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Chapter 3 - Capítulo 2: Incursión

20 de enero, Mar de Japón, Instalaciones de Argus, Academia Tesla, Zona Residencial, 6:13pm.

"¿Por qué?" "¿Quién?" "¿Qué es esto?", las únicas preguntas que rondaban mi cabeza en ese preciso momento, en ese segundo en el que Aimer había tensado su arco al máximo y una flecha había salido de este, no podía imaginar cuanta fuerza llevaba impresa esa flecha, pues debía llegar varios cientos de metros arriba, casi un kilómetro antes que la bomba llegara a la altura perfecta para estallar.

La flecha lanzada recorría los cielos en línea recta hacia la bomba, una velocidad inmedible se podía notar en esta, el poder se hizo presente.

La flecha empezó a iluminarse, llamas empezaron a emerger de ella, cada vez más gruesas y en mayor cantidad, tomando forma de alas a los lados, los azules y rojos empezaban a dar forma de una majestuosa ave en llamas con las plumas de la cola tan largas, que casi llegaban al suelo.

Fray no dudó en ningún momento, el gran escudo circular mostró una grieta cerca del centro, por donde se creó una abertura, el ave en llamas pegó sus alas a su cuerpo para pasar suavemente a través de la abertura, las volvió a abrir después de pasar, la velocidad no había disminuido, ni por parte del ave, ni por parte de la bomba.

El explosivo en caída libre se encontró con el ave yendo en diagonal hacia arriba, a una tremenda altura ambos chocaron, la luz al siguiente segundo fue intensa, por reflejo cerramos los ojos, lo siguiente; un estruendo como de rayo multiplicado por cien, un calor abrazador extendiendose por la zona.

La onda expansiva se sintió con un gran peso sobre el escudo, agrientándolo por todas partes, la fuerza del choque llego hasta los brazos de Fray, fracturándolos, a pesar que el escudo estaba suspendido, el dolor fue notable tras un fuerte grito del presidente.

La onda de choque llegó hasta el resto de nosotros, Katy y Aimer cayeron abruptamente sobre el suelo, yo tuve oportunidad de sostenerme gracias a mi espada. El sonido, la fuerza, el calor, la luz y la conmoción aún eran presentes cuando el viento seguía azotando sobre nosotros en el suelo.

Por varios segundos nuestra conciencia se vio dispersa, nuestros oídos aun sentían el estruendo explosivo, con gran dificultad nos pusimos de pie.

Aun si no podía ver todo el panorama, podía sentirlo, sentir que el daño causado por la bomba se extendía varios kilómetros, aún cuando logramos contrarrestarla, el humo dejaba ver poco.

Aimer, Katy, Fray y yo estábamos sin habla ni enérgia tirados en en suelo, el escudo de Fray había logrado mitigar el calor del epicentro del explosivo, el intercomunicador de fray emitió una voz.

- ¡¿Fray?! Las comunicaciones están bien, ¡¿Funcionó tu plan? - una voz femenina hablo a través.

Con un suspiro pesado y notablemente debilitado Fray se repuso para responder.

- Si, ustedes... ¿Daños? - preguntó con severa dificultad.

-Los edificios se dañaron, los cristales se rompieron con la onda expansiva, parecieran estar a punto de caerse, estamos sacando a los alumnos del sótano, pero parece que más allá de estos edificios no hay mayor daño. El tercer complejo residencial sufrió daños similares - levemente agitada respondió la voz.

Esa información despertó curiosidad en mi, era obvio que había muchas preguntas para contestar, pero en esa situación el arma más poderosa a la que podíamos tener acceso era la información, necesitábamos calmarnos y determinar cuales eran las preguntas primordiales a responder.

- ¿Quién?, ¿Qué? Y ¿Por Que? - expresé en voz alta, intentando sentarme difícilmente en el suelo, mientras empecé a deducir los datos y fórmular la información inmediata.

- Los edificios de las zonas residenciales contiguas sufrieron daños muy considerables, justo ahora estamos en el centro de este complejo residencial, desde aquí hasta la siguiente zona residencial en el este hay aproximadamente 3.5km igualmente hacia la última zona residencial en el oeste. Ambas sufrieron daños severos.

Eso nos da un radio de daño de 3.5km, la bomba atómica de Hiroshima resultó en un radio de daño de 3.6km, siendo que explotó a 600m sobre el suelo, no obstante esta bomba explotó antes de los 600m y causó un daño similar.

