Nota del autor: Llega un nuevo arco, pero primero publicare el siguiente intermedio sobre Samantha.
Les agradeceria si dejan una reseña sobre el trabajo, eso me ayuda a saber que debo mejorar.
Compartan, Voten y Comenten.
En el este del continente Midgard, dos guardias se encontraban en lo que era un puesto de avanzada frente a un estrecho en una pequeña cadena montañosa, no habia ninguna de las grandes montañas en la zona y en cambio era un simple paso que utilizaban los comerciantes y viajeros para acortar camino hacia las montañas del sur.
Sin embargo, en este momento en específico el lugar estaba cerrado.
Los distintos viajeros y comerciantes cuando se acercaban a las puertas, simplemente daban media vuelta eligiendo un camino más largo en lugar de pasar por este lugar, solamente algunos guerreros de niveles altos decidían arriesgarse.
"Oye, ¿Cuánto tiempo más tendremos que estar estacionados aquí?"
"No lo sé amigo, ya han pasado dos meses desde que llegamos a este lugar, escuche que el capitán menciono a los guerreros alados dirigiéndose hacia ese lugar, pero por aquí no han pasado."
"Ja, los guerreros alados son muy arrogantes. Sigh... Aunque muchos miembros del Clan Drake también pasaron, pero no parece que la situación haya mejorado."
Mientras los dos guerreros continuaban charlando en lo alto de la empalizada, desde el sur en el estrecho, se vio como entro una figura humanoide, sus pies estaban siendo arrastrados y parecía apenas poder moverse, la aparición de este ser causo que ambos guardias se tensaran y apuntaran con arcos.
La criatura no pareció sentir amenaza por los guardias y siguió avanzando a su ritmo, hasta que finalmente logro salir a la luz, entonces sus facciones quedaron totalmente visibles para los guardias sobre la empalizada.
Cuerpo grisáceo, con su ropa hecha girones, en las partes visibles de su cuerpo se observaron una gran cantidad de heridas, la mayoría de ellas eran cortes o pedazos faltantes de su carne, como si algo lo hubiera ataco dejándolo al borde de la muerte, sin embargo, a pesar de ello, no habia ni una gota de sangre cayendo de su cuerpo.
En cambio, dentro de sus heridas se podían ver pedazos de líquidos y órganos secos o coagulados. Lo que indicaba que la persona en cuestión tenía bastante tiempo muerta, esto fue lo que estaban esperando los guardias, ya que en el momento que se confirmó la apariencia del monstruo, ambos guardias dispararon perforando simultáneamente la cabeza y el pecho del monstruo.
Finalmente, el no muerto dejo de moverse, pero aun así los guardias no se detuvieron y dos flechas nuevamente fueron lanzadas al cadáver, la primera contenía una bolsa pequeña de aceite que cubrió parte del cuerpo y la segunda estaba en llamas.
El cuerpo ardió y se mantuvo así durante varios minutos, las llamas lo consumieron lentamente y los guardias, después de comprobar que no se acercaba ninguna otra criatura, volvieron a relajarse.
"La New Order dice que son Zombis, y ninguno ha querido acercarse, eso es un poco raro, la mayoría de los miembros de esa orden son bastante intrépidos, ¿no?"
"Estos no muertos deben venir del templo de Hela ¿verdad?"
Al otro lado de la montaña, en el bosque afuera de una de las grandes ciudades, se encontraba un enorme cementerio rodeando el templo de Hela, una de las diosas de la muerte, este lugar fue hasta cierto punto considerado tierra santa, y el hecho de que aparecieran estos no muertos desde ese bosque indicaba que algo habia sucedido.
No eran Ghouls, ni esqueletos, lo que implicaba que no era obra de un Lich, o por lo menos no fue obra de un Nigromante normal, aun así, la ciudad pronto fue rodeada por los no muertos y el territorio cayo en abandono, era muy complicado eliminarlos por su gran numero, además de que muchos no muertos poderosos comenzaron a aparecer.
