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Chapter 24 - Capitulo 23

El festejo poco a poco empezaba a calmarse.

Se hacía tarde, todos volvían a sus habitaciones.

Gracias a que la fiesta se alargó bastante hubo cosas que nadie escuchó.

Los lamentos de Ritsuko Hiriko.

La ruidosa risa de Ren Minoru.

Y los enormes gritos de Souki Aiko.

Nabe Mikoto estaba harto.

Con lo tarde que era Ren Minoru no dejaba de reír.

Había miembros que estaban intentando dormir.

Mikoto bajó a la prisión subterránea, y fue directamente a la celda de Minoru.

-¿Qué demonios sucede? -Preguntó Mikoto enojado- ¿Te das cuenta de que hora es?

Minoru solo reía.

-Tú eres uno de los chicos que mató a mis soldados ¿No? -Preguntó Minoru con un tono totalmente condescendiente- Es irónico, te ves bastante irritado ¿No ganaste? Mira lo satisfecho que estoy.

"Los últimos días estaba totalmente catatónico" Pensó Mikoto "¿Qué le habrá estallado en la cabeza hoy?"

-Ahora que finalmente estás consciente, podemos iniciar tu interrogatorio -Dijo directamente Mikoto, quien tenía mucha energía emocional que soltar, y quería descargarla sobre Minoru- Empezaré directamente ¿Estás relacionado con Garo Tachibana? ¿Él está detrás de tu ataque a la ciudad?

Ren Minoru acostado en su cama, se calló de la nada, mirando las palmas de sus manos, como si ignorara a Nabe Mikoto.

-¿Qué sucede? Te hice hice una pregunta -Mikoto subía cada vez la voz- ¿No logras escucharme?

Minoru soltó una pequeña risa burlona.

-¿Puedes dejarme en paz? -Preguntó Minoru- Estoy un poco cansado, y estoy tranquilo aquí.

Nabe Mikoto se enfurecía cada vez más.

-¿Quieres que te saque esa información a golpes? -Dijo Mikoto casi gritando.

-No dudo que no tengas la fuerza para hacerlo -Respondió Minoru- Pero no creo que tengas las pelotas ¿Por qué mejor no traes a Souki Aiko? Quizás pueda hablar con él.

Ren Minoru estuvo pensando en Souki Aiko las ultimas horas, pues era la fuente de todo el tiempo que estuvo catatónico.

"¿Por qué demonios dijo lo que dijo?" Se preguntaba Minoru, refriéndose a lo que dijo justo antes de estallar.

Eso era lo que le quitaba la tranquilidad.

Pensar en que Souki Aiko pensaba que lo entendía, lo hacía enojar.

-Tienes razón -Respondió Mikoto, quien no tenía energías para discutir, solo quería dormir, dejárselo a Souki era más sencillo- Dejaré que él arregle las cosas contigo.

Nabe salió de ahí, directamente a la sala de tronos.

Mirai Sugita intentaba dormir, pero Nabe Mikoto y sus gritos lo imposibilitaban, que se hubiera ido fue un alivio para ella, había estado llorando unas horas, pero finalmente logró calmarse, descansar es importante ahora que se ha callado.

Cuando Mikoto llegó, no había nadie, los tronos vacíos.

Lo único en la habitación era la espada de Souki, la que antes perteneció a Haru Kishibe.

"Es extraño que el líder no lleve su espada" Pensó Mikoto "Se la llevaré, para cuando lo encuentre"

De esa forma fue al primer piso, al laboratorio de Kentaro, el de seguro sabía donde estaba Souki.

Al llegar pudo ver a 3 personas.

Una parecía estar durmiendo en la camilla del laboratorio, tenía una sabana encima.

Era el cuerpo muerto de Mitsutani Miyachi.

En el suelo estaba acostada Ritsuko Hiriko.

Quien tenía la mirada perdida, a pesar de tener los ojos abiertos no se podía saber si estaba consciente.

