¿Cuántos días exactamente han pasado desde nuestro abrupto juicio? Sabía bien que nuestra relación no llegaría hasta el final, pero al menos tenía la esperanza de que fuera a durar más de seis años.
Nuestra relación secreta fue descubierta por mi hermano mayor quien ingreso a nuestra casa como si fuera el dueño, encontrándonos más que apapachados en el sofá viendo una película.
Recuerdo exactamente como fue nuestra separación, hubo disputas, gritos, golpes, lágrimas y desesperación de ambos al no querer acatar los términos del juez, no saben cuántos planes he realizado en mi cabeza para escapar de la casa de mi hermano he ir a verle, pero no importaba cuantos planes hiciera, siempre estaba atrapado en sus cuatro paredes.
Mi sufrimiento era pleno, revelar la otra cara de la moneda de mi hermano fue un error, como me lamentaba al no haberle dicho de un principio la verdad, pero ¿Cómo lo íbamos a decir sabiendo que no lo aceptaría? Teníamos miedo de ganar lo que ahora padecemos.
Hasta la fecha con mis veintinueve años no sé nada de su vida a pesar de que nos cruzamos con dolor en los pasillos de esta empresa. Ustedes no saben lo que sufro al no poder mirarle ni acercarme por la maldita ley que nos impide. Pero más allá de eso, no puedo contener mis lágrimas sabiendo que traicione nuestro pacto al enamorarme de otra persona que reemplazó su lugar.
No la culpo que en ese año cuando padecía de enfermedad y sufrimiento al querer volver en los brazos de Dawson ella apareciera como un ángel, si no fuera por ella no estaría aquí con una nueva reputación de ser padre. Cumplir el sueño tan añorado y negado se estaba haciendo presente, recuerdo como estaba emocionado por su llegada, contaba los días, las horas y los minutos, mi felicidad era tan grande que olvide por completo las cicatrices que todavía pegaban puntadas en mi corazón.
En todos los meses que se produjo el crecimiento estaba presente, nunca me separaba de mi esposa, la acompañaba hasta sus chequeos anuales solo para ver el ultrasonido de mis pequeños, mi emoción era tanto que sin decirle nada a ella, reconstruí la casa de mis padres y compre todo para la llegada de ellos, lo tenía todo, estaba perfecto, solo faltaba su llegada y mostrárselo el primer día que saliera del hospital para vivir tranquilos, pero mis ilusiones se rompieron cuando mi esposa comenzó a tener problemas.
Al enterarme de eso la preocupación por sus saludes me carcomió los pensamientos, ya no sabía qué hacer, solo rogaba que todo volviera como era en un principio, solo quería ver la sonrisa de mi esposa de nuevo, pero desgraciadamente todo se oscureció cuando ella serró los ojos con uno de mis hijos en su pecho.
Al ver cómo de nuevo mis ideales cayeron entre en un trance que perduró dos años. Justo la cantidad de años que mi hermano con su esposa se hicieron cargo de mis dos retoños, mientras que yo me la pasaba horas y horas en el cementerio con la compañía de mis suegros tratando de que lo superara. Al fin de cuenta gracias a una palabra clave que mi suegro dijo mientras sollozaba, tome la determinación de querer recuperar lo que me habían arrebatado.
Entonces actuando en secreto con la ayuda de mi suegro, termine comprando una casa en Tokio, recupere mi trabajo legalmente con algunas reglas y le termine recuperando la custodia de mis hijos ya que mi hermano lo tenía en su poder y no me lo quería entregar, decía que yo no era apto para ellos, al escuchar eso lo impuse contra el juez para así ganar completamente la custodia y la restricción de su persona. Cosa que al final termine donde estoy sentado.
Al principio me costó mucho acostumbrarme a sus cuidados ya que no tenía ni idea como hacerlo, pero en si peleándola solo o con ayuda de mi vecino quien resultó ser un viejo amigo de secundaria que pasó por el mismo camino con sus hijas, termine siendo el padre amoroso que soy ahora.
