No le había gustado, definitivamente no. Amane creé que la esperanza es un concepto barato que te venden para seguir adelante y pienses que todo va a cambiar para bien.
O quizás solo era un niño creyendo en algo ciegamente como el que su hermano iba a cambiar. De nuevo no podía caminar y aún era temprano -de hecho muy temprano- así que decidió irse de una vez a la escuela o de lo contrario llegaría tarde.
Bajó a la cocina y se preparó un café, no había dormido en toda la noche ¿Quién podría hacerlo? Se dió un baño y se alistó. Antes de salir le dejó una nota en la mesa con el desayuno para él, esperaba que no se molestara. No podía odiarlo era su hermano, su única familia después de todo.
Al caminar tan lento pudo darse el lujo de analizar lo que pasaba a su alrededor, aquello a lo que le llamaban suburbio solo eran ciudades que podían decidirse solo una vez, dónde los viernes salían amigos del colegio o trabajo y tomaban para relajarse
Hoy no era diferente, se seguía sintiendo ese ambiente de asfixia
Al llegar a la Academia fue a su lugar y colocó sus dos brazos en el pupitre para poder descansar y dormir en lo que llegaban todos.
...
...
Lo mismo sucedía con Teru, quién aún pensaba en lo que el joven de ojos amarillos le dijo ayer en el Taxi. No le dijo su nombre, pero podría buscarlo después o tener fé en que lo podría volver a ver cuándo este pidiera un Taxi
Si el no tuviera metas en esta vida se podría conseguir una ¿No?, Le estaba dando demasiadas vueltas al asunto
Suspiró y pasó al salón del consejo estudiantil, no había mucho papeleo así que decidió dejarlo para el receso. Así se iría rápidamente a su casa y saldría de nuevo al trabajo
Era una rutina ajetreada, pero debía hacerse cargo de su pequeña familia
Cuando cruzó los pasillos y revisar que aún no había ningún alumno su sorpresa fue enorme al ver a un estudiante durmiendo en su butaca a esta hora
Faltan 20 minutos para que las clases comiencen
Así que decidió despertarlo -aunque fuera grocero- para ver la razón del porqué se encontraba ahí a esa hora.
-Hey, niño.- comenzó a moverlo y al ver que se incorporaba poco a poco se sentó enfrente de este
-¿No te han dicho que es descortés despertar a alguien?.- al mirarse ambos quedaron en silencio.- ¡Señor taxista! ¿Viene a cobrarme? Yo le pagué lo que usted me dijo ayer .- frunció el entrecejo mientras recordaba la cantidad de dinero dada
-No, no es eso.- se rascó la nuca dando una sonrisa nerviosa.- Solo quería preguntarte el porque estás aquí, aún falta tiempo para que las clases den inicio
¿Que le diría? ¿Que toda la noche no pudo dormir por los miserables recuerdos que tenía? . Miró la banda que portaba el rubio y se dió cuenta de que era el presidente estudiantil vaya inicio de clases
-Oh que entrometido eres presidente, aunque olvidé tu nombre ahora mismo.- le dedicó una sonrisa juguetona mientras se acomodaba de nuevo, la posición anterior le había dejado un dolor más en el cuello.- No tenía nada que hacer
-Eso se nota niño, no soy entrometido. Mi deber es cuidar a los alumnos de esta institución.- suspiró mientras se levantaba de ahí, por lo menos había cumplido su propósito.
-No me llamo niño, mi nombre es Yugi Amane.- respondió de mala manera.
- Y mi nombre es Minamoto Teru, no señor taxista.- tuvieron una lucha de miradas, quién apartara la mirada soportaría la humillación de ser el perdedor y ninguno aceptaba esa idea pero indudablemente su vista fue bajando hasta el pequeño hematoma que se encontraba en el cuello del menor.- ¿Qué te pasó? .- señaló el lugar de la herida
Amane comenzó a temblar levemente pero fue algo de lo que Teru se dió cuenta
-Fue un insecto, dejé la ventana abierta y se metió uno.- era incoherente su respuesta, lo admitía. Pero el ojiazul no estaba satisfecho con eso
-¿Un insecto? ¿Qué clase de insecto podría hacerte eso?.- arqueó una ceja esperando una verdadera respuesta. - Vamos, te llevaré a enfermería para que te cures eso
-No es necesario presidente Minamoto, estoy bien.- mencionó mientras usaba una máscara sonriente que ocultaba las mentiras, era el arte de sobrevivir.
Pero no contaba con que Teru tenía la misma estrategia, pobres chicos asfixiados
-Ese truco no funciona conmigo, vamos.- lo tomó de la manga y lo comenzó a jalar hacia el lugar dicho.
-¡Estoy bien! ¡Esto cuenta como acoso sexual!.- trató de safar su agarre más no lo consiguió ¿Qué comían los chicos de hoy en día que se volvían tan fuertes?
-Llegamos, siéntate en la camilla y no te muevas demasiado.- lo amenazó con la mirada, en el transcurso se dió cuenta de que no podía caminar muy bien -de hecho lo llevó a rastras- era peculiar, no solo tenía heridas en el cuello, también en los brazos ¿En qué se había metido ese chico?