La resolución rápida qué había logrado debía ser comunicada, se lo dije a Fray.

- Esta bomba podría ser una versión de la bomba atómica original, pero con más potencia, si esta bomba explotó arriba de los 600m y causó un daño de 3.5km de radio, significa que si hubiera llegado a la altura perfecta para explotar hubiera derrumbado todos los edificios residenciales, asesinando a la mayoría. Esto no es ninguna prueba, alguien nos quiere eliminar.

- Mierda, ¿Quien? - Cuestionó al levantarse con ayuda de Aimer, le costaba trabajo caminar.

Un breve pero minucioso vistazo a los alrededores me hizo visualizar los edificios científicos y administrativos de la isla, eran demasiados como para no notarlos, en tanto una idea vino a mi.

- Únicamente los alumnos estamos aquí. - dije automáticamente, y continué -: Normalmente cuando ocurre cualquier tipo de percance, equipos de ayuda de varios tipos vienen, aun si es algo que nosotros mismos podemos solucionar, ellos vienen por protocolo.

El sonido residual de la explosión era lo único que se escuchaba, un silencio pesado se hizo presente entre nosotros. Aimer, con una mirada aturdida volteó hacia los edificios en el horizonte.

- Personal administrativo, personal científico, de seguridad y profesores... ¿Todos ellos? - cuestionó, insinuando qué ellos tenían algo que ver en el ataque.

- No es seguro, pero es muy probable que ellos no estén siquiera en la isla. - afirmé.

- Entonces, ¿Qué hacemos? - Preguntó Katy, ayudando a que Fray se sostuviera de pie.

- Las zonas residenciales no son seguras, el humo se quedara aquí por más tiempo y los edificios están a punto de derrumbarse. - El aire su puso aun más tensó y continué -: Debemos ir a los edificios administrativos, mientras llevamos a todos los alumnos a la academia por refugio, probablemente entrando encontraremos respuestas y con base en ello, decidiremos qué hacer, después de todo, no habrá problema siempre y cuando no salgamos de la isla. Los transportes deben seguír intactos, solo debemos ir por ellos, están a varios kilómetros de aquí, no es necesario que vayan todos, solo unos qué sepan conducir, de esa manera vendrán por los demás, los dejarán en la academia y un pequeño grupo se dirigirá a los edificios.

- Después de todo, los quinientos alumnos son transportados día a día, no debe ser difícil - añadió Fray, mostrando más confianza y ese fuerte espíritu qué era conocido en él.

- Deberíamos ir nosotros primero, Fray Si puedes comunicarte con los demás presidentes de clase para comunicarles el plan, eso ayudaría a evacuar más rápido. - indicó Aimer, notablemente ansiosa.

- Bien, se lo diré a los demás, pero necesitaré qué compañeros de confianza nos acompañen, nosotros somos cinco, hay que traer tres más. - respondió Fray y sin reservas continuó -: Empecemos con esto, no sabemos cuanto tiempo más tengamos.

- Llamemos a Jung, el sabe conducir, lo acompañaré a traer el transporte, ustedes esperen aquí y organicen la evacuación - Dije rápidamente mientras empezaba a correr.

La tensión era sensible, teníamos un plan a corto plazo, sin saber cuanto tiempo teníamos y sin saber siquiera si podríamos encontrar algo útil. Jung y yo corrimos lo más que pudimos lejos de las residencias, nuestro objetivo eran los buses escolares qué sé usaban todos los días, estaban lejos pero el miedo y la ansiedad reciente nos desviaba de pensar en el cansancio. Era imperativo llegar a los edificios administrativos en lo que restaba de la noche.

Academia Tesla, 10:23 pm.

Estar aquí a estas horas podría ser incluso ilegal, pero en esta situación había qué buscar la mejor opción para refugiar a los alumnos, los presidentes de cada clase se encargaban de ordenar a los alumnos en las clases respectivas, en esta situación el orden era algo realmente importante.

Las reservas de alimento fueron pulverizadas en los edificios residenciales, pero por fortuna, la academia contaba con una gran cafeteria, aún disponible de provisiones, los encargados las repartieron entre los quinientos alumnos refugiados, hasta ese momento todo transcurría como nuestro bastante improvisado plan lo había previsto. Nosotros conduciamos hasta los edificios administrativos.

- Estamos cerca. - exclamó nuestro conductor Jung.

