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Chapter 2 - Capítulo 1: Desesperación, desánimo y vínculo.

Parte 1

Desde un inició. El ser humano deseaban poder para cambiar la balanza a su favor.

En una línea de tiempo donde la historia que nos enseñaron, es complemente diferentes a la que nosotros conocemos.

Al principio de las civilizaciones humanas. Había aparecido un hombre con lo que deseaban entre sus manos.

En cada mano tenía un tres cristales grises.

Decía que esos cristales podía hacer que su portador superarán los límites que un ser humano ordinario nunca podría lograr.

Con esas palabras. Lanzó al cielo los 6 cristales que se comenzaron a esparcir por todo el mundo.

No tardo tiempo para que cada fragmento eligiera a un portador para que lo use.

Las personas que lo usaron fueron llamados "usuarios", obtenido sorprentes poderes.

Recibieron mayor fuerza, agilidad, velocidad y resistencia.

También fueron capaces de tener poderes que les hacía casi invencibles.

Pero como era de esperarse por la codicia humana.

No se tardó mucho para que se sepa de la existencia de aquéllas reliquias. Comenzaron las guerras por su posesión.

Únicamente se buscaba a uno de los seis portadores de esos cristales para robarlos y tenerlo en su manos todo el poder que obtendría.

Por esas acciones. Los "usuarios" morían y sus fragmentos elegían otro portador.

Pasaron miles de años repitiéndose esas mismas masacres hasta que poco a poco se iba olvidando su existencia.

La historia era una muy distinta a la nuestra con muchos cambios hasta llegar a nuestros tiempos.

Parte 2

La oscuridad gobernaba el cielo que era iluminado por una luna llena que iba perdiendo su tonalidad rojiza volviéndose completamente blanco.

A sus pies estaba iluminado lo que había sido una vez el centro de una ciudad.

Habían sido carbonizados y poco a poco se caían a pedazos desde tiendas pequeñas hasta grandes edificios.

Las llamas del fuego que había estado, solo dejaba como presencia de sus chispas un ligero olor de azufre.

Cientos de cadáveres yacían en el suelo.

Había personas que habían sido carbonizados por el fuego y otras que tenían orificios en su cuerpo.

La sangre manchada las pistas y veredas.

Entre los cadáveres se podía ver que las víctimas habían sido hombres, mujeres, ancianos, niños y hasta bebés.

Como llanto del cielo. Las gotas de una minuscula lluvia comenzaron a caer para mojar el área.

Entre los cadáveres se podía escuchar como si alguien estuviera cogiando.

Un joven hombre quien tenía el cabello ligeramente levantado.

Se encontraba moviéndose con dificultad por las graves heridas que tenía.

Su sangre frotaba de su desnudo pecho que tenía 4 orificios que se encontraban en donde está su corazón.

Con un malgastado y destrozado pantalón oscuro manchado de un color carmesí apenas visibles por la oscuridad.

Unos zapatos marrones que estaban casi rotos por las condiciones en la que encontraba.

Pasaba entre los cadáveres dirigiéndose hacia un pequeño estanque de agua que se encontraba en el centro del lugar.

Un fuerte sonido de derrumbe se escuchó muy cerca.

Un poco de polvo se había levantado en el ambiente.

Se podía escuchar como aquél malherido hombre está intentando escapar de forma desesperada.

Unos tranquilos pasos se podía escuchar muy cerca de él.

La sangre caía en gotas al suelo mostrando por donde pasaba.

De forma cobarde. Un pequeño láser color blanco penetraba el pecho del hombre.

Un minúsculo grito de dolor dejaba escapar mientras que de su boca escupia sangre.

La fuerza con la que fue golpeado, hizo que su cuerpo estrellara el estanque lo suficientemente fuerte para romperlo.

La lluvia ya estaba comenzando a mojar gran parte del suelo limpiando la sangre de su cuerpo.

"No te pienso dejar escapar maldita basura insignificante."

Se oía muy cerca del malherido hombre.

Los pasos que se escuchaban, habían parado.

Un hombre con pocos rasguños en su cuerpo lo observaba con asco.

Tenía una camisa blanca rasgada ensuciada por la mezcla de la sangre y polvo que tenía en su pecho.

Un pantalón negro que parecía que era de militar en el mismo con pocos arañones.

Y un par de botas negras con que estaban mojadas por las gotas que caían sobre ellos.

Tenía un el color de pelo oscuro y unos ojos de tonalidad marrones pardos.

Su cabello corto estaba húmedo y caído por la lluvia.

Con irá comenzó juntar sus manos.

Con velocidad en sus piernas, corrió donde estaba el hombre malherido.

Pisando todo lo que estaba en su camino entre las pequeñas rocas y los charcos de sangre que se ponían en su camino.

Poniendo sus humedas manos sobre el rostro del hombre tirado.

Se puso sobre él con una gran rabia en su cara.

Con una voz frustrada y furiosa le comenzó a gritar lo que sentía.

"¡¡¡SUFRE MALDITO BASTARDO!!!."

Sus manos que cubrían el rostro del hombre, comenzaron a crear una chispa eléctrica que empezó a electrocutarlo con violencia.

Gritos de agonía se escuchó dejando ver una poca luz proveniente de la electricidad.

Ese acto continuo por usos segundos hasta que paró.

Levantándose de donde estaba, lo continuo mirando con despreció.

"Esto no basta para hacerte pagar por esto. Mereces más pero es tiempo para acabar esto."

Apuntando su dedo en la frente del moribindo hombre.

Presionó fuertemente sus dientes haciendo que rechinen.

El hombre moribundo que solo tenía heridas y sangre en su rostro.

Con la poca fuerza que le quedaba, comenzó a reír a carcajadas.

"Acaso no sabes que nosotros continuaremos existiendo."

Extendiendo su mano para el cielo oscuro.

Intentando tocar la luna llena completamente de color blanco.

Hizo un puño mientras que las gotas lo seguían mojando.

"Aún yo muera, seguirán existiendo los fragmentos. Nosotros con esto, cumplimos un ciclo y es tiempo que otros tengan que tener esto."

Dejando caer su mano al suelo por su falta de fuerza que ahora tenía.

Dejo escapar unas lágrimas mientras miraba el oscuro, y brillante cielo por las estrellas y la bella luna.

"Es tiempo para que la siguiente generación aparezca, y que sea mejores que nosotros."

Con una sonrisa cálida llena de alegría.

El disparó atravesó su frente acabando con su vida.

La lluvia había cesado.

Su sangre comenzaba a salir para crear un pequeño charco escarlata.

De forma inexpresiva lo miraba su asesino.

Era el último en pie que aún seguía con vida después de toda esa masacre.

El sentimiento que sentia en ese momento no era diferente la de un solitaria persona.

Levantado la mirada, observó el oscuro cielo mirando fijamente la luna llena.

"Es muy sorprendente, y a la vez terrorífica lo que pueden lograr a hacer esos monstruos."

Con sus manos libres, junto las manos como si estuviera rezando.

"Ya es hora."

- Aquí un hombre que acababa de asesinar a otro hombre.

Esperaba que algo pasará con paciencia.

Un pequeño brillo se pudo emitir desde el cuerpo del fallecido hombre.

Desde su pecho, una ligera luz gris salía a brillar.

Tomando ese lugar como punto de inició. Aumento su brillo y la grisácea luz se iluminó para el cielo.

De igual manera. Otras cinco luces del mismo color, iluminaron el cielo desde diferentes lugares.

De su pecho, estaba saliendo un cristal gris que se iba elevando lentamente en la luz que había generado.

Estaban abandonando a sus portadores muertos para buscar a otros.

"Así que este es el ritual de cambio que hacen"

Con una voz que se oía vacía lo dijo para si mismo.

De manera amenazante, levanto su mano, apuntando al cristal que seguía elevándose.

El sentimiento de duda hacia que comenzará a temblar su mano.

Aunque tuviera fuerza para hacer un último ataque.

¿Acaso eso bastaría para destruirlo?

Pensando en eso. Con algo de enojo bajo su mano al no estar seguro se acaso eso haría algo.

Solo pudo quedarse a observar lo que estaban haciendo los cristales sin hacer nada para evitarlo.

"Tsk, con el poder actual no soy capaz de evitar que aparezcan otros."

Con eso. Una imagen se le vino a la mente.

Recordó la silueta de un niño que tenía los ojos gris que miraba todo lleno de irá.

Con su mano estaba sosteniendo del cuello a otro hombre mientras que era tragado por las llamas.

Después de recordar esa imagen que se le vino a la mente.

Su cuerpo se le puso la piel de gallina por el miedo que le tenía.

Dibujandose una pequeña sonrisa a su boca.

No pudo evitar decir una palabras.

"Si no fuera por ese niño que se hizo cargo de todos ellos. Nunca habría logrado darles el golpe final."

Volviendo a ver los 6 cristales que estaba ya a la cima del oscuro cielo.

Las luces que habían hecho, desaparecieron de manera instantánea.

Los cristales se habían unido rodeandose entre ellos.

Luego salieron disparados para diferentes direcciones cada uno.

Ante el poco asombro del hombre. Sólo dijo unas últimas palabras antes de irse.

"Entonces ya han elegido a sus nuevos portadores."

Alejándose de ese lugar que hacía sido una macabra masacre.

Se dispuso a dejar atrás todos los cadáveres sin un rumbo fijó.

"Será interesante ver a los nuevos... usuarios..."

Desaparecido de la misma manera en la que había aparecido.

Una nuevo escombro había caído detrás de él, creando una nueva cortina de humo.

Siendo lo último que se escuchó se él "Esta vez, me asegurare de ustedes."

Parte 3

Desde aquel día. Habían pasado 6 años y algunos meses.