Y por último a Kentaro Tanaka, sentado en una esquina.

Desprendía una fuerte aura sombría.

Su largo cabello no permitía ver si estaba dormido o despierto.

Pero toda la escena, incluso había sangre en algunos lugares.

Nabe Mikoto solo dio la vuelta y se fue de allí.

Él se preguntaba que habrá pasado.

Pero su objetivo era otro, encontrar a Souki Aiko.

Mientras tanto afuera, estaba completamente solo.

Un cuerpo parecía mezclarse con la hierba.

Era Souki Aiko, quien tenía su mente en otro lugar lejano.

Su garganta había sido destrozada de tanto gritar.

Lo único que le quedaba para mantenerlo cuerdo había desaparecido.

¿Qué es lo que reside en ese cuerpo?

¿Qué impulso habrá tomado el control?

¿El asesino, el calmado y depresivo o el analista?

O puede ser que ahí dentro ya no haya nada.

Lo único que ha dicho desde que dejo de gritar ha sido:

"Quiero respirar, pero esto es muy doloroso"

Sus pensamientos estaban completamente hundidos en sus recuerdos.

Solo piensa en lo que ha hecho mal, y el como eso lo ha hecho perder algo tan importante para él.

Hiro no ha muerto, y Souki lo sabe.

Hiro dijo que eventualmente va a volver, y Souki lo sabe.

Pero le es difícil asimilar lo que Hiro dijo.

Aunque Hiro explicó el motivo, Souki no puede dejar de pensar que por alguna razón es culpa suya.

Nabe Mikoto salió del castillo.

Parecía que la lluvia estaba llegando.

Iba de una llovizna a una enorme tormenta de manera agresiva.

Mikoto utilizó su elemento para alejar el agua de él, como un paraguas invisible.

La lluvia era fuerte, era difícil ver para él.

Así que utilizó el agua para sentir alguna irregularidad.

Un paraguas, una persona parada, corriendo o caminando.

La lluvia era perfecta para Nabe Mikoto.

A unos metros de él puedo sentir algo sobre la hierba.

"¿Son rocas?" Pensó Mikoto "No, no es eso, está respirando, una respiración algo acelerada, parece estar calmándose"

Nabe caminó hasta donde las irregularidades del agua le indicaban.

Bajó su mirada, y ahí estaba su líder.

La fuerte lluvia caía sobre él.

La hierba que rodeaba su brazo derecho estaba quemada.

También soltaba algunos destellos celeste.

Varios provenían del brazo de Souki Aiko, quien no decía nada.

"Va resfriarse" Pensó Nabe, quien no se cuestionó el por qué Souki Aiko estaba allí, y solo detuvo también la lluvia sobre él, con su elemento.

También retiró el agua que estaba encima suyo, secándolo.

Pero había un lugar donde el agua no parecía irse.

De los ojos de Souki Aiko el agua seguía saliendo, a pesar de que no tenía ninguna expresión.

Nabe retiró el cabello del rostro de Souki, con ayuda de las lagrimas que podía manejar.

Los ojos de Souki estaban en blanco, miraban al cielo, pero parecían estar observando algo más.

Incluso es probable que todavía no se haya percatado de que Nabe estaba ahí o de que estaba lloviendo.

Nabe dejo de manipular las lagrimas.

Estas seguían saliendo, formando dos pequeños ríos en las sienes de su rostro, que caían finalmente en la hierba.

Nabe entendía, pues probablemente Hiro había hablado ya con Souki.

Pero no podía dejarlo allí, algo podía pasarle.

Cargarlo era peligroso, Souki está emitiendo rayos, y Nabe está manipulando agua, bien podría terminar muerto.

-¿Líder Souki? -Preguntó Nabe- ¿Está ahí?

Tocarlo era peligroso, así que lo sacudió un poco con la espada que llevaba, la espada de Souki.

-¡Líder Souki! -Exclamó Nabe.