Los edificios administrativos eran terreno desconocido para los alumnos, lo que más nos preocupa era la seguridad de estos, considerando qué teníamos un tiempo limitado de búsqueda dentro del establecimiento, intentando evitar peligros o ataques imprevistos.

El edifico principal era el que consideramos más importante, todo el grupo de seis personas ingresaríamos en busca de información, alguna ruta de escape o incluso armas. Ese edificio se erguía como el más alto y llamativo, simplemente una hazaña de la ingeniería moderna, el cristal recubria toda la superficie, la entrada era grande y era nuestra primera preocupación.

- Es probable que necesite una identificación - expresó Aimer estando frente a la imponente puerta.

Casi por instinto, lentamente puse mi mano sobre la superficie cromada de la puerta, esperando alguna reacción de esta.

[Identificación invalida]

La puerta mostró el mensaje, al parecer si, necesitábamos identificaciones especiales.

- Nadie entre nosotros puede abrir esa puerta - dijo Fray preocupado, prosiguiendo -: No tenemos el tiempo de encontrar otra entrada, además dudo que haya otra.

Al armar el grupo, habíamos priorizado la fuerza ante la estrategia, pues necesitábamos velocidad en esta búsqueda, quienes formaban ese grupo eran Fray Foster-Presidente de nuestra clase-, Jung Lie Seok, Aimer Blackslieger, Ciara Asturias, Katy Jones y Yo, Frank Shinoda.

- Si no tenemos tiempo, entonces hagamoslo a la antigua, rompamos la puerta, al final, por donde lo piensen es la opción más rápida. - Propuso Katy yendo hacia el frente de la puerta.

- Esperen la puerta está reforzada - advirtió Jung mientras parecía pensar en una contramedida.

- Si vamos a romper la puerta entonces hay que considerar que podrían haber protocolos de seguridad. Escuchen, hay que ir directo al último piso, es muy probable que la información valiosa este ahí. - dijo sin reparos Fray.

Todos acordamos apegarnos al plan, ir con la mayor precaución, Jung sería quien daría luz verde al plan, así que habló primero.

- ¡Katy, Lista; voy a congelar la puerta lo más que pueda, tu golpeala y rompela a mi señal!

- ¡Entendido!

Inmediatamente después de responder, Katy se quito el saco del uniforme revelando una blusa formal de mangas cortas, brazo derecho adquirió una posición de golpe, su puño se tensó como nunca, solo seria un golpe después de todo.

Jung por su parte puso las palmas de sus manos sobre la superficie de la puerta, el frio se empezó a sentir, cristales de hielo se empezaron a revelar en el metal, cada vez con más intensidad. Jung mostraba un rostro tenso, como si estuviera forzando al máximo su habilidad, los cristales cubrieron la totalidad de la puerta, el hielo era delgado, pues el objetivo era qué penetrara dentro de la puerta para hacerla más débil.

Mientras eso ocurría, Katy concentró su mente en la fuerza necesaria, su brazo empezó a ser iluminado por lineas de diversos colores que fluctuaban hacia su puño, cada vez más intensas y en mayor cantidad. Después de varios segundos comenzó todo.

- ¡YA AHORA! - exclamó Jung mientras hacía todo lo posible por retirarse de la puerta a la mayor velocidad.

Katy saltó hacia el frente como un felino a su presa, su brazo se empezó a mover.

El puño no tardó nada en azotar la puerta, toda la fuerza acumulada golpeó el metal con un fuerte trueno, el hielo y parte del metal voló por todo el área produciendo un fuerte y momentáneo viento.

La puerta se dobló hacia adentro, abriéndose de par en par violentamente, afectando incluso la estructura aledaña, un leve pero sensible temblor acompaño el suceso. El polvo levantado por el golpe se disipó y dejo ver un largo pasillo ancho y alto con varios otros pasillos conectándose, al final del pasillo principal, un asensor.

Aun cuando corrimos lo más que pudimos, no escuchamos el sonar de ninguna alarma, solo nuestros pasos que resonaban en un fuerte eco.

- ¡Entren al ascensor! - Exclamó Fray.

Sin dudar, nos dirigimos al piso más alto, aun alerta y a la espera de cualquier ataque enemigo, Aimer y yo al frente para defendernos en cualquier situación.

La ansiedad de varios minutos transcurrido se hizo presente, la altura era indiscutible, el ascensor de detuvo, para medir el terreno salí antes que los demás.

- Nadie.