El cielo con un tono celeste claro lleno de nubes blancas y un brillante sol.

Dejaba sentir de que se trataba de un día caluroso.

Con ese calor. Un pequeño niño encapuchado estaba caminando en lo que parecía era un atractivo turístico.

Llevaba puesto una casaca roja, un pantalón oscuro y unas sapatillas negras.

La capucha de la casaca le quedaba algo grande que ocultaba la mitad de su rostro.

Lo único que se observaba de su cara era únicamente su boca que hacía sentir un sentimiento de vacío.

Con sus manos metidas en los bolsillos de la casaca.

Siguió caminando por el atractivo turístico que era un mirador de un cañón.

Las personas que pasaban por su costado, se alejaban lo más que podían de él para aislarlo.

Se podía sentir un ambiente de rechazo por ese niño que únicamente lo que hacía era caminar.

Los adultos y los padres que paseaban sus niños evitaban verlo de manera disimulada.

Las personas que lo miraban a distancia, lo observaban con despreció y desagrado.

Buscando un lugar para descansar en todos los lugares.

Al mirar a un lado, se quedó observando el lugar que deseaba.

Se dirigió a la derecha donde había una banca debajo de un árbol para cubrirse del sol con su sombra.

En esa banca estaban sentado un anciano con lo que parecían que eran sus dos nietos.

Unos dos niños de aproximadamente 10 años cada uno.

Al ver que el niño caminaba hacía ellos.

El anciano se puso de pie con sus nietos mirándo con algo de molestia al niño.

"Que asco que está basura siga caminando libremente. Solo causará desgracia si nos cruzamos en su camino."

Lo murmuró el anciano con un poco de desagrado a sus nietos.

Uno de los nietos salió corriendo en donde estaba el niño y le dio un fuerte empujón de la espalda para que cayera al suelo.

"¡Eres una basura que debería estar muerto! Me repugnas."

El odio se podía sentir por uno de los nietos del anciano que no dudo en darle una patada en el estómago de niño.

Sin poder defenderse, solamente recibió el golpe mientras que se retorcia del dolor.

Sujetando la muñeca del nieto. El anciano se lo llevó con fuerza para alejarse del lugar.

- "Idiota, porque hiciste eso. No sabes que los que se acercan a esos niños son desgraciados por Dios."

- "Abuelo no puede evitarlo. La culpa lo tiene él por ser tan lamentable y por no ser la basura que Dios desechó."

- "Sigues siendo un idiota por golpear a ese estorbo. Si algo nos pasa, será por tu culpa."

- "¡Estúpido niño! ¡Por tú culpa estoy siendo regañado! Muere de una vez."

El odio que le tenían era visto por todos lo que lo miraban.

Las personas seguían caminando con indiferencia sin hacer algo para ayudar al lastimado niño.

Unas lágrimas eran apreciadas desde la sombras de su rostro que se resbalaban y mojaba el caliente suelo.

Con dificultad se movía a rastras hasta la desocupada banca.

"Lo siento. Lo siento mucho."

Dejaba oír con tristeza su lamento.

Siguió arrastrándose de forma miserable mientras no dejaba de lamentarse.

Su voz era una tímida y a la misma vez asustada.

Llevado a la sombra del árbol, con ayuda de sus manos se comenzó a incorporar.

Con tropiezos se puso de pie y se sentó en la banca para descansar un momento.

Aún seguía sintiendo el dolor de la patada en su estómago.

Moviendo sus manos hacía su oculta cara, comenzó a secar las lágrimas que había derramado.

Mientras que se brotaba con su manos su rostro. No dejaba de disculparse.

Luego de unos segundos. Sus manos que estaban aún es por su rostro.

Lentamente se quitaba la capucha empujandola para atrás.

Un corto, lasio, negro que tenía un ligero brillo había aparecido que estaba oculto por la capucha que lo escondía.

Su rostro ya era mostrada. Unos ojos negros, una pequeña nariz y pequeña boca se le podía apreciar.

Con esa apariencia, aquel niño no podía pasar más de los 7 años de edad.

La expresión de timidez, soledad y tristeza era reflejado en sus rostro.

Mientras que sacaba un pequeño saco de su bolsillo que emitía un sonido de monedas.

Lo sostuvo con ambas manos con algo de presión.

Sus ojos dejaban sentir un sentimiento de odio hacía el saco haciendo percibir una ligera aura de culpa que se sentía dentro de él.

"Te odio mucho. Si pudiera deshacerme de ti lo haría ahora mismo."

Con el enojo en sentía dentro de si mismo con sólo verlo.

Con su mano izquierda lo cogió con fuerza teniendo las intenciones de lanzarlo lejos.

Antes que lo pudiera lanzar. Se detuvo mirando el pequeño saco con culpa.

"Eres mi recordatorio de aquella vez y el peso que estoy destinado a llevar."

Mirando con tristeza sus manos que dejaban caer al saco de monedas al suelo.

De forma ligera, se iba frunciendo el ceño de su cara.

Dio un leve sus suspiro dejando oír un pequeño murmuró.

"Enserio, perdóname."

Lentamente comenzó a cerrar los ojos que estaban llenos de cansancio.

Acostandose en la banca. Puso su brazo derecho debajo de su cabeza para que le sirviera de almohada.

Haciendo eso. Quedó dormido sin ser tomado en cuenta por las demás personas que seguían paseando por el lugar.

"Te extraño mucho."

Parte 4

En un espacio oscuro donde la única luz eran de las estrellas.

No se escuchaba algún conocido sonido en ese espacio vacío.

Lo único que se podía oír. Eran las vibraciones que hacían los planetas se le podía llamar sonido en el universo.

Sin tener una respuesta cierta del porque del escenario.

Unas 5 pequeñas cometas que arrastraban unas luces detrás se movían por el espacio oscuro.

Cada uno tenía un color diferente.

El primero era rojo, el segundo era azul, el tercero era negro, el cuarto era blanco y el quinto era amarillo.

Se dirigían a un punto específico mientras que seguían desplazándose.

Habían comenzado a entrar a nuestro sistema planetario.

Pasaron por los lados de Saturno y Urano sin siquiera ser atraídos por su fuerza gravitacional.

La velocidad en la que iban era poco más a la velocidad March 10.

Los cinco cometas se estaban aproximando a la estrella del sistema planetario.

Iban a los límites del sol para rodear las explosión que se provocaban en su superficie.

Dejándolo al ardiente sol atrás. Se dirigían a un planeta azul con verde, al planeta tierra.

Delante de los cometas. Se encontraba un meteorito mediano que se aproximaba al mismo lugar que ellos se dirigían.

Sin tomarlo en cuenta. Con mayor velocidad, los cinco cometas penetraron y destruyeron aquél cometa que posiblemente hubiera destruido un país del tamaño de Rusia si impactaba la corteza terrestre.

Ahora sólo era pequeños meteoritos que sólo podían causar pequeños impactos.

Pasando lo que acababa de suceder. Estaban a sólo algunos pocos kilómetros para entrar a la capa terrestre.

Dando un último fuerte brillo en el espacio. Cada uno decidió tomar su camino.

Los cometas se separaron por caminos diferentes.

El cometa amarillo, negro y blanco se fueron juntos hacia el continente de Asia.

Siendo los cometas rojo y azul yendo al continente de América.

Dando un último brillo de despedida. Entraron a la atmósfera terrestre.

Al entrar. Se observó que lo que entró eran en realidad unos pequeños cristales.

La velocidad que tenían en el espacio se había reducidado demasiado.

Ahora únicamente tenían un menor que el March 2.

Era una caída libre para ambos cristales que estaban cada vez más cerca de golpear la tierra.

La presión gravitación que los jalaba hacia que aumentará un poco su velocidad.

Sin tomarlo mucha importancia a esos efectos. Ambos cristales estaban apuntando al centro de América como lugar de colisión.

Como antes se había hecho cuando eran aún cinco.

Los dos destellaron dos potentes brillos rojo y azul, haciendo que un color morado aparezca.

Luego de eso. Los dos se separaron.

El cristal azul ahora se iba para el norte y el rojo se comenzaba a ir para el sur.

Ahora únicamente se sabía que el impactó que harían los cristales en la tierra, posiblemente traería un cambió.

[Bueno. Creo que es hora de volver a ver lo que pasa en esta oportunidad]

La voz que se podía deducir que era de un adolescente se escuchó con ligereza en ese lugar del cielo.

Es imposible para un humano estar en ese lugar por la altitud y la falta de oxígeno que había ahí.

Era algo misterioso la razón por el cuál se escuchó éso sin una explicación lógica alguna.

Parte 5

En una lluvia intensa que caía como gotas de una regadera a las plantas.

La oscuridad de la noche daba vida a un ambiente sombrío.

Sin un lugar en donde refugiarse del húmedo y frío clima que mojaba su ropa.

En un sendero en el bosque que era iluminado por las luces de unos antiguos postes de luz.

Se encontraba caminando un niño con un rumbo desconocido.

Con una expresión vacía recorría ese camino mirando por los lados sin salir del sendero.

Su cabello al igual que su ropa se estaba mojando.

Algunas luces empezaban a desgastarse teniendo problemas para permanecer prendidas.

Se prendian y apagaban de forma sincronizada hasta que sólo algunas quedaron funcionando.

Se veía algo tenebroso seguir avanzando y aún más por la lluvia lo obligaba continuar.

La razón por el cual no salía del sendero era porque podía perderse si se adentraba al bosque.

La falta de luz por los árboles harían más fácil que pudiera ver lo que se le pondría en frente.

Como si fuera poco, incluso si se intentará refugiar entre la base de los árboles. Lo único que conseguiría es que se caían las gotas aún estando refugiado.

