「Ren Minoru」
¿Cómo acabé aquí?
¿Esta batalla tiene algún sentido?
Supongo que lo perdió hace tiempo.
Perdí la visión de lo más importante hace tiempo.
Creo que sigo solo para no decepcionarlos.
Básicamente llegué demasiado lejos como para retractarme.
Pero sé bien lo mal que está todo esto.
No había motivo para hacer nada de esto.
Me dejé llevar por una venganza sin sentido.
Siempre lo he sabido.
Souki Aiko no asesinó a Alex.
Alex lo salvó a él.
Ellos eran compañeros.
Llevo tiempo huyendo de una enorme impotencia.
Yo solo quería pasar un poco más de tiempo con todos.
Jugar con ellos era verdaderamente agradable.
¿Cómo puedo volver a esos días?
Recuerdo bien como todo pasó.
La Hora Cero.
Recuerdo que no me afectó en especial.
El traidor de la serpiente se nos estaba mostrando como el enemigo.
Pero yo no tenía razón para tenerle rencor.
Podría estar con todos.
Todos en Firedwater, ellos son lo único que tenía.
Mientras el rey hablaba, yo buscaba a Alex y a los demás en la multitud.
Alex fue el primero a quien encontré.
Recuerdo su mirada.
Miraba al cielo, hacia el traidor de la serpiente.
¿Era desesperación? ¿Era esperanza?
No lo entiendo.
Recuerdo saludarlo lleno de entusiasmo.
En verdad disfrutaba estar con él.
Pero el solo hizo una cosa.
Me extendió un teletransportador, me miro a los ojos y me dijo:
-Adelántate -Dijo- Búscalos a todos, vayan a la cabaña.
-¿Qué dices? -Le pregunté- ¿A donde iras tú?
-Hay algo que debo atender -Me respondió- Alguien a quien debo salvar.
Luego de eso el traidor de la serpiente se tiró del castillo, y corrió hacia el bosque de la hierba santa.
Alex corrió detrás de toda la multitud.
El tenía como elemento el aire, por lo tanto se elevó sobre todos, persiguiendo.
"¿Cómo puede manejarlo?" Me pregunté en ese entonces, mientras intentaba activar mi fuego.
Perseguí a Alex, quien estaba interponiéndose entre una turba de jugadores y el traidor.
-Yo, líder de Firedwater acogeré al traidor en mis filas, y descubriré quien está detrás de todo esto -Gritó Alex a la multitud.
¿Esperanza o desesperación?
Sigo sin entender lo que sentí en ese momento.
Pero me guardé mis palabras, y fui directo a Firedwater con el teletransportador que Alex me había dado.
En la primera noche no me preocupé.
Alex podía tardarse, no importaba.
Confiaba en él.
La emoción me ganaba.
Estaba pensando en como serían las cosas cuando estuviéramos todos juntos.
Estaba muy feliz.
La segunda noche empecé a preocuparme.
Incluso me había olvidado de comer.
Aún así me la pasé muy bien con todos los chicos del clan.
Pero podía ver que no todos estaban tan felices.
Algunos solo pensaban en volver a casa.
Supongo que también es aterrador.
Entonces llegó la tercera noche.
Todos ya estaban durmiendo.
Pero yo no lo había logrado todavía.
Era el tercer día, y Alex no llegaba.
Empezaba a pensar que algo había sucedido.
Me levanté, y me senté en la entrada, esperando que el llegara.
Entonces vi a alguien acercarse.
Mi corazón empezó a latir muy fuerte.
Instintivamente creí que era Alex.
Pero mientras más se acercaba, empezaba a distinguir a más personas.
-¿Alex? -Pregunté cuando ya estaba lo suficientemente cerca.
La persona que estaba al frente, sacó una lanza, y golpeó mi cara.
Nunca antes había peleado.
Ese golpe hizo que todo mi cerebro temblara.
Caí al suelo, casi inconsciente.
¿Quién es ese tipo?
No podía pensar bien.
Entonces de la nada sentí calor.
