Los escombros y ladrillos volaban por todos lados.
Souki Aiko estaba determinado, no tenía duda de que iba a ganar esta batalla.
Ren Minoru no terminaba de entender como su enemigo seguía con vida.
El polvo producido por la destrucción parcial del castillo, empezaba a entrar en los ojos de los dos contrincantes.
Souki Aiko no lograba sentirlo, podía ver sin ningún problema.
Otra habilidad conseguida gracias al reforzamiento de su cuerpo en Bloody Farm.
Mientras que Ren Minoru, empezaba a cerrar sus ojos.
Souki Aiko tenía su aura activada, así que la trasladó a sus piernas, concentrando toda su fuerza en impulsarse hacia Ren Minoru.
Ren Minoru no esperaba ningún ataque, pues estaba seguro de que Souki Aiko sería igual de lento que su batalla previa frente al castillo.
Pero en esta ocasión Souki Aiko estaba completamente preparado.
El líder de Tedehm dirigió su primer corte al cuello de la armadura de su rival.
Él iba con intenciones de asesinar a su rival si era necesario.
Ren Minoru se alarmó ante los rápidos movimientos de Souki Aiko, y aún sin poder ver, desenfundó su espada de fuego.
El virus aún no se agrupaba sobre ellos de nuevo, por lo tanto nada explotaba.
La espada de fuego solo fue ondeada bruscamente por Minoru, quien buscaba defenderse.
Souki Aiko ya había retrocedido, lo hizo en el momento en el que Ren Minoru había tocado el mango de su espada.
Él solo analizaba la situación lo más rápido que podía.
Pues debía esperar a que sus compañeros le dieran la señal de que la zona estaba despejada de virus.
Souki Aiko lo sabía bien, y no dudaba en que las cosas salieran rápido.
A su espalda vio un destello de luz.
Al voltearse pudo ver que era una de las dagas luminosas.
Tomory ya había terminado con su trabajo.
Cuando se volteó de vuelta, sintió un calor intenso.
Ren Minoru estaba frente a él, dirigiendo un golpe a su rostro, con su espada de fuego.
Souki Aiko levantó su katana mientras se apartaba del fuego.
De esa forma logró bloquear el peligroso ataque.
-¿Qué sucede traidor? -Preguntó Minoru- ¿Hay algo que te preocupe allí afuera?
Los dos forcejeaban, pero Souki tenía una clara ventaja.
-Para nada -Respondió Souki- No tengo ninguna razón para preocuparme de algo aparte de derrotarte.
Souki realizó un enorme tajo con su espada, logrando alejar a Ren Minoru, y dejar su abdomen vulnerable.
Al ver a su enemigo completamente descubierto, Souki no pudo evitar utilizar una de las técnicas en las que estuvo trabajando.
Mientras Ren Minoru aún estaba en el aire, Souki Aiko enfundó su espada, gracias a que concentró su aura en sus brazos, pudo hacerlo a gran velocidad.
Seguido bajó su tronco, quedándose en una postura estándar del Iaijutsu.
Ejecutó su ataque desenfundando su espada rápidamente, en dirección a Ren Minoru.
En los pocos segundos que la katana tardó en llegar a Minoru, Souki trasladó la energía de su aura de sus brazos a la punta de su espada.
Él sabía muy bien que un tajo no cortaría la armadura de su contrincante, aparte de estar comprometiendo la integridad de su katana.
Así que en lugar de esparcir la energía alrededor de toda la espada, la acumuló en la punta nada más.
De forma que pudiera penetrar la enorme armadura.
La punta del arma del traidor de la serpiente tocó al pecho aún descubierto de su contrincante.
Una enorme explosión se dio, mandando a volar a Ren Minoru.
Pero Souki Aiko había logrado ver y escuchar todo muy bien.
Su ataque había logrado quebrar la parte pectoral de la armadura de Ren Minoru.
Era peligroso.
Pero Souki Aiko pretendía utilizar todo su poder mágico para destrozar poco a poco la armadura de Ren Minoru.
No había otra manera de derrotarlo.
También llevaba el riesgo de que cualquier golpe directo o agarre podría poner en riesgo la estrategia final de Souki.
El golpe hizo que Ren Minoru pudiera esconderse en el humo, que ya empezaba a tomar todo el castillo de nuevo.
Souki Aiko estaba escuchando con atención todo.
Los movimientos del virus, todo.
Él no tiene una habilidad tan pulida como la de Hiro Hitagi o Goto Shojiro, pero con lo espeso que era el virus, podía escuchar los movimientos dentro de la enorme nube.
Tenía que estar alerta.
"No puedo perder tanto tiempo" Pensó Souki "En cualquier momento puede llegar Hiro, debo solucionar esto rápido"
Cuando sintió una fuerte corriente detrás de él, se volteó en posición defensiva.
Ren Minoru había decidido atacar.
Las armas de ambos chocaron de manera que el virus se dispersó por un momento ante la corriente causada por el impacto.