Dentro de Souki, todo estaba oscuro.

Él estaba siendo consumido por sus propios pensamientos.

Como si estuviera a punto de ahogarse por ellos.

Sus sentimientos e impulsos estaban siendo retenidos por aquellas inseguridades.

"Ayuda" Pensaba Souki.

Aún había una parte racional de Souki

La cual quería vivir.

Pues aquellos impulsos que lo llevaron a intentar ahogarse antes de la Hora Cero, seguían ahí.

"¿Qué quiero hacer con mi vida?"

Sus dos objetivos eran viajar con Hiro Hitagi y encontrar a Hana Shinobu.

Por su cabeza se le pasaron mil veces su responsabilidad de líder.

Pero al final no le importó, estaba bien si era con Hiro

"Mi canción ¿Es más trágica ahora?" Pensaba Souki "¿Lo último que sintió Haru fue algo parecido a esto?"

Había una enorme impotencia en el corazón de Souki.

Un sentimiento que solo quería terminar con todo.

La muerte era tentadora.

Pero Souki todavía tenía ese impulso de querer vivir.

Ese pensamiento de que aún era muy pronto para que todo terminara.

"Líder Souki" Escuchaba Souki, quien seguía hundiéndose en su propio dolor.

"Líder Souki" Seguía escuchando, era una voz que conocía.

La voz de Nabe Mikoto.

En sus propias alegorías, Souki parecía estar ahogándose más lento.

Incluso se sentía como si se estuviera elevando.

La voz de Mikoto era como una mano que intentaba salvar a Souki.

"¿Debería tomarla?" Se preguntaba Souki "¿Debo hacer otro intento?"

En su mente pasaron muchas personas importantes para él.

Estaba recordando a los que consideraba sus amigos.

Hiro Hitagi.

Mili Dragken.

Kentaro Tanaka.

Akero Ikari.

Panda Kyoka.

Kaiki Ishigami.

Mika Cloverflame.

Karma Osaka

Koneko Miura.

Aphire Nakajima.

Y sus compañeros más cercanos.

Nabe Mikoto.

Tomory.

Shizuka Matsuyabashi.

Aoi Hoshiai

"Tengo que vivir" Pensó Souki "Por ellos, todavía necesito seguir"

Souki Aiko aceptó la mano de Nabe Mikoto.

Sus compañeros, su compañía, divertirse con ellos, esa es la razón de Souki para seguir viviendo.

A pesar de decidir vivir, el dolor de Souki de ninguna manera se ha disipado ni un poco.

Se siente igual, pero ha decidido luchar, en lugar de aceptar la salida fácil.

Souki Aiko dio un aliento enorme, el cual asustó a Mikoto.

Parecía como si estuviera volviendo a respirar.

Recuperaba el aliento, y poco a poco lo regulaba, para que volviera a la normalidad.

Ya no hiperventilaba.

Pero seguía sin ver mucho, estaba recuperando los sentidos.

Su cuerpo estaba muriendo, sus funciones estaban un poco limitadas.

-¿Líder? -Preguntó Mikoto- ¿Estás bien?

Souki pudo escucharlo.

Nabe pudo ver como alrededor de la cabeza de Souki se formó una extraña circunferencia de rayos, la cual potenció la adecuación de las funciones del líder de Tedehm.

Souki finalmente volteó hacia Nabe, quien seguía esperando una respuesta.

Cuando Souki abrió la boca para responder, un pequeño río de sangre salió.

-¡Líder Souki! -Exclamó Mikoto- ¿Está bien?

Nabe se agachó a auxiliar a su compañero, pero este lo detuvo con su mano, alejándolo.

-Abusé de mi garganta -Dijo Souki finalmente- Grité demasiado fuerte, algo debió desgastarse y soltar sangre, no me duele y puedo hablar, no pasa nada, luego me curaré.

Nabe Mikoto notó algo extraño en el tono de Souki Aiko.

