CAPÍTULO 204.5- Terminando mi primera relación.
(Pov- Zei.)
Foto, foto, foto.
—Al menos verte llorar me hace sentir mejor.
Tomé unas cuantas fotografías y un vídeo mientras la violaba. Es su clon, pero cuando la mate, sus recuerdos se combinarán con el cuerpo original. Este es un mensaje para ella. No importa lo que me haga, yo saldré victorioso al final. Me dolió mucho el engaño de Dianka... Mucho... Demasiado... Ah, ¿a quién trato de engañar? Me rompieron el corazón.
Realmente... Yo... Ah, la sigo amando. Sé perfectamente que eso está mal, y tampoco soy tan estúpido como para regresar con ella. ¿Qué clase de idiota perdonaría un engaño? Y tampoco me vengaré, principalmente porque no vale la pena. Soy un humano, que tiene el poder de un Rey Demonio, y ella es una humana normal. Puedo conseguir a alguien mejor.
... No... Lo intenté, realmente lo intento, Fetoca, pero no puedo dejar de sentirme tan mal.
—Apenas han pasado unas horas desde que te enteraste del engaño, debe pasar más tiempo.
Sí, lo sé.
—¿Y cómo terminarás con ella?
No lo sé. ¿Debo hacer algo especial?
—¿Y qué tal seguir fingiendo que la amas y la engañas con su madre?
Nada de venganzas.
—Ah, eres demasiado amable, Zei.
No me importa... Realmente no me importa. Lo haré en este momento.
—¿Eh? ¿En serio? ¿No lo harás en persona? Me gustaría ver su reacción.
—No vale la pena.
—Vamos, será divertido. Te hará sentir mejor. Eres un buen hombre, Zei. Eres lindo, tienes dinero, poder y un gran futuro por delante. Ella se lo perdió por estúpida. Vamos, hazlo en persona.
Tú solo quieres divertirte, ¿verdad?
—Siempre es satisfactorio ver a alguien que no apreció lo que tenía.
... Sí... Supongo que sí.
¿Cuánto tiempo le queda al clon?
—Diría que un par de minutos.
Ya veo... ¿Le meto mi brazo por el trasero o por la boca?
—Por el trasero.
—Muy buena elección, Fetoca.
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Le pedí a Dianka que nos reunamos en mi casa, pero esta vez, el Zei que ella verá, será uno diferente.
Ya no puedo sonreír como sonreía con ella. Ya no puedo... No puedo.
—¡Hola, Zei!
Intentó besarme, pero me alejé de ella y saqué mi teléfono, mostrándole las fotografías que tomé.
Ella se congeló al verlas, ya se dio cuenta de que sé lo que pasó.
—Terminamos.
La empujé y la saqué de mi casa.
Cerré la puerta y desaparecí de ahí.
Aparecí en un callejón, en mi vieja ciudad, y las lágrimas comenzaron a salir de nuevo.
—¿Es en serio, Zei?
M-mi corazón... No pude soportar el dolor y terminé con ella lo más rápido que pude. Lo siento, Fetoca, pero realmente no podía verla por más tiempo.
Me... engañó... Fetoca...
—Me engañó... ¡Me engañó!
Fetoca salió de mi cuerpo y me abrazó.
—Zei, te dije que eso era posible, y más considerando que es un mundo en donde los clichés predominan.
—Me engañó...
Pensé que... por fin había encontrado la felicidad. ¿Acaso no puedo ser feliz? Me esforcé mucho para que esta relación funcionara, pero no pude evitar ese maldito cliché.
—¿Qué hice mal?
—Nada, fuiste un novio perfecto, ella no te apreció.
Aprendí a cocinar, para prepararle deliciosos platillos. La llevé a conocer diferentes mundos, le conté mi mayor secreto, mi vida, incluso mis traumas. Realmente creí que ella era la persona perfecta para mí.
—Pero estaba muy equivocado.
Solo nos conocimos muy poco tiempo, lo sé, pero... Pero... se convirtió en lo más importante para mí.
¿Ahora qué hago? No lo sé.
—Fetoca... ¿Qué hago ahora?
—¿Qué quieres hacer?
—Yo no lo sé... Quiero seguir fingiendo ser un estudiante, por fin tengo amigos, pero también quiero distraerme.
—... Esto podría meternos en problemas con un Dios, pero ¿por qué no te conviertes en un aventurero? Únete a un clan. Y cuando seas muy importante, ¡bam! Revelas que tú eres el verdadero Zei y pones en ridículo a tu familia.
—¿Volver a ser el viejo Zei?
—Lana y Kiasan. Por lo que he visto en tus memorias, ellas te amaban.
Sí, me di cuenta de eso mucho después, cuando maduré. Antes era muy inseguro de mí mismo, pero Fetoca me dio la confianza que necesitaba. Yo les gustaba, y yo no me daba cuenta de eso, aunque era muy obvio.
—¿Por qué no regresas con ellas?
—Realmente quiero, pero... Ah, no lo sé. Desafiar a un Dios es demasiado.
—Necesitas tiempo para superar lo que pasó. Necesitas distraerte y no pensar en eso.
—... Sí, supongo que tienes razón... Lo pensaré.
—Mejor nos sentamos.
—Sí... Gracias, Fetoca.
Él me acarició la cabeza.
—No hay nada que agradecer.
Ambos nos sentamos en el suelo y nos pusimos a hablar hasta el amanecer.
