Me tiré en la cama y creo que me dormí inmediatamente porque ni me acuerdo de algo que haya hecho después, pero sí que dormí, es más fue la primera noche desde que llegamos a la casa en la que logro dormir decentemente, todas las horas necesarias, confieso que esas horas en las que no dormía me ponían malhumorada al día siguiente. Cuando me desperté me di cuenta que estaba arropada, pero y ¿Cómo?...
_Hola. -dijo una voz grave que me parecía familiar. -¿Cómo estás?
Levanté la mirada y me encontré nada más ni nada menos que al chico Rosternat, creo que ese nombre es un poco cruel, pero no sé su nombre verdadero y bueno es lo único que se me ocurrió ya que no soy muy buena con los sobrenombres.
_E...h, Hola... Bien gracias pero, ¿Qué haces aquí?
_Que bueno que estés bien y mi familia esta abajo. -dijo serio. -¿Crees que podamos ser amigos? -dijo seriamente.
_ ¿Nosotros? Pero no contestaste mi pregunta... -dije, la verdad estaba un poco confundida y su mirada no ayudaba en nada, solo lograba que estuviera aún más nerviosa.
_Nosotros no, nuestras familias. Y con tu pregunta, quise hablar contigo personalmente. -acaso nunca sonríe, en verdad yo me consideraba seria pero ni siquiera una mueca. - ¿Qué dices?
_Q.... ¿Qué digo de qué? -la verdad estaba pegada en sus ojos y no estaba prestando atención a lo que decía.
_Acaso somos amigos, nuestras familias... que sean amigas, eso.
_Se supone que eso lo deciden ellos, no nosotros. Pero si te interesa mi opinión te digo que me gustaría ser tu amiga. - ¡que dije, estás loca Beth! ¿Cómo dices eso? Justo en este momento empecé a sentir como me sonrojaba y para mal de males él no me quitaba los ojos de encima. -Digo si quieres.
_Sí, si quiero Elizabeth. -dijo con esa voz que me mata, siento como me derrito por dentro al escuchar mi nombre salir de sus labios, me estremecí. -Eh ya me tengo que ir, hablamos otro día.
_Por favor solo dime Ela o Beth.
_Perfecto Elizabeth. -lo escuché susurrar a la distancia.
_O como quieras, chico anti sonrisas. -dije y creo que escuchó porque se dio la vuelta, bajé mi vista y lo vi de reojo mientras de ganaba frente a mi.
_ ¿Cómo me llamaste?
_Chico serio, perdón si te molesto. -dije.
Con sus manos tomó mi rostro delicadamente y alzó mi vista hasta que de nuevo esos grises invadían mi interior.
_No sonrío porque aún no llega un motivo a mi vida para hacerlo. Ojala eso cambie pronto, ahora sí, adiós, me tengo que marchar.
_Espera se me olvido preguntarte tu nombre...-se me fue.
Iba saliendo de mi habitación para saber si aún estaba por el pasillo pero cuando cerré la puerta casi me da un infarto, mi mamá apareció de repente frente a mí y más encima diciendo que me arreglara porque habían visitas allá abajo, pensé que quizás me encontraría al chico Rosternat, pero no fue así.
Cuando bajé, me dirigí a la sala para ver a quien me enfrentaba, me lleve una gran sorpresa, eran los mismos de Rosternat excepto el chico que hace poco estaba en mi habitación, no me gusta que me vean recién despertada pero bueno había que darle si quería respuestas, pero antes hay que matar el hambre porque no quiero que me gruña el estomago, luego de tomar desayuno mi madre me llamó para presentarme a la familia esa que estaba en la sala.
Resulta que la familia se apellidaba Lawren, yo pensaba que eran tres hermanos y los padres, el chico, Brandon, la chica Teresa, el señor, Agustín y la señora Rosaura, nunca había escuchado ese nombre pero bueno...
Bajé la mirada y pude apreciar a Brandon y Teresa tomados de la mano, eso no lo hacen los hermanos, pensé, y me empezó a dar curiosidad.
_ ¿Ustedes son hermanos? -dije.
_Claro que no Elizabeth, él es mi novio. -dijo Teresa.
_Um, yo creía que eran hermanos, perdón. -agregué algo sonrojada.
_No te disculpes niña, no es necesario. -dijo Agustín. - Y cuenta, ¿Qué te parece el pueblo?
_No me quejo, hasta ahora a los únicos que conozco son ustedes. -mencioné.
_Pronto conocerás más personas. -dijo Rosaura.
_No lo creo muy posible, pero habrá que intentarlo. -sonreí.
_Así se habla Elizabeth. -volvió a decir Rosaura. Era medio rara.
_Sí, pero solo una cosa, llámenme solo Beth o Ela, encuentro que mi nombre es muy formal.
_Debes de estar orgullosa de tú nombre, porque aquí la única llamada de esa manera era la difunta Elizabeth, la dueña de esta casa. -dijo Brandon.
_No lo sabía pero, ¿Tú de casualidad no sabes que le paso?
_Sí... -vi como Agustín lo empezaba a mirar haciendo que el chico pensará lo que iba a decir. -La pobre ya estaba muy viejita. -terminó diciendo Brandon.
_Ah, ¿No tienes hermanos? Porque de ser así déjame decirte que tienes suerte... -será posible que el chico Rosternat sea hermano de Brandon, después de todo ese día andaba con ellos comiendo.
_Sí, lamentablemente tengo un hermano, se llama...
_Tenemos que irnos. -dijo Agustín.
_Tan pronto se van. -anuncio mi madre. - ¿No vieron malas caras, verdad? -dijo mirándome.
_No, claro que no. -dijo Rosaura. -Adiós Elizabeth.
_Ah sí... Adiós. -y subí a mi habitación.