"Debo ganarle" Pensó Minoru " No dejaré que los esfuerzos para llegar aquí se desperdicien" "Debo vengar la voluntad de Alex" "Incluso si no puedo llenar unos zapatos tan grandes, necesito guiarlos por el camino correcto" "No puedo rendirme"
Ren Minrou atacó con la espada de fuego apagada, pues su armadura podía ser destrozada por Souki Aiko ahora.
-¿Tienes miedo? -Preguntó Souki Aiko mientras forcejaba- Ni siquiera estás atacando con fuego ¿A donde fue aquella actitud tan engreída?
Souki estaba emocionado.
Su mentalidad se estaba torciendo desde su batalla contra Zaygo Murumo.
Incluso si el no quiere luchar, hay una parte de él que lo impulsa a hacerlo.
Una parte de él que fue creada a raíz de la Hora Cero.
Ren Minoru alejó a Souki Aiko desesperadamente con un tajo enorme de su espada.
Pero Souki no estuvo mucho tiempo alejado antes de contraatacar.
Minoru estaba retrocediendo mientras bloqueaba los ataques constantes de Souki.
Eran ataques hábiles y rápidos, llenos de emoción, pero también de desesperación.
Souki estaba preocupado por sus compañeros, y por Hiro Hitagi.
Por más confiado que estuviera del resultado de la batalla, no puede dejar de pensar.
Los sentimientos de Souki eran muy confusos.
A tal punto que ni él mismo lograba entenderlos.
"¿Qué debo hacer?" Se preguntaba Souki.
Lo único en su cabeza era ganar esa batalla.
「Souki Aiko」
Aquel día me sentí realmente perdido.
Haru Kishibe yacía en mis brazos, muerto.
Garo Tachibana resultó ser Kosuke.
No fue una victoria para nadie.
Solo puedo recordarlo como el día en el que perdimos a Haru Kishibe, la luz que todos seguíamos.
Cuando me convertí en el líder de Tedehm de verdad me pregunté.
"¿Puedo yo ser esa luz?"
La sonrisa y dirección de Haru fue algo que transmitía confianza.
Aquella esperanza se contraponía totalmente conmigo.
El traidor de la serpiente.
El símbolo de la desesperación.
Aún así, decidí cargar con ello.
Los dolores de cabeza eran horribles.
El estrés que aquella decisión me dio, era inhumano.
¿Cómo puedo lograr que otros confíen en mí?
¿Cómo puedo ser la esperanza de Tedehm?
Fue cuando llegaron ellos.
Tomory, Nabe, Aoi, Shizuka.
Ellos me seguían, confiaban en mí.
En ocasiones me pregunto si para ellos soy la misma luz que Haru fue para mí.
Tenía que ser fuerte.
Entrené día y noche, porque necesitaba ser fuerte.
Cuando más personas se sumaron a mi espalda perdí la oportunidad de abandonar.
Y fue desde un principio.
Tedehm es enorme, y es con lo que tengo que cargar.
Debo perseguir la sombra de Haru.
Si ellos cuatro me siguen, entonces puedo ser la confianza que inspire a Tedehm.
Supongo que es mi forma de luchar con mi propia desesperación.
En mis sueños sigo viendo aquellos ojos.
Unos ojos brillantes, rodeados por sangre y vendas.
¿Qué significa?
¿Por qué los veo una y otra vez?
No lo entiendo.
Pero cuando estuve con Hiro y Haru, esos ojos dejaron de aparecer.
Es aterrador.
Quizás es esa voz que me pide acabar con todo.
Necesito saber quien soy y que es lo que estoy persiguiendo.
Hiro Hitagi.
Hana Shinobu.
Haru Kishibe.
Kentaro Tanaka.
Tomory.
Nabe Mikoto.
Shizuka Matsuyabashi.
Aoi Koshiai.
Con ellos puedo lograrlo.
Son la esperanza entre tanta desesperación.
Y mi motivo para seguir buscando la respuesta de todo.
Por eso es que debo luchar.
Porque esto recién está empezando.
No puedo desperdiciar todas esas muertes.
Debo encontrarme a mi mismo.
Dentro de tantos pensamientos tan peligrosos.
Esta batalla es peligrosa.
Aunque llevo la ventaja, se está tardando mucho.
Ren Minoru es hábil, pero está a la defensiva.
¿Cómo se supone que lo venza?
A través del humo puedo ver tres de las cuatro dagas luminosas.
¿Por qué se tardan tanto?
Necesito terminar con todo esto rápido.
Esto es mucho peso.
¿Ellos estarán bien?
Debo protegerlos también.
La victoria de esta batalla depende de muchas cosas.
Aunque es un poco desalentador, son cosas que tengo bajo control.
Ren Minoru finalmente chocó contra la pared.
Estaba totalmente acorralado.
Es mi oportunidad.
Encendí mi aura, y la concentré en mis brazos, listo para darle un tajo en la cabeza.
Siento la combustión del humo a mí alrededor.
Esto estallara si no me doy prisa.
Puse toda mi fuerza en mis brazos.
Los moví a tal velocidad, que eran perseguidos por la explosión del virus.
Una estela explosiva iba tras mis brazos.