"La verdad... No me importa, puede ser por cualquier razón, solo espero que pronto sea solucionado o estos monstruos podrían terminar por desbordarse a otros territorios."
Ambos guardias continuaron su diatriba vigilando constantemente aquel puerto fronterizo, por otro lado, en el sur, en la ciudad de Utgard, las hordas de no muertos rodeaban la ciudad fortaleza, pero cuando intentaban escalar las montañas eran derribados contantemente.
Fue justo en ese lugar que una joven rubia caminaba por las calles observando el estado deteriorado de la ciudad, la joven no pareció impresionada por ello, aparte de fruncir el ceño un poco, lo dejo de lado y continuo su avance buscando algo en particular.
"Buenas tardes, me gustaría saber dónde puedo encontrar la guarnición principal."
Un par de horas de búsqueda infructuosa más tarde, la joven se rindió finalmente y le pregunto a un guarda al azar sobre la dirección de la guarnición de la ciudad, donde esperaba poder encontrar más información sobre su actual misión.
El guardia le indico una dirección y la joven la siguió rápidamente, no fueron muchos minutos después cuando finalmente la joven encontró el edificio de la guarnición de la ciudad, donde los soldados agotados entraban y salían constantemente en dirección a las murallas.
La joven paso por los guardias demasiado cansados para detenerla e ingreso rápidamente en el edificio que parecía un hospital del campaña más que una guarnición militar, ahí pregunto por el líder de la orden o guardia y luego de unos minutos se encontró en la oficina frente a un hombre de alrededor de 30 años con bolsas oscuras bajo sus ojos, y una mirada llena de molestia y cansancio.
"Tch... No tengo tiempo para lidiar con más quejas o peticiones, así que dime cuál es tu negocio o vete ya."
"Sigh... Lamento importunarlo y mi abrupta llegada, pero esto no debe tomar mucho tiempo, solo quería información sobre una persona que probablemente paso por esta ciudad hace un par de meses."
La pregunta de la joven causo inmediatamente que la expresión del hombre empeorara, a su vez libero un poco de su presión intentando hacer que la joven se retirara, solo para ser sorprendido al notar que la joven no retrocedió un paso, en cambio lo igualo fácilmente. El hombre era un caballero veterano y el guerrero más fuerte bajo el mando de la ciudad.
[David Caballero Nv 41]
A pesar de eso, en realidad no tuvo ninguna forma de hacer retroceder a la joven que podría tener la mitad de su edad.
"No es necesario continuar con estos juegos Capitán, como he dicho, mi único interés es obtener información sobre una mujer que estuvo en esta ciudad, no tengo intención en causarle más molestias."
La voz de la joven se enfrió un par de grados, luego de esto retracto su aura haciendo que el ambiente pesado en la habitación se aligerara, el hombre por su parte resoplo y permaneció en silencio dejando que la joven continuara.
"Muy bien, estoy buscando a una Elfa, ella tiene el cabello claro entre castaño y rubio, ella debió haber pasado por este lugar hace un par de meses, es una arquera muy hábil de nombre Karen."
El hombre reacciono a este nombre, aunque no coincidía toda la información, era cierto que una Elfa con ese nombre paso por su ciudad al inicio de la aparición de los muertos, ella hizo preguntas sobre el templo Hela y luego desapareció dirigiéndose en esa dirección, la razón del porque recordaba a la mujer, fue porque tenía un nivel bastante alto, y derribo a la primera oleada de no muertos que aparecieron disparando desde la muralla.
"No tengo buenas noticias al respecto, ella se dirigió al Templo poco después de salir de aquí, y nunca regreso."
Cuando el hombre respondió directamente, esperaba ver alguna emoción en la joven, pero esta simplemente frunció el ceño antes de asentir y levantarse.
