Chereads / Soy un ser inferior con la habilidad de seducir mujeres / Chapter 238 - CAPÍTULO 191.5 Padre e hija. Parte 2.

Chapter 238 - CAPÍTULO 191.5 Padre e hija. Parte 2.

CAPÍTULO 191.5 Padre e hija. Parte 2.

—Entonces... ¿Quieres rechazar esta oportunidad?

—No tengo tiempo para hacer las pruebas para subir a la clase S. No quiero subir. No por ahora.

Rechacé la oportunidad de ser un aventurero de clase S. Sé que es estúpido, pero no tengo tiempo para realizar tantas pruebas, necesito educar a mi hija y, por supuesto, entrenar. Mis puntos mágicos mejoraron, así que estoy creando un nuevo ataque que... Sinceramente, con tan solo imaginarlo, tengo una erección. Así de increíble es ese ataque. Lo llamo: "Ángel de fuego".

—Lo siento, Maestro del Gremio. No he aceptado nuevas peticiones por falta de tiempo. Ya sabes... Mi madre no regresa todavía y mi abuela se aprovecha de la situación para matarme en los entrenamientos. Mei se está volviendo cada vez más parecida a nuestra madre y debo controlarla para evitar que comience a disfrutar del sufrimiento ajeno. Ah, y por supuesto, debo estar visible para todos y no desaparecer por tanto tiempo porque sospecharían que soy el héroe Kei. Como puede ver, tengo muchas cosas en mente y no tengo tiempo.

—Sí, ya me di cuenta. Podrás tomar la prueba cuando quieras, no es una obligación, y menos para ti.

—Gracias.

Quisiera acariciar sus orejas de conejo, pero Drin está a mi lado y debo evitar algo que la ponga furiosa.

—¡Bueno, me retiro! Muchas gracias por su tiempo, señorita.

Drin y yo salimos de su oficina.

—Bien, rechacé la oportunidad de subir y ya me estoy arrepintiendo.

—Pero es necesario. Las pruebas son muy largas, no tenemos tiempo, cariño.

—Sí, lo sé... ¡Bueno, iré a comprarle más juguetes a Nadia! Drin, tú tienes buen gusto, ayúdame.

—¡Por supuesto, cariño!

Un escalofrío recorrió mi cuerpo y me detuve.

—Esta sensación...

—¿Cariño? ¿Qué pasa?

—Yo... No lo sé... No lo sé... Vámonos.

Debo estar alerta, tal vez alguien me esté espiando.

El Maestro de Gremio suspiró y se levantó de su asiento.

—¿Por qué no lo mataste?

—No puedo atacarlo. No todavía.

—Tsk. Eres un inútil.

—Ustedes dos, dejen de pelear, no destruyan mi oficina.- Dijo el Maestro del Gremio.

Dos personas salieron de la sombra del Maestro del Gremio.

Dos importantes personas.

—Maldita sea, perdimos una oportunidad de oro.- Dijo Markam, una de las comandantes de Desmolfer, la Reina Demonio.

—Yo solo vine a investigarlo, todavía no lo mataré, te lo dije, niña.- Dijo Zei, la reencarnación del Rey Demonio.

Zei se sentó sobre el escritorio y puso su pierna derecha sobre su pierna izquierda. Cruzó los brazos y suspiró. Un largo suspiro que llamó la atención de las dos mujeres dentro de la oficina.

Ambas lo miraron fijamente y Zei simplemente cerró los ojos.

—Es imposible para mí derrotarlo.

—Tsk. ¿Por qué Desmolfer confió en ti? Eres un maldito inútil.

—Oye, niña, no sé si te diste cuenta, pero soy todavía un novato. Si la información es correcta, Kei ha entrenado toda su vida. Yo era un inútil en los entrenamientos y casi no aprendí. Solo he aprendido lo básico con Fetoca. Solo soy fuerte gracias a la magia que heredé como reencarnación del Rey Demonio, pero Kei tiene más poder mágico que yo. Si lo atacaré, será cuando yo crea que pueda matarlo. Y tú, Markam, no es por ofender, pero quiero decirte que no estoy aquí para ayudar a los demonios. Solo estoy recopilando información sobre Kei para futuros planes. No puedo interferir en otros mundos.

—Bla, bla, bla. Excusas de un inútil.

—Dejen de pelear y váyanse. No pueden estar aquí tanto tiempo.

Zei se acercó a ella y el Maestro del Gremio comenzó a alejarse de él, con miedo.

Por obvias razones, ella conoce perfectamente el gran peligro que Zei representa.

—¿Q-qué haces?

El Maestro del Gremio chocó con la pared y Zei se paró frente a ella.

—¿Me das permiso de acariciar tus orejas de conejo? Son lindas.

—¿Eh? ¿M-mis orejas?

—Sí, por favor.

—C-claro.

Zei comenzó a acariciar las orejas de conejo del Maestro del Gremio.

—Sí... Misma textura... Misma sensación... Las personas de este mundo son idénticas a las de mi mundo. Pensé que tendrían otra diferencia... Por cierto...