Desde el día que recupere mi trabajo me puse a analizar todo los manuscritos que habían quedado abandonado por mi "despido", termine remediando todo con el grupo novato que me impusieron, al escuchar idea de mi joven grupo terminamos siendo la cabeza en las ventas, todos hasta los mismo jefes en cabeza estaba impresionado de como un grupo que apena empezaba a trabajar terminara siendo el mayor furor de la empresa. Con tantas felicitaciones nos llovieron peticiones de trabajo a cada uno de mis chicos he incluso a mí, pero ellos incluyo yo lo rechazábamos no por el hecho de que nuestro jefe nos rogara de rodilla que no le abandonáramos, sino que ninguno quería desarmar el grupo excepcional que somos. Así que de esa forma todavía permanecemos parte de esta gloriosa familia.
Acudimos trabajar en el ambiente del manga donde su género principal es el Boy Love, o también termino haciendo pequeños cómic a partir de un ideal de cualquier libro que su autor me diera permiso. Uno de los grandes éxitos fue sacado de un pequeño libros de cuentos que decayó en el fracaso apena ser publicado. No saben la felicidad que tenía este escritor al ver cómo había hecho un éxito su obra.
A pesar de que tengo un exitoso trabajo y un gran equipo que se desviven en darme una mano con los manuscritos, me siento infeliz, no porque diariamente tenga que esquivar a mi amor prohibido, sino que al estar aquí cumpliendo mis labores, me alejo mucho de mis hijos, solo acudo verlo en la mañana antes de llevarlos a la guardería y luego ya a la tarde noche cuando salgo del trabajo. Como tengo tiempo muy escaso trato de hacer todo lo posible para hacerle ver que no les voy a abandonar como fue en sus primero dos años.
A Veces cuando ellos están acaparando mi cama ya que se rehúsan dormir en sus cuartos pero eso no me molesta. Algunas veces al verlos detenidamente me pongo a pensar en el futuro que les puede esperar e incluso en el mío cuando se enteren la verdad. No creo que me odien, pero sea como sea debería correr el riesgo para no hacer más grande el poso como lo hice al ocultarlo de Sergei.
– disculpe jefe, ¿puedo pasar? – escucho una voz cálida provenir de la puerta. Levantó mi visual a él y hago señas para que entrara.
− ¿Qué me traes ahora?− dije mientras acomodaba algunos archivos de mi escritorio.
−Lo de siempre y un paquete que me rogaron entregarle – noto que pone los manuscritos en el lado izquierdo de mi escritorio un misterioso paquete en frente de visual.
− ¿te lo rogaron?− Miró detenidamente el paquete – no tiene remitente, ¿Quién lo envía? –
– No puedo decirle, pero me dijo que abriéndolo se dará cuenta de quién es su admirador querido–
–Okey– mire un poco sospechoso el paquete– como sea, gracias por traerme los archivos querida– pongo los manuscrito a un lado de mi computadora– puedes marcharte corazón–
–no es de nada, para eso estoy– reflejándome una cálida y hermosa sonrisa ella se marcha cambiando coquetamente.
Creo que debí mencionarles de un principio que me encuentro trabajando, al principio solo estaba recostado en mi escritorio para darle unos descanso a mis ojos, sinceramente tenía el ideal de dormir unos minutos, pero sería una falta de respeto para todo mis chicos quienes diariamente trabajan sin descansar a pesar de que les doy tiempo de que tomen un respiro.
Sentado erguido pille el paquete misterioso, dudaba si abrirlo, recibir un paquete sin remitente era de sospechar pero... si le dieron en mano a mi secretaria, supuse que no es nada malo. Entonces pillando la navaja lo abrí con cuidado, apena ver su contenido me di cuenta de quien lo enviaba, sin ver claramente que es lo que era, termine engrapando la abertura y lo tire dentro de mi cajón donde más de sus regalos cursi estaban. Termine poniéndole llave y continúe con mi trabajo con un mal sabor de boca. Me percate que los chicos me estaban viendo, cosa que mirándole molesto le dije que no preguntaran, ellos solo esquivaron rápidamente la mirada a sus labores.
Gire mi visual al monitor notando la fotografía de mis hijos que acudía como fondo de pantalla. Al ver sus caritas sonreír con Celina, me hizo preguntar qué es lo que estarían haciendo ahora. Rogaba de que no estuvieran peleando entre ellos o con algún compañero, ya que en si son de ahí para hacer llorara a cualquiera.