Venía desde mis manos.
Bajé la mirada, y pude ver como de mis manos empezaba a salir fuego.
Recuerdo no entender nada.
Me levanté, y miré hacia Firedwater.
Todos estaban siendo asesinados poco a poco.
El tipo de la lanza estaba cortando cabezas y gargantas.
No pude hacer nada más.
Aproveché mis puños envueltos en fuego, y golpeé la cara del tipo.
No logré tocar su rostro, pero mi brazo se detuvo.
-Ya veo -Dijo- Así que seguías vivo.
Entonces el fuego de mi mano empezó a desprenderse de mí.
-Tu fuego será la prueba del poder de mi éter -Dijo el tipo de la lanza.
Entonces el fuego que había salido de mis manos, empezó a quemar todo.
Y yo no podía moverme.
Frente a mí, mis compañeros se quemaban.
Sus gritos.
Era un sonido insoportable.
-Detente -Dije- ¡Por favor detente!
-No disfruto esto especialmente -Me dijo el sujeto de la lanza- Como vas a morir puedo ser sincero contigo, no tengo idea de quien soy, hace tiempo que estoy aquí, ustedes son una pequeña pieza para eso, en verdad lo siento, pero hay cosas que necesito anteponer, siento como si hubiera dejado algo inconcluso.
Ese tipo era Garo Tachibana.
Sus palabras se oían comprensivas.
Y es por lo mismo que llegué a odiarlo tanto.
-¡¿Cómo puedes estar tan calmado?! -Le grité.
Mis lagrimas no paraban de salir.
Frente a mí desaparecían las personas con las que tanto deseaba estar.
Entonces pude ver a Alex, corriendo hacia el incendio.
-No tengo tiempo -Dijo Garo- Debo ocuparme de ellos.
Seguido me lanzó con su éter al aire.
Cuando caí, quedé inconsciente.
Al despertar, era de día.
Estaba junto a Firedwater.
O las cenizas de él.
Estaba confundido.
Caminé por la zona, pero no pude encontrar nada.
Hasta que llegué a un lugar conocido.
Blue Hill.
Mi cuerpo seguía herido.
Yo solo me recosté en un muro de la mansión del clan.
Estaba cansado.
Pensando en si lo que había visto era real.
No quería aceptarlo.
Entonces escuché adentro la voz de Alex.
Me emocioné, pero mi cuerpo no daba para entrar.
Así que me limité a escuchar su conversación.
Hablaban sobre irse a Tedehm y vengarse del líder de Pendreten.
"¿Qué están diciendo?" Pensé.
No.
¿Cómo pueden decir eso?
Alex no puede alejarse.
No puede irse con el traidor.
Todavía podemos estar todos juntos ¿No es así?
Quería levantarme e impedirlo.
Pero no pude.
Alex estaba desapareciendo.
Estaba escuchándolo.
Pero no podía hacer nada.
No quiero esto.
No quiero que desaparezca.
Aún debe haber supervivientes.
No es posible que todos hayan muerto ¿Verdad?
...
Y así pasaron 7 meses.
En mi mente solo estaba la imagen del traidor de la serpiente.
La imagen de quien había apartado a Alex de mi lado.
De esa forma entrené.
Me volví más fuerte.
Y con los materiales que tenía a mano, empecé a desarrollar una toxina lo suficientemente poderosa para terminar con el demonio.
Con Souki Aiko.
Mientras lo hacía, me encontré en un viaje.
Buscando a todos los sobrevivientes de Firedwater.
No éramos muchos.
Pero si estábamos los que quedaban, podríamos traer a Alex de vuelta.
Y asesinar al traidor de la serpiente.
Fue en estos viajes que me crucé de nuevo con Garo Tachibana.
Lo encontré en las colinas de Dragon's Crown.
En aquel entonces mi instinto fue atacarlo.
Pero él me detuvo con su éter.
-Será mejor que te calmes -Me dijo- Tengo información que puede interesarte.