Kei acercó su rostro al rostro del Maestro del Gremio y ella comenzó a sudar frío por la enorme presión de tener a alguien como Zei tan cerca de ella. Ella está nerviosa, pero no es un nerviosismo de una chica al tener a alguien guapo frente a ella, ella no sigue ese cliché, ella está aterrada. Sus piernas están temblando.

—¿Estás segura de que Kei no tiene ninguna amiga con el nombre de Nem?

—N-no. L-las únicas personas que conozco que son sus amigas se llaman: Eris, Terkiana y Nia. Y sus esclavas: Terniak y Nirkat.

—Ya veo... La tiene oculta... Gracias por la información, chica conejo.

Zei se alejó caminando.

—Debo regresar, tengo una cita con mi novia. Markam, dile a Desmolfer que no cambié de opinión, mataré a Kei Molfer, no me importa que ella esté interesada romántica y sexualmente por él.

—Hasta yo sé que el enamoramiento de Desmolfer es demasiado raro. Ni siquiera ha hablado tanto con él, solo se siente atraída por él por su alma y... Ah, olvídalo.

—¿Y qué? ¿ Qué ibas a decir?

—¿Qué te importa, idiota?

Zei, en menos de 0.2 segundos, apareció frente a ella y puso su puño frente al rostro de Markam.

—¿Tratas de amenazarme, idiota?

—Lo repetiré de nuevo. ¿Qué ibas a decir?

—Tsk. Desmolfer ha seguido de cerca las acciones de Kei. Sus logros, su historial, sus calificaciones en la academia, etcétera. Se dio cuenta de que es 100% de su tipo y ambos son parecidos.

—¿Parecidos? ¿Cómo?

—Kei le recuerda a su yo del pasado, cuando Desmolfer era apenas la hija de la Diosa del Destino y el Dios del amor, y no una Reina Demonio.

—¿Hija de dos Dioses? ¿Y por qué terminó siendo una Reina Demonio falsa?

—Ya te dije demasiado, no diré nada más.

—Ah... Tienes suerte de ser adorable. Me retiró.

Zei desapareció y Markam suspiró.

—Ese chico es demasiado raro. No sé si considerarlo malvado o bueno. Sus acciones siguen siendo un misterio para mí.

—Markam, ¿cómo sigue mi hermana?

—Ya se recuperó, solo necesita tiempo para recuperar energía.

Lágrimas comenzaron a salir del Maestro del Gremio y Markam comenzó a reír.

—¡No, por favor! ¡Hahahaha! ¡¿Llorarás de felicidad?! Vamos, esas escenas son ridículas y dan pena ajena. Llora en privado, chica conejo.

—¡Quiero verla! ¡Llévame con ella!

—Sí, pero deja de llorar, me das asco. Vámonos.- Dijo Markam sonriendo.

(Pov- Zei.)

Me senté en la mesa de una cafetería y comencé a comer la rebanada de pastel que ordené.

—Ls información que reunimos es bastante buena. Fue buena idea reunirnos con la Reina Demonio, ¿verdad?

Sí, Fetoca, pero esa mujer está loca. Su obsesión por Kei es enfermiza.

—El alma de Kei... Odio admitirlo, pero Kei tiene el alma más hermosa que he visto. Hasta me sentí atraído por él cuando lo miré por primera vez.

Vaya... Fetoca, no sabía que tenías esos gustos. No te preocupes, respeto tu orientación sexual.

—No. No me refiero a una atracción romántica ni sexual. Era una atracción más... ¿Cómo decirlo? Era una atracción de... Es difícil de explicar realmente. Era un sentimiento de comodidad y paz. Verlo me daba esperanza y tranquilidad... Supongo que es algo así. Creo que en Desmolfer se sintió atraída por esa paz, y como comenzó a investigar las acciones de Kei, se enamoró de él porque descubrió que él se parecía a su yo del pasado.

El amor es un sentimiento raro, ¿verdad? Nunca se sabe de dónde vendrá.

—Nunca me he enamorado, así que no sé cómo se siente.

¿Nunca?

—Los espíritus como yo no nos enamoramos de nadie. No sentimos amor, pero podemos sentir amistad. Yo te considero un amigo... No, un hijo, Zei. Pero el sentimiento de querer estar con alguien por siempre o tener una familia con alguien... Simplemente no puedo sentirlo.

Wow... ¿Y no es triste?

—Para ti puede serlo, pero a mí no me importa.

Ya veo... Bueno, debo fingir sorpresa.

—¿Quién me tapó los ojos?

—Fufu. Como si no supieras que estaba detrás de ti.

Dianka me había tapado los ojos. Ya sabía que ella se acercaba, pero preferí que ella me sorprendiera.

Me dio un beso en la mejilla y se sentó frente a mí.

—¿Y cómo te fue?

—Ya conseguí la información de Kei Molfer. Odio admitirlo, pero es simplemente genial. Dejando de lado que es un pervertido violador, debo admitir que admiro que sea alguien que se esfuerza y logra grandes cosas a pesar de ser más débil que sus enemigos. Ah, y su alma es perfecta. Me tomará muchos años de entrenamiento derrotarlo.

—¡Yo creo en ti, Zei! Sé que podrás hacerlo.

