bandera, alguien se levantará y te seguirá, de la misma forma que tu des el ejemplo, otros te seguirán subsecuentemente; todo depende de que tomes la iniciativa-

-¿Por qué haría eso?- pregunto el muchacho pensativo

-Porque la está llena de personas que esperan a que otros hagan algo por el mundo, por eso nada cambia, la humanidad es como un niño. Observa y aprende, es por eso que debes llevar la bandera y ser el ejemplo de lo que quieres que el mundo sea- respondió muy suavemente mientras servía un poco de t��

-Si lo hago… ¿Qué me dará seguridad de que otros me sigan?- preguntó recibiendo una taza de té de parte del anciano.

-Fácil, así es como funcionamos- respondió mientras bebía.

-¿De verdad?- preguntó dando un sorbo a su te - ¿Cómo?- preguntó nuevamente

-Notaste que te serví te ¿Verdad?- preguntó Sâga.

-Así es… ¿Qué con eso?- pregunto León.

-¿Acaso te pregunte si querías un poco o no?- interrogó al muchacho

-No- respondió él.

-Entonces, viste que yo bebía de mi te ¿Cierto?- pregunt�� el anciano tratando de llegar a un punto.

-Así es- afirmó bebiendo nuevamente.

-Tú bebiste no porque querías, bebiste porque viste que yo lo hacía, luego tu seguiste mi ejemplo, el humano como antes dije es como un niño pequeño, emula lo que observa; en un mundo como éste muchas cosas malas pasan porque todo mundo hace lo mismo que las personas malas hacen y muchas de las personas buenas no hacen nada simplemente porque esperan a que alguien empiece por ellas- Respondió nuevamente Sâga mientras se levantaba y le explicaba más cosas.

Le abrió la mente a un mundo infinito de posibilidades, aclarando que así como él había seguido su ejemplo al beber té sin preguntárselo, así las personas de todo el mundo lo seguirían una vez el demostrara que era un pilar del cambio que era necesario en el mundo para salvar a la humanidad, pero los peligros que enfrentaría no serían sencillos pues pelear contra un enemigo oculto en las sombras no sería tarea sencilla, debía obtener toda la información y ayuda posible, por esa razón era necesario que buscara a otros como él, niños cristal e índigo que pensaran y sintieran de la misma forma y desearan con todas sus fuerzas ser diferentes, ser únicos y ayudar a los demás.

Terminada la serie de pláticas sobre el tema, el Gran Maestre pidió una más en la que le explicaría por qué era tan importante que fuera él quien guiara el cambio, la razón que le dio era como ya había mencionado pero quizá o lo había comprendido; el hecho que León era la esencia del Comandante Valoro, quien sirvió a Atenea durante la gran guerra de la humanidad la cual poco se sabe; quien jugó un papel crucial ya que junto a ella y varios de sus más leales miembros de la Armada Humana, lucharon por recuperar la Tierra y evitar la aniquilación de la humanidad de los agresores extranjeros. Aunque extraño de cierta forma, el relato por muy fantasioso que sonara, Sâga indicó que pronto le revelaría el lugar donde podría encontrar la información exacta de éste acontecimiento. Después de que le explicara la importancia de Valoro y su vínculo, León comprendió que aquello que lo impulsaba a ser diferente y muchas veces valiente sin darse cuenta era la esencia que guardaba en su ser, León era Valoro; todas aquellas cosas que había logrado y esas cosas que jamás había hecho que consideraba familiares, eran las que lo conectaban, se comenzaba a dar cuenta que poco a poco ésa parte de él estaba despertando, poco; pero era un comienzo.

Sâga y Afíca comprendían el potencial que residía en el interior del muchacho, por esa razón el Dalai Lama y Gran Maestre, le sugirió llevarlo a "La Cuna" donde podría ser entrenado plenamente y estaría a salvo de los que lo perseguían hasta que estuviera listo y el tiempo fuera propicio para que se revelara contra el poder que dominaba al mundo. Fue así que tras una semana en el palacio de Potala y muchas enseñanzas del Maestre León y Afíca tomaron vuelo a "La Cuna" que se encontraba en Kazajistán.