Las opción le habían reducido a seguir incluso si eso era ganarse un resfrío, tener fiebre o contraer hipotermia.

Sus pasos eran temblorosos y torpes por la falta de calor que tenía.

Dando un parpadeo. Al momento de abrir los ojos, pudo ver al frente suyo había aparecido la silueta de un hombre.

Caminaba hacia él mientras que parecía que sostenía algo una de sus manos.

Al observa que aquella figura se aproximaba donde él estaba. Sólo se quedó plasmado de la sorpresa abriendo ampliamente sus ojos.

Su cuerpo comenzó a temblar, no por el frío, sino por otra caso que hacia que sus piernas perdieran su fuerza y caía de rodillas.

El miedo que sentía era tanto que inmobilizaba sus piernas como si estuvieran adormecido.

Con desesperación se tapó los oidos con sus húmedas manos mientras que miraba al piso.

Su rostro estaba en una sumergida en una extrema desesperación llena de miedo.

No paraba de repetir "no te acerques" con violencia.

Con cada paso que daba. La cosa que tenía en su mano se hacía daba vez más fácil de diferenciar.

A estar sólo unos metros de él. La silueta que tenía en su mano en su mano ya era más reconocible.

Se trataba de la silueta de una niña que estaba siendo sujetada del su ropa mientras que parecía que estaba fuera de si misma.

Al escuchar los casos con más claridad. Los gritos que daba el niño eran más desesperados.

Como si la lluvia estuviera reflejando su miedo. El ambiente se volvió más violento, teniendo a la lluvia que caía con más fuerza y con una fuerte corriente de aire acompañandolo.

Todo su rostro se encontraba mojado, deslizándose las gotas de su cara como si fueran lágrimas.

Cayendo relámpagos del cielo en uno de los antiguos postes de luz. El destello de luz dejó ver que la silueta estaba al frente del niño.

Solamente se quedó parado viéndolo acercando a la niña para que este a su lado.

Dando un último fuerte grito que estaba lleno de llanto.

"¡¡¡VETE DE AQUÍ!!!"

Desesperado, con mayor fuerza en sus manos. Hizo todo lo posible para no escuchar.

- Todo eso fue inútil para el niño por mucho que intentará dejar de escuchar.

"Eres un cobarde."

Sin ningún sentimiento en su voz. Dijo la silueta de la niña al estar al lado izquierdo de él.

Apagandose todas las luces que estaban prendida se volvió todo sumergido de negro.

La luz de la luna no emitía ningún brillo alguno que pudiera servir para ver.

"Lo siento."

Con una voz más calmado, dio una disculpas el niño.

Abriendo los ojos estaba el niño de casaca roja echado en el banco de madera.

Debajo de su ojo derecho había caído una línea de lágrimas que pudieron ser producto del sueño que tuvo.

Aquel sueño no podía ser llamado sueño como tal. Debió de haber sido una pesadilla para él.

Mirando cansado todo su alrededor.

Vio sin sorpresa que el rodeaba basura que habían tirado como si se tratará de un basurero.

Ese era el trato que tenían los niños que no tenían padres y se rehusaban a vivir en una casa hogar.

En otras palabras. El niño era un huérfano que vivía viajando de lugar a lugar para no ser llevado a una casa hogar, siendo este el trato de desprecio que recibían los que no lo hacían.

Eran tratados peor que basura por la gran mayoría de personas como si fueran hijos malditos.

Los niños tenían un peor trato que las niñas por el simple hecho que pueden tener hijos cuando llegaran a la adultez.

Con ese concepto en claro. Se podía comprender el por que del trato que recibía, incluso si era demasiado para unos simples niños.

Esa información lo tenía en mente el pequeño niño mientras que recogía la basura y lo separaba para ponerlo en sus respectivos depósitos de basura.

El calor del sol había bajado y ahora estaba moderado el clima con una brisa más cálida.

El esfuerzo que hizo para limpiar el lugar en donde durmió. Hizo que su estómago rugiera por el hambre que tenía.

"Otra vez esto. ¿En verdad se podrá conseguir algo hoy?"

Ignorando el cansancio y sed que tenía por no haber desayunado hace horas.

Únicamente se puso a caminar de nuevo mientras que buscaba un lugar en donde pueda comer o beber algo.

Con algo de dolor que tenía en su estómago. Observaba cómo las persona comían en restaurante hasta que disfrutaban de comer helado.

Para ser un mirador de un cañón. Era algo espacioso para poder recibir cientos de turistas.

Cómo si se tratará de buscar una aguja en un pajal. Miraba y buscaba el lugar en donde posiblemente lo atenderian con menos despreció al ir únicamente él sin que este acompañado por un adulto.

Con miedo y desconfianza intentó ocultar su presencia para que los demás turistas lo ignoren.

Como si eso no fue suficiente para él. También vio como las personas desperdiciaban lo que comían.

Observo como tiraban a la basura la comida a medio comer y tirar el agua al suelo sin ningún remordimiento de aquellas acciones.

La boca se le hacia agua por ver lo que él tanto deseaba, era botado por otros sólo por que para ellos les era simple volverlo comprar si lo quisieran.

Con algo de enojo. Tuvo que seguir su camino sin poder decirles algo por su propio bien.

Mientras más continúa caminando, el sudor de su cuerpo empezaba a salir y mayor era el hambre que tenía por el desgaste de energía que tenía.

La única razón por el cual había preferido hace unas horas dormir fue para guardar energías para el momento como este.

Actualmente era capaz de comerse hasta incluso un emparedado a medio comer, inclusive si estaba escupido y pisoteado.

Hasta ese punto de desesperación era capaz de llegar por solo tener algo de que comer.

Luego de esa pequeña nube de pensamientos. Se quedó de pie para esperar que algo pasará, o tal vez descansar un poco.

Una pizca de brillo apareció en sus pequeños ojos, y miro como una ave volaba.

Dejo atrás a todas esas personas para aletear sus alas e irse a vuelo a alguna parte de ese vasto y peque��o mundo.

"Mundo... vacío... oportunidad y justicia fácil de arrebatar a gustó... quiero solucionar eso, Sachi."

Como si estuviera bajo hipnosis. Recitó esas palabras con un mirada nublada.

Creía que la falta de hambre ya lo estaba afectando, y comenzó a hacerlo alucinar y murmurar cosas.

"¿Quién es... Sachi? Estoy ya al borde del... colap-so..."

Fueron las últimas palabras que dijo, cerrando los ojos y posteriormente cayendo al suelo por algún tipo de desmayo.

Las personas únicamente lo evitaron, pasando por su lado sin mostrar ningún tipo de emoción por el pequeño niño.

Oía como los niños corrían, reían, lloraban y jugaban.

Los padres hablaban y se divertían junto a sus hijos.

Ese era al sentimiento al que él podría llamar "cariño" y "amor" que algunas quiero saber lo que verdaderamente significa.

¿Alguna vez las reglas que se hicieron en ese mundo podrán cambiar?

¿Existe alguna razón por que cuál sea que él esta viviendo todo eso?

Preguntas que por el momento no tenían respuestas para ser contestadas para él.

Un sonido de una botella de plástico se escuchó caer al suelo.

El agua que contenía dentro de la botella, creo un pequeño charco que mojaba cada vez más el piso.

En uno de todos los lugares que mojó el agua.

Fue en donde estaba el niño tirado y abandonado en el suelo.

Al sentir como su cabello y rostro era humedecido. Saco su lengua de su boca para comenzar a lamer el agua del piso.

Aunque el agua que era llevado a él ya se encontraba sucio y con tierra.

No era importante si es que eso significaba que podría beber algo.

Después de unos segundos y haber logrado poder mojar sus labios.

Con ayuda de sus manos los cuales apoyo en el piso. Se puso de pie y miró en donde se originó el lugar en donde le llegó ese líquido.

Tenía su rostro un poco sucio y con las gotas de agua que caían de su cabello, vio como una niña era regañada por sus padres.

Solo los miraba con una alegre sonrisa y decía una palabras algo alentadoras.

"Papá, mamá, quiero salvar a todas las personas. No quiero que nadie muera si puedo ayudar a que viva."

Inocente y dulces palabras que dijo la alegre niña a sus padres mientras que ella seguía siendo sermoneada.

Miró al niño, para luego mostrarle una sonrisa amigable.

Él únicamente recogió la botella de plástico y le dio la espalda sin antes decir una últimas palabras.

"Gracias. Gracias por eso."

Como si fuera parte de un sueño. Suspiro y siguió su camino mientras que llevaba la botella en su mano derecha.

Aún tenía un poco de agua y posiblemente lo este guardando luego.

Dentro de lo que parecía que era un restaurante.

Estaba una niña de risos dorados y un ojos verdes como si fueran esmeraldas.

Con una satisfactoria sonrisa y algo tranquila, estaba sentada junto a sus padres.

Un hombre de cabello marrón claro y ojos verdes, y su madre de cabello corto de color rubio y ojos azules.

Junto a ellos estaba el niño que de manera desesperada comía un plato bistec.

Los padres miraban al niño con algo de molestia porque pensaban que él se estaba aprovechando de su hija para poder conseguir algo que comer.

El ruido que hacia el niño hacia que los demás clientes se vean incómodos y rebajados por comer en el mismo lugar que él.

Para hacer que todo eso pare. El padre con una voz desafiante hizo que parará todo ese ruido.

"Bien. Parece que un pequeño como tú es capaz de lograr comer, pero deberías de tener modales por lo menos."

Como si no le importará lo que le dijo. El niño siguió comiendo mientras que le hablaban.

Esa acción molesto al padre y con fuerza golpeó la mesa.

"Cuando un adulto te habla ¡Es de mala educación no hacerle caso!."

