Invulnerable es una palabra con un significado bastante amplio, pero si había algo que lo definía en toda su extensión, era mi mismísima existencia. Yo había sigo criada como tal, nunca había experimentado la derrota, era una guerrera en todo el sentido.
Reí con ironía.
Sin embargo, esa mujer había desaparecido.
Yo ya no resulté ser la misma, me encontraba tan rota, herida, destrozada, y jodidamente humillada, que solo deseaba huir:
algo que yo jamás había hecho, o siquiera pensado, era tan estúpidamente valiente que nunca veía el peligro, solo me lanzaba a la deriva con tal de ser la primera.
ja, bastante estúpido ¿No?
Aquella blanca habitación me resultaba abrumadora, asfixiante y terriblemente desesperante. todos los aparatos que traía encima solo me ponían más nerviosa de lo que ya me encontraba. El respirador artificial me tenía inmovil y adolorida, todos mis músculos estaban tensos y mis sentidos tan agudos y afilados, que no podía dejar de mirar hacia todos lados.
Estaba paranoica.
Podía escuchar a las personas hablar tras la puerta, murmurar sobre mi, sacudiendo su asquerosa lastima sobre mi como si la necesitará. Los recuerdos de lo vivido me taladraban el cerebro, haciendo que me faltará el aire y mis pulmones quemarán con fuerza por el esfuerzo.
«Te quitaré esa estúpida valentía y te haré mi lindo corderito»
Sus palabras me estremecieron, haciéndome temblar como desquiciada.
Me había jodido, me costaba admirarlo, pero lo había logrado.
El había roto cada parte de mí. Me había torturado, insultado, sometido y doblegado.
Yo era fuerte.
Era valiente.
No sentía miedo.
Yo era.... invulnerable.
Pero ahora
Estaba rota.