Es otoño, un día cálido y tranquilo, me encuentro demasiado sola como para pedir socorro a las amarillentas páginas que tiene la biblioteca Tiens en mi sumida desolación, solo me inspiro a leer - Agatha Christie- me gusta el crimen, el suspenso de leer algo que me va a dejar satisfecha, que no quedará un vacío en mí.
Veo mi reloj, ya son las 7:30, tengo que volver a casa, dejo mi libro y me despido de Peiton (mi bibliotecario), voy a salir cuando llega un chico que aparentaba 18, su tono de piel era blanco, ojos café, su mirada era profunda que sólo con verla mi piel se erizó, además su cabello era negro soberbio, con labios color rojo natural, y me bastó un minuto para analizar semejante belleza; se tropieza conmigo, al parecer lleva prisa, salgo de Tiens y me dirijo a mi casa, puedo ir caminando, pero me tardaría una hora en llegar, tomo el bus y me bajo en la estación cerca de mi casa, al llegar encuentro a mi madre en el piso,inconsciente, trato de despertarla pero no funciona, ¡¿Qué le pasa?! ¡¿porque no reacciona?! Eran la preguntas que pasaban por mi mente, salgo corriendo y llamo a mi vecino, pero extrañamente no está, salgo a gritar a la calle y llega un auto fúnebre color negro, baja el vidrio y me dice:
-¿Le sucede algo?-pregunta.
-¡Sí! Mi madre está allá adentro, se ha desmayado.- Respondí.
Seguida por él, buscamos a mi madre y la mentimos en el auto, me encontraba realmente asustada, llegamos al hospital y en ese momento las enfermeras me preguntaron varias cosas, a las cuales no puede contestar, porque la urgencia suscita me había enmudecido, tanto que olvidé agradecerle al señor del auto fúnebre. Al llevársela mi cerebro entra en crisis, estoy terriblemente confundida, no se que tiene mi madre. Pasan unas interminables cinco horas, cuando por fin sale un doctor y grita mi nombre.
-¡¿Elena Goldman?!
-¡Yo!- respondí, de manera desesperada.
Nos dirijimos a la consulta, en busca de algo de privacidad, el galeno me observa seriamente desde su silla giratoria:
-Su madre está estable y ya terminamos de hacerle los análisis, dentro de dos días tendremos que extirpar el ependimoma y luego comenzará con la quimio y radioterapia -me dijo.
-¿la qui-quimio?-¿Que?- ¿por qué quimio?
- Si señorita, el ependimoma, que como sabrá, debe resolverse quirúrgicamente y luego amedita quimio para terminar de eliminar las células malignas.
-¡QUÉ!- Estaba sin aire, Mi vida decayó por un momento, sentía miedo, mis lágrimas comenzaron a llenar mi cara; la palabra tumor hacía eco en mi cabeza.
_Señorita Goldman, ¿se siente usted mal? ¿Señorita Goldman?
_Si. Estoy bien, ¿puedo pasar a verla? Me limpié las lágrimas.
_ No, por ahora su madre descansa, y usted debería ir a hacerlo también. A partir de mañana podrá estar con ella cuanto quiera.
_Esta bien, vendré mañana. Gracias.
Estoy devastada, ¿por qué mi madre no me dijo que tenía un tumor? Me duele que no tuvo la confianza de comunicarme que está enferma. Me encuentro afuera del hospital esperando el uber, se ha tardado. Al llegar y subir, me doy cuenta que es un señor bastante viejo, quizás por ello el viaje fue lento y tortuoso. Por fín llego a casa, me bajo del auto y le agradezco a mi chofer rentado, con una media sonrisa obligada. Al entrar escucho a alguien que me llama, es el mismo caballero del auto fúnebre.
_Hola- me dice
_ Hola_ me acerco a la media pared que nos separa_ disculpe que no le agradecí por lo de mi madre, esta mañana, muchas gracias_ sonrío apenada.
- Tranquila, encantado de ayudarle, por cierto, mi nombre es Maik Cooper y soy su nuevo vecino._ dijo
- Es un gusto, señor Cooper, mi nombre es Lena Goldman._ respondí.
_ ¿Cómo está tu madre?_ Preguntó
_ Se encuentra estable, gracias por preguntar. Me tengo que ir, que duerma bien señor Cooper.