Él sabía bien que su líder estaba afligido, pero aún así le sentaba mal, pues estaba acostumbrado al tono animado y feliz de su líder, oírlo tan dañado y tan triste era nuevo para él.

-¿Qué querías? -Preguntó Souki, quien estaba guardando sus ganas de llorar, gritar y lamentarse, porque tenía claro que él es la esperanza de Tedehm, y no podía mostrar debilidad frente a sus compañeros.

Aún así, a su alrededor había un aura sombría.

Souki estaba encorvado, y su cabello cubría sus ojos de nuevo.

Todo en él, era misterioso, e incluso intimidante.

Parecía que si le decías a Souki cualquier cosa que no le gustará, te lanzaría un Heavy Storm en tu cara.

-No parece estar en condiciones, líder -Dijo Mikoto- No se preocupe.

-No puedes decirme algo como eso ahora -Respondió Souki- Aparte traes mi espada, algo debes necesitar.

Souki intentaba mostrarse más agradable, pues él sabía bien que no era culpa de Nabe Mikoto lo que le había sucedido.

-No puedo molestarlo ahora líder, de verdad -Dijo Nabe de nuevo.

Souki se levantó y se paró frente a Mikoto.

-Tiene que ver con la risa de Ren Minoru ¿No es así? -Preguntó Souki- La he escuchado hace un rato.

Souki tomó su espada de las manos Nabe y la ajustó en su cinturón.

-Vamos -Dijo Souki sonriendo- Iré a ocuparme, claro, igual me estoy equivocando y me llamaste para otra cosa.

La sonrisa de Souki era temblorosa, incluso estaba sudando del esfuerzo.

Nabe no sabía que debía decir, era una escena desgarradora para él.

-Sí -Dijo Nabe- Es debido a lo de Ren Minoru.

Souki sonrió una vez más a Nabe, y seguido empezó a caminar, dirigiéndose a la prisión subterránea.

Al darle la espalda a Nabe pudo calmar sus expresiones faciales.

Su sonrisa se convirtió en una expresión de esfuerzo.

Solo apretaba los dientes, conteniéndose.

El sufrimiento de Souki era algo que estaba dispuesto a aguantar, pues es el precio de haber elegido vivir.

Pero él no sabía si podía lograrlo.

Desenfundó su espada.

Caminaba con más rapidez, y con pasos más fuertes.

Su enojo y frustración se veían más visibles.

Tomory podía observarlo desde la ventana de su habitación.

Ella decidió bajar rápidamente, y si podía, llevar al resto del escuadrón de camino.

Adentro de la prisión estaban Ren Minoru y Mirai Sugita, en sus respectivas celdas.

Mirai finalmente había logrado conciliar un poco el sueño, mientras que Minoru lo intentaba.

No pensaba que Nabe en realidad trajera a Souki.

-¿Qué es lo que sucede contigo? -Preguntó alguien a Ren Minoru.

Ren Minoru volteó.

Antes de que pudiera ver algo, escuchó un sonido metálico.

Alguien había golpeado los barrotes de la celda, de tal forma que los había roto.

Souki Aiko rompió los barrotes con su espada.

Al ver esto Minoru se alarmó, y se posicionó en la esquina de la celda rápidamente.

Souki caminaba hacia Minoru.

-¡¿Acaso no puedes callarte?! -Gritó Souki, se le oía bastante enojado.

El líder de Tedehm golpeó a Minoru en la cara, directamente, potenciando su golpe aplastando a su rival contra la pared.

Los gritos despertaron a Mirai Sugita, quien se volteó.

Lo primero que vio fue a Nabe Mikoto entrar a la prisión.

Y seguido visualizó a Souki Aiko, quien le estaba dando un segundo golpe a Ren Minoru.

"¿Qué está pasando?" Se preguntó Mirai "¿Por qué está aquí Souki Aiko?" "¿Qué hace golpeando a Ren?"