"Gracias, mi nombre es Ino, desafortunadamente no puedo quedarme para apoyarlos en la defensa, aún tengo que viajar hacia el sur. Por la información que me dio, le dare el único consejo que puedo darle en esta ocasión, evacuen... Usen todas sus fuerzas para sacar a la gente de la ciudad y retírense, es posible que algo muy malo este pasando en ese lugar."
Finalmente, la joven abandono la habitación dejando a David pensando profundamente.
Cerca del templo de Hela, el bosque estaba completamente silencioso, no habia rastro de aves o animales, tampoco estaba el ejército de muertos, después de todo, estos estaban rodeando la ciudad cercana.
Pero lo importante no era el silencio antinatural, en cambio fue el grupo de hombres y mujeres que avanzaban silenciosamente por el bosque hacia las profundidades del mismo, todos tenían armaduras doradas y dos pares de alas en sus espaldas, con excepción de la líder quien tenía tres pares de alas.
"Lady Sariel, estamos entrando en el area de influencia, puedo sentir como mi poder está siendo reprimido."
La arcángel Sariel que lideraba la expedición solo asintió pesadamente, su avance sin embargo no se detuvo en ningún momento, por el contrario, apresuro sus pasos. Ante sus ojos una majestuosa estructura negra se elevaba, esta parecía destellar un aura divina a pesar de estar rodeado completamente por tumbas y mausoleos, aunque la mayoría estaban en la parte trasera de este templo.
"Puedo sentir la influencia sobre mí, ¿Quién pudo hacer esto?"
El clan alado estaba al servicio del dios de la biblia, pero, aunque no veneraban a otros dioses, en realidad eran bastante respetuosos de otros Panteones, y más aún cuando se trataba de dioses de la vida y la muerte, ya que atentar contra la naturaleza fue una de las principales afrentas para este clan.
Sariel estaba furiosa, aun así, no tenía tiempo para ser controlada por sus emociones, en cambio dirigió a sus hombres hasta que llegaron frente a las puertas del templo, estas estaban intactas, no parecían haber sido profanadas o dañadas en lo más mínimo.
Pero al mismo tiempo, el aura divina se volvió más caótica, era extraño, como si hubiera algo perturbando el area, y un olor extraño también comenzó a extenderse, un fuerte aroma a podredumbre.
Las puertas del templo fueron abiertas por los alados, y Sariel entro liderando el camino con su arma desenvainada, pero solo habia dado un par de pasos cuando su instinto grito y un pared de viento apareció a su lado enviándola a volar junto a dos guerreros contra la pared izquierda del lugar.
"¡¡¡No resistas!!!"
Cuando Sariel y los ángeles circularon su poder para evitar estrellarse contra la pared, un fuerte grito llego desde ese lado, esto los hizo dudar, pero al final decidieron seguir el consejo y sin resistirse llegaron a la pared del templo donde entraron en un pequeño escudo de energía.
"Rápido, circulen su energía y fortalézcanlo, ya no puedo salvarlos."
Una Elfa se desmayó en ese momento mientras el escudo comenzaba a desintegrarse, pero Sariel y sus hombres eran guerreros veteranos, así que rápidamente hicieron circular su energía restableciendo el escudo.
Cuando el escudo se estabilizo, Sariel y los dos ángeles observaron cómo sus compañeros en la entrada fueron atacados y devorados por extrañas sombras en cuestión de segundos, no tuvieron tiempo de defenderse, fue como si desde el inicio estuvieran condenados a caer en aquella trampa.
En el piso los cadáveres marchitos de los ángeles fueron arrastrados por las sombras hasta llegar a al centro de la sala central del templo, ahí una pequeña montaña de huesos se elevaba, y la ropa en los alrededores indicaba que las víctimas eran sacerdotes, sacerdotisas, acólitos, aventureros, mercenarios y viajeros que habían desaparecido en los últimos meses.
