Solo con la prudencia, la sabiduría y la destreza se logran grandes fines y se superan los obstáculos. Sin estas circunstancias nada tiene éxito.
-Napoleón Bonaparte.
La manera en que se habían puesto era muy extraña, entendía que la fuerza y resistencia de ataque que tienen esos soldados es la mejor para hacer un ataque frontal, pero piden a gritos que los intenten flanquear. Lo que había hecho fue un error garrafal, pero aún podía arreglarlo.
-Olviden lo que dije- decía por radio- Revisen el bosque, lo más seguro es que haya soldados escondidos esperando a que se posicionen para atacar sus flancos. Entren al bosque con cuidado, aprovechen la poca luz que queda¡Saquen a esas ratas y llevenlas a la carretera!
La entrada principal de la base conduce por una carretera vieja, pero que en la batalla le iba a sacar un buen provecho.
-¡Nos atacan por detrás!- dijo un soldado que peleaba en la puerta principal e inmediatamente después se escuchó otro soldado reportándose.
-¡Están atacando la puerta sureste!- reportó otro.
-Cierren más la formación, que un pequeño pelotón le haga frente a ese grupo, no cedan su posición. Que todos los grupos del centro se dividan para defender ambos puntos, ¡No toleraré una sola baja!¡Los superan en número!
Los soldados de las Fuerzas Especiales eran muy astutos, aunque sus tácticas siempre me han parecido anticuadas pero gracias a su tecnología y fuerza les funcionan perfectamente. Lo que querían hacer era la táctica más eficaz de Alejandro Magno, ver un hueco en la formación enemiga y enviar a toda su caballería a ese punto. Parece que querían hacer de esta base su Gaugamela.
Un par de minutos después, vino de forma apresurada el soldado que anteriormente nos había ayudado, con una radio en su mano derecha.
-Gracias- le dije al tomar el dispositivo.
-No hay de qué- decía un poco cansado por haber corrido hasta acá- Iré a agruparme a la puerta principal.
-No, tengo una tarea para ti- dije sin dejar de ver el mapa antes de que se marchara- ¿Tienen camionetas blindadas?
-Contamos con dos Hummer con ametralladoras y un par de artillados, todas están en el hangar.
-Está bien.... Prepara las cuatro para combatir.
-Si.
El hombre se marchó acatando mi orden sin objetar, a pesar que no sabía quién era yo, tal vez le tenía mucha confianza a su general.
-¡Que avancen hacia la carretera los de la puerta principal hasta que se replieguen fuera de la base!¡Después refuercen toda la base!- dije por radio.
Las Fuerzas especiales subestimaron a sus enemigos, pensaron que cincuenta soldados eran suficientes para tomar una base, contra cientos de guerrilleros. En ese momento, no me imaginaba las bajas que tuvieron los soldados de la guerrilla, el ataque los tomó por sorpresa y su fuerza no se podía comparar con los soldados del Imperio.
Minutos después, el mismo soldado que preguntaba al principio quién era vino a la casa de campaña a reportar todo en persona. Pasó por la puerta y yo aún estaba revisando el mapa.
-Un gusto conocerlo…..-decía mientras lo veía y le eché una mirada a él y a su uniforme, un hombre no tan viejo con un cuerpo fuerte- capitán.
-¿Usted es el que dejó a cargo el general?- preguntó seriamente.
-Si, pero basta de presentaciones, aún no termina esto- le dije, y él se acercó al escritorio.
-¿Qué es lo que planea?
-Le encargué a uno de sus soldados que preparara las camionetas blindadas y las colocara en la entrada. Quiero que siga a los soldados por la carretera, el convoy tomará una posición en columnas, quiero que divida a un grupo de soldados enemigos del resto de sus compañeros y quiero que los haga retroceder hasta este punto- decía marcándole una "X" en el mapa cerca de donde estaban posicionadas Leyna y Adalia- Hay francotiradores esperando para tomarlos por sorpresa, lo más posible es que no los maten los francotiradores con la primera bala, pero los dejará malheridos y ustedes se encargarán de eliminarlos. Mientras que al resto de enemigos, lo más seguro es que se metan al bosque, pero no los sigan, quédense quietos en la carretera, perderían toda su ventaja. Eso es todo.
-Está bien, espero que su plan funcione.
-Suerte- le dije mientras se iba.
Tomé la radio que me había entregado el soldado, subí el volumen y encendí el micrófono.
-Leyna, ¿me escuchas?- pregunté.
-Si.
-¿Están en posición?
-Sí, estamos listas.
-Un pequeño grupo de soldados se estará alejando de los guerrilleros hacia su posición, cuidado a quién le disparan. Los soldados de Fuerzas Especiales cuentan con camuflaje térmico, pero el bosque es frío, así que va a ser más sencillo diferenciarlos entre el entorno.
***
Sobre la oscuridad de una pequeña montaña, Leyna y Adalia estaban recostadas en el frío piso con francotiradores en el suelo. Leyna, veía a través de unos binoculares sobre la carretera, y cómo cuatro camionetas armadas iban por la carretera con varios soldados encima de estas.
-¿Cómo es Emil?- preguntó sorpresivamente Adalia.
-¿Te gusta?- preguntó Adalia muy seria.
-No- decía- Simplemente me agrada cómo piensa.
-No lo hagas tu héroe, tal vez tenga principios muy buenos, pero es un idiota. Es un completo manipulador y obsesivo al control y el orden, al final los acabará usando para su beneficio, pero mientras estés con él, nunca contradigas sus ideas o ganate su confianza para poder hacerlo.