Minoru intentó golpear de regreso a Souki, como estaba tirado debido a los golpes, dirigió sus puños a la tripa de su contrincante.

Souki Aiko sencillamente se apartó, esquivando el golpe, y aprovechando la posición de Minoru, agarro su brazo y lo elevó, golpeando fuertemente la articulación de su enemigo contra su pierna.

Rompiendo el brazo de Minoru.

Ren Minoru no puede mantenerse mucho tiempo moviéndose, pues los circuitos mágicos que tiene dañados le siguen doliendo.

Por lo tanto, cayó antes de sentir el dolor de su hueso roto.

Aún así, antes de que pudiera tocar el suelo, Souki Aiko lo pateó fuertemente, estampando su cuerpo contra la pared de la celda.

-¡Detente! -Gritaba Mirai al ver el daño que estaba recibiendo Ren Minoru, quien no podía defenderse.

Ante el grito Souki volteó, haciendo contacto visual con Mirai Sugita.

Mirai pudo ver algo en los ojos de Souki.

Podía ver como no estaba mirando a ninguna parte, solo tenía furia acumulada.

La mirada de Souki no era diferente a la de un animal salvaje destrozando a su presa.

De la nada Mirai no pudo moverse, su garganta estaba paralizada también.

No podía pronunciar una sola palabra.

El miedo invadió su ser, el no hacer nada era una medida de su cuerpo.

Una medida de supervivencia.

Souki ignoró a Mirai, quien ya no producía ningún ruido.

Seguido empezó a patear a Ren Minoru, quien estaba tirado en el suelo.

Minoru empezó a gritar del dolor.

No podía pensar claramente, solo sentía dolor en todo su cuerpo.

Souki no paraba de patearlo frenéticamente, rompiendo algunas de sus costillas.

-¡Líder Souki, eso es demasiado! -Exclamó Nabe Mikoto- Va a terminar matándolo.

Souki se detuvo, y volteó hacia su compañero.

-¿Y que con eso? -Preguntó Souki, en un tono completamente aterrador- ¿Vas a sentir pena por este pedazo de mierda?

Durante esos segundos sin ser golpeado Ren Minoru pudo hacerse una pregunta en su cabeza.

"¿Quien es él?"

Minoru tenía claro quien era Souki Aiko con el que había luchado.

Había luchado contra una persona centrada, amable, buena, una persona a la que Alex había protegido.

Una persona que podría comprenderlo.

Por eso no entiende quien lo está golpeando.

Ya que para él, ni por asomo es Souki Aiko.

Minoru mandó a llamar a Souki Aiko porque en cierta medida se sentía cómodo, encima tenía la intención de disculparse.

No entiende por qué lo están golpeando con tanta ferocidad.

La mente de Souki Aiko está completamente corrompida.

Solo puede pensar en todo lo horrible que ha vivido.

Está lleno de ira.

Está viendo a Nabe Mikoto.

Y Mikoto no puede distinguir a su líder en esa mirada.

Una mirada sin vida, los ojos están en blanco, y hay sangre en todo su rostro.

Souki no volteaba, parecía encontrar calma en ver a su amigo.

Poco a poco estaba tranquilizándose.

-¿Qué está sucediendo? -Preguntó Tomory, quien estaba entrando en la prisión, junto con una Aoi algo adormilada, y Shizuka, quien solo había hecho caso a Tomory, quien le pidió seguirla.

-Chicos -Se oyó desde la boca de Souki Aiko- Creo que esta no es una imagen muy agradable.

Souki estaba entrando en razón poco a poco.

-¿De donde viene toda esa sangre? -Preguntó Shizuka, quien estaba algo asustada por ver así a Souki.

Ren Minoru notó que su agresor estaba calmándose.

Pero podría volver a descontrolarse, tenía que tomar acción.

Por la mente de Ren Minoru pasaron muchas cosas.

Todos sus compañeros.

Alex Firedwater.

Y sus palabras de antes.