Todos los presentes empezaron a murmurar por lo que acababa de hacer.

Con una voz tímida y asustada le respondió el niño a lo que le dijo el padre.

Pasando toda la comida que tenía en su boca, agachó la cabeza.

"Es de mala educación hablar con la boca llena. También es de mala educación rechazar lo que otros te dan, y por eso acepte para no ofender la buena voluntad de su hija."

La madre se estaba apuntó de estallar por la osadía que dijo el niño que parecía que se estaba burlando de su esposo.

En cambió a ella, su hija únicamente miraba con gracia al niño conversar con su padre.

- "Al parecer sabes algo de modales. Para que sepas, yo soy un doctor muy conocido por 3 estados del país y debes saber los motivos por el cual hago esto."

- "Existen diferentes tipos de doctores, sin contar que una persona cuando termina una carrera universitaria llega a tener doctorado ¿no es así?"

- "¡Q-que dijiste! Sabes de la existencia de los diferentes tipos de doctorados."

- "Sí, eso dicen los libros ¿no es así?."

"Mm, también se leer.?

- "¿¡Puedes leer!?

- "Es malo mentir."

El padre estaba muy sorprendido. Como si le hubiera caído un balde de agua fría sobre él por lo que acababa de escuchar.

La madre en su parte. Estaba aún molesta por lo irrespetuoso que estaba siendo el niño.

Tenía ganas de castigarlo con sus propias manos y humillarlo por las molestia que hacia en su viaje de turismo.

Llamando a una persona para pedir más comida, empezó a conversar con el niño con interés.

- "Es fascinante que alguien como tú sepa leer, y aún más a tú edad."

- "Desde hace año y medio aprendí a leer de un bibliotecario."

- "¿Qué edad dices que tienes...? ¿eh? ¿Cuál es tú nombre también?"

Parecía que las cosas habían pasado de una molesta discusión a una cálida conversación.

El padre tenía interés y parecía que quiera quería saber más sobre él niño.

- "T-tengo solamente 7 años, y nombre es Jur..., Julius, me llamo Julius."

- "Tan sólo 7 años y puedes sostener una conversación sin ninguna dificultad con un adulto. Eres algo muy difícil de encontrar Julius."

- "N-no es eso señor. Y-yo sólo, tengo que irme si soy una molestia."

- "Tonterías. No eres una molestia para mí, llámame Richard, mi esposa se llama Verónica y mi hija Saki de 9 años."

Al dar esa información. La madre, Verónica miró molesta a Richard dándole unas patadas debajo de la mesa.

"Ya es suficiente Richard. Sabes que esto es un pecado."

Las cosas habían cambiado nuevamente.

Como si se tratará de un sueño. Todas las personas habían desaparecido de un parpadeo, dejando únicamente a ellos.

La luz también fue afectada. De un celeste color, se tiñó a uno escarlata.

La pareja comenzó a discutir por Julius y que hacer con él.

Mientras que Richard decía que quería llevarlo para poder ver si tenía un potencial.

En parte de Verónica, sólo argumentaba que eso sería una gran deshonra para ellos y serían condenados por esa acción.

La discusión que tenían ambos. Hacían que Julius cerrará los ojos, y tapándose los oídos empezó a temblar por el miedo.

Por alguna razón. La figura de Richard y Verónica se iban transformando en siluetas que de gritaban entre si.

Aislado en una esquina. Intentaba esconderse y escapar de esa situación aquél niño que temblaba por el gran temor que tenía por los dos.

Todo el lugar se iba destruyendo y sumergiendo en una profunda oscuridad.

"E-esto no... por favor ayuda... ¡Ayúdame por favor!"

El niño estaba entrando en desesperación y como única cosa que podía hacer, era pedir ayuda para que alguien lo rescatara de esa situación.

Segundos y minutos pidiendo ayuda mientras que todo se enteraba en oscuridad.

Los gritos de discusión habían cesado, pero se seguían repitiendo los gritos en su cabeza.

Estaba completamente perdido en ese escenario sombrío.

Todo lo que había pasó ¿de verdad sucedió?

No tenía razón para escapar si no había alguna motivación alguna para eso.

Su cuerpo empezaba a sentirse frío y su respiración cada vez se dificultaba más y más.

"¿Este es... el final... o un nuevo comenzó?"

Sin algo que lo esperada si salía de esa situación. Únicamente cayó rendido en el suelo, y cerró los ojos lentamente.

Únicamente lo iluminaba una luz del cielo.

[Despierta de una vez. Aún tienes mucho que ver y seguir]

Una voz. Ya antes se había escuchado esa voz.

Era de una niña. No tenía ningún sentido que otra persona estuviera en ese lugar.

"No quiero seguir, sólo quiero acabar con todo esto de una vez. Este peso me come cada vez más y es más pesado."

Los pasos se empezaron a escuchar de la nada.

Era como si caminara sobre nieve y que le costaba trabajo llegar en donde estaba Julius.

[Si te rindes ¿Entonces quien crees que te esperará?]

La voz de la niña no se quería dar por vencido para dejar al niño solo a su suerte.

Quería seguir peleando hasta el final por él.

¿Por qué razón hace algo como eso?

No tenía sentido alguno que sientan preocupación con alguien como él.

"Ya debes saber que las personas piensan que estoy maldito."

Luego de eso. La niña dejó de hablar, pero los pisadas no dejaban de provocarse.

Cada vez era más fácil y claro de oírlo.

Ahora parecía que la nieve había desaparecido, y ahora caminaba sobre el piso.

La niña era la hija de Richard y Verónica que únicamente estaba mirándolo con una sonrisa.

Una de sus manos lo había colocado en la cabeza del niño, acariciando el cabello de Julius.

Saki se había sentado a su lado muy contenta.

"Ya es tiempo de regresar a la realidad. El tiempo en los sueños terminó."

Con eso dicho. Julius abrió los ojos y se encontraba tirado en el suelo con una mirada recaída y con algunas lágrimas en sus ojos.

Miro al cielo y vio como el tiempo había pasado.

Posiblemente ahora era más del medio día, siendo tal vez alrededor de las 3 de la tarde.

Su estómago gruñia de forma escandalosa y llamativa.

Tenía un fuerte dolor por la falta de comida, y tal vez aumentó por el sueño que tuvo.

Los labios resecos. Los mojó con lo poco húmedo que estaba su lengua.

Poniéndose de pie. Continuó su camino como si nada de eso hubiera pasado.

¿Qué significado tuvo aquél sueño?.

La pregunta se hizo a si mismo sin siquiera para a pensarlo más detenidamente.

Parte 6

El cielo se veía despejado sin alguna interrupción, a excepción de algunas aves y de las nubes.

Un espacio que era tranquilo y calmado se formó.

Un lugar que no había sido tocado por las manos humanas podía ser significado de tranquilidad.

Interrumpiendo ese cálido lugar. Un cristal estaba cayendo en picada.

Despedía un ligero y poco visible color rojizo.

Era el cristal que se estaba dirigido al sur del continente de América.

El impactó mirando la actitud de donde estaba cayendo y la velocidad que iba por segundo. Tal vez sólo provocaría daños menores al llegar a la corteza terrestre.

No se podía decir específicamente en que país caería, pero si se podía decir con exactitud que colisionaria en alguna parte de Suramérica.

Las opciones para elegir a una persona eran muchas, o tal vez ya lo haya decidido.

¿Qué eligira este cristal? ¿Un hombre o aún mujer?

Sólo en el momento de la colisión decidirá el destino del planeta.

Muy por debajo de aquel rojizo cristal, a unos cientos de kilómetros.

Julius estaba moviéndose con dificultad por el mirador turístico.

Las personas como era antes. Lo ignoraron y no perdían la oportunidad para burlarse o molestarle para divertirse.

- ¿Las acciones de ellos, acaso podían ser justificadas? ¿Estaba bien que un pequeño niño recibiera tal apto de despreció?

No había ni una sola persona que muestre alguna pizca de empatía por él.

"Todo lo que haces, es devuelto a ti."

El niño era consciente de lo que le pasaba con sus palabras.

Sus piernas empezaban a temblar por el sobre esfuerzo que tenía.

Parecía que nuevamente iba a caer al suelo y posiblemente no vaya a abrir otra vez los ojos.

Estaba llegando a su límite que podía soportar por la deshidratación y la falta de nutrientes.

Para un adulto era fácil soportar eso y seguir adelante, pero para un pequeño niño sería una tarea muy complicado.

Lo único que le quedaba era volverse a caer al suelo para descansar eternamente.

Cada paso era más difícil de controlar el balance de su peso.

Con tropiezo en el tobillo, perdió el equilibrio y comenzó a caer hacía delante.

Al sentir como su cuerpo se iba desplomando para delante. Únicamente cerró los ojos para mostrar un rostro completamente exhausto y fatigado.

En su mente pensaba decir algo como "Que manera tan común de terminar las cosas", pero en lugar de decir eso, únicamente dio un último suspiró.

Esperando que su cuerpo chocara con el fuerte suelo por última vez para terminar con todo eso.

Cuando estaba a solo unos pocos centímetros de impactar. Algo suave estaba sostenido la parte de su estómago para que evitará que lo golpeara.

Sin creer que alguien lo haya sostenido. Únicamente hizo una pregunta a todo eso.

"¿Porque razón me salvaste? ¿No tengo nada que le importe o le sirva?"

Sin moverse, continuó en esa posición para no mirar a la persona que lo estaba sujetando.

Se seguía cuestionando si lo hacia con buenas intenciones o tenía intereses de por medio sobre él.

La desconfianza le decía esperará el momento más conveniente para que intentará escapar con la poco energía que tenía.

Pero su cuerpo ya no tenía energía para continuar o siguiera hacer un movimiento defensivo.

