Se erisa mi piel con solo verla, es un genocidio de mil homigas cambiantes a la sombra de mi ventana.
Aquel petusto pájaro nocturno, arrinconado en la penunbra luz de mi atardecer, solo llora y mueve sus alas chocando contra mi ventana; la intención de romper el cristal es perseverante.
Por qué? será que tiene hambre y busca alimentarse de mi carne? Será posible que yo me alimente de la suya antes de que él lo haga?
No hay peor noche que las mil noches vividas en soledad, veo a aquel niño, pentrando sus párpados a los mĂos, en un rincĂłn, esperando a que me duerma porque algo trama.
Ya ha entrado, de apoco da pasos en los pasillos que dirigen a mi puerta, no importa si me duermo o me escondo, viene a llevarse a aquel quien no duerme y te ha visto despierto.
Musita cuanto quiera y gime cuanto desees, aquella huele el fresco de tu temor y el frĂo de tu sangre reseca por el miedo.
Ya viene...se acerca...quiĂ©n estará detrás de esta puerta? toca y toca sin parar, es descortĂ©s no abrirle, pero a quiĂ©n le estarĂa abriendo? El miedo no cesará hasta saber quiĂ©n me lo ocasiona, el miedo cesará cuando conozca lo desconocido.
Mis alagios llegarán al trono celestial? espero que sĂ.
Aquel pájaro comienza de apoco a quebrantar aquel frágil y yo no puedo moverme de donde estoy.
Te recuerdo Martina, ángel postrado de la divinidad, elegida por tu santo y venida con el advenimiento entre tus placeres y más grandes buenas nuevas.
Recuerdo aquellos dĂas donde yo lloraba por ver que no comĂas, por ver el desgaste que tu cuerpo producĂa y los dolores que te ocasionaban el no alimentarte. Lloraba entre mis sábanas y las secaba con el frĂo ruso de mis gráciles cortinas.
No pude decirte, en aquel entonces, cuán maravillosa estabas en tu infancia, en la niñez que sufriste, solo podĂa llorar por ver tu degradaciĂłn y el sinsentido de tus agudas palabras.
CĂłmo me detestaba por solo ser un espectador, veĂa cĂłmo te peleabas con tu madre y yo era como un ángel, un ser invisible que está a tu lado, llorando bajo la luna y desvistiendo mis palabras al viento para que puedas oĂrlas.
Te seguĂa a todas partes cuando podĂa, era tan difĂcil estar a tu lado, pero me esforzaba cuanto pudiese. Aunque nunca lo sabĂas yo...tampoco me alimentaba, querĂa acompañarte en tu sufrimiento y a la vez actuar como que lo habĂa superado para poder tratar de ayudarte.
Te escuchaba llorar tras la puerta de tu cuarto cual privacidad querĂa romperla e irrumpir el silencio de tu sollozo, entrar como el hĂ©roe que esperabas y salvarte de esa prisiĂłn que te tiene tan dolida.
Pero no soy ningĂşn hĂ©roe, no pude serlo y solo me calle y privĂ© de mis acciones. No mentirĂ© al decir lo grato que era cuando hablábamos, era como un sueño donde el campesino podĂa hablar con la princesa, en persona y sin mensajeros.
La trivialidad de mis actos era sugestible y bastante obsoletos, aunque viviese a tu lado a la vez era la distancia que nos separaba.
Nuestros padres sospechaban y musitaban de forma clara y oyente sobre las morbosidades que habĂa entre nosotros, solo hablaban y nada más. No querĂan creerlo y no creĂan que algo asĂ fuese real.
Asà es, Martina, yo te celo con cada hombre que pisa y toca a la puerta de tu casa, aunque te hayas acostado con bastantes y yo lo haya hecho también, solo con sentarme a tu lado es suficiente para sentirme seguro y dormirme en tu regazo.
Martina, de todas las mujeres que entraron de forma irrespetuosa por la puerta de mis labios, ninguna me ha llegado con un solo beso al corazĂłn y calmar mi sed como vos lo hiciste.
Nuestros padres se oponen, no es de sorprenderse claro está, que estemos juntos, es una vergüenza el amor que te siento, lamentable es deciro frente a vos. Por qué? porque tristemente ya sé la respuesta a la confesión de mi pecado.
DIOS PERDÓNAME! no pensé amarte y aún asà eres la que amo.
Por quĂ© amo tanto tu osadĂa y demás decoraciones de tu belleza? Porque cuando pido algo otros rechazan y vos, sin saber lo que pedĂ y sin habĂ©rtelo pedido a vos, lo haces?
No puedo dejar de mirarte cuando estoy a tu lado, te juro que trato de disimularlo...
Aún cuando tienes novio, yo sigo lamentando la imposibilidad de estar contigo. Por qué? porque te es raro que te ame de esta forma y lo comprendo, jamás tendré una oportunidad y solo queda dar un suspiro más para quitar el pesar de dicha.
Lamento no poder estar contigo y que me veas de una forma normal, pero mis lamentos jamás serán escuchados por vos porque el pájaro nocturno logró entrar...