{31 de diciembre}2003
Recordando todo lo que he pasado hasta llegar aquí, me doy cuenta lo mucho que he cambiado, no solo fisicamente, sino también mi forma de ver el mundo. Pasar de ser un señor de más de 30 años a un niño de 13. Darme cuenta que está claro que no estamos solos en el mundo. Sería un idiota al pensar eso, más aún después de ir a Mon y ver Gantoria.
He visto como un país como Mon puede renacer y reconstruirse si se tiene no solo la intención de hacerlo sino los medios y los recursos humanos. Una sola persona no sería capaz de hacerlo, y si lo es tendría que ser más que un genio, porque la complejidad de un gobierno no es de fácil comprensión. Además, la responsabilidad de cada decisión y la presión por no fallar puede provocar que una persona colapse.
Lamentablemente, no falta mucho para que los enemigos, principalmente Barhnun nos ataquen. Estimamos que el próximo año empezaremos a ver sus fuerzas de avance.
Por nuestro lado nos prepararemos lo mejor que podamos, lucharemos por la libertad de este país que ayudamos a construir. No sé cual será el resultado de esta guerra, nos preparamos para lo peor, pero esperamos lo mejor. En el mejor de los casos lograremos repeler sus fuerzas, en el peor de los casos nos replegaremos a la Tierra y negociaremos quedarnos en mi país.
Nos encontramos celebrando el fin de año en el jardín mi casa, con mis padres, hermanos, su familia y Ryu, Drivna y Elisa.
[Salud, por el año que viene.]
[Salud, por el año que se va.]
Luego del brindis de año viejo, nos sentamos a comer antes de la medianoche. Elisa come educadamente y con tranquilidad, Ryu come como una persona común, pero Drivna come vorazmente, deja el plato tan rápidamente vacío como lo llena. Todos se impresionan al ver la velocidad a la que ingiere los alimentos y por la cantidad, va por el séptimo plato.
[Drivna, tranquila, no se van a llevar tu comida.]
[Está deliciosa, siempre cocinas bien.]
[Eso es cierto.], replica Ryu.
[No es que me guste cocinar.]
[Para alguien que no le guste, lo haces bien.], agrega Elisa.
[Bueno, dicen que el estomago está más cerca del corazón.], dice Diana.
[¿Así te conquisto, Jorge?]
[No, ella cocina fatal. La última vez que comi su comida me mando directamente al baño.]
Diana toda roja lanza una dura mirada a Jorge.
[Parece que hoy duermes en el sofá.], dice mi padre.
Todos nos reimos de esto.
Al finalizar la cena, justo después que Drivna terminara su décimo plato, salimos a ver los fuegos artificiales que marcan el fin de año.
[No hay tantos fuegos como antes, debido a ese incendio los prohibieron.]
[¿Los prohibieron? Con lo que me gustan.], digo algo decepcionado.
[No se comparan al del año 2000, pero para estar prohibidos hay muchos.]
[David, ¿quieres ver uno inolvidable?], me dice Ryu al oído.
La miro algo confundido por lo que dice, en ese momento ella levanta la mano, genera una bola de poder natural de color azul y lo lanza al cielo. Vemos como por un instante la noche se volvió día por una luz intensa y luego veo luces de varias tonalidades azules que caen formando bellas figuras iluminando el cielo.
Drivna, en ese instante lanza un poder similar, de color verde que tiene el mismo efecto de luz intensa y luego de luces verdes que caen e iluminan el cielo. Elisa, no se queda atrás y luego lanza un poder de color rojo, que después de la intensa luz, hace que intensas luces rojas iluminen el cielo de la ciudad.
Estoy seguro que mañana van haber reportes de este incidente, pero no importa, fueron los mejores fuegos artificiales que he visto en mi vida.
Justo después de lanzar Elisa, las tres me abrazan.
[¡Feliz Año!]
Sí que soy feliz.