Minutos después me encontré con él conversando, los dos estábamos sentados, la tensión era enorme, veíamos a la nada, creo que ambos teníamos cosas por decir, podía estar medianamente calmado con él, por alguna razón le tenía más rencor a Souki Aiko.
-Al final lo he logrado -Me dijo- Pude recordar quien soy.
-Ya veo -Le dije- ¿Para que me necesitabas?
No me importaba si sonaba cortante, no tenía tiempo para él.
-Bien -Dijo- Iré directo al grano, nada más ayer, se llevó a cabo una batalla en una isla cercana, en Black Lagoon, donde Souki Aiko obtuvo un poder enorme.
-¿Qué clase de poder? -Pregunté.
-Es como un dios -Respondió- No sé si puedo vencerlo con mi éter.
-Eres el principal responsable de lo que sucedió con Firedwater -Dije- No me importa si vienes con buenas intenciones, si no me dices algo importante, desprenderé tu cabeza de tu cuerpo, aún si me cuesta la vida.
Incluso si el odio no era tan grande como el de Souki Aiko, seguía habiéndolo.
-Qué agresivo eres -Dijo- Pero tienes razón, no estoy orgulloso de mis acciones, e incluso si recuperé mis recuerdos, no las justifica, especialmente porque pienso repetir algo parecido, con el fin de encontrar a alguien.
-Ya te he dicho que no me importa -Le dije- ¿Sabes algo sobre Alex?
-¿Qué dices? -Preguntó Garo- Alex murió.
Al principio no relacioné esas palabras con que en verdad Alex estaba muerto.
Así que me quedé callado procesandolo.
Cayendo cada vez más en la desesperación.
-¿Cómo murió? -Pregunté.
-Luchando contra mí -Dijo- Lo ultimo que hizo fue proteger a Souki Aiko.
Por alguna razón el nombre que se grabó en mí no fue Garo Tachibana, si no Souki Aiko.
Luego de eso Garo me habló sobre hacer una alianza, ya que planeaba tener una batalla contra Tedehm.
Me negué con la poca paciencia que me quedaba.
El pretendía utilizar a Firedwater de manera que rompiéramos psicológicamente al traidor.
No acepté su alianza, pero tomé su idea.
De esa forma vi a lo lejos la batalla entre Souki Aiko y Garo Tachibana.
Fue brutal.
Fui a tierras del rey solo para ver aquella batalla.
Era un poder de proporciones míticas.
De ambos.
Al final Souki Aiko venció a Garo Tachibana,
Pero el escapó.
¿Por qué lo dejó escapar?
Es algo que no entiendo.
Y solo alimentó más mi odio a Souki Aiko.
Un odio injustificado.
Solo lo odio porque Alex lo eligió a él.
Y nunca nos buscó.
Todos nos sentíamos igual
Sentíamos esa desesperación.
Era mi deber guiarlos.
A los sobrevivientes de Firedwater.
De esa forma dirigimos toda nuestra tristeza e ira hacia Souki Aiko.
Y atacamos Tedehm.
Lo que me lleva a donde estoy ahora.
Donde ya nada tiene sentido.
Debí haberme detenido cuando podía.
Ahora o mato a Souki Aiko, o muero yo.
No puedo pensar en nada.
Solo puedo ahorcar a Souki, esperando que muera.
Siento como me estoy quemando.
Probablemente yo también muera aquí.
Me pregunto como estarán los otros.
¿Habrán sido asesinados por Tedehm?
Es posible.
Espero que podamos ganar esta batalla.
Incluso a costa de mi propia vida.
Alex Firedwater.
Es duro de admitir.
Pero todo lo que hice, lo hice por ti.
Realmente quería proteger esos días.
Pero ahora es imposible.
Ahora solo me queda destruir lo que tu protegiste hasta la muerte.
A Souki Aiko.
Porque ya es demasiado tarde.
No puedo detenerme.
「Castillo de Tedehm」
Souki Aiko poco a poco perdía sus fuerzas.
Le costaba respirar, estaba siendo asfixiado.