"¿Cómo pude ser tan egoísta?" Pensó Ren Minoru.

"Soy la esperanza de mis compañeros."

"Así como Alex lo fue para mí."

"Incluso si solo queda viva una compañera, debo vivir."

"Debo guiarla."

Tantos golpes lo habían traído un poco a la realidad de nuevo.

"¿Qué haría Alex?" Pensó Ren Minoru.

Souki Aiko estaba de nuevo en sus cabales.

Sus compañeros lo veían, parecían tranquilos también.

Sobre todo Nabe Mikoto, quien había visto toda la escena anterior, era tranquilizante para él ver más calmado a Souki.

Ren Minoru optó por usar las palabras, como Alex solía hacerlo.

Fue gracias a las palabras que Alex Firedwater pudo salvar a Souki Aiko.

Minoru levantó su mano con las fuerzas que le quedaban, esperando que Souki le diera la mano luego de lo que iba a decir.

-Vamos ¿Crees que Alex Firedwater hubiera querido esto? -Preguntó Ren Minoru con su tono más conciliador.

Souki Aiko escuchó el nombre de Alex, y algo se rompió en su cabeza.

Las pupilas de sus ojos desaparecieron.

Todo su torrente sanguíneo se había descontrolado.

Al igual que sus circuitos mágicos.

El aura de Souki estaba saliendo completamente descontrolada.

La cantidad de poder estaba haciendo fuertes corrientes de viento.

Shizuka había sido disparada contra un muro de la prisión.

Cayó sentada, sin quitar los ojos de su líder.

Nabe Mikoto, Tomory y Aoi Hoshiai activaron sus respectivas auras, manteniéndose de pie, viendo a Souki.

Los 4 estaba viendo fijamente a Souki Aiko, quien todavía no se había volteado.

Todos quedaron impactados.

Las lagrimas salían de unos ojos sin vida, en una expresión que denotaba sufrimiento.

Era Souki Aiko, era su líder, pero no podían procesarlo.

El aura que desprendía era poderosa.

Pero la que sentían sus compañeros era distinta.

Era completamente desoladora.

El sufrimiento de Souki, la ira de Souki, el raciocinio perdido de Souki.

Era lo que ellos podían sentir.

Los relámpagos de Souki eran de color rojo.

Mirai veía la escena, su cuerpo estaba en completo desorden.

El miedo había hecho que su vejiga no aguantara más.

El liquido se veía derramado en el suelo.

Sus piernas temblaban.

El aura de Souki era demasiado para ella.

"¿Esta es la persona con la que nos estábamos enfrentando?" Se preguntaba Mirai.

Ella solo siguió a sus compañeros siempre.

Cuando la Hora Cero llegó, ella estaba muy feliz de poder compartir con sus compañeros.

Aunque unos se encontraban muertos, ella se aferró a su felicidad.

Luego del incendio, decidió seguir adelante.

Cuando Ren Minoru la encontró meses después, sintió esperanza, completamente genuina.

Ren Minoru era su héroe, y siempre apoyó la idea de la venganza contra Souki Aiko, el traidor de la serpiente.

Ella nunca supo mucho.

Todo lo que tenía que saber era que Souki Aiko fue quien causó la Hora Cero, quien incendió Firedwater, y quien se llevó a Alex Firedwater.

Souki Aiko es el villano que atenta contra ellos.

El villano que deben detener.

Así fue como Ren Minoru siempre se lo pintó.

Por lo tanto lo que ve frente a ella es como el villano de su mundo derrota al héroe.

"Hemos estado haciendo lo correcto ¿No es así?" Pensaba Mirai "Entonces ¿Por qué está pasando esto? ¿Por qué hemos fallado?"

Mirai estaba completamente ahogada en un mar de desesperación.

Pues sigue sin poder mover un musculo.

Souki Aiko finalmente se volteó, y con su espada cortó el brazo que Ren Minoru tenía extendido.

