CAPÍTULO 148- Vidas pasadas.
Antes de contar las historias de mis vidas pasadas, explicaré algo muy importante.
Todos, absolutamente todos, tienen la posibilidad de reencarnar.
Al morir, dependiendo de nuestras acciones, nos vamos al paraíso o al infierno. Si te vas al infierno, te convertirás en un demonio y tendrás que trabajar como demonio para pagar tus pecados. Si te vas al paraíso, podrás reencontrarte con tus familiares y amigos que ya murieron. Puedes vivir en el paraíso todo el tiempo que quieras. Y cuando te aburras de estar en el paraíso, puedes tomar la decisión de reencarnar. Al reencarnar, olvidas todo.
Todos tenemos vidas pasadas… Y las mías son muy raras.
Mi vida pasada más reciente era el Rey Demonio… Y esa vida pasada no es la más increíble que he tenido.
La vida pasada del Rey Demonio, se llamaba Zei y era el poseedor de Patle. Ese Zei era un humano normal y vivía en un mundo tecnológico y sin magia. Su vida cambió cuando el Rey Demonio de otro mundo, al intentar invocar a la Diosa del infierno, se equivocó y provocó una gran explosión mágica, que provocó que todos los habitantes del continente viajaran a otro mundo.
La magia afectó también el mundo de Zei y hubo consecuencias muy trágicas.
Al no estar acostumbrados a la energía mágica, los humanos del mundo de Zei se convirtieron en una especie de No-Muerto… Comúnmente llamado: Zombie.
Una gran parte de la población se convirtió en No-Muertos… Incluyendo a Zei… Pero, Zei, al ser poseedor de Patle, logró sobrevivir y controlar su transformación. Los No-Muertos perdían su alma y la razón, volviéndose salvajes, pero Zei, a pesar de ser un No-Muerto, logró mantener el control de su cuerpo y no perdió la razón.
Ahora lo más importante, ¿por qué Patle me odia? El Rey Demonio del otro mundo era muy poderoso, y Patle quería tener su cuerpo. Patle se adueñó del cuerpo del Rey Demonio, pero Zei arruinó sus planes. Se enfrentó a Patle y logró derrotarlo. ¿Cómo lo logró?
Los habitantes del otro mundo fueron afectados por la magia del Rey Demonio, provocando que viajaran al mundo de Zei.
Durante su aventura, Zei conoció a diferentes seres mágicos y aprendió a controlar su nueva magia. ¿Por qué tenía magia? Porque despertó a Patle, obteniendo poder mágico.
Con el tiempo, se volvió más poderoso, obteniendo grandes habilidades mágicas.
Y cuando Patle se adueñó del cuerpo del Rey Demonio, Zei tenía la ventaja sobre Patle, porque Zei aprendió la habilidad [Espejo] de Patle y se volvió igual de fuerte que Patle.
Durante su pelea, estaban muy igualados, pero Zei contaba con la ayuda de Celes, su novia.
Celes era una Elfa… Y ambos se enamoraron.
Gracias a Celes, Zei logró derrotar a Patle, pero Patle intentó revivir al Rey Demonio… Y para evitarlo, debían desintegrar el cuerpo del Rey Demonio.
… Bueno, esto fue lo que pasó, según me contó Fetoca.
—¿Estás segura de esto, Celes?
—Sí… Ya he vivido por mucho tiempo… Quiero morir contigo.
—… Sabes… Al principio, tú me odiabas y yo te odiaba… El amor es algo raro… Perdón por llamarte "Elfa plana".
—Y perdón por llamarte "Fenómeno".
Ambos se rieron juntos y juntaron sus manos.
—Te extrañaré.
—Yo también… Te amo, Zei.
—Yo también te amo, Celes… Espero que sea cierto lo de la reencarnación… Quiero volver a estar a tu lado.
—Te buscaré.
—Yo también… Gracias por estar conmigo.
Se besaron y el cuerpo de Zei comenzó a brillar. Él transformó su energía vital en energía mágica y la acumuló en su cuerpo, para provocar una gran explosión.
—Te amo.
El cuerpo de Zei explotó, provocando una gran explosión mágica, que destruyó todo a su paso, desintegrando el cuerpo del Rey Demonio.
Y así, Zei murió junto con el amor de su vida… Es muy romántico.
¿Por qué fallé al matar a esa chica?
Porque no la desintegré. Su cuerpo seguía intacto y Patle usó su magia para curar algunas de sus heridas y revivirla.
Para matar por completo a esa chica, debo desintegrar su cuerpo.
Bueno, esa fue la historia de la vida pasada del Rey Demonio… Y ahora falta la más importante… La vida pasada de ese Zei, también se llamaba "Zei"… Y era el aprendiz del Dios de los juegos… Y el próximo Dios de los juegos.
Crisfa era el Dios de los juegos y maestro de mi vida pasada.
Mi vida pasada lo admiraba y soñaba con ser como él… Pero no logró cumplir su sueño.
Crisfa se suicidó después de que un Dios matara a su esposa.
Después de matar a ese Dios, Crisfa tomó la decisión de suicidarse.
Mi vida pasada fue escogido para ser el nuevo Dios de los juegos, pero lo rechazó… Y se suicidó. ¿Por qué? El Dios supremo le dijo que Crisfa reencarnó… Y él quería volver a estar con él. Tomó la decisión de suicidarse y reencarnar, porque pensó que tendría la oportunidad de volver a verlo.
Crisfa soñaba con tener una gran aventura. Mi vida pasada pensó que en su nueva vida estaría destinado a ayudarlo en su aventura, por eso se suicidó… Creo que era muy estúpido.
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—Y esa es la historia de tus vidas pasadas… ¿Y bien?
—… Mi vida pasada, el que era un Dios, era un idiota… Pero eso quedó en el pasado… Al menos ya sabemos cómo derrotar a Patle… Tomará mucho tiempo prepararnos mejor… Debemos tomar medidas.
—Sí.
—Bueno, debo ir a la escuela... Espero que el tiempo avance rápido.
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(Pov- Kei.)
Estar transformado en mujer me incomoda un poco... Pero ya me estoy acostumbrando.
—Delicioso.
Decidimos detenernos en un pueblo y comprar comida, pues ya se nos está acabando.
Me separé de las demás para vigilar por los alrededores, en busca de sospechosos.
[Nada, cariño. No detecto magia demoníaca.]
[Yo tampoco... Creo que estamos a salvo.]
Pasé al lado de un callejón y vi a un hombre, alimentando a un niño con un pedazo de pan... Por su ropa, puedo darme cuenta de que son pobres.
Entré al callejón y le ofrecí una bolsa con pasteles.
—Tomen, es para ustedes. También tomen esto.
Saqué de mi "Almacenamiento mágico", una pequeña bolsa con dinero.
—Es suficiente dinero para que compren ropa y se hospeden en una posada por un mes. Tendrás un mes para conseguir un empleo, señor. Aprovecha esta oportunidad.
Le entregué el dinero y me alejé de él.
—¡¿P-puedo saber su nombre, señorita?!
Volteé a ver al niño y sonreí.
—Mi nombre es Anna.
Me alejé de ellos y estiré los brazos.
Me duele la espalda... Malditos pechos.
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Regresé con las demás para seguir con nuestro viaje.
—Faltan dos días para llegar a nuestro destino... Falta poco... Espero que estén listos.
Lo estoy... Me siento preparado.
—Vamos.