CAPÍTULO 124- Fiesta de cumpleaños. Parte 1.
Tiempo atrás.
—… ¿Están ocupados? ¿No estarán aquí?
—Lo siento, amo Zei.
—P-pero… Es mi cumpleaños… Supongo que no les importa… Ya estoy acostumbrado.
En el cumpleaños número 13 de Zei, él se dio por vencido con sus padres y decidió que ya no le importaría lo que ellos pensaran de él.
Lamentablemente, no pudo cumplir con lo que se propuso. Él siempre intentó que sus padres estuvieran orgullosos de él.
Zei subió las escaleras y entró a su habitación.
Lana y Kiasan lo estaban esperando.
—¿Y bien?
—¿Vendrán?
Zei sonrió alegremente y partió el pastel que había en su escritorio.
—¡No vendrán, pero eso no significa que no podamos divertirnos! ¡Vamos a comer hasta reventar!
Obviamente, estaba tratando de no pensar en sus padres.
Zei era un chico alegre y con mucha energía. A pesar de tener horribles padres que nunca estaban con él, él intentó salir adelante.
—¡Feliz cumpleaños, Zei!
Lana y Kiasan le entregaron dos regalos.
—¡Gracias!
Inmediatamente, Zei los abrió. Dentro de las cajas, había un anillo rojo y unos guantes negros sin dedos.
—Tu familia tiene mucho dinero, así que no sabíamos que regalarte.
Lana y Kiasan le mostraron sus anillos, que eran idénticos al anillo de Zei.
—Es un anillo de la amistad… O eso decía el vendedor.
—¿Te gusta?
Zei bajó la mirada y recordó a sus padres.
Aunque sabía que nunca sería capaz de ser el hijo que ellos deseaban tener, al menos tenía a su lado amigas que siempre estaban con él, en las buenas y en las malas.
Gracias a ellas, Zei tenía motivos para seguir vivo.
—Sí… Me gusta… Muchas gracias, chicas.
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Zei se lavó las manos en el baño de la escuela y se miró en el espejo.
El chico alegre se convirtió en un chico serio.
—¿Por qué no me comporto como antes?
—Se llama: madurar… Bueno, en tu caso, perdiste la esperanza y solo querías morir cuando eras esclavo de esos demonios. Tal vez vuelvas a ser el Zei de antes, pero necesitas esperar. Necesitas tener motivos para seguir vivo. Gracias a mí, el miedo que sentías desapareció, por eso tu timidez desapareció por completo, pero no puedo ayudarte a querer seguir vivo. Debes buscarle sentido a tu vida, Zei.
—Un motivo para seguir vivo…
Zei sacó su teléfono y vio la fecha.
—20 de octubre del año 2135… Es el cumpleaños de… No… Es mi cumpleaños… Cumplo 16 años... Un motivo para seguir vivo.
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Zei entró a un salón y 5 chicas estaban dentro del salón, jugando un juego de mesa.
3 de esas chicas eran las amigas de Zei, pero Zei no conocía a las otras.
—¿Él es el chico nuevo? Parece un idiota.
—U-un nuevo integrante...
—Zei, sal.
Sin desobedecer a Fetoca, Zei salió del salón y cerró la puerta.
Comenzó a caminar mientras escuchaba a Fetoca.
—Esas dos chicas son clichés. Una de ellas es una chica tímida y la otra es el tipo de chica que siempre está enojada. Son clichés muy usados. ¿Estás seguro de querer estar en ese club?
—Si este mundo es una combinación del mundo 15 y el mundo de los clichés, es imposible evitar los clichés.
—Sí... Tienes razón.
Reim salió del salón y se dirigió corriendo hacia Zei.
—¡Espera!
Zei se detuvo y volteó a verla.
—¿Qué pasa?
—¡¿Qué pasa?! ¡¿Por qué te vas?!
—¿Por qué...? Bueno... Recordé que hoy es mi cumpleaños, así que iré a comprar un pastel.
—¡¿Es tu cumpleaños?! ¡¿Por qué no me lo dijiste?!
—¿Por qué? ¿Debía decírtelo? Lo siento, no lo sabía.
Zei estaba acostumbrado a festejar sus cumpleaños con Lana y Kiasan, nunca invitaba a sus compañeros de clases y sus compañeros de clases no sabían la fecha de cumpleaños de Zei.
—... Se supone que somos amigos, ¿no? Los amigos festejan sus cumpleaños entre ellos.
Ella parecía un poco triste, así que Zei le acarició la cabeza.
—Lo siento, no estoy acostumbrado a esto... Mis padres nunca estaban en mis cumpleaños y debía celebrarlo solo.
Zei no mencionó a Lana y Kiasan porque ellas no existen en este mundo.
—Estoy acostumbrado a estar solo... Lo siento, fue mi error...
Se alejó de ella y se dirigió al salón.
—Vamos, luego compro un pastel.
Zei cerró los ojos y pensó en Lana y Kiasan.
—Tal vez nunca vuelva a verlas... Pero debo seguir adelante con mi vida.- Pensó Zei.