_ Está bien, señorita Goldman, debe estar cansada- Me dijo.
Echo un vistazo a mi reloj pulsera, 3:00 a.m. entonces me pregunto qué es lo que anima a mi vecino a mantenerse vigil bien entrada la madrugada, me contento con pensar que es insomne.
Al ducharme, la preocupación crece en mi cabeza, mis lágrimas han vuelto. Mi madre está enferma gravemente, quitándole gota a gota la vida. Esto no me permite dormir, tengo miedo, ansiedad, entre otras cosas, cosas a las que no sabía que nombre poner. Ya pasé por esto, mi padre murio con cáncer de pulmón y mi madre morirá con un tumor cerebral.
Al parecer si dormí un poco son las 6:30 me doy un baño me pongo una camisa y un short y salgo rumbo al hospital tomo el bus y me bajo en la parada del hospital, entro le pregunto a la secretaria:
_ Buen día, vine a ver a Elizabeth Goldman, ¿puedo entrar?.
_ Buen día sí, está en la habitación 125.
_ Gracias_ y me despido con una sonrisa.
Busco en todas las puertas algún 125, hasta que llego estoy preparándome para entrar, la veo desde afuera, está viendo la ventana, le está corriendo una lágrima por su mejilla, la veo y me parte el corazón en mil pedazos, me adentro a la habitación me ve comienza a llorar y enseguida la abrazo.
_ lo siento_ le digo_ perdón por no estar cuando me necesitabas, perdón por todo, te amo mamá tanto que nisiquiera te imaginas, siento mucho lo que está pasando.
_ tranquila hija no es tu culpa, lo siento yo por no decirte, tampoco lo sabía hasta hace una semana_ secando sus las lágrimas dice- no sabía como decirtelo, y el doctor dice que lo tiene que extirpar.
La abracé, llega el doctor y la enfermera, el doctor me llama y me dice que tiene que hablar conmigo afuera.
-Señorita Lena, hay que extirpar el Ependimoma, pero hay dos riegos en la operación, el primero es que no soporte la operación, y el segundo es que el ependimoma esté ubicado cerca del tejido cerebral y no podamos extirparlo.
Volvieron mis lágrimas a salir. El doctor prosigue.
-Necesito que firme aquí- me dio un papel, Y tenia que firmarlo pero sabía que era peor, dejar a mi madre así o matarla de una vez, así que confíe en el médico y firme.
- Tranquila Señorita Lena, puede seguir hablando con su madre. El Médico se retira y entró de nuevo a la habitación.
- Mamá necesito hablar contigo ¿si?- la enfermera se despide y se va.
-hija antes de todo puedes traerme ropa, la estancia en este hospital sera larga.
- si madre ahí está la maleta, ¿quieres algo más? Le digo con las lágrimas cayendo.
-No hija - y extiende sus brazos- te quiero mucho mi pequeña.
Acostada en su pecho, le digo:
- Mamá el doctor dice que tendrá que extirpar el tumor, y ya firmé el papel. Esperemos que sea rapido, y se que todo saldrá bien.
- Sí la enfermera me dijo que dentro de dos días.- Parece que no tiene miedo, amo a mi mamá y tengo la esperanza que todo va estar bien-.
- Mamá voy a comprarte algo para que comas, ya que la comida del hospital debe saber horrible. - ella asintió con su cabeza.
Voy al Super-Mercado mas cercano, está bastante cerca, no tuve que caminar mucho, le busco jugos a mi mamá, y luego le compraré unos sándwich ya que le encantan, mientras voy a la caja a pagar, Esta una persona frente a mi me parece conocido esta viendo su telefono, le toca su turno y cuando levantó la cara ¡era el chico de la biblioteca! Por dios, que coincidencia, la mejor, es lo más lindo que me ha pasado en todo el día, aparte de ver a mi mamá, paga y se va, me encanta como está vestido, tiene una camisa vinotinto y una chaqueta de cuero negro, Y unos jeans color negro al parecer ama el color negro; despierto de mi ilusión y me toca a mi pagar, veo que sale el chico de la biblioteca, pagó y también me voy, pero ya el no está. Salgo me voy hacia cualquier cafetería a comprar los sándwich de mi mamá, veo una, imposible no verla tiene un letrero con muchas luces, entro y compro los sándwich, y de nuevo al hospital, cuando voy llegando veo que el auto fúnebre de el señor Maik se estaciona cerca de mi:
-Hola Lena.- Me dice, pero lo primero que veo es que el chico de la biblioteca está sentado en el carro del señor Maik, ¿Por qué? ¿es su hijo? ¿Su sobrino?.