"¿Acaso hay necesidad de por medio para salvar a un niño?"

"Me parece mejor idea hacerlo por voluntad que por obligación."

Esa voz era de un adolescente.

La persona que lo había salvado de terminar todo era un joven hombre no mayor de 18 años.

Julius al escuchar eso, por alguna razón extraña se sentía algo seguro y que podía confiar en él.

No podía explicar la razón del porque sentía eso por un desconocido.

Antes de decir otra cosa. Con dificultad intentó levantarse para de quien se trataba.

Al no tener la fuerza suficiente para lograrlo. Únicamente giro la cabeza para mirarlo.

Únicamente miro a un adolescente de aproximadamente 17 años.

Llevaba una bufanda rojiza alrededor de su cuello que cubría su boca.

Parecía que era una para que la usarán dos personas por el tamaño que tenía.

Tenía unos ojos negros brillantes, su cabello era negro que brillaba de forma muy leve y tenía un peinado lasio algo corto.

Su peinado era similar al de Julius teniendo la única diferencia que uno era un poco más brillozo que el otro.

Incluso se podría decir que eran hermanos por la similitud que tenían ambos.

- "Bueno niño ¿No tienes un poco de hambre?"

- "S-si... por favor."

- "Ya que soy el mayor, es mi deber ver por el bienestar de mi menor."

Sosteniendo en sus brazos a Julius. Lo cargo y lo llevo a su espalda para que lo pueda cargar con mayor facilidad.

Como era de esperarse, los murmullos no se hicieron de esperar para el adolescente que había ayudado a un "niño maldito".

Sin importarse en lo más mínimo lo que dijeran. Siguió caminando como si nada ocurriera.

Julius pudo observar que el adolescente llevaba puesto un abrigo rojo que le llegaba hasta sus piernas.

Era algo cálido ser cargado por ese chico y tranquilizador para el niño quien tenía algo de sueño por lo cómodo que era.

Podía ver como los extremos de la bufanda iban para atrás mientras escuchaba los latidos de su corazón.

También observó como las personas lo miraban con repugnancia a los dos.

Ocultando su rostro en el abrigo, cerró los ojos para luego bostezar.

Al abrirlos, vio como al frente de ambos había un grupo personas que pedían explicación por el cual salvo a ese niño de morir.

Tanto en las tiendas como en algunos restaurantes. Las personas salían para escuchar todo con sonrisas por ver lo que pasaba.

Sentía que por culpa suya. Ahora ese peso que llevaba consigo, también estaba siendo llevado por él.

Las cadenas que él arrastraba, hacían que el peso sea llevado por el adolescente que lo salvo.

Sabía que tenía que hacer algo para que todo eso parará.

Con timidez, intentó bajar de la espalda de él mientras intentaba decir algo.

"Esto... yo..."

Antes que logrará bajarse, con mayor fuerza fue sujetado que impedía que bajará.

Vio como él no bajaba la mirada y solo los miraba de forma desafiante.

"Ya pararon de quejarse. Si me disculpa, tengo que ir a comer algo ya antes de que llegue."

Siguió caminando pasando entre ellos como si no estuvieran en su camino.

Todos se sintieron humillados y molestos por ser ignorados por ese muchacho.

Antes de que se alejara más. Dijo una palabras para que únicamente ellos lo escucharán.

"Que valientes son todos ustedes por meterse con alguien más débil que ustedes."

"Da asco que una grupo de grandes osos salga a intentar cazar a un pequeño cachorro desprotegido. Hasta los animales tienen sus límites al momento de cazar sus presas."

Con eso dicho y hecho. Prosiguió a continuar junto con Julius.

Sin decir alguna palabra sobre eso. Se quedó completamente callado el resto del camino.

Pasó un rato. Y ahora estaban comiendo unos sándwich en una banca teniendo justo a un lado una bolsa.

Estaban en el mismo banco que había iniciado todo.

El aire hacia que las hojas del árbol sonarán mientras que la luz del sol bajaba.

Se sentía un ambiente tranquilo que únicamente se podría sentir en sueños.

Parecía que todo eso había acabado por ese día algo difícil.

Por fin un pequeño respiro de todo lo que pasó.

Comiendo de forma desesperada. Julius devoró su sándwich al igual que comenzó a beber rápidamente la botella de agua.

Al ver eso. El joven adolescente solo mostró en sus ojos, una expresión de alegría sin mostrar su boca o quitarse la bufanda.

"Veo que tienes mucha hambre pequeño."

Con algo de felicidad, sacó de la bolsa un pequeño contenedor de plástico que tenía adentró pollo frito para dárselo a Julius.

Este de forma inmediata, agradeció el gesto y con unos palillos chinos que estaban dentro, empezó a comer con prisa.

"Mi nombre es Julián."

Dijo el adolescente haciendo que Julius parará de comer como si ese nombre significará algo.

Pasando lo que tenía en su boca, agachó la cabeza y respondió.

"M-mi nombre es... Julius."

Algo avergonzado se oía su voz al momento de decirlo.

Por alguna razón, sentía que la tranquilidad había acabado en ese momento.

"Mm... Julius ¿no?. Y si mejor me dices tú verdadero nombre en vez de ese falso."

De forma impresionada. Los ojos del niño se ampliaron y volteo a mirar a Julián quien lo miraba con alegría y tranquilidad.

Tragando un poco de saliva, volvió a decir su nombre.

"Jurian... me llamo Jurian."

Ahora que sabían el nombre de cada uno. Ahora se podría decir que podían confiar en el otro.

Pero... por alguna razón, el hecho de que Julián supiera que 'Julius' era el nombre falso que usaba.

Hacia que Jurian se sintiera algo cauteloso con lo que tendría que decir.

No lograba explicar la razón por el cual él sabía que estaba mintiendo si recién se conocían.

Dando un bostezo algo exagerado, Julián lo hizo para hacer que Jurian dejará de tener esos pensamientos y llamar su atención.

Al hacer que perdiera el interés por lo que pensaba y ahora estaba prestando atención hacia el joven adolescente.

Jurian algo confundió por lo que había hecho él. Le comenzo a mirar sin apartar la mirada de encima del adolescente.

Al sentir que era observado por el niño de esa manera por lo que hizo. No le quedo de otra que decir lo que pensaba.

"Bueno. Eso es bastante cerca a lo que esperaba, así que lo aceptaré por el momento pequeño Jurian."

Diciendo eso. Julián se levantó de la banca y comenzó a unos caminar mientras que dejaba atrás a Jurian.

Parando para mirar un momento al cielo.

Dejo escapar unos murmullos como si supiera algo importante.

"Ya no falta mucho para el encuentro. Con saber lo que pasará, no puedo evitar tener recuerdos de ese momento en cuando yo lo obtuve."

Algo nublado estaba su vista en el momento que recordaba algo del pasado.

A la mente de Julián. Le llevo una imagen de él siendo un niño estando en su cuarto teniendo en sus manos un cristal rojizo que frotaba en sus manos.

Su apariencia era idéntica a la de Jurian.

Los ojos que tenía, estaban lleno de curiosidad y asombro, mientras que su rostro mostraba que estaba muy impresionado por lo que sobresalía en sus manos.

"Increíble, esto debe de ser un regaló de alguien. Espero lograr a conocer a la persona que me envió este obsequió."

Terminado de recordar el momento en el cuál tuvo en sus manos uno de esos cristales.

Giro a ver a Jurian para acercarse.

Las pisadas que daban, hacia saber lo tranquilo que estaba.

Acariciando la cabeza del niño. El joven adolescente lo miro con amabilidad para decirle una cosa.

"Jurian, si quieres continuar para adelanté debes de darte un objetivo que pienses que será un reto para ti cumplirlo. Eso es para no querer abandonar tus deseos de vivir."

Con eso. Se alejó del niño y se comenzó a ir.

Jurian se sentía confundido por las repentinas palabras que le dijo Julián.

En su mente pensaba decir "que significaba eso", pero en su lugar solo permaneció callado mientras que miraba como se iba.

Vio como movía la mano haciendo ver que se despedía de él.

Pero parecía que está no sería la última vez que se verían y muy pronto parecía que sus caminos se volverían a cruzar.

"Procura permanecer con vida hasta la próxima vez que nos encontremos."

Parte 7

La lluvia caía en una zona boscosa en donde había un pequeño río.

El cielo estaba nublado con una tonalidad gris en sus muebles, mientras que el río podía ver se que tenía una corriente tranquila.

El sonido de las gotas de agua golpeando las hojas de los árboles era algo que llamaba más la atención en ese ambiente.

Al igual manera. Cuando las gotas de lluvia caían dentro del río, rebotaba una menor cantidad de agua.

Pero había un ruido que no era del las gotas impactando en las hojas de los árboles o el río.

Era un sonido diferente a la de esas dos. Lo más cercano que se podía describir ese ruido era como si fuera un tronco.

Algo flotaba dentro del río. Era pequeño, no se podía decir que era un tronco por la forma que tenía.

Era mejor decir definirlo como un cuerpo flotando en ese río.

Por la apariencia que tenía se podía decir que era un niño no mayor de 7 años de edad.

Tenía una expresión vacía y pérdida mientras que miraba en el cielo.

Las gotas caían en todo su cuerpo y se delizaban para estar en el río sobre su mojada ropa.

El niño era Jurian quien estaba flotando en el río. Sobre su pecho algo de igual manera un objeto flotaba.

Emitía un ligero brillo rojizo. Era un pequeño cristal que estaba levitando sobre su pecho.

"Por que pasó todo esto."

"¿Cómo es que terminé de esta manera?"

Lo murmuro el niño mientras estaba mirando el cielo nublado.

................

Había pasado unos cuantos minutos desde que Julián había dejado a Jurian.