-¡Tú, que has venido a destruir lo que quiero proteger ¿Qué pretendes decirme?! -Gritó Souki Aiko, completamente hundido en la furia- ¡Sí esos son tus actos ¿Cómo puedes entender lo que Alex querría? Solo ensucias su nombre con tus declaraciones infundadas y repugnantes!

La espada de Souki cortó parte de la carne del brazo de Ren Minoru, pero no había logrado desprenderlo de su cuerpo.

Eso requería habilidad, y lo único que Souki tiene en estos momentos, son enormes impulsos asesinos.

Así que cargó parte de su aura en sus brazos, y estrelló su espada contra el muro, levantando a Ren Minoru, cuyo brazo seguía con la espada de Souki insertada.

El brazo de Ren Minoru había caído con el mayor dolor posible.

Fueron 4 golpes, Souki por poco no puede romper el hueso del brazo.

Cada golpe contra la pared era una tortura para Ren Minoru.

Sus gritos eran enormes.

Estaba sufriendo una verdadera tortura.

-¡Esto es lo que mereces! -Gritó Souki- ¡Este es el odio de Tedehm!

Souki de ninguna manera actuaba así por eso.

Canalizaba la frustración de la ida de Hiro Hitagi de la peor forma posible.

A través de la ira.

Souki clavó su espada en el estómago de Ren Minoru, y de un tajo lo abrió, dejando todas sus tripas al descubierto.

"¿Por qué está haciendo eso el líder?" Se preguntaba Shizuka, sin dejar de ver la escena, estaba completamente asustada "¿Qué le causa tanto dolor en su corazón como para hacer esto?" "¿No puedo salvarlo?" "El líder está sufriendo ¿Por qué nadie hace nada?"

"Esta es la ira de Souki Aiko" Pensaba Nabe Mikoto "¿Lo de Hiro fue tan impactante?" "¿Cuando se calmará?" "¿Realmente va matarlo?"

"¿Qué está haciendo?" Se planteaba Tomory "¿Este es el líder?" "¿Por qué está haciendo esto?" "Detente" "Detente" "Para" "Por favor, para" "El líder no es así" "Detén esto, Souki" "Por favor detente" "Esta clase de camino no es el que quiero seguir"

"¿Este es el hombre al que decidí seguir?" Se preguntaba Aoi completamente enojada "No es diferente a Zaygo Murumo" "¿Algo ha cambiado?" "¿Cómo puedo seguir apoyando a este loco?"

Souki tomó del cuello a Ren Minoru, y lo levantó.

-Vas a irte con mucho dolor -Decía Souki.

Minoru no entendía que hizo mal.

Pero algo se cruzó por su cabeza, un pensamiento entre todo el dolor que estaba sintiendo.

"¿Qué era lo que Alex protegía? Incluso en este momento estoy completamente perdido"

Souki soltó a Ren Minoru, y antes de que cayera al suelo, concentró todo su poder en sus brazos y articulaciones.

La sangre saltaba por todas partes.

Fue un corte limpio.

Pero aún así soltaba mucha sangre.

En el suelo de la celda yacía el cuerpo de Ren Minoru.

Y a unos metros estaba su cabeza.

La cual había salido volando luego del corte de Souki Aiko.

Mirai Sugita no podía procesar lo que estaba frente a ella.

Su esperanza murió frente a ella.

El aura de Souki Aiko despareció.

Y su consciencia volvió al mismo tiempo.

Empezó a ver todo a su alrededor.

Recordaba bien lo que había hecho durante su ira.

Estaba procesándolo.

Él no quería asesinar a Ren Minoru.

Pero su sangre estaba en todos lados de la prisión.

Su cuerpo y cabeza estaban tirados en el suelo, por separado.

Nada de lo que dijera o hiciera iba a cambiar eso.

Ren Minoru estaba muerto.

Sus lagrimas caían sobre la sangre derramada de Ren Minoru.