Rápidamente el fuego que rodeaba a Ren Minoru también empezó a cubrir a Souki Aiko.
-Todo te lo devolveré Souki Aiko -Dijo Minoru- Este es el final.
Los dos se incendiaban.
Souki quería gritar, pero no podía.
A duras penas podía mantenerse consciente.
Ren Minoru tenía miedo.
Mucho miedo.
No paraba de sentirlo en todo su cuerpo.
Como si algo estuviera comiendo su pecho.
Sentía dolor.
Ya que no era esto lo que el quería lograr.
Y el sabe muy bien que esto no es lo quería Alex.
La mente de Souki estaba completamente en blanco.
No perdía el conocimiento, estaba despierto, pero no estaba consciente de su alrededor.
No podía percibir que estaba siendo ahorcado por Ren Minoru.
Su mente estaba en otro lugar.
Podía ver a tres personas.
El se sentía tranquilo.
Estaba sentado en una mesa.
Todo se sentía muy familiar para él.
Esas tres personas eran muy familiares para él.
Kentaro Tanaka, Hana Shinobu y Kosuke Tachibana.
Sus amigos de siempre.
Estaba en un lugar cómodo de su mente.
Ya que no podía soportar el escenario donde estaba su cuerpo.
Sobre él, hay una carga muy pesada.
Si no vence a Ren Minoru y Firedwater, es el final.
Para su responsabilidad como líder de Tedehm.
Y para los lazos que había logrado.
Su mente se estaba deteriorando demasiado.
Desde su batalla contra Zaygo Murumo.
Aoi, Nabe, Tomory, Shizuka, Kentaro, Hiro, Kaiki.
Y todos sus amigos.
Era su único hilo con la realidad.
Si los perdía, sería todo para él.
El Souki violento y vengativo, el Souki astuto y calmado, el Souki despreocupado e inseguro.
Cada uno parecía querer salir de ese cuerpo.
La culpa, el resentimiento.
Todo dentro de Souki estaba siendo contenido por los lazos que tenía.
Él no podía perdonarse.
No podía cargar con el peso de su propia vida.
Él no soportaba haber sido tan débil.
Esa era la razón de como Souki no había querido ir de viaje con Hiro todavía.
No se siente listo para avanzar.
Souki tiene mucho miedo.
Quiere permanecer con sus compañeros.
Pues de esa manera su dolor se hace más llevadero.
Junto a su culpa.
En su batalla con Ren Minoru, él está a punto de perderlo todo.
Y lo único que puede mostrarle su mente es aquello que ya perdió.
Los dos están en un profundo sentimiento.
Y lo único que les queda por hacer, es soltarlo todo contra el otro.
Ambos tiene miedo del otro.
Al final, Ren Minoru es para Souki Aiko, el mayor símbolo de que falló, hace un año, al dejar morir a Alex Firedwater.
Fue allí donde todo empezó.
Y Ren Minoru, el ve a Souki Aiko como su atacante, y como el que le arrebató todo.
Tuvo que crear un demonio para justificar toda aquella obsesión drenada.
Es demonio terminó siendo Souki Aiko.
Los dos, daban todas sus fuerzas para cumplir con lo quieren.
Pero solo podían llorar.
Ya que ninguno de los dos sabe que debería hacer.
Solo les queda gritar, y luchar para intentar redimir lo que sienten.
El viento alrededor se sentía más violento.
La sangre empezaba a secarse.
A pesar de todo, Ren Minoru se estaba quedando sin fuerzas.
Su pelea había sido agotadora.
El fuego era insoportable para ambos.
Pero este se vio tranquilizado de la nada.
Sobre ellos había caído algo muy refrescante.
Una enorme ola de agua.
El cambio de temperatura hizo que Ren Minoru perdiera fuerza.
Entonces alguien lo pateó, quitándolo de encima de Souki.
Minoru intentó levantarse, pero algo lo detenía.
Su armadura se sentía muy pesada.
Como si alguien utilizara el acero para manipular su armadura.
