Nota del autor: Regrese a clases presenciales, así que me quede con menos tiempo y mi seguro esta algo loco lo que me causo muchos problemas, publicare los fines de semana por el momento.
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PV: Gil
Maldición, esto es un desastre, no puedo entender quién podría tener tanto odio como para provocar una situación así.
Los vikingos atravesaron las calles eliminando a guardias, soldados, aventureros, mercenarios y civiles por igual.
Aun así, una extraña situación ocurrió cuando todos estos grupos mencionados antes, trabajaron juntos para ayudar a las mujeres y niños a escapar, naturalmente me refiero a niños que huían con sus familias o buscaban a sus madres, por alguna razón todos los huérfanos se han estado escondiendo desde días atrás.
"¡Rápido! ¡Quiero que formen una barricada, no podemos dejarlos pasar por la avenida principal!"
Uno de los Mercenarios de mayor rango organizo a sus compañeros para bloquear la avenida principal con múltiples objetos, desde muebles, hasta derrumbar edificios para obstruir el camino, esto hizo que los guerreros salvajes (Vikingos) no pudieran avanzar tan rápido, aunque los de alto nivel simplemente saltaron o volaron los obstáculos, lo cierto es que era un impedimento en la lucha, y esto permitió que los defensores pudieran emboscar y detener el avance de los invasores.
"Escudos al frente, lanceros detrás... Magos quier..."
El Mercenario no alcanzó a terminar su oración cuando su cabeza fue volada en pedazos por un proyectil de luz, el cielo pareció iluminarse cuando casi un centenar de guerreros alados aparecieron, armaduras plateadas y doradas brillantes, alas blancas, portando lanzas y espadas doradas o plateadas.
El poder de la luz que desbordaban de sus cuerpos incluso me hizo sentir miedo por un segundo, era extraño, pero a pesar de ser más débiles que yo, pude sentir que en una batalla no serían un oponente al que deseara enfrentar.
Probablemente el terror que sentí de ellos provenía de sus ojos, ese turbulento torbellino de locura escondido en sus pupilas me hizo temblar, más de una vez vi esa expresión en las guerras años atrás, generalmente lo mostraron aquellos relacionados con los templos, fue como un lavado de cerebro de alto nivel que impulsaba a los usuarios a combatir incluso si perdían la vida.
"Purifiquen la ciudad, que no quede nadie."
El líder de los Alados dio una orden despiadada, los otros no dudaron en cumplirla y comenzaron a arrasar con los defensores y civiles, la sangre comenzó a esparcirse por todos lados, pero esta situación no duro mucho antes de que finalmente los últimos protagonistas entraran en combate.
"¡Fuego!"
Proyectiles elementales volaron desde el centro de la ciudad inundando el cielo derribando a muchos alados y forzándolos a combatir en las calles, la New Order se involucró inmediatamente reforzando a los defensores combatiendo contra los guerreros salvajes y alados.
Los Drakes por su parte comenzaron a moverse activamente eliminando a los atacantes, aunque no les importo ayudar a los civiles o unirse a los defensores, por lo menos no comenzaron a atacar a los perdidos.
Mientras veía como la batalla escalaba me moví entre las calles, de vez en cuando alguien me atacaba confundiéndome con un enemigo, pero en esta ciudad aparte de los líderes de cada facción, en realidad no tenían forma de acabar conmigo.
"Si de todos modos ya estoy involucrado, bien podría ir hasta el final."
Después de murmurar aquello me moví en dirección a los barrios bajos, de una u otra forma ahí estaba mi clan, y si todo se iba a ir al infierno, me gustaría por lo menos estar a su lado cuando ese pase.
No me interesaba ayudar a los civiles a evacuar, no es que no tuviera corazón, era simple y sencillamente que aquí no había nadie por quien valiera la pena morir, y no soy tan amable como para entregar mi vida por un montón de extraños, eso fue lo que me enseñaron mis antiguos compañeros mercenarios.