Sariel comenzó a sudar frio al pensar en lo que estuvo por ser su destino, entonces volvió la mirada a la mujer que los habia salvado, una Elfa con cabello oscuro y piel clara, su atuendo se veía un poco dañado y estaba evidentemente desnutrida, lo que probablemente indicaba que llevaba mucho tiempo resistiendo antes de finalmente colapsar al usar lo último de su fuerza para ayudarlos.
"Lady... N-Nuestros hermanos..."
"Shhhh... No hagan ruido, no se quién es el culpable, pero lo último que debemos hacer es llamar su atención, vamos a rotar manteniendo la barrera, es nuestra única forma soportar más tiempo."
Mientras los ángeles asentían y circulaban su energía, las enormes puertas del templo comenzaron a cerrarse nuevamente y todo volvió a la calma, solo un pesado miasma comenzó a aparecer en el templo, el cual no coincidía en lo más mínimo con la divinidad que debió haber existido.
Fue solo hasta un par de horas después que la Elfa comenzó a moverse y despertó, pero el agotamiento era completamente evidente en ella.
"Tranquila, te ayudare..."
Sariel la apoyo para levantarse, luego sacaron algunos suministros y se los dieron para que obtuviera fuerzas suficientes para no volver a colapsar, una vez que la Elfa se estabilizo lo suficiente, comenzaron a interrogarla sobre su situación actual.
"¿Qué fue lo que sucedió aquí? ¿Qué son esas cosas? y ¿Quién eres tú?"
Sariel pregunto, aunque intento ser amable, lo cierto es que estaba bastante tensa y era evidente en el tono de su voz.
"Mi nombre es Karen, yo vengo del continente del norte, originalmente escuche que una compañera mía paso por este templo, y planeaba pedir detalles al respecto, pero termine involucrada en esta situación."
Karen sonrió amargamente pensando en todo el tiempo que llevaba atrapada en este lugar, y como ni siquiera tenía forma de escapar, pero antes de que pudiera hablar sintió un golpe punzante en sus sienes y su vista inmediatamente se enfocó.
"Escucha, esto no es un acto natural, alguien profano el templo, y una criatura fue invocada aquí, no sé qué clase de ser es, pero si sé que puede corromper a quienes entran en su dominio, igual que sucedió con el Rey Lich, no podemos enfrentarla a menos que alguien de su liga lo enfrente."
Sariel se sorprendió por estas palabras, pero estaba más sorprendida aun de que parecía que Karen estaba dirigiéndolas a alguien más aparte de ella.
Rápidamente movió su visión y entonces se encontró con los ojos de una mujer con el rostro cubierto al otro lado de la barrera, esta mujer estaba vestida de negro y morado, lo único visible eran sus ojos que no se apartaban de los de Karen.
Extrañamente su presencia no existía, era como si la mujer no estuviera ahí, sin embargo, la estaba viendo directamente y ninguna de las sombras o seres del templo parecía detectarla.
"No pierdas el tiempo aquí, no puedes ayudarnos, tienes que traer a alguien más... Si no detenemos a este monstruo, ¡¡entonces otro señor demonio nacerá!!"
Las palabras de Karen fueron gritadas al final, en ese momento como si el Templo cobrara vida, el miasma desapareció y las sombras volvieron a aparecer dirigiéndose hacia la mujer fuera de la barrera, pero esta solo asintió una vez, luego su sombra se extendió del piso y se tragó su figura.
Las sombras pulularon molestas sin encontrar ningún rastro de la mujer, entonces la puerta principal del templo se abrió fuertemente y la mujer que acaba de desaparecer simplemente salió corriendo afuera del lugar, todo esto bajo la vista de todos los presentes.
Sariel dejo escapar el aire contenido por los nervios y solo sonrió cuando vio que la joven habia conseguido huir.
"Sigh... Por lo menos ella podrá informarle a los de afuera, si la situación es tan mala como dices, necesitamos que los arcángeles se junten para tener una oportunidad."