Dianka acarició mi rostro y sonreí.

—Gracias por la confianza.

Creo que cada día más me enamoro de ella... Pero... ¿Merezco esta felicidad?

No lo sé.

—¡Por supuesto que no lo mereces!

Esa voz...

Todo a mi alrededor se volvió blanco... Este lugar... ¿Qué es esto?

—Zei, ten cuidado con ella.

Una hermosa mujer salió del suelo y mis piernas comenzaron a moverse solas.

—¿Q-qué?

Mi cuerpo no me obedece. Me arrodillé ante ella, pero no quería hacerlo.

—Soy una Diosa, alguien superior a ti. Debes tratarme con respeto, inútil.

—Odio esa palabra.

—Lo sé, inútil. Supongo que me conoces.

—Fravi, la Diosa sicópata de mierda.

—¿Con esa boca besas a tu madre? Ah, no, disculpa, olvidé que tu propia madre te dejó morir y te reemplazó. Es una lástima.

—¿Qué quieres, Diosa de mierda?

Mi cabeza chocó fuertemente contra el suelo y ella puso su pie sobre mi cabeza.

—Muestra un poco más de respeto, idiota. Yo quiero ayudarte a matar a Kei Molfer.

—¿Eh? ¿Me vas a ayudar?

—Pero con una condición. No mates a su hija... Bueno, no mientras ella tenga menos de 10 años.

—¿Hija? ¿Tiene una hija?

—Sí. No quiero que la mates, pero si peleas con Kei después de que ella tenga 10 años, quiero que la mates. Esa es mi única condición. Te diré sus debilidades y su manera de pelear. ¿Aceptas?

Kei... Kei tiene una hija. Si mato a Kei, dejaré sin padre a una pequeña niña. No soy un monstruo.

—Claro que no lo...

—Zei, Kei ha hecho cosas peores y si lo dejas vivo, violará a más niñas pequeñas y matará a más personas. Decide, dejar sin padre a una niña pequeña, pero salvar a miles de personas, incluso millones, o no matarlo y perjudicar a todas esas personas. Perdonar a Kei o salvar millones de vidas. No es una decisión tan difícil.

Pero... esa niña...

—Lo sé, Zei, pero es necesario. Acepta.

Sí... Está bien... Aceptaré, pero no estoy seguro de que podré hacerlo.

—Está bien... Lo haré, Diosa de mierda...

Fravi aplastó mi cabeza con más fuerza. Tsk. Maldita loca.

—Será un placer hacer negocios contigo, Rey Demonio versión barata.

Fetoca, ¿realmente confiaremos en esta Diosa?

—Sí, ella está lejos de nuestro alcance. Lo mejor sería no tenerla como enemiga. Existe un dicho en Godfer: "Cualquiera que tenga como enemigo a Fravi, no vivirá por mucho tiempo". Fravi está loca. Los Dioses, incluso los más poderosos, no quieren tener como enemigo a Fravi. Está loca. Y no de las locas adorables, es el tipo de mujer loca asquerosa y peligrosa.

Sí... Tienes razón... Fravi está loca.

(Pov- Fravi.)

Fufu. Delicioso. Un buen vino después de que las cosas salieran bien, es lo mejor.

Zei aceptó ayudarme. ¡Hahahaha! Todo está saliendo excelente. Zei puede ser un novato, pero tiene el poder de un Rey Demonio.

—Y pronto tendré una hijastra.

Soy una Diosa y Kei será... Bueno, un "humano". Tardaremos años en tener un bebé.

—Aunque admito que la fabricación del bebé lo disfrutaré. Fufu.

Mientras intentemos tener a nuestro propio bebé, yo voy a criar a su hija como si fuera mía. Lo siento, Terkiana, pero tú no estás incluída en mis planes. Tu hija será mi hija, y no hay nada que puedas hacer para evitarlo.

—Las héroes, los demonios, Zei... Kei, cariño, tienes a tres poderosos enemigos detrás de ti. No podrás escapar de tu destino.

Estás destinado a estar conmigo para siempre, amor mío.

—Para siempre. Y me aseguraré de que nadie lo arruine, cariño.

(Pov- Kei.)

—¡Qué adorable se mira riendo!

—¡Se está riendo de tu sufrimiento, cariño! ¡No digas que es adorable!

Como a mi hija le gusta verme sufrir, la llevé conmigo para que me viera entrenar en la Mazmorra.

Por supuesto, quedé muy herido por la enorme cantidad de monstruos que intentaron matarme.

Y mi hija se reía cuando me miraba sufrir. Sí, lo sé, es enfermo, ¡pero eso no le quita lo adorable!

Me quité la camisa, pues está manchada con mi sangre y me limpié la sangre del rostro y los brazos.

—Lo siento, Drin, pero debes admitir que se ve adorable cuando ríe.

Le acaricié la cabeza a mi hija. Wow, su cabello es tan suave.

—Sus orejas de Elfa son lindas.

Me senté en el suelo al lado de Eris y suspiré. Estoy muy cansado, pero debo seguir entrenando.

—Comeré algo y seguiré entrenando.

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