-Hola Señor Cooper.
- ¿hacia dónde vas?- me dijo viendo hacia el hospital.
- Mi mamá está aquí, está hospitalizada.- en ese momento veo que el chico de la biblioteca le susurra algo al señor Maik.
-¿Como sigue? Preguntó.
- Está estable- no sabía que decirle.
- Me alegro, bueno cualquier cosa me llamas ¿ok?- Me estoy alejando cuando:
-Oye Lena, te presentó a Maikol- n-no sabía que hacer.
-Mucho gusto, Lena.- le digo mientras admiro su belleza
-Encantado de conocerte- me dijo con su voz toda varonil, me miro y su profunda mirada hizo que me pasará un leve escalofrío por todo el cuerpo, y tome su mano estaba realmente suave, era perfecto.
- hasta luego señor Cooper.- sonreí y entré al hospital.
- hasta luego Lena- arrancó el auto y se fue.
Mi corazón se iba a salir, entro al hospital, luego a la habitación y encuentro a mi mamá dormida, tal vez de tanto esperar se durmió. Dejo las cosas en la mesita cerca de la camilla donde está mi mamá, pero también veo un pequeño ramo de flores, busco a ver si hay alguna tarjeta pero no hay ninguna, que raro mi mamá normalmente no tiene ninguna amistad cercana la única es Amelia y está fuera del país, tal vez consiguió a otra amiga, por otro lado recordé que en la maleta de mi mamá metí un libro, y me puse a leerlo, tanto que me dio sueño y me quedé dormida;
Estoy a punto de caer el vacío y escucho una voz llamandome, a lo lejos, se escucha con ecos
-Lena -escucho a mi mamá- me despierto de mi sueño extraño.
-¿Ah?- respondo medio somnolienta.
-Buenas tardes, ¿que tal dormiste? Lamento despertarte pero tienes que comer- mi mamá siempre tan preocupada- ahí está come.- me señaló la comida que estaba en la mesita.
- Mamá ya lo sé, gracias por preocuparte pero no tengo hambre, me tengo que ir a bañar y vengo mas tarde ¿ok?.
- Está bien... cuidate mucho.
Voy saliendo del hospital a mi casa, siento que llegué demasiado rapido, saco la llave de mi bolso, la inserto en la cerradura pero está abierta, ¿será que olvidé pasar seguro a la puerta? Se me es extraño y entro con mucho cuidado, ya que me he visto varias películas así, reviso todo con el cuchillo que agarré de la cocina rápidamente, y no hay absolutamente nada ni nadie, ciertamente, se me olvido cerrar bien la puerta, dejo mi bolso en mi cuarto, me meto a bañar, salgo y me visto rápidamente, y de vuelta al hospital.
El humo que deja el bus al marcharse, hace que me de tos, entró al hospital, y luego me dirijo a la habitación de mi madre, estaba viendo por la ventana desde su camilla, entro y voltea.
-¿Que tal te fue? Me dijo.
- Bien- digo acercándome a ella y dejándole un beso en la frente.
- Ya falta tan sólo un día para mi operación, siendo sincera me pone un poco nerviosa.
- tranquila mamá todo estará bien ya verás que estarás conmigo de nuevo.- me di un beso en la frente.
Ella sólo sonrío y asintió, se que no soy buena para estas conversaciones así que esto no me alegra.
Pasaron unas largas horas y son las 11:00 pm, observó desde la ventana, el estacionamiento del hospital, todo está tan sólo y callado, mi madre duerme, se ve tan tierna, si supiera cuanto daría, por tenerla toda mi vida a mi lado, de verdad la amo.
Pasa una hora, y no tengo sueño creo que es, Que dormí en la mañana, escucho de pronto, el gigante gritó de mi mamá, voy en seguida, y está bien por lo que veo.
- ¡¿Mamá estas bien?! Pregunto bastante alarmada.
Ella sólo llora, no se que sucede solo llora mucho, me siento a su lado y ella sólo dice que no la suelte, y que duerma con ella...
Me despierta, un sonido fuerte, el de la puerta habriéndose, con 2 enfermeras y el doctor Diler.