Y sobre el cayó una bengala.
Algo que fácilmente pude realizarse con el elemento de la luz.
Cuando esta tocó su rostro.
Explotó.
Fue una explosión que solo afectó a Minoru, pues ya no quedaba virus que utilizar.
Ren Minoru cayó, la explosión lo elevó unos pocos metros.
Él no entendía que estaba pasando.
Souki Aiko tampoco.
Una vez más, Minoru intentó levantarse.
Pero la tierra empezó a levantarse, poco a poco.
Unos segundos después, Minoru pudo notar que era arena.
Y poco a poco empezó a formarse una especie de ataúd alrededor de él.
Cuando la arena se endureció, Minoru ya estaba adentro.
Era como una momia.
Una pequeña prisión.
Souki volvió a la realidad.
De su mente desapareció ese escenario junto a sus amigos de la infancia.
Y se encontró de vuelta a la realidad.
Le tomó unos segundos reincorporarse.
Se levantó con dificultad, estaba lastimado.
-¡Líder! -Exclamó una voz, que se dirigía hacia Souki.
Cuando el volteó, pudo ver a Tomory corriendo hacia el.
Souki no aguantó mucho más, y cayó hacia adelante.
Tomory saltó, haciendo de apoyo a Souki antes de que este se golpeara contra el suelo.
Acostó a Souki en el suelo con delicadeza, y vertió poción regeneradora en su boca.
No era una poción tan fuerte, por lo tanto solo podía curar las heridas de gravedad de Souki.
Es lo máximo que podía hacerse luego de la desaparición del éter.
-Vamos, realmente creí que un grupo de renegados no eran suficientes para terminar con el líder de Tedehm -Dijo una voz a Souki.
Una voz conocida para Souki.
Souki se levantó, ya más recuperado.
No pudo sentirse más aliviado.
El horrible sentimiento que tenía hace unos minutos, había sido fuertemente calmado.
Frente a él se encontraba Mili Dragken, Karma Osaka y Koneko Miura.
Aparte de su escuadrón.
-Santo cielo, realmente no tienes remedio -Dijo Mili- Solo nos fuimos por un par de días.
Mili como siempre desprendía confianza y buena vibra.
-Vamos, déjalo -Dijo Karma Osaka- Mira lo demacrado que está, ahora debemos ocuparnos de el inesperado visitante.
Él se refería a Ren Minoru.
-Aphire y Mika nos informaron de esta situación en Tedehm -Dijo Koneko- Debieron llamarnos mucho antes.
-Las comunicaciones podían haber estado interferidas por Ren Minoru -Dijo Nabe.
-Cambiando de tema, ustedes me impresionan -Dijo Mili a Tomory, Shizuka, Nabe y Aoi- Los cuatro despejaron completamente la zona, lo hicieron muy bien, gracias por respaldar así a Souki.
Aoi se quedó callada, aunque estaba feliz de poder haber cumplido con su deber.
Shizuka se sonrojó ante el cumplido.
Tomory dio las gracias educadamente.
Nabe tambien calló, a pesar de que se sentía bien al respecto.
-Ustedes ¿Cómo pueden estar tan calmados? -Dijo Ren Minoru desde su pequeña prisión- No han ganado de ninguna manera.
Koneko extendió una enorme lanza de acero que se formó desde sus manos.
-Calla, imbécil -Dijo Koneko.
La lanza estaba frente a Minoru, a solo unos milímetros de su rostro.
-¿Sabemos la razón del ataque? -Preguntó Karma.
-Sí -Dijo Souki- Vino por venganza, piensa que yo asesiné a Alex Firedwater, todos los soldados incluyéndolo a él, son de Firedwater, son sobrevivientes.
Mili pareció algo alterada ante el comentario.
De la nada el ataúd de Ren Minoru se convirtió en cristal.
Karma soltó una pequeña risa burlona.
-Tu elemento es el fuego ¿No? -Dijo Karma a Minoru- Si intentas utilizarlo para deshacerte de la arena, solo lograras convertirlo en cristal.