-Sigo insistiendo en que no es necesario señor taxista.
-Ya te dije que mi nombre no es "Señor taxista".- movió sus dedos señalando e entre comillas la frase del chico.- ¿Tienes una afición por decirme señor? .- arqueó una ceja mientras desinfectaba los instrumentos quirúrgicos
-No, pero es divertido verte frustrado.- ¿Qué acaso ese niño no se cansaba de ser tan juguetón?
-Ya veo, dame tu mano.- le pidió amablemente y con una sonrisa para que el otro no se negara
-Presidente pervertido.- murmuró con vergüenza fingida mientras cubría su rostro con la mano que fue solicitada.- Solo nos hemos visto una vez ¿No hay que conocerse primero?
-Tonto.- sus mejillas se tiñeron de rojo mientras arrugaba el entrecejo de nuevo, a este paso tendría arrugas en su frente.- Solo quiero curarte las heridas ¿Es mucho pedir?
-Aún así no veo el porque quieres hacer esto.- miró desinteresado a la ventana de la enfermería aún faltarían por lo menos 8 minutos antes de que puedan entrar.- Llegaremos tarde a clase presidente...
-Esto es algo urgente y delicado en mi punto de vista, lo maestros entenderán.- tomó su mano y le pasó el algodón por los brazos delicadamente, las muecas del menor no tardaron en aparecer.
-D-Duele.- murmuró mientras se mordía el labio
Así pasaron alrededor de media hora, en silencio y momentáneamente escuchando los quejidos del azabache. Era un silencio cómodo, al terminar de colocar un curita en la última herida que se encontraba en su frente. Era cansado y apenas era el inicio del día.
-Gracias señor Taxista.- levantó su brazo y observaba las vendas, eran blancas como la nieve... -que nostálgico- pensó.
-Vayamos a clase, ya nos tardamos un buen tiempo.- le ofreció su mano para poder bajar de la camilla, la cuál no fue aceptada.
Amane bajó solo y miró divertido al rubio mientras salía de aquel lugar
-Es interesante- Murmuró Teru, había algo que lo dejaba con ganas de saber más, esto podría hacerse divertido.
Caminaron de lado a lado, no dijieron nada. Después de todo no había nada que decir. Teru se paró enfrente del salón del más joven y tocó tres veces.
El profesor quién estaba exasperado por haberle interrumpido su clase se mostró sorprendido de ver a Yugi con el presidente estudiantil
-Presidente Minamoto, Yugi Amane.- habló para que los otros dos pudieran explicarse de esto, no se había dado cuenta de que faltaba este último
-Buenos días profesor.- hizo una reverencia respetuosa.- Disculpe que me haya robado a su estudiante, era una urgencia. Le ruego que le permita el paso a su clase.- no se levantó y vió de reojo que el de ojos color sol le imitaba
-Solo por esta vez.- miró las vendas de su alumno y entendió la situación, no necesitaba más explicaciones.
Nada fuera de lo normal ocurrió en el transcurso del horario escolar, aún se sentía demasiado débil así que esperó al final de las clases tiempo que Tsuchigomori-sensei aprovechaba para hablar con él y así mejorar su situación. No era tonto y sabía que esas heridas no eran causadas por insectos o tropiezos. La charla duró una hora aproximadamente, de la cual la mayoría fue sobre astronomía.
Al librarse del adulto, Amane se tentó de nuevo en pedir un Taxi ¿Quería hablar con él? Si, por lo que había visto era estimulante hablar sobre esos temas con alguien que no conocía y no se metía en sus asuntos directamente
Si le contaba a Yashiro o a Mitsuba seguro le golpearían por los pensamientos tan atrevidos y peligrosos.
No lo pensó mas y pidió ese taxi, cuando el automóvil se estacionó miró de nuevo al presidente Minamoto al interior de este y esa gorra que se caracterizaba en los conductores de Taxi
-Buenas tardes señor taxista.- sonrió deslumbrante quién el contrario le devolvió la sonrisa
-Buenas tardes niño ¿A dónde le llevo ahora?
-Al parque de la otra vez.- se acomodó en su lugar y esperó a que el auto avanzara.
Había otra canción en la radio, era el mismo vocalista de la banda de ayer
»En cualquier caso, tiene que escapar.
Ella ha sido bastante herida.«
Tragó con dificultad la saliva acumulada en su boca, el comienzo había empezado bastante deprimente
»Cortina sin abrir, la taza rota, la col descompuesta en el fregadero
Ella perdonó incluso el trato cruel de su madre y su claro partido siempre y cuando se llamara amor «
Su mano empezó a temblar, trataba de que las lágrimas no salieran. La letra era profunda y pareciera que el cantante la cantaba con dolor y nostalgia
-Es mi canción favorita...- Murmuró el conductor rompiendo así el silencio
»Ella abraza sus rodillas flacas,y solo se culpa a ella misma
Se dió cuenta por primera vez cuando le dijieron "Simplemente desaparece de aquí"
"No tengo a dónde ir, por favor déjame aquí" gritó«
-Es muy triste.- dijo Amane, respiró varias veces tratando de que el maldito nudo en la garganta se le pasara
-Lo es, por eso la hace especial. Escúchala.- le dijo mientras veía a su acompañante de reojo, de nuevo había mucho tráfico.
