Agh no puedo creer que me la hiso la infeliz. Muy mi gemela podrá ser pero eso no le da el derecho a despertarme de esta manera.
»FlashBack«
Estaba yo, acostada en mi preciada cama, soñando que me peleaba con Jimin, por Suga. Pero no. El culon no quería compartir el reinado y el muy desgraciado no conforme con eso también me quiso quitar a Hoseok. ¡Ja! Pero no pudo.
Estaba a punto de fugarme con Suga a narnia cuando...
¡BOOM!
»finDelFlashBack«
— ¡HIJA DE MI MADRE! —grité.
Raben, mi hermana, me había hechado una balde de agua helada.
— ¡NO HUYAS COBARDE! —le grité a mi querido despertador el cual estaba huyendo. Pero antes de que tocara la puerta logré abrazarla con la sábanas, mismas que ella mojó.
— ¡AAA DEBLIN! Esta fría —grito y se cayó—. Que frío, que frío, ¡QUE FRÍO!
Entonces la deje allí, tirada y mojada.
—Eso te pasa por pendeja —le dije antes de entrar al baño a nada más que ps a bañarme porque si no de seguro me enfermo
Butterfly~ like a butteefly~ machi butterfly, bu-butterfly cho rom~
Enciendo la regadera y, ahh por fin agua calent-FRIAAAAAAA
— ¡¡RABEN!!
Hija de su... Me puso el calentador en frío. Ahora sí, enfermedad segura.
Hoy si me las va a pagar y no precisamente dinero.
Aunque... podríamos sacarle una cierta cantidad a cambio de...
¡¡Venganza dije!!
[…]
Luego de salir del baño me encontré con jacke, mi mascota.
Mentira, jacke es mi hermano mayor. ¡Ah! Y ahora que lo recuerdo no me eh presentado.
Me llamo Jaden Báthory, hija de mi mamá y de mi papá y tengo tres hermanos, el mayor es Jacob, engreído y arrogante solo porque es el popular de la Universidad pero todo eso es una completa farsa porque a Ray y a mi nos tiene miedo.
Luego esta Raben, alocada y por momentos bipolar, ella es mi gemela, a veces no la entiendo les diré porque: cuando a ella le gusta un chico es, uh, ella hace, ¿Cómo decirlo? Se hace su amiga, él la conoce y ella también a él, se gustan ambos y shalalá shalalá, cuando él se le declara, ella simplemente desaparece temporalmente o hace como si nunca lo hubiese conocido. Odio que haga eso pero bueh, es su vida.
Y por último pero no menos importante esta Kasie, ''Parece un angelito'' bueno, eso es lo que toodo el mundo cree pero la realidad es todo lo contrario. Podrá idiotizarte con su carita de ángel pero a Ray y mi NO.
Ahora ¿Dónde me quedé? ¡Ah sí!
Me encontré con Jacke, el cual apesta de tanto perfume que se echa.
No sé porque los hombres tienen esa fea maña de bañarse en perfume.
— Puag que peste —me tape la nariz, es que en serio es muy, MUY fuerte el olor.
— ¿Cómo que peste? —remarcó la última palabra.
— Sí, apestas igual o peor que un perro muerto.
Me fui de allí y baje a la cocina. Cuando bajé me encontré con mi madre y las dos menores, Ray y kasie.
— Días buenos —grité en general para todos.
— Buenos días reflejo —dijo Ray. Ya saben, es mi gemela.
— Días buenos —me copió Kasie—. Cosa 1.
— Buenos días Jay —dijo mi madre y se acercó a mi para darne un abrazo—. ¿Qué tal amaneciste?
— Amm, vamos a ver —me hice la pensativa—. Ray me despertó de un magnífico sueño con un balde de agua helada, luego cuando me bañé para no enfermarme, Ray de nuevo, me puso el calentador en frío así que por eso me enfermaré, después de eso me encontré con Jacke, que por cierto apesta a podrido.
— ¡Oye! —dijo Jacke ya que se encontraba atrás mía.
— ¡Ah joder! —pegue un brinco— me asustaste.
— Me alegra —dijo él.
— Ya me voy ma —dije agarrando mi mochila—. Me llevaré esto —agarré una manzana que se encontraba abandonada.
— ¡Espera! Que estudiamos en el mismo lugar —gritó Ray.
— Ya lo sé. Solo era para que te des prisa —di media vuelta y me encaminé a la puerta.
La rubia subió corriendo las gradas a su cuarto en donde dejó su mochila.
¿No les mencioné que es rubia? Pues ya lo saben, es rubia natural y yo soy de pelo negro también natural.
— ¡RABEN APURATE QUE YA VAMOS TARDE! —grité, No sé de donde saque tanto aire pero lo hice.
Y así como subió, bajó, sólo que en la última grada se cayó. Se levantó tan rápido que hasta Flash le preguntaría: ¿Oye cómo lo haces?
Y arreglandose el pelo y haciendo como si nada hubiera pasado, camino hacia la puerta junto a mi.
Mientras tanto yo me contenía la risa.
— Ya vamos —me dijo.
—Fuimonos pues.
Salimos y agarramos nuestras bicis, la de ella era morada y la mía negra.
— ¿Una carrera al Instituto? —le pregunté.
— Va —dijo montando la bici.
— En sus marcas —agarramos firme el timón—. Listos —pusimos un pie en el pedal—. ¡CACAHUATE!