Cuando terminó de hablar, hubo una explosión proveniente de Ren Minoru.
-¡No pueden estar tan tranquilos! -Se escuchó viniendo desde la explosión.
Koneko inmediatamente extendió un escudo enorme de acero para protegerlos a todos.
El escudo se vio abollado por varias puntas.
-¿Destruyó el cristal? -Dijo Mili impactada.
Entonces la abolladura se hizo más grande.
Pero esta vez no fue hecha por un cristal.
Parecía un golpe.
Y siguió golpeando.
-¿Cómo puede tener tanta fuerza todavía? -Dijo Aoi.
-Debe estar haciendo lo mismo que hice en Black Lagoon -Dijo Souki- Está llevando sus circuitos mágicos al máximo, está liberándolo todo, debe estar sintiendo un dolor enorme, está muy determinado a vengarse, ya que el hecho de que haga esto, quiere decir que está listo para no usar magia nunca más.
-Igual que Ryumi -Dijo Koneko.
-¿Es posible vencerlo con esa fuerza? -Preguntó Shizuka.
-De ninguna manera -Respondió Souki- En un combate cuerpo a cuerpo ni siquiera podría ganar Hiro, habría que ser muy diestro.
-¿Qué debemos hacer? -Preguntó Karma- Si lo pones así, entonces no hay ninguna manera de derrotarlo.
-Si que la hay -Dijo Souki- Quizás me expresé mal, es imposible vencerlo cuerpo a cuerpo, pero con un poder enorme, es totalmente posible.
-¿Como tu Heavy Storm? -Preguntó Mili.
-Con la que hice en Black Lagoon sería más que suficiente -Respondió Souki- Pero nadie tiene esa cantidad de poder, tampoco es necesario tanto.
Los golpes se hicieron más fuertes, y el acero empezaba a romperse.
-¿Que debemos hacer entonces, líder? -Preguntó Tomory.
Souki estaba pensando.
Y de inmediato le vino una idea a la cabeza.
Su plan original.
Souki empezó a buscar a su alrededor.
Entonces encontró la bolsa de latas con virus que Kentaro le había dado.
Corrió hacia ella, y saco las latas.
-¿Qué es eso? -Preguntó Koneko, quien hacía otro escudo de acero, pues el primero estaba pereciendo.
-La forma de derrotar a Ren Minoru -Respondió Souki.
Souki sacó una cuerda de su bolsillo y empezó a enredarla en las tapas de las latas.
-¿Qué pretendes hacer con esas latas? -Preguntó Mili.
-Ya lo verán -Dijo Souki mientras enredaba la cuerda lo más rápido que podía.
Seguido levantó todo, revelando una red de latas.
Entonces se la enredó en el torso, como si fuera un chaleco.
-Apártense todos -Dijo Souki- Corran lo más lejos que quieran.
-¡¿Qué dices?! -Preguntó Aoi enojada- De ninguna forma vamos a dejarte aquí solo.
El escudo de Koneko iba a romperse de nuevo, así que ella iba a formar otro.
-No hagas más -Le dijo Souki a Koneko.
Souki se sentía confiado.
Se sent��a bien.
Es lo que la esperanza provista por sus compañeros había logrado.
-Tienen que confiar en mí -Dijo Souki- Todo estará bien.
Mili, Karma y Tomory fueron los primeros en irse.
-¿Adonde van? -Preguntó Nabe algo indignado- ¿En verdad vamos a dejarlo solo aquí?
Ellos salieron corriendo sin decir nada.
-¡Por favor, váyanse! -Gritó Souki.
Ante este grito, se retiraron Koneko y Shizuka, persiguiendo a los demás.
Aoi sostuvó la mano de Shizuka antes de que se fuera.
-¿A donde crees que vas? -Preguntó Aoi.
-Debemos irnos -Dijo Shizuka.
-¿Por qué? -Preguntó Aoi- El líder puede morir.
-Porque confío en el líder Souki -Dijo Shizuka soltándose de la mano de Aoi.