Estaba siguiendo caminado en los alrededores del lugar.

Se le veía algo despreocupado después de reponer sus energía.

No podía evitar pensar lo que le había dicho él antes de irse.

Le daba mucha vuelta al asunto. Era posible que nunca más se vean otra vez.

Dejando de pensarlo por el momento, suspiro mientras que continuaba caminando.

Sin mucha preocupación ya en su mente. Se pudo dar el respiro de relajarse temporalmente.

En el momento que lo hizo, no pudo evitar que le venga una imagen a la mente.

Era la silueta de lo que parecía que era de una que le pedía ayuda.

Su rostro se le puso pálido repentinamente y su respiración se le dificultó un poco.

Rápidamente sacó de uno de sus bolsillos el pequeño sacó de monedas.

Al mirarlo, se pudo tranquilizar un poco a lo que siguió caminando.

"Baje la guardia, deje que otra vez 'eso' volviera."

Mirando al suelo después de eso. Vio como la luz se había entornado de un color carmesí.

Levantando la mirada, observó como todas la personas miraban el cielo con terror.

Por la curiosidad de saber el porque. También lo miro para saber la razón de sus expresiones.

El cielo y las nubes estaban de un color rojo en la zona.

Parecia como si hubiera sido el inició para el fin del mundo.

Las personas de forma desesperada gritaban y corrían lo más lejos que podían.

No dejaban de gritar "llegó el fin de este mundo", "Dios ya comenzará el apocalipsis" o "la humanidad morirá ahora para separar a los malos de los buenos"

Se podía decir que en parte es el fin del mundo porque el cielo tiene un color similar a la sangre.

Pero pocos se daban cuenta que lo que provocaba ese color era una especie de meteorito que estaba cayendo.

Mientras que unos se iban del lugar lo más rápido que podían, otros buscaron refugiarse dentro de unos de las tiendas o restaurantes.

Por parte del niño. Optó por la segunda opción ya que le sería imposible para él, alejarse antes de que ese meteorito llegue a impactar.

En los intentos para buscar un lugar para refugiarse. Vio como las personas se desesperado, se empujaban los unos a los otros.

Ya todos se dieron cuenta que escapar sería algo imposible para todos.

En todos los lugares que Jurian intentaba entrar con miedo para protegerse, era obligado a dejarlo por todos.

No dejaban de repetirle 'estaba estaba maldito, y que posiblemente él es el culpable de eso'

Toda la responsabilidad de lo que estaba pasando se la dieron a él.

El tiempo se agotaba y ya no quedaba muchos lugares para refugiarse.

El sonido se escuchó más fuerte a medida que pasaba el tiempo.

Solo quedaban unas cuantas personas que aún no encontraban un lugar para ponerse a salvo, eso también incluía al niño.

Uno de ellos se dio cuenta de una cosa curiosa.

Aquel meteorito se movía de forma mínima para cambiar su punto de impactó.

Era como si fuera a golpear a cierta persona cuando llegue a impactar.

Un hombre robusto el cuál estaba pensando eso lo más rápido que podía para buscar una forma de salvar su pellejo.

Aunque era una tarea suicida. Vio que entre todos los que se movían y los cambios de ángulo que había el meteorito.

Pudo llegar a la conclusión que era una de las 4 personas que aún no estaban bajo techo.

Faltaba por lo mínimo un minuto para que sea momento de que se estrelle.

Por la desesperación. Dio un fuerte grito para hacer que los cuatro se queden quieto.

"¡Paren de una vez todos! Encontré una forma para salir de esto vivo."

Sin ninguna objeción, los cuatros esperaron las indicaciones del robusto hombre.

Dando un respiro para mantener la calma, continuó hablando lo más rápido que pudo.

"¡Todos separence 25 metros de los demás! ¡RÁPIDO!"

Sin ninguna queja y los apurado posible. Formaron una 'X' con dudas del porque tenían que hacerlo.

En el momento en que estaba formado. Rápidamente miro al meteorito para ver a quien exactamente se dirigía.

El ángulo había cambiado y apuntaba su punto de choque a cierta persona.

Dando un parpadeo. El hombre robusto ya sabía que tenía que tenía que hacer, y tenía muchas ansias de hacerlo.

"Así que eras tú el culpable."

Corrió lo más rápido que pudo hacía unos de los 4 que estaban formando la 'X'.

Todos se quedaron sorprendidos ante la repentina acción que tomó.

Uno de ellos había sido golpeado y llevado entre los brazos de ese hombre.

El elegido por él fue un niño. Era Jurian el cuál había sido el causante de que ese meteorito este por impactar en ese lugar.

"¿P-porque hace esto?"

De forma desesperada lo decía el niño mientras que intentaba zafarse de los brazos de él.

Hacía todo lo que podía con su fuerza para intentar liberarse entre golpes y patadas.

El únicamente respondió su pregunta sin vacilar en sus palabras.

"Lo hago ya que eres el culpable de que este se quiera estrellar aquí."

"Tu tienes la culpa de que esa cosa este a punto de jodernos estas vacaciones."

Jurian sin palabras para contradecir eso. Continuó peleando para que sea soltado.

En unos segundos de rindió por la fuerza que estaba siendo agarrado.

Únicamente solo vio para que lugar estaba siendo llevado por él.

Mi mirar a donde se dirigían. Se quedó petrificado e impactado.

Ahora con mayor desesperación intentaba escapar de sus brazos. Golpeaba y pateaba con más intensidad, e incluso comenzó a morderlo por el miedo que tenía.

"D-déjame ir. Por favor déjame ir de una vez."

Suplicaba para que lo dejará ir de una vez.

Todo eso fue en vano para ese momento. Habían llegado al lugar en donde el hombre robusto tenía pensado terminar todo eso.

Con una mano tenía sostenido del cuello a Jurian sobre uno de los límites del mirador del cañón turístico.

Ahora el niño con sus manos y piernas se sostenía lo más que podía de su brazo.

El tiempo se agotaba para que el meteorito llega a impactar. Solo eran unos cuantos segundos separaban del destinó del niño y los demás.

Todo se reducía en una simple acción para que todo eso terminé.

- "P-por favor, no me quiero caer. N-no me mates."

- "Es tu vida o la de cientos de personas."

"Acaso alguna persona de aquí extrañaría a una mierda como tu. Solo eres un niño maldito."

- "Y-yo no quiero morir... t-tengo el mismo derecho de vivir al igual de todos... ustedes."

Aquellas palabras molestaron al hombre robusto a decir que ambos tienen los mismos derechos.

Con fuerza de su otra mano. Dio un fuerte golpe a la cabeza del niño para que haga menos resistencia.

El golpe hizo que la nariz de Jurian comenzará a sangrar. Pero aún seguía sujetando se fuertemente de él.

Con desesperación comenzó a seguir golpeandolo para que lo soltara, ya que se estaba acababa el tiempo.

"¡M-maldito chiquillo bastardo! ¡Sueltame de una jodida vez!"

Entre los forsejear y golpes que daba el hombre robusto para que el niño lo soltara.

Con el brazo que Jurian se estaba aferrando para no caerse. Con violencia lo golpeó al suelo, haciendo que el cuerpo del niño reciba el daño de impactó.

El niño había dejado de resistirse y únicamente respiraba.

En el suelo en donde había sido golpeado había una huella de sangre y las cosas seguían cayendo.

Le había hecho con el golpe del impacto contra el suelo, que se rompiera una de sus venas y ahora estaba sangrando por la cabeza.

Ahora sin dificultad alguna. Como si se tratará de basura, lo arrojó dentro del cañón.

Dando unas últimas palabras mientras que lo miraba caer.

"Es mejor que la basura desaparezca, luego me encargaré de buscar a tu hermano mayor y le haré lo mismo para que se reúnan."

En el aire iba cayendo el niño en el abismo que estaba dentro del cañón.

La sangre que salía por su cabeza salía a flote mientras que su cuerpo seguía cayendo.

El cielo carmesí volvió a ser de un color celeste. Se mostró un cristal rojo que había sido el causante de que el cielo se hubiera visto de ese color.

Como dijo el hombre robusto, el cristal rojizo entró de cañón siguiendo al desangrado Jurian.

Abriendo sus ojos con algo de dificultad para ver el lugar en donde había sido lanzado.

Vio como su sangre salía de él y se elevaba dejándolo caer más rápido por la diferencia de peso.

"Así que... este es el final, ¿no es así? Supongo que todo esto acabo de la forma más justa posible."

Antes de que volviera a cerrar los ojos, vio como un pequeño brillo rojo se reflejaba a sus ojos.

Cerrando sus ojos por completo, entrando a un oscuro mundo.

Una voz de una niña se escuchó cuando decidió darse por vencido para aceptar aquel destinó.

[Este no es el final. Las cosas no hacen nada más que comenzar.]

Un fuerte ruido se escuchó. Era el de un chapuzón, el cuerpo debilitado de Jurian había caído dentro un río.

...............

Terminó de recordar como hace un tiempo había acabado en esa situación.

No pudo evitar sentirse triste y frustrado por las palabras que le dijo.

Presionó fuertemente sus dientes para luego dar un fuerte grito por lo que le habían.

Luego de eso, comenzó a botar un poco de agua de la boca y la nariz.

La herida que tenía en su cabeza producto del golpe, había dejado entrar agua y ahora estaba dejando en estado crítico las posiblidades de vivir.

"¿Esto solo es el inició? Que gran mentira escuche, incluso en este estado sigo creyendo en fantasías."

"Ya mataron mi niñez sin importarles el dolor que sentiría."

Cerrando los ojos. Empezó a esperar que cosa definiría su pasado después de eso.

Parte 8

La lluvia había parado y ahora la fuerza del río había aumentado su violencia.