» "Decidí esta habitación con tu padre
porque podemos ver el océano
desde aquí" su madre solía decir eso, pero
está noche todavía no
vuelve.
Deseaba ser uno con el mar. Ella pensó eso y sonrió un poco
Masoquista Alie, cantó a Merced de las olas
El amor de una persona maltratada, ella deseaba la misericordia de las olas"«
-No puedo cantar este tipo de canciones en casa, tengo dos hermanos menores y ya sabes... Se pueden preocupar por el tipo de letra.- Teru suspiró mientras sonrió cansado
-Si, igual yo me preocuparía si escuchara a mi hermano cantar este tipo de cosas. Pero son gustos de cada quién, no porque te guste significa que irás a hacer lo mismo.- apoyó su mano en la ventana y miraba de nuevo el paisaje
» "Todavía lamenta el día en que engañó
porque quería ser abrazada
Solo yo sé esto, ya dejé de ser egoísta
A veces se ríe suavemente, esa es la verdadera imagen de la madre
Padre ya se había ido todo el tiempo que puedo recordar, no puedo preguntar por qué. Estoy mirando el mar de nuevo está noche, la niña descalza está solo en la memoria."«
Amane creé que esa letra es alguna clase de sueño frustrado del presidente, que él quiere ser como esa chica
-¿No has pensado en suicidarte?.- le preguntó mientras miraba otro semáforo.
- No, no tengo permitido tener esos pensamientos. - sus manos apretaron el volante.
»" Me pregunto si puedo ser uno con el mar ¿Porqué me preguntaba eso?."«
-¿Eh? ¿Y porqué no?
- Tengo una familia que cuidar ¿Acaso tú no?
Amane se removió incómodo en su lugar ¿Que si tenía una familia que cuidar? ¡Claro que la tenía! Solo Tsukasa era su familia, después de todo sus padres no hablan mucho con ellos.
-Si, sin embargo no creo que les importe si yo llegara a morir.
Teru suspiró, pero decidió que haría su interrogatorio después
-»"Masoquista Alie, cantó a Merced de las olas. El amor de la persona maltratada, ella deseaba a la misericordia de las olas. Todavía lamenta el día en que engañó porque quería ser abrazada"«.- tarareó mientras movía su cabeza al ritmo de la canción.- Ya viene mi parte favorita, escucha.
El azabache reconocía que el rubio cantaba bien, el tono... Lo cantaba como si le doliera, cómo si él también hubiera perdido a alguien.
»" No pudo evitar sentirse herida y corrió por el camino hacia el mar. La niña descalza en la playa de la luz de la luna
- Por favor perdóneme que dudara que me amaban, no necesito más. Esto es lo último de mi egoísmo ...- siguió cantando con el corazón destrozado
Masoquista Alie, flotó a merced de las olas. El amor de la persona maltratada, se hundió en la misericordia de las olas
La persona que amaba
Su padre la amaba
-Y se preguntó: ¿Si me vuelvo uno con el mar , me abrazará?.- el ojiazul azul suspiró.- Todavía la amo...
Se quedó sin palabras ¿Que fue eso? Parecía que todo se había detenido pero solamente fue un viaje de 7 minutos -lo que duraba la canción más las paradas por el semáforo- ¿¡Porqué el señor taxista estaba llorando!?
-Lo lamento, siempre me hace llorar.- le respondió mientas sonreía, ahora Amane era el que quería llorar. Aparcó a la orilla del parque llegando a su destino.- Son 100¥
El menor le entregó el dinero y suspiró mientras bajaba, no quería irse aún
-¿Y si me llevas al final de la noche?.- murmuró mientas sostenía la puerta.- ¿Cuánto sería eso?
-No Yugi-san, no voy a secuestrarte.- frunció su ceño ¿Qué rayos tenía en mente ese chico?
-Ya veo, solo preguntaba.- levantó los hombros en señal de derrota.- Aún así... Gracias por lo esta mañana
Cerró la puerta del carro y se alejó cruzando la calle para llegar a su hogar.
Al abrir la puerta lo recibió su hermano eufórico
-Amane ¿De nuevo pediste un taxi? ¡Eso significa que quieres jugar más tiempo conmigo! ¡¡Soy tan feliz!!.- lo cargó sin problemas mientas le daba vueltas, ambos cayeron al sofá de la sala
-M-Me lastimas Tsukasa, basta
-Oh Amane, me abandonaste en la mañana ¿Te acuerdas?.- tocó su nariz en un tono juguetón, pero el agarre en sus brazos iba aumentando a tal punto de llegar a lastimarle.- Tendrás tu castigo, pero descuida ¡Seré gentil! A-m-a-n-e
»Si solo pudiera ver tu rostro dormido, creo que me sentiría mucho mejor. Por fin dejaría de llorar por cosas insignificantes.«