A unos centímetros de la cabeza de Minoru, concentré al aura en el filo de la katana.
Y dejé algo para mis hombros, poniendo toda mi fuerza en romper el casco.
A duras penas vi como el casco empezaba a romperse en cadena gracias a mi golpe, cuando todo explotó de nuevo.
Salí disparado al techo.
Sentí como mi espalda crujía.
De no ser por mi cuerpo, ya habría muerto varias veces.
Cuando caí, levanté la mirada de inmediato.
Pero no me dio tiempo para nada.
Frente a mí estaba Ren Minoru, atacandome.
Su rostro se podía ver claramente.
Su casco estaba roto, y la parte superior de su pechera.
Estoy lográndolo.
Él se ve notoriamente enojado.
La sangre baja desde su frente.
Dirige su espada encendida hacia mí.
No puedo hacer nada.
La espada penetró mi estomago.
¡Mierda! ¡Como duele!
Está bien, la he pasado peor.
Creía que era un dolor soportable.
Hasta que empecé a sentir mucho calor dentro de mí.
¿Qué está haciendo?
Me retiré de ahí quitándome la espada de adentro.
Fue entonces que escupí humo y sangre.
¿Qué mierda?
¿Pretendía incendiarme desde adentro?
Cuando estaba pensando, sentí calor en mi cara.
Entonces volví a ser consciente de mi entorno.
Está cortando mi cara.
Me aparté de nuevo, y empecé a buscar mi katana, con la explosión la solté por error.
Es increíble, en cuestión de segundos los dos estamos increíblemente lastimados.
Supongo que estoy a su nivel.
Si en estas situaciones hubiera aparecido alguien como Kosuke o Zaygo, hubiera perdido con mi poder actual.
Empecé a correr, huyendo de Ren Minoru.
No podía encontrar mi espada.
Y seguía sin ver la daga luminosa faltante.
¿Qué sucedió?
¿Alguno murió?
¡No puede ser posible!
El tiempo se me agota, no puedo seguir huyendo.
Al voltear pude ver que Ren Minoru estaba completamente incendiado.
¿Qué está sucediendo?
En sus ojos no puedo ver pupilas.
Salté, y me apoyé en una pared.
Iba a saltar directamente hacia Minoru.
Empecé a acumular toda mi aura en mi puño derecho.
Esta es mi técnica más fuerte hasta ahora.
Clavé mis pies en el muro, y agarré impulso, poniendo toda mi fuerza en mi brazo.
Era como si toda la energía fuera absorbida por mi mano derecha.
Una esfera se formo, tan grande como para llegar a mi codo.
Entonces salté.
Y dirigí mi puño al rostro de Ren Minoru, quien seguía pareciendo una bestia.
-¡Heavy Storm! -Grit�� mientras conectaba mi ataque.
Es bastante vergonzoso, pero al practicarlo, al escuadrón le pareció que era algo icónico que no podía dejarse atrás.
Mi golpe siguió derecho, poniendo la cabeza de Minoru contra mi puño y el suelo.
De esa forma transferí toda mi energía al cráneo de Minoru.
A través de sus cuencas podía verse luz.
Eso debería dejarlo inactivo por un tiempo.
Me separé de él.
Pude verlo en el suelo, soltando espuma por su boca.
Está inconsciente.
Ha sido más sencillo de lo que pensé.
Saqué la pistola de bengalas de mi cinturón y disparé al cielo, dando a entender que ya había terminado todo.
Las cuatro dagas luminosas están en su lugar.
Quien sabe en que momento todos terminaron.
Pero al final no necesité que desocuparan el perímetro, no fue necesario el plan.
Todo terminó ya.
O eso pensaba.
De la nada algo agarro del cuello, y me haló hacia atrás.
¡¿Qué demonios?!
Hacía fuerza.
Está ahorcándome.
Era con una fuerza enorme.
Con guantes de acero.
Es Ren Minoru.
¡¿Cómo puede seguir en pie?!
En verdad esta ahorcándome.
Tengo resistencia extra, pero va a partirme el cuello.
No puedo curarme de ello.
Mierda.
Estoy intentando forcejear.
Pero no puedo quitarme sus brazos de encima.
-Este es el fin -Susurro en mi oído- No puedes contra esto.
Su voz se oye rasposa.
Mierda, se me acaba el aire.
Intento patalear y golpear su entrepierna.
Pero no puedo.
Aún tiene esa parte de armadura.
-Esto que sientes ahora nunca lo olvides -Dijo Minoru- Esta desesperación, esta perdición. fue lo que todos sentimos aquel día.
¿Aquel día?
¿A que se refiere?
Mierda, ya estoy empezando a perder visión.
No.
Por favor.
¡No!
Este no puede ser el final.
Aún no logro nada.
Debo vivir.
Debo ser su esperanza.
De todos ellos.
Debo vivir para protegerlos.
Estoy ahogándome.
No puedo ver nada.
No logro sentir nada.
No quiero.
No quiero.
De verdad.
No quiero morir aquí.
¿De verdad este es el fin?