La maldita luz me tenía harta, hasta el momento ya era como si un fuego abrasador golpeara mi cara siendo una clara burla de mis fracasos.
Antes de volver a caerme de la cama logré sujetarme de la cabecera con fuerza, por lo menos ya no me dolería el maldito golpe de las mañanas, pero el molesto mareo se presentó durante un momento con una mayor intensidad que las veces anteriores, intente aprovechar esos segundos para idear un mejor plan de lo que haría el día de hoy, las próximas horas debo planearlas a la perfección. Ahorre el máximo de tiempo que pude y baje rápidamente, esta vez iría sola, seguramente Zack estaría acechando desde cerca como las otras veces, solo que ahora no permitiría que nadie saliera herido, no me importaba tener que herirlo.
Al igual que la vez anterior, mi padre estaba calentando el agua del hervidor, casi podía percibir cómo las lágrimas amenazaban con salir disparadas de mis ojos al recordar las imágenes de lo que era su cabeza sangrante, pero como pude me aguante las ganas de llorar y solamente abrace a mi padre.
— ¡Wow! Parece que alguien se levantó con un muy buen humor…! —dijo, inocente de todo lo que me aquejaba— ¿Cómo dormiste Lyra?
— Bien… ¡Bastante bien! —conteste dándole una sonrisa despreocupada y alejándome de él— Em... Podría prestarme su auto, olvide comprar unas cosas ayer y pensaba en ir a comprarlas antes de salir.
— Aún no tienes tu licencia… —por su expresión llegue a pensar que no me dejaría, pero unos segundos después se mostró más relajado— Las llaves están en el mueble de la entrada, ve con mucho cuidado y rápido, ¿entendido?
— Lo haré, ¡volveré rápido! —exclamé saliendo con prisa del lugar.
Esta vez no dejaría que hubiera ningún error, llevaba un poco de efectivo y mis tarjetas, además escondido en mi bolsillo tenía un cúter, para cualquier emergencia, osea, en caso de que las cosas se pusieran difíciles con Zack. Las anteriores veces tuve suerte de poder escapar medianamente de él, sabía que su fuerza era mayor a la mía, pero yo solamente debía ser más lista y sabría que podría ganarle.
Al llegar al semáforo que todos las veces se volvió rojo para mí padre este estaba se había vuelto verde para mi, presentí que era una buena señal, que tenía tiempo de sobra, esta vez lo haría todo a tiempo. Lo primero que haría sería sacar dinero del banco, después me iría hacia la farmacia para comprar los medicamentos, volver con mi familia mientras buscaba una excusa para largarnos lo más pronto posible y buscar un refugio de esas criaturas.
De momento no había ni una señal de Zack, mi enemigo número 1 además de los cazadores, aun así el ambiente no se sentía del todo tranquilo, necesitaba estar alerta en todo momento. Me baje asegurando totalmente el auto, si esta vez él se subía los asientos traseros sería demasiado bochornoso, pero por lo menos esta vez sabía que solo necesitaba morir de cualquier manera para poder, había solo unas dos personas en los cajeros, mucho menos de lo que había en las anteriores veces. Cuando por fin fue mi turno me dispuse a sacar una cifra suficiente como para poder incluso comprar medicinas de sobra o algún alojamiento por si no llegáramos a casa a tiempo, mientras que hacia el retiro rápido, alterne un momento mi mirada al reloj en la pared, quedaban alrededor de 40 minutos para que los cazadores comenzarán a atacar, pero cuando me di la vuelta para salir Zack ya se encontraba frente a mi, al principio fingí demencia y me hice a un lado para continuar con mi camino, pero el me sujeto firmemente mi brazo.
— Oye, tu, no se quien seas pero suéltame! —exclame de manera firme y fuerte tanto como para atraer la atención de los guardias.
— Necesito que vengas conmigo… guarda silencio —habló intentando calmarme.
