Osmund ese era su nombre, el nombre del padre de Lidia y Hoff él era un gran hombre, de joven era un viajero, de hecho era mercenario, así fue como lo conocí la primera vez, de eso hace ya 30 años, pero eso será una historia para otro día, hay cosas que no se de él y cosas que supe después que nos reencontramos hace 15 años cuando deserté de mi batallón, y suerte que lo hice o estaría muerto como todos los imbéciles que entraron en el territorio de las ninfas empuñando armas , creyendo que llegarían y arrasarían este pueblito y seguirían sin problemas, pero como dije anteriormente esa es otra historia.
En ese tiempo fui muy mal herido por los compañeros a quienes traicioné, pero Osmund me encontró medio muerto y me ayudó, él decía que no sabía quién era yo, pero nunca le creí, ya que una de las cosas que siempre supe de ese hombre desde que lo conocí es que nunca olvidaba un rostro, aunque todo lo que hizo fue llevarme con Agnes de quien no solo recibí ayuda sino también conocimiento y gracias a ella soy quien soy ahora, sin embargo esta no es mi historia, ya cuando hube mejorado lo suficiente Agnes me mandaba a hacer recados, y al final del día siempre bebía un té de hierbas, bastante amargo por cierto, el hecho de ir a la taberna de Osmund practicante a diario para poder beber algo diferente a ese desagradable te me permitió entablar una buena amistad con él, y con el tiempo fuimos desenterrando viejas historias sobre la guerra que hace poco había acabado, así como historias de lo que había pasado luego de ella, una de esas tantas historias es la que nos interesa a nosotros ,la de las ninfas del valle de Islarm.
Y así comienza, un día hace aproximadamente 21 años Osmund estaba perdido en los bosques cercanos a pesar de poseer buen sentido de orientación y una excelente brújula, qué de nada le servía, caminó varias horas quizás en círculos ,sin embargo al final logró llegar a un lago el cual se nutría de una cascada que poseía una cueva interna, al parecer estaba tan cansado que solo bebió algo de agua y se hecho a dormir sin darse cuenta de que estaba siendo observado, al despertar estaba prisionero de unas hermosísimas mujeres las cuales hablaban una lengua que no pudo entender hasta que una de ellas le preguntó en lengua común
– ¿quién eres? y que haces aquí, el solo pudo responder
- acaso son ustedes una hermandad o un culto a algún dios de la naturaleza, esto solo provocó carcajadas por parte de las ninfas
Las cuales simplemente le respondieron – la estupidez humana y su ignorancia no ha cambiado nada, tienen en frente a un ser al cual adoran o veneran y no se dan cuenta de ello,
-no mortal ignorante no somos un culto a algún dios, de hecho hay quienes nos consideran diosas,
- pequeño mortal somos ninfas, cuando la ninfa de aparente mayor autoridad mencionó esto, Osmund se puso pálido se podría decir que en ese mismo instante se petrificó, sentía que su sangre se había congelado y solo podía rogar tener una muerte poco violenta, después de todo había escuchado las historias que contaban sobre las ninfas del valle de islarm, estas mencionaban que la intención de estas ninfas era matar indiscriminadamente a cualquiera que entrara en su territorio, al ver a osmund con ojos que demuestran un inmenso terror así como con gotas de sudor enormes que caían profusamente una ninfa pequeña solo le sonrió y dijo
- no somos monstruos como los humanos intentan plasmarnos, simplemente no soportamos a los humanos, y deberías estar honrado solo al estar en nuestra presencia pues somos musas.
– ¿musas? ¿Acaso ustedes no bendicen con talento a los artistas? dijo Osmund
– si así es o por lo menos a quienes merecen o se han ganado nuestra gentileza y amabilidad, luego de decir esto la pequeña ninfa desapareció entre la vegetación circundante
Osmund empezaba a preocuparse, ya que no sabía que le deparaba el futuro si seguía allí encerrado, y lo que más le preocupaba era el pequeño bebé que había acogido luego de recogerlo de una caravana destrozada , pero no de cualquier caravana sino de una con estandartes que solo se ven cerca de las montañas , eran estandartes enanos de las montañas de hamot , y le preocupaba aún más el hecho que enanos de esas montañas habían ido a visitarlo a medianoche para forjar un acuerdo por el cual Osmund debía cuidar al bebe a cambio de tener buenas relaciones con la ciudad subterránea de hamot, ya que de otro modo no podría quedarse en Asteris teniendo toda una ciudad de curtidos herreros y guerreros como enemigos, así que aceptó el trato.
