Confusión, era la única expresión de los Capítanes y de todos los presentes. Solamente el Capitán Comandante Yamamoto se mantenía impasible, siendo visible un ligero toque de enojo en un facciones.
"¿Que sucede? ¿Acaso no escucharon bien lo que acabo de decir? si es así pues con mucho gusto lo repetiré alto y claro, para que les sea mas facil entender" dijo con su habitual sonrisa. Se podía apreciar un poco de malicia en esa calmada y elegante sonrisa.
"Lo que dije fue..." comenzó mientras procedía a observar a Ichigo. Que yacía tirado en el suelo con una expresión de enojo puro, mientras de sus ojos brillaban con furia, esto le importó poco a Aizen y continúo mientras sus sonrisa se ampliaba.
"Fue que de no ser por el señor Kurosaki, mi plan nunca habria resultado tal como planee, el cumplió a la perfección con su parte del plan y eso se lo agradezco de todo corazón" fue lo último que dijo mientras la Garganta finalmente se cerraba, dando por finalizado con éxito su escape.
Después de dicha declaración, los Capítanes pasaron de tener caras confusas, a expresiones furiosas dirigidas a Ichigo.
"Imperdonable, esto es completamente imperdonable" comenzó con molestia el viejo Capitán Comandante.
"Tú, que te atreviste a ir en contra de la Sociedad de Almas, sus reglas y todo lo que representa, no solo trajiste el caos al Seireitei... ¡¿Sino que incluso te atreviste a conspirar con Aizen en su traición?!" terminó chocando su Zanpaküto, Ryüjin Jakka, en su forma de bastón, contra el suelo con ferocidad y furia.
Los otros Capítanes no fueron muy diferentes, solo Shunsui, Ukitake y Unohana no desenfundaron sus armas contra el pobre muchacho que ahora se encontraba en el suelo desangrándose, viéndolo con lastima mientras poco a poco se le escapaba la vida. Ichigo miraba esto con total desesperación, ya que apenas había podido contra un Capitán, pelear contra tantos Capitanes al mismo tiempo y cargando con sus graves heridas significaba solo una cosa.
La muerte.
Pero eso no fue lo que más le afectó, lo que le dolió en el alma realmente fue que ninguno de sus amigos salió en su ayuda.
Orihime, Chad, Ishida y Yoruichi lo veian de forma confusa. Ichigo no podía creer que en verdad dudaran de el, ya que, el sin importar la situación o el enemigo al que se enfrentara siempre daría todo por ellos y si hacia falta se sacrificaría a si mismo por ellos. ¿Qué mejor ejemplo que poner patas arriba a la Sociedad de Almas para ir por su amiga Rukia? sus 'amigos' se quedaron ahí, observando como Ichigo esta a punto de ser asesinado a manos de los Capítanes.
Ichigo con dolor y picazón en sus heridas aún abiertas, se levantó e intento escapar, aún sabiendo que no tenia como, ni a donde huir. Por un momento miró el lugar en el cielo, por dónde Aizen se había dado a la fuga, la impotencia no tardo en manifestarse.
"¡¡¡MALDITA SEA!!!" por pura frustración, tomo aire y gritó con toda su alma. Parecía que se le fuera a desgarrar la garganta a causa de tal grito.
Dolor, tristeza, furia, frustración. Eso era lo que reflejaba ese grito, pero en eso un suceso inexplicable ocurrió.
Una Garganta empezó a abrirse en el aire a causa de esto y una luz como la que había envuelto a los Capitanes, lo empezó a envolver a el también, mientras el miraba con incrédulidad como pasaba esto, uno de entre los Capítanes se apresuró en intervenir.
"¡Rápido! ¡Matenlo antes de que logre escapar!" exclamó Soi Fong. Esta haciendo uso de su velocidad intentó alcanzar a Ichigo antes de que lograra cruzar la Garganta.
No fue lo suficientemente rápida, para dolor en su orgullo, no pudiendo evitar que el chico entrara y escapara.
Después de eso, se escucho un llanto, era Inoe Orihime que había caido al suelo.
"¡¿Como pude dudar de el, de Ichigo!? ¡¿El chico con el corazón más grande que existe?! ¡¿Como pude?!" lloró desconsoladamente. Chad se encontraba serio como siempre, pero una lágrima traicionera bajo de su ojo derecho. Y Uryu, estaba claramente triste, pero no se permito llorar y fue a consolar a Orihime.
"Cálmate Inoe, no es tu culpa, lo que dijo Aizen pudo a ver helado a cualquiera, lo mismo nos pasó a Chad y a mi"
"¡¿Pero si ahora nos odia?! ¡¿Como lo veremos nuevamente a la cara después de lo que hicimos?! ¡¿Siquiera lo volveremos a ver!?" esas palabras lo golpearon. El sabía que habían cometido un error, un grave error.
Dudaron de alguien que nunca dudaría de ellos, y eso lo enojaba de sobre manera y lo ponía furioso consigo mismo. Mientras tanto Yoruichi se encontraba triste pero no lo mostraba, no podía, ella era la Ex-Capitana del 2° escuadrón del Gotei 13. La división encargada del espionaje y asesinato, para llegar a ese puesto tuvo que hacer un sin número de cosas horribles, y esas cosas fueron las que la hicieron fuerte.
Pero igualmente no podía evitar sentir tristeza en su ser, había desarrollado cierta empatia por el chico mientras ella lo entrenaba, a pesar de todo eso sabia que mantenerse firme.
Aunque de algo estaba segura, esto tendría repercusiones mas temprano que tarde, ella sabia que se avecinaba una tormenta.
Casi poéticamente, empezó a llover en aquella Colina, como si el cielo llorara por la partida del muchacho, en esa colina donde todo empezó...
Y todo terminará.
Continuará...