-Buenos días señora y señorita Cooper.- dice con una sonrisa bastante hipócrita.
- Buenos dias- respondimos al mismo tiempo mi madre y yo.
- ¿Preparadas?- pregunta.
-Me regalarían unos minutos con mi hija por favor- dice mi madre, con un todo de voz quebrado.
-Claro pero no más de 5 minutos, ya que tenemos prisa.- dice el doctor mientras se retira.
Mi madre me ve a los ojos y saliendole lágrimas de sus ojos color cielo dice.
-Lo que pase en esa, cirugía, dependerá tu futuro. Tienes 18 años hija, escuchame muy bien- no para de llorar y su voz totalmente quebrada - en la caja fuerte, hay unos papeles muy importantes lee detenidamente cada uno de ellos, también hay una carta que quiero que leas. ¿Si? Y no olvides que yo te amo con todo mi corazón.
Estaba tan confundida ni ella ni yo parabamos de llorar, realmente piensa que no saldrá bien de esa operación... eso me parte el corazón en mil pedazos.
- ¡Mamá! Pero que cosas dices- me seco las lágrimas- si saldrás de esa operación super bien -ella sólo sonríe y me da un beso en la frente.
Entra el doctor, y la pasan a la Camilla, y se la llevan, y ella me dice entre susurros, te amo.
Me quedo llorando en la habitación, simplemente, es doloroso, no quiero ni pensar que no saldrá de la operación viva, ¡es que es mi mamá saldrá bien! Lo se, yo lo sé.
Pasan 3 horas, luego 1 más,y son las 10 AM, pero, el doctor no sale, espero un poco más... estoy ansiosa, he recorrido todos los asientos de la sala de espera, estas horas parecen interminables, mi ansiedad aunmenta estoy leyendo un libro, pero no consigo concentrarme.
Sale una enfermera, y grita en la sala de espera
- ¡familiares de la señora, Cooper!
Me paro de donde estoy enseguida, y me acerco a la enfermera.
- ¿Usted es familia de la señora Cooper?
- Si, soy su hija.-
- tenemos malas noticias... tiene que ser fuerte señorita Cooper- se me acaba de caer el mundo, tengo ganas de vomitar- Su madre no soporto la operación.
No hay palabras para explicar lo que siento. Siento que mi vida ya no tiene sentido, sólo se escucha mi llanto y mis gritos en el hospital, ¡Por Que! ¡Maldición! ¡Por que a mi! Me duele pensar que me he quedado sola, eras mi vida, eras mi todo.
Los doctores decidieron, pararme de donde estaba, sentía frío, creo que fue
Estoy en el cementerio con una rosa en mi mano, todos hablando de los buena que era madre, la mayoría son vecinos,hablan de historias que tal vez inventan, para quedar bien conmigo, o simplente, porque quieren contarlas, mis lágrimas no paran de salir. Estoy vacía, me falta todo, ya ni sé como decir lo que siento.
Entierran a mi madre poco a poco, las personas se retiran dándome un "cuanto lo siento" o un "tienes que ser fuerte".
Lanzo la rosa, dándole primero un beso, y entre susurros le digo siempre te amaré.
2 MESES DESPUÉS
Estoy devastada, mi casa sin ella es sombría y toda gris, estoy en mi cuarto, cuando, recuerdo las últimas palabras de mi madre. Y salgo, y abro la caja fuerte, lo primero que encuentro es una carta, con un beso marcado, mi corazón late muy fuerte, tanto Que parece que va a estallar.
Mi niña, si estás leyendo esto, es porque no estoy aquí. escribo está carta Porque quiero que sepas, que a donde vayas te seguiré, sabes te amo tanto mi niña, eres mi Cielito, es fuerte escribir está carta, mientras se que es bastante fuerte para ti leerla, tienes que ser muy fuerte cariño, porque donde tu estés yo estaré, te pido disculpas si te fallé al decirte que no me apartaría nunca de tu lado. Tengo que decirte algo importante, tu abuela Alana; cuando tu tenías 5 meses de edad, dejo un testamento, y su única heredera eras tú, pero sólo había una condición, que cumplieras 18 años, estaba por darte todo, pero hubieron obstáculos que no pude vencer, te amo hija, se que sabrás aprovecharlo.
Con amor mamá.