CAPÍTULO 51.5- Primer día de escuela.
La vida de Kei ha estado llena de clichés. El principal culpable es el Dios supremo, que usa su poder para ayudarlo cuando puede.
Él sufrió el cliché del chico gordo. Era gordo y se volvió guapo cuando adelgazó.
Él nunca se consideró guapo, pero lo era.
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—¡Primer día de clases! ¡Cris, ¿estás listo?!
Kei y Cris, de 15 años, estaban caminando juntos y se dirigían a la escuela.
—¡Por supuesto! ¡Te venceré esta vez!
—Jeje. ¿Sigues enojado porque perdiste en el gimnasio?
Cris aprovechó y comenzó a tocar el brazo de Kei.
—No es justo, tú tienes más fuerza. Esa pesa era muy pesada.
—Pero tú tuviste la idea de ese reto.
Cris hizo un puchero y desvió la mirada.
—E-es cierto, lo olvidé.
Entraron a la escuela y las chicas los observaron.
—Son muy guapos.
—¿Son de primero?
—Son menores. Qué mala suerte.
—No me importa, les hablaré.
Cris se dio cuenta de que los observaban, pero Kei era un idiota que no entendía las indirectas. Y como era un chico tímido, no se dio cuenta de las miradas de las mujeres porque evitaba mirarlas.
—Oye, Kei...
—¡Genial!
Kei ignoró a Cris y se acercó a una chica que entregaba folletos.
—¡¿Puedo unirme?!
—¡C-claro que sí!
Cris se paró al lado de Kei y observó los folletos.
—¿Club de natación? ¿Te interesa?
—Me encanta nadar.
Esa era una de las razones. La otra razón era porque él quería ver a las chicas en traje de baño.
Kei es un chico tímido, pero era un poco pervertido.
Y como el club era mixto, podía unirse.
—Supongo que me voy a unir también. Me interesa.
Mientras que Kei fantaseaba con las chicas en traje de baño, Cris se imaginaba a Kei en traje de baño.
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—Esa bienvenida fue larga.- Dijo Kei.
—La directora habla demasiado.
—¿Te doy un resumen de lo que dijo? "Estudien y conseguirán trabajo". Es básicamente lo que dijo.
—Al menos estamos en el mismo salón. Espero que nos toque asientos juntos.
—¿Para que te pase la tarea? Te lo advierto, yo te pasaré una tarea y tú me pasarás otra. Una y una. Un intercambio equivalente. ¿Estás de acuerdo?
—Esa referencia me gusta. Claro, está bien.
Ambos entraron a un salón. Al entrar, Kei se dio cuenta de que conocía a algunas personas.
—Mierda.
Conocía a 2 chicas. Las que provocaron el trauma de Kei.
—Oye, Cris, ¿recuerdas lo que te conté? La broma con la carta.- Dijo en voz baja.
—Sí, ¿por qué?
—Son ellas. Por favor, ayúdame si se burlan de mí. Si lo haces, te ayudaré con tus tareas cuando quieras.
—Es un trato.
Kei suspiró y se acercó a una mesa vacía.
Se sentó en una esquina del salón y Cris se sentó al lado de él.
—¿Cuánto tiempo falta para la primera clase?
—5 minutos.
—Me despiertas.
Kei puso sus brazos sobre la mesa e intentó dormir un poco.
—🎶Las personas se creen superiores a otros. No son más que un ser humano más. Un animal más. Todos son iguales, pero nunca lo aceptarán. Son presumidos, lujuriosos y molestos. Ya no contribuyen nada a este mundo. Si desaparecieran, el mundo seguiría igual. Ya no son indispensables para este mundo. No son hormigas o abejas. No son importantes para este mundo...🎶
—Cantas muy lindo. ¿Cómo se llama la canción? El ritmo es bueno, pero la letra es un poco mala.
Kei levantó la mirada y se puso un poco rojo.
Una de las chicas que lo molestaban estaba demasiado cerca de él, sonriéndole.
—¡¿Izune?! ¡E-estás demasiado cerca!
—¿Eh? ¿Me conoces?
—Oh, es cierto… Adelgacé más durante las vacaciones… Soy Kei, el gordo feo, asqueroso, repugnante, inservible, virgen, apestoso, otaku… Por cierto, no soy otaku. Sí, leo mangas y novelas ligeras, pero no me gusta tanto el anime.
—¡¿Eres Kei?!
—S-sí… Solo soy delgado… Por cierto, la canción que estaba cantando la escribí yo. No tiene nombre. Soy pésimo para escribir, pero mi prima me dijo que canto bien... Por cierto, ¿qué haces aquí? Recuerdo que, cuando entraba al salón, decías: "El apestoso llegó. No se acerquen a él". Nunca entendí por qué me decían apestoso. Me bañaba todos los días antes de ir a la escuela, y usaba Shampoo y jabón con olores deliciosos. Hoy también me bañé igual.
Kei se acercó demasiado a Izune y ella se sonrojó.
Sus narices se tocaron.
—¿Apesto? Cris me dijo que olía bien.
—¡H-hueles delicioso!
—Entonces lo decías para que se burlaran de mí... Me quitaste un gran peso de encima… Aunque ya lo sabía... Espera...