La salvaje fuerza con la que golpeaba el agua, era capaz de destrozar un tablón de madera.

Por suerte. El niño ya no se encontraba dentro del río, ahora estaba caminando dentro de un sendero que había encontrado en ese bosque.

Había llegado hace unos minutos a una orilla donde lo dejo el río, y ahora se encontraba buscando un lugar para refugiarse para pasar la noche.

En el trayecto encontró un sendero para dirigirse en donde había civilización.

Seguía botando poco a poco el agua de su boca que aún había dentro de sus pulmones.

Estaba encapuchado para cubrir la herida de su cabeza para evitar que se infecte por el aire.

En su mano estaba flotando el cristal rojizo que le estaba sirviendo como linterna.

Ya había pasado un tiempo desde que iba caminado y estaba empezando anochecer.

El crepúsculo había aparecido para tomar dominio del cielo para dar inició a la noche.

En parte de Jurian. Con dificultad y tambaleos seguía con su húmeda ropa.

Por el frío que tenía por su ropa húmeda más el aire que había las cosas más complicada. Término ganando un resfriado.

No paraba de estornudar y por eso. Su temperatura corporal había aumentado para mantener su calor.

Lástima que eso únicamente hizo que las cosas empeorará para él.

"Vaya suerte que tengo, achis."

"Mi temperatura corporal esta habiendo que este al filo de tener hipotermia, también la pérdida de sangre hace que mi visión sea mala, y para empeorar las cosas, esta gripe me terminará matando, achis."

Recopilación de información sobre Jurian.

Niño de 7 años de edad, sabe leer y tener conversaciones con personas, es tímido y asustadizo por las personas, y es capaz de saber la situación crítica en la que se encuentra.

Resultado sobre él. Es un niño anormal que es huérfano, es considerado un niño maldito por rehusarse a vivir en un orfanato y tiene un trauma que lo atormenta de vez en cuando.

Las cosas ya no se podían poner más difíciles para él ¿no?

El cristal que estaba en su mano había dejado dejado de brillar y ahora únicamente frotaba sobre su mano.

Aparentemente la suerte que tenía en esos momentos era muy mala.

Para complicarle más las cosas, ahora una fuerte corriente de aire había aparecido.

Su cuerpo ya había llegado a su límite por segunda vez ese día.

El frío ya era más que suficiente para acabar con él, en el momento cuando ya deje de pelear será su fin.

Cayendo de rodillas empezaron a ceder habiendo que cayera de cara contra el suelo.

Con la caída, dejo escapar más agua de su boca de lo que parecía era todo lo que estaba dentro de sus pulmones.

El lado positivo de eso era que ahora podía respirar con más facilidad.

"Así que ya no tengo esa molesta agua en mis pulmones. Que malo que ahora tengo sed."

Ya estaba muy exhausto por todo. Sería mejor rendirse por ese momento y continuar con eso mañana si es que aún podía moverse.

Dando un bostezo. Miro como entre los árboles habían algunas siluetas que parecían que eran de algunos animales silvestres.

Estaba echado boca abajo y soportando el fuerte frío que estaba pasando por el lugar.

Posibilidades que pase esa noche con vida era muy baja, y como si eso no fuera suficiente. Ahora había vuelto a sangrar por la cabeza que le causaba un pequeño ardor.

Ya esto le estaba molestando mucho a Jurian, suplicó que todo eso ya parará de una vez.

"Ya termina con este sufrimiento, por favor."

Eso hizo que su cristal volviera a brillar para iluminar nuevamente el sendero.

Con eso visto. Jurian pensó decir "como que niño maldito si que no va mal con mi suerte.", pero el lugar de eso dijo - ¡no soy un masoquista!.

En el momento que dijo eso. La corriente de aire empeoró y aumento el frío.

La fuerza fue tanta que elevó al niño sin ninguna dificultad, y lo caso volando del lugar.

Estaba en el oscuro cielo a la altura de las nubes.

Podía ver todo el lugar desde ese lugar. Estaba algo sorprendido y a la vez aterrado.

Uno porque era algo que posiblemente pocos puedan ver por cuenta propia. Y la segunda era porque la caída lo mataría de seguro.

Viento toda la suerte que tuvo ese día. Ya lo estaba comenzando a tomar con algo de gracia todo eso que hablo con sarcasmo.

"A este punto. Me hubiera gustado seguir frotando en el río."

Como si se tratará de papel. La corriente de aire se lo llevo a un lugar distinto.

Parecía que todo lo que le estaba pasando lo estaba rompiendo de alguna manera su estabilidad mental.

Posiblemente ya se había dado cuenta de que todo eso lo hizo un poco más sarcástico.

La fuerza que lo arrastraba era tanta que hizo que su capucha se vaya para atrás. Ahora su cabello era mostrado.

No se preguntaba a donde estaba siendo llevado ya que eso ya le daba igual.

Al no tener nada más que hacer aparte de esperar. Decidió ignorar todo eso.

Un sonido resono dentro de unos de sus bolsillos que lo hizo reaccionar.

Era el saco de monedas que lo hizo volver en si mismo.

"P-perdón. Lamento olvidar todo eso."

Había regresado a lo que era antes, ahora buscaba una forma de salir de eso bien.

Bajando el cierre de su casaca. Reveló que tenía un polo blanco manga larga.

Las partes de las mangas de la casaca lo amarró en su cintura y con el otro extremo lo sujeto con sus manos.

En el proceso. El saco de monedas lo había guardado en uno de los bolsillos de su pantalón para no perderlo.

Había puesto aprueba todo el conocimiento que tenía en su mente para hacer un planeador improvisado.

Ya era tiempo de probar si lo que había leído le serviría para escapar de esa situación con vida.

"Gracias por todo."

Dándose la vuelta para que el aire lo impulse fuera de la corriente. Hizo que el espacio suelto de su casaca pasará el aire para escapar.

El fuerte impacto del aire lo expulsó de la corriente dejándolo a su suerte.

Ahora se encontraba libre de buscar el lugar en donde caería mientras que planeaba por el cielo.

Pero no contó que una sub corriente ahora lo dirigiría.

Era mejor que nada ya que ahora estaba seguro que podría aterrizará en el suelo.

"Esto lo decidirá si vivo o no. Daré hasta mi último esfuerzo para no decepcionar las enseñanzas y el tiempo que tomaste para educarme."

Estaba determinado que haría hasta lo imposible para ganar ese reto.

Sus brazos estaban cansados y lo único que le daba fuerza era un recuerdo de una biblioteca y el saco que tenía en su bolsillo.

También la luz que le brindaba el cristal rojizo que estaba en su espalda para iluminar en donde se dirigía.

Era un plan con pocas posibilidades de éxito, pero por el momento todo le estaba yendo bien.

Pasaron unos cuantos minutos planeando por el cielo con la ayuda de la sub corriente.

Estaba convencido que ya había pasado lo peor ya que estaba cerca de caer en una montaña.

"Falta poco para que todo este esfuerzo rinda sus frutos."

Solo faltaba unos cuantos metros para que todo termine y puedo por fin dormir.

A punto de entrar en contacto con la montaña. Se dio cuenta que eso fue un error que le costaría muy caro.

Sus pies atravesaron la montaña e hizo que perdiera la concentración.

"R-rayos."

Sus manos soltaron los extremos de la casaca y el planeador improvisado dejo de funcionar.

Todo su cuerpo había entrado adentró y ahora estaba en una caída libre.

Había algo familiar dentro de esa montaña que se le hacía difícil de visualizar, si no fuera preocupación de salir vivo de esa situación.

Un fuerte impactó recibió al golpear el suelo.

Su cabeza estaba ensangrentada y comenzó a manchar su frente.

Un charco de sangre se estaba formando en el suelo tiñendo de rojo su polo blanco.

"Tan cerca... y a la vez tan lejos... perdóname por favor... lamentó mucho no poder salir de esto con vida... disculpa no hacer sido capaz de ayudarte."

Su boca empezó a escupir sangre mientras que sus pulmones se empezaban ahogar.

Tenía diversas fracturas en sus huesos y destrozado algunos órganos.

Era posible que ese fuera su final. Ya la respiración se le dificultaba que se empezó a quedar sin aire.

Ya parecía que su final había sido escrita. No tenía caso intentar hacer algo que no estaba al alcance de sus manos.

[¿Te rendiras ahora? No tienes remedio, te tendré que salvar para que esto de inicio.]

Era una voz familiar. La voz de niña lo habia escuchado antes muchas veces.

Un dolor insoportable se empezó a manifestar dentro de su cuerpo.

Hizo que Jurian gritara de forma desesperada como si lo estuvieran cocinando vivo.

Sentía como si todos sus órganos explotaran dentro de su cuerpo, sus huesos se rompieran al mismo tiempo y su piel se despellejara.

Era tan insoportable que la muerte era deseada para acabar con toda ese agonizante momento.

La sangre salía con más intensidad y su boca botaba más de su sangre.

"¡MATAME! Que alguien me mate por favor, !Me muero, terminen con todo esto por favor!."

Era tanto el dolor que sentía que empezó a sacar espuma de la boca.

Se estaba quebrando tanto su cuerpo como su estabilidad mental.

No dejaba de gritar del sufrimiento que empezó a distorsionar la realidad.

Después de eso. Sintió como su cerebro había explotado y dejo de responder.

Había caído inconciente de ese agonizante dolor que aún recordaba.

Lentamente empezó a cerrar los ojos para terminar de sufrir.

Ante su mirada. Pudo ver como una persona se acercaba a él para socorrerlo.

Pudo escuchar las pisadas que se acercaban donde estaba.

Un último sonido escuchó antes de desconectarse de la realidad.

