CAPÍTULO 19- Algo malo pasa.
El grupo de aventureras que se unió a Kei, se conocen desde pequeñas. Decidieron convertirse en aventureras cuando todas tuvieran 15 años. Y por coincidencia, se registraron el mismo día que Kei y Drin.
Todas comparten un sueño.
—¡Queremos ser tan fuertes como Sei Molfer!- Gritaron todas juntas.
Sei Molfer es admirada por su fuerza y belleza.
Las niñas desean ser como ella. Hermosa, fuerte y genial.
Mientras caminan por la capital, las aventureras le contaron a Kei el por qué decidieron convertirse en aventureras.
—Mi madre realmente es famosa… Si supieran que está loca.- Pensó.
Por cierto, los nombres de las aventureras son:
—¡Cuando derrotó a la aventurera de clase S, Chersy, en el torneo "Folpe", sentí que me moría de la emoción, literalmente!
Su nombre es "Kiana", es la chica perro. Tiene orejas, cola y nariz de perro. Tiene el cabello gris y corto, ojos rojos, usa una minifalda negra, medias largas blancas y una blusa negra. Sus pechos son grandes y rebotan cuando camina. Kei se dio cuenta de que no usa sostén y decidió no verla directamente.
—¡Es la mujer más hermosa que he visto!
Su nombre es Nerfa, es la chica enana. Tiene el cabello amarillo y largo, ojos de color rosa y usa un vestido blanco. Tiene un escudo en su brazo derecho.
—¡Y sus hijos son increíbles! ¡Dicen que son igual de poderosos que ella!
Su nombre es Diria, es la chica hada. Tiene el cabello rojo y largo, ojos rojos y usa un vestido rosa.
—Su hijo Kei es muy lindo…
Kei se sonroja por esas palabras.
—A pesar de ser hombre, es muy poderoso. Sei Molfer dice que es el orgullo de la familia Molfer.
Su nombre es Lena, la chica humana. Tiene el cabello blanco y largo, ojos verdes, pechos pequeños, usa una minifalda blanca, medias largas negras y una blusa roja.
—S-sí… Es muy genial.- Dijo Kei. Su rostro está completamente rojo.
—Oye, Crisfa, ¿compraremos comida?- Dijo Drin.
Crisfa es el nombre falso que usa Kei.
—La aldea está lejos… Y los Orcos también…
—Creo que necesitaremos comida para dos semanas.- Dijo Lena.
—Debo ir a la escuela… Debo terminar con los Orcos rápidamente.- Pensó Kei.
—Tal vez tres semanas.- Dijo Diria.
—No necesitamos tanto tiempo.
Kei extiende su mano derecha y un carruaje aparece frente a él.
—Suban, por favor.
—¿C-cómo lo hiciste?
—Tengo un anillo mágico, es un objeto que conseguí en una mazmorra de clase A. Sirve para guardar objetos… Suban, por favor.
—Hagan lo que él dice, por favor. No perdamos tiempo.- Dijo Drin.
—No se preocupen, hay espacio para todas.
Drin sube al carruaje.
—¿Y los caballos?
—Sube, por favor.
Ellas dudan un poco, pero deciden subir.
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Todas están dentro del carruaje y Kei estira los brazos.
—¿Ahora qué?- Dijo Diria.
—¡Magia de hada: alas!
Dos pares de alas rojas salen de su espalda.
—Las llevaré volando.
���¡¿M-magia de hada?! ¡¿Eres un hada?! ¡¿Por qué no te volviste pequeño?!
—No soy un hada, soy un humano. Puedo usar magia de hada… Bueno, puedo usar todos los atributos de magia.
—¡¿Todos?!- Gritaron las aventureras sorprendidas.
—Nunca juzguen a un libro por su portada.
Kei se acuesta en el suelo y comienza a arrastrarse.
Se coloca debajo del carruaje y comienza a flotar.
Poco a poco, levanta el carruaje.
—Es un poco pesado… Creo que tardaré más en llegar.
Drin le ayuda a levantarlo.
—Te ayudaré. No quiero ser un estorbo.
—Es cierto, puedes volar… Gracias, Drin.- Dijo Kei en voz baja.
Kei y Drin se alejan volando rápidamente mientras cargan el carruaje.
—Terminemos con esto rápido…
Kei comienza a llorar repentinamente.
—Drin, debo irme. Te alcanzaré después. No te preocupes por mí.
Kei desaparece.
—¿Cariño?