Sus compañeros estaban en shock.

Souki caminó hacia la puerta de la celda.

Caminaba despacio.

Completamente impactado por sus acciones, estaba reconsiderando todo.

Cuando salió estaba bajo la lluvia.

Una lluvia muy fuerte.

Pero que él no lograba percibir.

Caminaba bajo la lluvia, parecía hacerlo sin ningún motivo.

Luego de unos pocos metros se quedó de pie estatico.

Miraba al cielo.

Parecía estar buscando una respuesta al hacerlo.

Pero de nuevo solo lograba que sus lagrimas se camuflaran con las gotas de lluvia.

En una ventana del castillo, Kentaro Tanaka observaba la lluvia, reflexionando sobre lo que antes había pasado con Mitsutani Miyachi y Ritsuko Hiriko.

Entonces Souki Aiko entró en su campo de visión.

-¿Qué hace ahí en la lluvia? -Dijo Kentaro a la nada, pues estaba solo en su habitación.

Akero Ikari recogía todo el desastre causado por la fiesta, justo pasaba frente a la puerta. cuando vio a Souki Aiko mirando al cielo lluvioso.

Estaba confundida, por lo tanto se quedó mirando.

Cuando los 4 compañeros de escuadrón de Souki entraron en razón, corrieron de inmediato a perseguir a Souki, no podían dejar que hiciera otra locura.

Al salir lo vieron parado bajo la lluvia.

Se acercaron un poco, Nabe Mikoto hacía el paraguas mágico para los cuatro.

Souki notó rápidamente sus presencias.

-Siento mucho que hayan visto eso -Dijo Souki a sus compañeros, aunque Akero y Kentaro también escuchaban- En estos momentos hay muchas cosas que no logro entender, estoy intentando hallar una respuesta ¿Qué estamos haciendo aquí? La Tedehm, Garo Tachibana, Bloody Farm, Zaygo Murumo, Ryumi Ayanami, Haru Kishibe... Alex Firedwater ¿Por qué todo eso tuvo que suceder? No entiendo nada de esto, sí lo que protejo es destruido, y a lo que me aferro se va ¿Cuál es el punto de seguir cargando con todo esto? La esperanza es lo único efímero, el dolor que llevo cargando desde hace tiempo, sigue aquí, no soy el traidor de la serpiente que los lastimó a todos, tampoco soy el héroe que salvó el continente, no soy la esperanza aquí ¡Solo soy un niño! ¡Solo quería divertirme jugando un maldito videojuego! ¡¿Por qué todo esto pasó?! ¡No soy un villano, no soy un monstruo, lo único que quería era preservar esas sonrisas! ¡He perdido toda opción de dejar esto porque he llegado demasiado lejos! Aún así ¡No soy un demonio, tampoco soy un héroe, soy solo un humano! ¡La esperanza que seguía ya no se encuentra en ningún lado! Ha desaparecido ¡Solo quiero gritar, porque nada ha estado bien desde que llegué aquí! ¡Soy un humano que no pudo proteger lo que más quería! ¡¿Lo que he hecho realmente ha sido un pecado?!

Souki se había desahogado un poco con esos gritos.

Su frustración, su impotencia.

Había logrado transmitir todo eso a sus compañeros, quienes finalmente podían entender un poco más a su líder.

Los llantos de Souki a la lluvia también habían llegado a Kentaro, quien solo podía identificarse con las palabras de Souki.

Y debido a eso, solo podía responder con unas pocas lagrimas.

Las palabras solo hicieron sentir terrible a Akero Ikari.

Las palabras le habían llegado genuinamente, y la habían golpeado fuerte.

Souki cayó en sus rodillas y manos al perder fuerza.

Su escuadrón pensó en ayudarlo, pero de ninguna manera podía acercarse.

Souki lloraba inclinado, siendo rociado por la enorme tormenta.

Y los sentimientos de sus cuatro compañeros.

No había palabras que las describieran.