La presencia de una luz intensa fue lo primero que vio cuando despertó. Sus ojos poco a poco se acostumbraron a aquella luz, mientras recorría con ellos cada rincón de la habitación en donde estaba. Pero pronto se dio cuenta que no estaba sola allí y que lo que al principio creyó que era el techo de una habitación era en realidad el largo y luminoso corredor de un hospital.
O, al menos, eso parecía.
La iluminación y las pulcras paredes blancas eran características típicas de esos centros sanitarios, pero lo que confirmó su teoría fue la apariencia de sus dos acompañantes que trasladaban presurosos la camilla clínica donde se encontraba. Ambos eran muy jóvenes, llevaban puestos guardapolvos y mascarillas que ocultaban prolijamente la nariz y boca; uno de ellos traía consigo una pequeña jeringaguardada en uno de los bolsillos del guardapolvo.
— ¿ Qué me pasó?
El sonido de su voz le parecía extraño, pero no le importó. Quería respuestas.
Los dos jóvenes se miraron unos a otros y detuvieron la marcha, uno de ellos sostuvo con fuerza uno de sus brazos y su otro compañero, en un momento imprevisto, le inyectó todo el contenido de la jeringa que anteriormente le había causado interés. Sintió como aquel líquido misterioso pasaba por sus venas, invadiendo cada parte de su cuerpo en cuestión de segundos. Su cuerpo ya no era el mismo y se estaba adentrando en un sueño profundo, su visión se nublaba poco a poco, miraba a todos lados pero no podía ver las formas definidas de las cosas.
Una mano sujetó sus brazos nuevamente y los dejó descansar a dos lados opuestos de la camilla, cuando la dejó, sintía una barra fría alrededor de sus manos.
Estaba encadenada a la camilla, su desesperación incrementó y su respiración estaba a mil por minuto.
¿Qué pretendían?– pensó.
Quizo moverse, hacer ruido para que alguien se diera cuenta de lo que estaba pasando, pero la mayor parte de su cuerpo estaba inmóvil.
Tranquila– se dijo a sí misma– necesitan hacerme una cirugía, algo malo me ha pasado y sólo intentan ayudarme.
Varios pensamientos similares vinieron a su mente, de que todo estaba bien a pesar de lo extraño que pueda resultar esa situación. Se dio valor aunque ya, en esos momentos, lo único que pensaba era en descansar.
Su campo de visión se había reducido bastante, a esas alturas, era solo capaz de notar la intensidad de la luz, y ésta cambió repentinamente. Estaba todo más oscuro, definitivamente, estaba en otra habitación, podría ser el lugar donde se realizaría; pensó.
Su respiración se aceleró ante aquel pensamiento y su visión se redució a simples tinieblas.
—Tranquila, todo estará bien...— una voz dulce la calmaba y sentía su mano acariciando su rostro. Seguía hablando, pero ahora solo entendía fragmentos y conforme pasaba el tiempo, la oscuridad y el vacío formaron parte de su ser.
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Gracias por llegar hasta aquí, quiero decir que este libro está en proceso de creación, así que cualquier error ortográfico o error en la estructura de la historia, poco a poco la iré corrigiendo♥️