Kei se dio cuenta de que estaba demasiado cerca de ella y se puso completamente rojo.
Se había olvidado de su timidez por unos momentos.
Se alejó de ella rápidamente.
—¡L-lo siento, estaba demasiado cerca!
Cris se rió de Kei.
—¡Eso te pasa por intentar actuar genial!
—¡N-no intentaba actuar genial!
—¡Claro que sí! ¡Aparte, así no te tienes que vengar! Lo primero que tienes qué hacer es enamorarla y luego romperle el corazón.
—¡Yo nunca le rompería el corazón a una chica! ¡Mi código de caballero me lo prohíbe! Nunca lastimaría a una mujer.
—¿Eh? Pero golpeaste a la chica que pateó a ese perro. ¿No lo recuerdas? Una chica pateó a un perro, se rió y tú le devolviste la patada.
—Recuerda, debes actuar como un caballero con las chicas que se lo merezcan. Estoy a favor de la igualdad de género. Si una chica intenta golpearme, la golpearía. Y si yo viera a un chico pateando a un perro, lo golpearía. Era una chica, pero merecía esa patada.
—En eso estoy de acuerdo.
Kei era un chico tímido, pero cuando era necesario, su timidez desaparecía por completo.
—Oye, Izune, ¿crees que hice lo correcto? Esa chica llamó a la policía y casi me arrestan. Afortunadamente, había testigos y dijeron que la chica pateó al perro, y la arrestaron a ella. ¿Me consideras un hombre asqueroso por hacer eso? Cris y yo estamos de acuerdo de que hice lo correcto.
—¡P-por supuesto que hiciste lo correcto! ¡Ella estaba loca! ¡Solo las personas locas y enfermas golpearían a un pobre perro!
—¿Y las personas que se burlan de otras personas por su apariencia?
—¡También son personas horribles y locas!
—¿Eso significa que estás loca?
—¿Eh?
Kei le acarició la cabeza a Izune y ella se puso completamente roja.
—Tú me decías cosas horribles. Tus insultos me hacían daño. Por favor, no te acerques a mí. Adiós... Espera...
Kei se dio cuenta de lo que estaba haciendo y se puso completamente rojo otra vez.
—¡L-lo siento! ¡N-no quería decirte esas horribles cosas! S-solo quiero que te mantengas alejada de mí, por favor.
Cris volvió a reírse.
—¡¿Eres bipolar?! Eres tan gracioso, Kei. Primero actúas genial, y después actúas tímido. Tu personalidad es muy interesante.
Kei suspiró y bajó la mirada.
—Mierda, me muero de la vergüenza.
Y así, Kei se volvió popular. Todos escucharon cuando Kei dijo que golpeó a una chica y lo llamaron un héroe por defender a un perro.
Las chicas de su clase se enamoraron de él porque era guapo y les parecía adorable que ame tanto a los animales.
Por cierto, una semana después de ese día, Izune le dijo a Kei que le gustaba. Kei pensó que era otra broma y la rechazó.
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Kei amaba demasiado a los animales… Pero en este mundo, ese significado cambió demasiado.
—¡E-Eris, aquí no!
Eris y Kei estaban en un callejón solitario, ocultos detrás de unas cajas de madera.
Kei estaba acostado en el suelo, y Eris estaba lamiendo su pecho.
—Con las cajas no nos verán. Y con el campo de insonorización que pusiste, estamos seguros, nya.
—¡P-pensé que querías pedirme un consejo!
—Era una excusa para vernos, nya. Me iré por unos días. Quiero un poco de Kei antes de irme, nya.
—¡Al menos déjame usar mi forma adulta!
—Solo por esta vez... ¡Quiero hacerlo con tu forma normal solo por esta vez, nya!
—¡¿Eh?!
Eris se quitó el sostén y comenzó a acariciar sus pechos.
—Sé que te gustan más pequeños, pero te gustan los míos, ¿no?
Las orejas de Eris comenzaron a moverse rápidamente y eso le pareció adorable a Kei.
—Eres adorable…
Le acarició las orejas a Eris.
—Solo 5 minutos. Le dije a Seiya que iba al baño.
—¡Es tiempo suficiente, nya!
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Eris estaba desnuda en el suelo, descansando.
Estaba satisfecha y cansada.
—K-Kei… Nunca dejas de sorprenderme.
—P-ponte la ropa, por favor, si alguien nos...
—¡Kei, te encontré!
Escuchar eso lo puso demasiado nervioso.
—Mierda.
Seiya entró al callejón y se acercó a él caminando.
—¿Qué haces aquí?
—¡Seiya, mira detrás de ti!
—¿Eh?
Seiya desvió la mirada.
Kei aprovechó eso y creó muros de tierra alrededor de Eris.
—Eris, voy a distraerla.
Kei se acercó a Seiya y suspiró.
—¿Quieres conocer un orfanato? Una vez al mes lo visito para jugar con los niños y donar dinero.
—¡Claro, vamos!
Seiya abrazó a Kei del brazo y él se puso nervioso.
—Eres muy cálido, Kei.- Dijo Seiya sonriendo.
—¡Es hombre, Kei! ¡Es adorable, pero es hombre!- Pensó nervioso.