A las palabras de Sariel, Karen solo le dio una mirada extraña, en realidad era muy difícil creer que Ino fuera a pedir ayuda del clan alado, en cambio creyó que sus opciones serian solicitar apoyo de Cold Creek.
"Mi compañera traerá ayuda sin duda, aun así, es algo difícil que esta provenga del clan alado, ella y yo no somos de este continente, entonces seguramente buscara ayuda de nuestros conocidos."
A estas palabras Sariel finalmente reacciono y volvió a examinar a Karen, su apariencia como una Elfa de cabello oscuro no era completamente inusual, aun así, si hubiera una mujer capaz de soportar durante meses la presión de un ser casi al nivel de un Rey Demonio, era poco probable que no hubiera escuchado hablar de ella.
Por eso cuando Karen menciono ser de otro continente le permitió explicar hasta cierto punto las cosas, Sariel pensó por un momento antes de preguntarle a Karen nuevamente.
"Si no son de Midgard, ¿de dónde son? y ¿A quién podría traer para ayudarnos?"
Por primera vez desde que inicio la conversación, Karen mostro una sonrisa tranquila cuando con orgullo declaro.
"Somos [Tempest Sisters]"
Mientras Sariel terminaba atrapada dentro del Templo de Hela, en las afueras de la ciudad se podía ver como mucha gente huía despavorida y el fuego se levantaba en todas direcciones, una guerra habia estallado y su intensidad solo aumentaba.
Por otro lado, al norte de la ciudad, una mujer vistiendo un atuendo negro y morado con un brillante cabello rubio se dirigía al sur conduciendo un carruaje, la preocupación en su rostro era evidente y de vez en cuando observaba el norte solo para suspirar y regresar volver a mirar al sur, tras ella Melody se encontraba en el carruaje sosteniendo un orbe grisáceo, como si esperara que por algún motivo se iluminara.
"No importa cuánto observes, aún no he recibido ninguna respuesta."
Melody se quejó un poco y luego observo a Ino.
"¿Hay alguien tan poderoso que pueda ayudarnos?"
"Solo conozco a tres personas con esa fuerza, pero no creo que venga, perdimos contacto con dos de ellas, la última debe estar en Cold Creek, pero tardaría demasiado en llegar."
"¿Por eso vamos al sur? ¿crees que logremos encontrar a tu Sensei?"
"No hay muchas opciones, si no está ella aquí, por lo menos podemos pedirle ayuda a los clanes que se han estado reuniendo aquí, creo que incluso ellos tendrán que escuchar si el asunto es sobre un Rey Demonio."
"Pero tu esperas encontrarla, no te interesa tanto obtener la ayuda de otros, tu esperas que ella aparezca ¿verdad?"
Melody mostro una ligera sonrisa al ver como Ino se encontró incapaz de negar sus palabras, aunque en el fondo de su corazón esperaba que también consiguieran encontrar a Samantha, ya que eso le parecía mucho mejor que contar con la ayuda de clanes que solo peleaban por sí mismos.
"Eso es..."
Ino detuvo el carruaje cuando finalmente vio como la ciudad se encontraba en llamas y el humo se elevaba de todos lados, al parecer una gran batalla estaba sucediendo y seria más difícil conseguir apoyo.
Fue en ese momento que un pequeño grupo de personas se dirigió hacia ellas desde el sur, no parecían huir de la ciudad, y en cambio parecían estar esperándolos, de estas personas dos eran caballeros y la ultima una mujer.
"Señora, un momento por favor, hay algunos asuntos que nos gustaría discutir con usted."
Uno de los caballeros hablo levantando sus armas para mostrar que no tenían hostilidad, Ino por su parte los miro intrigada y bajo del carruaje.
Sin saberlo, ambos grupos se acercaban al final de su viaje, de una forma u otra.