Fue entonces que Aoi entendió.
Se quedó callado unos momentos. mientras Nabe se ponía en posición de pelea detras de Souki.
-Vayámonos Nabe -Dijo Aoi.
-No lo entiendo -Respondió Nabe- ¿Por qué? El líder quiere protegernos, pero no puedo dejarlo solo, no quiero dejarlo solo.
Souki no podía decir nada ante esas palabras.
Él entendía bien los sentimientos de Nabe.
Aoi no dijo nada, golpeó a Nabe en la nuca, dejándolo inconsciente.
-Gracias -Le dijo Souki a su compañera.
Aoi tomó a Nabe del estomago, cargándolo.
Y salió corriendo de allí.
Fue precisamente cuando el acero se rompió.
-Vaya -Dijo Souki- Que acero más considerado y conveniente con la situación.
De ahí salió Ren Minoru, emanando enormes cantidades de fuego.
Estaba completamente incendiado.
Souki se acercó a él calmadamente, caminando.
Minoru estaba completamente perdido.
En un estado donde solo deseaba destruir.
Souki se estaba quemando, pero solo se quedó viendo a Minoru, quien empezaba a dirigir un ataque hacia él.
-Lo siento por todo -Dijo Souki- Adelante, dirige todo tu dolor a mí, estoy bien con eso.
Seguido jaló la cuerda que estaba enredada a todas las latas.
El virus salió.
Y todo estalló al entrar en contacto con el fuego.
Fue una explosión enorme.
Souki Aiko salió disparado a varios metros del suelo.
De la misma forma cayó a toda velocidad a la tierra.
Estaba totalmente envuelto en fuego.
Y de esa manera, chocó contra el suelo.
Souki estaba a punto de perder el conocimiento.
Iba a vivir, hizo lo que hizo consciente de ello, pues sabía bien que su cuerpo lo soportaría.
Entonces sintió como algo apagaba el fuego que lo rodeaba.
Se sentía suave, como si fuera tela.
Souki empezaba a cerrar los ojos.
Estaba muy cansado.
Pero hubo algo que lo despertó de golpe.
Una voz muy reconfortante gritó de la nada.
-¡Souki! -Era la voz que Souki más quería escuchar.
Souki sintió como ella lo tomó en sus brazos.
"Que lugar para caer más conveniente" Pensó Souki.
Entonces este empezó a reír.
-¿Souki? -Preguntó Hiro.
-Creo que ganamos -Dijo Souki con las fuerzas que le quedaban.
-Calla -Dijo Hiro abrazando a Souki- Te llevaré a un lugar seguro.
De esa forma Hiro empezó a cargar a Souki, como si se tratara de una princesa.
Y empezó a correr.
Los dos se sentían cálidos el uno junto al otro.
Pero en el pecho de Hiro había un sentimiento extra.
Algo que fue provocado por su estancia en la Black Room.
-Se siente como un Deja Vú -Dijo Souki en los brazos de Hiro- Es como la noche de la batalla contra Pendreten.
Hiro lo notó.
"Quizás eso es lo que está mal" Pensó Hiro.
-Intenta no hablar en el estado en el que estás -Dijo Hiro un poco más fría- Ya falta poco.
Souki se cayó ante aquel comentario.
De la nada la calidez que sentían, empezó a desaparecer.
Estaba ahí, como siempre.
Pero también había un extraño sentimiento de distancia entre los dos.
Cosa en la que los dos decidieron no pensar mucho.
Ya que tenían miedo de la respuesta del origen de ello.
Souki solo se aferró fuertemente a Hiro, como nunca lo había hecho.
Sentía como si algo le estuviera siendo arrebatado.
Y a pesar de decidir no pensar, sentía cierta desesperación.
Hiro también sentía miedo.
Pues sentía que tenía que cambiar algo al respecto.
Por si misma.
No podía dejar de pensar en lo que vio en la Black Room.
A pesar de juntos, se sentían muy alejados.
Se sentían muy aterrados.