— Lo siento Zack, pero cómo dije antes no iré contigo a ningún lado… —murmure retorciéndome de su agarre— OFICIALES! ¡Ayuda! Este tipo intenta robarme!!
— Lyra-!! —intento callarme pero los oficiales ya se habían acercado.
— ¡Señor! ¡Suelte a la señorita de inmediato y póngase contra la pared! —ordenaron amenazantes de sacar sus armas.
— Esta me la pagaras… —susurro enfadado, se lo merece.
— Me la debías maldito asesino… —dije a su nivel, su expresión se hizo aún más expresiva de su ira y comenzó a apretar más mi muñeca— ¡Ayúdenme, por favor…!
De la nada le dieron descargas eléctricas y lo inmovilizaron en el suelo, aproveche ese momento para salir corriendo al auto y me fue directamente a la farmacia, algunos me juzgaran como que jugué muy sucio, pero de verdad tenía tantas ganas de desquitarme con él por lo que había hecho. La imagen de mi padre con la cabeza partida en dos no se iría fácilmente de mi mente, pero esas imágenes eran las que me daban la fuerza y motivación para esta vez hacer las cosas de la manera correcta. La compra fue rápida y sin más incidentes, de vuelta a casa evite totalmente los caminos cercanos al banco y las calles con semáforos, eso me hizo ahorrar un par de minutos para mi alivio. Los niños ya habían desayunado al igual que papá y Esteban, me alivio de saber que así podríamos salir rápido, con todo el asunto de Zack no me encontraba ni con ganas de comer. Lo único que faltaba era lograr irnos antes de que los cazadores aparecieran.
— Hey, ¿cómo te fue? —preguntó Eban dándome una taza de té en cuanto entre a casa.
— Bien, pero… —cómo podría hacer que huyéramos a tiempo era lo único que me preocupaba— El pueblo estaba un poco raro…
— Lyra, la verdad yo… —hablo solo por unos momentos antes de ser interrumpido por nuestro padre.
— Chicos, hubo unos problemas y tendremos que volver a casa...—comunicó al entrar a la cocina.
No dijimos nada más y en el momento empacamos todo, no me esperaba que fuera tan fácil, quizás si podríamos escapar con éxito, era lo que más quería. Los niños no estarían tan contentos de volver a casa, sin embargo decidimos no decirles nada de cual era nuestro nuevo destino. Esteban fue el copiloto, lo cual era un poco raro en presencia de Marcus, pero al parecer no le mostró importancia y solo siguió jugando con Lizeth. Me sentía tan feliz, por fin podríamos alejarnos de todas las rarezas con las que me había encontrado, anhelaba poder olvidar todas esas frívolas escenas y ese troglodita de Zack. Por momentos me apenaba lo que le había hecho pero cuando recordaba lo que él hizo, la pena se iba y solo podía pensar en que se lo merecía.
Estaba medianamente cansada, sospechaba que era por esos retrocesos tan extraños que supuestamente eran una herencia de mi madre, me determine a tomar una siesta mientras los niños jugaban entre ellos, iba a lograr mi objetivo hasta que el maldito sonido de una explosión me despertó completamente, los niños se veían asustados por lo que los abrace a ambos con el fin de tranquilizarlos, mirando hacia atrás logré verlos, grandes columnas de humo y algunos autos en llamas, los cazadores se acercaban entre ellos.
— ¡¿Que mierda es eso?! —gritó mi padre al ver las explosiones y destrozos que se acercaban a nosotros.
— Acelera, acelera!! —le ordenó Esteban a gritos.
Mi padre aceleró considerablemente esquivando los autos, pero muy a nuestro pesar los cazadores parecían avanzar sin piedad ni vacilación. Podía experimentar cómo una sensación de profunda decepción se acoplaba en mi pecho, sentía cómo la esperanza de que hubiera una manera de salvar a mi familia se desvanecía, ¿que más tenía que hacer? ¿cómo podía salvarlos?.
—Lyra!! —chillo Lizeth apuntando la ventana de mi lado.
