Afuera, en el Lago Hylia, estaba amaneciendo y la miseria de agua que estaba empezó a subir, mientras, en la plataforma donde había aparecido Link, Sheik hablaba con nadie:
—El mal abandona el lago a medida que sube el agua... Link, ¡lo has conseguido!
En ese momento, Link apareció en la plataforma como lo había hecho cuando tocó la Serenata del Agua. Vio a Sheik parado viendo el lago y se acercó a él. Le contó lo que le había dicho Ruto y Sheik dijo:
—¿Qué Ruto me da las gracias? Ya veo... Debemos devolver la paz a Hyrule por ella también. ¿No crees? Miro esto, Link... —lo dijo señalando con la cabeza el lago —¡La princesa Ruto y tú han vencido a ese monstruo terrible! El agua del lago vuelve a ser pura.
Link se acercó más a Sheik para mirar también el lago lleno de agua. Mientras tanto, Sheik, mirando a Link retrocedió unos pasos. Link lo sintió y miró hacia atrás, pero Sheik ya no estaba. Caminó un poco para verlo, pero nada. Sin embargo, Sheik lo segu��a mirando desde el árbol cortado y después se lanzó al lago, en la misma dirección que la plataforma con los dos pilares que no distinguía bien por la lluvia. Ahora que no llovía pudo ver que tenían un dibujo: era una flecha apuntando al sol.
Después vio una inscripción en una lápida o algo parecido junto al árbol que decía: "Cuando el lago esté lleno de agua, apunta a la luz de la mañana". Link le hizo caso a esa inscripción y a los dibujos de la plataforma y lanzó una flecha hacia el sol. Inmediatamente la flecha se le devolvió, pero cayó en la plataforma con los dibujos. Link fue hacia ella y vio que tenía un diamante rojo pegado a la punta. Navi le dijo que eso significaba que ahora el impacto de las flechas tendría llamas, en lugar de las normales, pero las podía cambiar si quería.