"Tranquilo niño. No te dejaré morir, solo resiste."

Parte 9

Una silueta estaba caminando en un pastizal como si estuviera buscando algo.

Era de una niña la que estaba buscando por todos lados.

El resonar de los pájaros se escuchaba para hacer que se calmara las cosas.

En el pastizal había una colina en donde estaba un árbol en la cima.

Hay se encontraba un niño que estaba con algunos libros a su costado.

Estaba en sus manos un libro que no parecía que era infantil.

Estaba muy concentrado en la lectura que no percibía lo demás en su alrededor.

Ya la silueta del niño era reconocible. Se trataba de Jurian quien no dejaba de leer por mucho que el clima sea ideal para jugar.

Solo se quedaba en la sombra del árbol para seguir disfrutando de los libros.

"Mm... así que todo esto es lo que las anteriores anteriores generaciones nos dejaron. Es un gran regalo que hayan dejado todo está información para que podamos saber las cosas."

Estando descuidado. Alguien le había jalado los pies y lo arrastro afuera de la sombra del árbol.

Dejando escapar un sonido al ser arrastrado. Soltó el libro, para ver de quien se trataba.

Una silueta de una niña estaba sobre de el como si estuvieran jugando a las vencidas.

"Jaja. Te gané nuevamente a las vencidas, Jurian."

Su voz era animada y alegré cuando lo decía.

En parte de Jurian. Se sentía algo fastidiado porque no le dejo terminar de leer.

- "Deberías de dejar de hacer trampa y ganarme por sorpresa."

- "Eso es porque desde que aprendiste a leer ya no quieres jugar conmigo, Jurian."

- "Ya sabes que esto es necesario para nuestro futuro que nos será muy útil. Y no me llamo de esa manera."

- "Eres muy aburrido ahora. Debes de tener en también tiempo para jugar o te arrepentirás luego, y Jurian es Jurian."

- "Solo te distraes porque sabes leer de mejor manera y eres más sociable que yo."

- "¡Aburrido! Y si mejor te concentras más en la diversión y luego en lo demás."

- "Ni hablar. Puede que seamos niños, pero no somos como ellos que lo tienen fácil. También debemos de dar nuestro mejor esfuerzo para cuando seamos mayores."

- "Si si capitán lector. Mañana papá nos tomará pruebas para ver que tanto hemos mejorado."

- "Si. Tal vez ganes tu ya que los tontos son los que mayor suerte tienen en las cosas."

- "Me estás llamando tonta. Ahora verás Jurian."

- "Jaja. Ya basta, no soporto las cosquillas."

- "Debiste pensarlo antes de decir eso, cuchi cuchi."

- "No importa quien gane. Mientras que estemos juntos hagamos que papá se sienta orgullosos de nosotros para que nos siga criando."

- "Admiras mucho a papá. Yo también lo quiero mucho, pero admiro más a cierta persona que está justo a mi lado."

- "¿Al protagonista de los super amigos?"

- "Le diste justo en el blanco."

- "El ni siquiera esta aquí. Deberías de decir mejor las cosas."

- "Para mi siempre está a nuestro lado. Deberías de ser más como él y tratar de ser menos preocupado."

- "De acuerdo. Cuando papá este orgulloso de nosotros ver volveremos a jugar como antes."

- "Bien. Muchas gracias, Jurian."

- "Solo procura estudiar y dar lo mejor para que avancemos juntos."

Un hermoso sueño que tuvo después de todo lo malo o ¿fue un recuerdo?

Se despertó de golpe después de tener eso en mente.

Su respiración estaba muy agitada y estaba empapado de sudor.

Partes de su cuerpo se encontraban vendados.

Estaba sobre una camilla por alguna razón.

No tenía algún sentido para el niño que este en esos cuidados.

Ninguna persona se preocuparía y darle esos cuidados para recuperarse, a excepción de una persona que conoció.

Contento pensó que se trataba de esa persona. Estaba con muchas ansias por abrazarlo.

"Debe tratarse de él sin ninguna duda. Eres tu papá."

Al girar la cabeza se llevó una gran desilusión. No era a la persona a la cual es llamaba papá.

Era una persona completamente diferente a la que tenía en mente. Tenía el mismo género pero no era él por mucho que lo deseará.

Solo era un hombre con lentes que llevaba bata de laboratorio que estaba sentado en una silla.

Sostenía una tableta táctil en sus manos revisando algunas cosas.

"Parece que ya despertaste niño. Bien, creo que es tiempo de que comas algo para que puedas recuperar toda la sangre que perdiste ayer."

Parecía que era un hombre calmado por la apariencia que tenía y la forma en la que hablaba.

Aparentemente era algún tipo de médico que se preocupaba por el bienestar del niño después de verlo en ese estado a noche.

"También es sorprendente que hayas pasado la noche sin perder la vida."

Ya parecía que era algo que no podía creer y le traía una mala idea en como terminaría esto.

Destapandose la sabana que lo cubría. Se dispuso a ponerse de pie a pesar de sus heridas.

Pero algo de eso le llamo la atención y curiosidad. No sentía dolor alguno y parecía como todas sus heridas que había sentido hubiera desparecido por completo.

¿Quien era ese sujeto que hizo un buen trabajo para curarlo bien?

Sentía como si todo lo que había sufrido y el agonizante dolor que recibió anoche, nunca hubiera sucedido y se hubiera tratado de una pesadilla.

Tenía las intenciones de quitarse las vendas para comprobar si en su cuerpo tenía cicatrices y verificar si lo que pasó ayer fue real.

Pero antes de que intentará hacer eso, el joven médico hablo para detenerlo.

"Si piensas que todo lo que pasó ayer fue un sueño, te equivocas."

"Tu estabas al borde de la muerte que era casi imposible salvarte la vida. Incluso pensé en darte una muerte rápida si era imposible para mi hacerte pasar esa agonía."

Las palabras que uso, hizo que ahora se sienta desconfiado si en verdad puede confiar en él.

Intentando agradecer todo lo que pasó para curarlo, no pudo evitar ponerse nervioso por el miedo que tenía.

"G-gracias... p-por todo... s-s-señor."

Prefiero actuar normal para que pueda permanecer más cómodo.

Y de esa forma no levantar sospechas de él y como llegó a ese lugar.

Viendo que no diría nada más, el joven médico con tranquilidad miro al niño y le mostró su tableta para que contestará unas preguntas.

"Échale una mirada a eso. De seguro sabes leer si lograste hacer un planeador improvisado con tu casaca, y también algo curioso de que hayas creado sus sin nada."

"Por la muestra de sangre que derramaste afuera, veo que es muy valiosa y que era muy arriesgado para tu salud que te diera la mía."

Parecía que lo tenía acorralado. No solo sabía de la capacidad mental que tenía, sino que también algo que él no sabía por completo.

"Tu eres uno de las escasas personas que tienen sangre dorada. Deberías de tener más cuidado al momento de sangrar de esa manera ya que es muy dif��cil conseguir ese mismo tipo de sangre y peor si es para un niño maldito como lo llaman ellos a los huérfanos rebeldes."

Lo dejo en jaque con esa simple jugada de información.

Sabía cosas de él en solo poco tiempo

Tenía que pensar algo rápido para escapar de él de forma efectiva.

Un sonido se escuchó dentro de su cerebro. Era como una pequeña corriente eléctrica que lo había golpeado repentinamente, que hizo algo que no esperaba.

Cientos de imágenes aparecían de la nada en su cabeza.

Era una liberación de información sorprendente.

Podía sentir como si su cabeza fuera a explotar por todo lo que le llegaba.

Luego de todas esas cientos de imágenes que llegaron de un parpadeo.

Todas desaparecieron y un silencio inundó su mente.

Después de todo eso, comenzó a sacudirse y gritar lo más fuerte que pudo por el shock que sintió.

Su estabilidad mental estaba al borde del colapsó por esos recuerdos.

Lo tenía muy atormentado las miles de imágenes que llegaron a él de la nada.

Sentía como si su cerebro hubiera estado a punto de explotar por todo eso.

¿Eso le pertenecía a él o a otra persona?

Estaba descontrolado que hacia temblar la camilla junto con su cuerpo.

Un débil golpe lo tocó en su nuca de manera instantánea.

Aquél joven médico fue el causante y como consecuencia, Jurian cayó inconciente por el golpe.

Con sus ojos llorosos recordó una imagen de un hombre sentado en el escritorio de una biblioteca.

Llevaba lentes y sostenía un libro.

Como si se tratará de su primera vez expresando una emoción.

Sonrió contento por terminar de leer un párrafo del libro.

"Buen hecho Jurian, por fin empezaste a comprender la lectura."

Eso era lo último que quería recordar si ese era su final.

La sonrisa de la persona a la que él consideraba un padre, aunque no estén vinculados de forma sanguínea.

La única persona que no lo discrimino por ser llamado 'niño maldito' y en lugar de eso, decidió brindarle educación.

Mientras cerraba los ojos, pronunció unas últimas palabras con tristeza.

"Te extraño... papá... quiero volver contigo... y que me perdones."

Antes de que cayera. El joven medico sostuvo con fuerza al niño para que no se golpeara.

Ya no quería permitir que se siga lastimando sin ninguna razón.

Únicamente lo recosto en la camilla con delicadeza y con una sonrisa le acaricia la frente.

"Tranquilo, ya no sufras más. Puedes llorar todo lo que quieras, yo estaré ahora contigo."

Dicho eso, se fue de la habitación y dejo atrás el niño.

Revisando la tableta miro las opciones que la información del niño.

Únicamente precioso una parte de la pantalla y reescribió una parte.

En lugar de 'niño maldito' ahora estaba 'niño huérfano'.

"Si que la raza humana son muy despreciables en estos días."