Una de las máquinas se acercó tanto que comenzó a golpear la ventana que estaba junto a mí, intentaba romper el cristal, el cual ya mostraba varias marcas de roturas por los golpes dados, abrí con fuerza la puerta en el momento adecuado, goleando a la máquina la cual chocó con la baranda de la carretera y quedó en el piso después de varias vueltas por la fuerza y velocidad del impacto. Después de cerrar la puerta, Marcus y Lizeth me abrazaban a mi como si su vida dependiera de ello y yo les devolvía el abrazo preparándome para en caso de cualquier situación protegerlos con mi vida, cuando los mire tan asustados buscando consuelo en mi brazo fue cuando reaccione, no importaba si yo moría, lo que importaba de verdad era que mis pequeños hermanos sobrevivieran.
Pese a todo lo que esperaba de manera horrible uno de los escenarios salto de mi mente para encarnarse en ese día, no importó que intentara mi padre, el auto salió del camino directo a los árboles, al principio logró esquivarlos con solo algunos golpes, pero aun así el final fue inevitable, era tan obvio que sujete a mis dos hermanitos protegiéndolos aún más. El impacto fue duro, por suerte no pase a la parte delantera donde Esteban y nuestro padre detuvieron su impacto con las bolsas de aire, las cuales me daban malos recuerdos, los niños por otro lado se encontraban llorando y yo, la que no había tenido ningún implemento que me protegiera, me encontraba alrededor del desvanecimiento, no tenía una herida de muerte, pero si me había golpeado la cabeza de tal manera que ese momento estaba al borde de desmayarme, lo único que podía mantenerme consciente era el sentimiento de querer proteger a Lizeth y Marcus.
Entre todo eso pude escuchar entre los llantos de Marcos y los sollozos de Liz pude escuchar la puerta cercana a donde estaba sentada abrirse, por un segundo me alivie entre la inconsciencia solo para caer a una profunda desesperación de no poder moverme, la persona que abrió la puerta no era ningún miembro de mi familia y los niños comenzaron a gritar despavoridos debido a eso.
— Demonios! ¡Más te vale estar viva! ¡Maldita sea! —Zack otra vez.
—No maldigas… Frente a los niños… —hable esforzándome lo más que pude, estaba recuperando más la conciencia pero no lo suficiente.
— ¿Puedes levantarte…? —pregunto subiendo al auto, a lo que mis hermanos se aferraron más fuerte a mi, yo intente volver a envolverlos en mis brazos pero solo pude poner mis manos en sus cabezas— ¿Que digo? Es obvio que estás en la mierda…
— Vocabulario… —murmuré por fin abriendo los ojos, él estaba alejándome de mis hermanos y sacándome del auto.
— ¡No te la lleves!!! —el grito de Marcus, lo que provocó a Zack a patear la puerta y encerrarlos dentro del auto.
— ¡¡LYLI!!! —chillo Lizeth desde el interior golpeando el vidrio.
— No… déja-déjame… —intente hacer que me bajara de sus brazos pero con suerte aún podía hablar y mantener medianamente abrir mis ojos.
— No tengo idea de cuántas veces habrás reiniciado, pero no te dejaré volver a hacerlo… —hablo mientras se sentaba conmigo en lo que pude llegar a ver era una moto— Más te vale sujetarte como puedas.
— Sabes… Morir no me importa… —le dije intentando soltarme, él en cambio tomó mis manos y las amarro dejándome sujeta alrededor de su cuello.
— Lyra!! —Esteban gritó cuando vio como Zack me secuestraba.
Esteban corría hacia nosotros, pero Zack ya había acelerado la moto, dejando a mi hermano muy por detrás mientras me llevaba lejos, todo el viaje fue por entre los árboles, había momentos en los que mi alrededor se volvió completamente negro y otros en los que veía el paisaje de arboles pasar a gran velocidad.
El primer viaje donde hay tanto silencio y es un maldito secuestro.