Él bebe al cual llamó Hoff le preocupaba, pero su preocupación primordial era salir de allí así que recurrió a sus recuerdos de viejas historias que había oído en sus viajes de antaño, dichas historias mencionaban que para calmar a una musa se le debía entregar un obsequio, este consistía en algún tipo de arte así que se puso a cantar, de baladas a canciones de motivación de soldados, se puso a recitar poemas llenos de amor y también otros llenos de tristeza, al parecer esto le funcionó ya que la pequeña ninfa volvió y le dijo
- al parecer no eres tan malo y le agradas a Lunae
– ¿Lunae?
– si Lunae, mi pequeña ,ilusa y corazón blando hermana menor
– menor pero si tú eres la más pequeña
– realmente eres un tonto, nuestro mundo no funciona como el tuyo, aquí muy pocas cosas son lo que parecen en especial la apariencia, luego la pequeña ninfa desató a Osmund y le pidió que la siguiera,
- ¿por qué me has dejado libre?
– eso es simple le has agradado a mi hermanita, además que has pagado tu ofrenda para poder permanecer en esta tierra aunque como un invitado que pronto se ira, la otra rozón por la que te hemos dejado salir es que mi pequeña hermana se ha enamorado de ti y desea concebir un hijo tuyo
- ¿Qué?
– sí, no pongas esa cara de idiota, gracias a los deseos de Lunae te hemos permitido quedarte un poco de tiempo aquí, de lo contrario te abríamos echado de nuestras tierras bastante maltratado, cuando la pequeña ninfa dijo esto se podía ver una ligera y sínica sonrisa en su rostro . Mientras transcurría la conversación habían llegado a un árbol antiguo
– es en ese árbol donde encontraras a mi hermana, ni se te ocurra hacer algo estúpido ya que no habrá consecuencias agradables para ti,
Osmund sabía que su vida dependía de cualquier cosa que pasara con esa ninfa que ya sea por capricho o por algo más había decidido engendrar un hijo con Osmund, al estar tan cerca del árbol para poder ver el verdadero tamaño de este el cual resaltaba ya que los arboles del rededor no eran más que pequeñas plántulas en su comparación , allí la encontró, Lunae lo esperaba sentada en una de las enormes raíces del gigantesco árbol, lo que paso a continuación solo pudo ser descrito, como si sus mentes se hubiesen convertido en una mientras el tiempo pasaba y su lujuria se consumía hasta llegar a un éxtasis final,
cuando Osmund se despertó estaba en su habitación, en su posada y todo lo que se pudo preguntar fue si aquello había sido real o había sido un sueño , de inmediato pensó que fue un sueño y se volvió a dormir para intentar regresar a los brazos de Lunae, el siguió creyendo que era un sueño hasta año y medio después cuando encontró, a la pequeña ninfa sobre su cama sosteniendo una pequeña bebe y todo lo que le dijo a Osmund antes de desaparecer fue
– ella es tuya y de mi hermana, cuídala hasta que sea el momento de que ella elija habitar entre los humanos o venir con nosotras.
-Asem y ¿qué paso con Osmund? la historia no puede acabar allí
– eso es cierto joven Siles, pero Osmund no podrá ver la elección que tomará lidia ya que el murió hace 2 años, en quien recae la responsabilidad de ver dicho evento es en Hoff que por si no te has dado cuenta ha tomado como deseo personal mantener lo que su padre dejó y ver qué decisión tomará su hermana, incluso si eso va en contra de quienes esperan que el cumpla con aquello que le aguarda lejos de aquí .