Sé perfectamente que el dolor que siento no desaparecerá tan pronto. Mi novia, la que creía que era el amor de mi vida, me engañó. Me duele mucho el corazón y las lágrimas no me obedecen, siguen saliendo.
¿Realmente estoy condenado a ser infeliz? Cuando por fin me sentía feliz, pasa esto. Toda esa felicidad, se derrumbó en un segundo. Tanto poder en mi cuerpo, pero de nada sirve tener tanto poder, si no soy feliz.
Solo quiero tener amigos, sentirme útil, ser amado. ¿Es mucho para alguien como yo? Mi vida pasada fue la que hizo las cosas malas, ¿por qué recibo el castigo yo?
Yo solo quiero ser feliz.
Al menos tengo a Fetoca, que es como un padre para mí. Al menos él siempre está a mi lado y me apoya. Sin él, ya me hubiera suicidado. No vale la pena seguir vivo si estoy condenado a ser infeliz. ¿Qué sentido tiene vivir una vida sin felicidad?
"Una vida sin diversión, es aburrida y lenta, y también dolorosa". Una frase del antiguo Dios de los juegos, Crisfa. Pero yo no creo que la diversión sea lo más importante. Para mí, es la felicidad. Tener amigos, sentirse apoyado, sentirse útil... Una vida sin felicidad, no es vida.
Yo quiero ser feliz, y mantener esa felicidad. ¿Por qué el destino me da felicidad y después me la quita? No es justo. Solo quiero ser feliz.
—¿E-está más pesado?
—Creo que simplemente perdimos fuerza.
Esas voces...
Saqué unas vendas negras de mi bolsillo y me las puse en mis ojos.
Fetoca entró a mi cuerpo y lo activé.
Salí y vi a Lana y Kiasan, intentando subir su puesto de brochetas sobre el pavimento.
Realmente están muy delgadas.
—Les ayudo.
Con una sola mano, levanté el puesto y lo subí al pavimento.
—Ufff. Muchas gracias, señor.
—Me gustaría comprar todas sus brochetas.
—¡¿Todas?!
Saqué una bolsa con monedas y se las lancé.
—Se pueden quedar con el cambio. Saldré de viaje y necesito mucha comida.
—¡S-sí! ¡Espere unos minutos, por favor!
Sus sonrisas llenas de felicidad me hacen sentir mucho mejor. Realmente quisiera quitarme las vendas y decirles que soy yo, pero no lo haré. Todavía tengo amigos en el otro mundo, y no quiero perderlos. Le daré otra oportunidad a ese mundo, pero si alguno de mis amigos me traiciona... Yo... No sé lo que haría.
Haré lo que siempre hago, ignorar mi dolor y fingir que no pasa nada. Si finjo que no me duele, con el tiempo, olvidaré que estoy fingiendo.
—¿La princesa Cristhela sigue desaparecida?
—Ya pasaron 4 meses. Es demasiado tiempo.
La princesa Cristhela... Ah, bueno, solo la he visto una vez, así que no me importa. No tengo tiempo para pensar en eso. Ignoraré las voces de esos hombres y esperaré mi comida.
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(Pov- Drei.)
¡Dos años y apenas he terminado 44 de las 100 pruebas! ¡Actualmente, me toma casi dos semanas terminar una, y después de esa prueba, debo descansar porque siempre termino casi muerto! Pero es no es importante, lo importante es que al menos estoy vivo... Al menos por ahora.
—No me jodas.
—Drei, son miles.
¡Son miles de demonios reunidos! ¡Váyanse a la mierda, yo me largo!
—¡Vámonos, Linmek!
—¡No tienes que repetírmelo! ¡Vámonos!
M-miles de demonios se están reuniendo en un solo lugar. ¡¿Qué está pasando?!
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—Fufu. Entonces, ¿todo salió a la perfección?- Dijo Kana, la Reina Demonio falsa.
—¡Casi todo! ¡Zei profanó mi cuerpo! ¡No le importó que fuera hombre, me violó! ¡Ya no podré casarme!
—Eso no quita el hecho de que yo hice mi parte, te toca a ti.
—Sí... Lo sé. Revivir a todos esos demonios tomará tiempo.
—Te daré la energía mágica que necesites.
Shadow Girl, la portadora de Patle, estaba reunida con Kana. Una alianza no solo inesperada, también muy peligrosa.
—¿Y qué hiciste con la verdadera Dianka?
—La maté. No la necesitaba con vida.- Respondió fríamente Kana.
—Una loli peligrosa, ¿eh? Tan cliché.
—Tsk. Como sea. Necesitamos al verdadero Rey Demonio, y con esta traición, él pronto regresará.
—Y que no se te olvide nuestro trato.
—Sí, lo sé.
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Mientras Zei combatía su depresión y Drei escapaba de los demonios, Kei no se quedaba atrás y también estaba con sus propios problemas.
—Hola, héroe Kei.
—¡Mucho gusto, hermosa! Sabes, me gustan las mujeres musculosas. ¿Te molestaría sentarte en mi cara?
Kei, fingiendo ser el héroe Kei, estaba parado frente a Charlotte, Bandia y Fleip, y Rose estaba en sus brazos, inconsciente.
—Bien, entonces ¿cómo salgo de esta situación?- Pensó Kei, muerto de miedo.
(Nota del autor: Sí, soy un hijo de puta con Zei, pero ya fue feliz por mucho tiempo xd. Dejen comentarios, por favor. :3)