Una flecha asesinó a una madre que protegía a su hijo no muy lejos de mí, el niño fue rápidamente llevado por un guardia que corría desesperado de los guerreros salvajes, eso me pareció sumamente extraño, este clan de guerreros tiende a ser sumamente honorable, por eso no tiene sentido que masacren sin discriminar.
Alguien debió haber provocado esto.
Mientras pensaba en ello finalmente llegue a mi destino, los barrios bajos contaban con poca fuerza de combate por lo que el número de víctimas debió ser mucho mayor, sin embargo, aparte de los sonidos de lucha en la distancia, en realidad no hubo tantas víctimas, al contrario, parecía que de alguna forma la mayoría de los habitantes lograron escapar mientras el enemigo era contenido.
"¡¡Ahh!!"
Un grito familiar llegó a mis oídos en la distancia, un mal presentimiento me asalto así que aceleré el ritmo lo más que pude, entonces lo vi, cerca de la entrada al distrito, una docena de cadáveres de guerreros salvajes y otra más de alados estaban ahí, pero eso no me importo, lo que era importante para mí fue que vi los cuerpos tirados de 2 miembros de mi clan.
Un guerrero alto de poco más de dos metros sostenía a otro por el cuello en lo alto, y el último estaba sobre una rodilla en el piso sin poder levantarse, ese guerrero sonreía y lo reconocí al instante, era Magnus, el líder de los invasores.
"¡¿Qué mierda está pasando?!"
No pude contener mi ira cuando vi a los dos clanes que invité masacrando a diestra y siniestra a los habitantes de mi ciudad, ni siquiera estaban centrados en el Clan Drake o los perdidos, y era como si estos desgraciados simplemente quisieran enterrarnos.
"Mi señor, quizás les pagaron las otras familias para eliminarnos."
Alfred dijo, pero incluso él no entendía que estaba sucediendo, aunque a lo largo de los años hicieron algunos enemigos, no hubo ninguno que fuera irreconciliable con ellos a tal punto, no hubo alguien con poder que los quisiera muertos a tal grado.
"¡Frank! ¿Qué está pasando? ¿Quiénes están atacando la ciudad?"
Litina llegó corriendo, su rostro contenía pánico e incluso se veía pálido, probablemente se sintió culpable y creyó que esto era su culpa, pero dudo mucho que ella tenga que ver con todo esto, desafortunadamente ahora no estaba de humor para calmarla, teníamos que armar una defensa o abandonar la ciudad, pero considerando los monstruos que estaban en la ciudad no tenía intención de quedarme ni un minuto más.
"Tío, entrega el mando de los guardias al capitán provisional... No olvida eso, simplemente mueve a los guardias para que nos sigan, hay que salir de la ciudad ya... Tomaré lo importante de la bóveda y nos iremos en este momento."
No había tiempo para dudar, ignorando a Litina me moví hacia mi oficina y, tome un par de documentos de mi escritorio, luego seguido por mi tío que trajo a los guardias nos movimos a la bóveda que se encontraba en el sótano de la mansión, no tarde mucho en abrirla e ignorando el oro o joyas, tome el objeto más valioso contenido, el cual era una piedra del tamaño de una cabeza, con un brillo traslúcido de color verde esmeralda.
Su peso era ligero, así que sosteniéndola en mis brazos abandoné la bóveda, finalmente me moví en dirección al pasaje que se encontraba dentro del mismo sótano, cerca de un par de barricas de madera al fondo.
Alfred abrió el pasaje con una piedra cubierta de runas, pero antes de poder entrar escuchamos un sonido pesado a nuestras espaldas, entonces Madeleine tropezó con el cuerpo cubierto de sangre y el rostro pálido como un muerto, probablemente se encontraba en sus momentos finales, además su ropa estaba rasgada por todos lados, probablemente fue atacada durante su viaje a encontrarse con los clanes traidores.
"Señora, no se mueva, la atenderemos de inmediato."
Alfred movió a los guardias para que la cargaran mientras le daban un par de pociones de alto nivel para beber, pero extrañamente él no se movió de mi lado, y su mano no abandono el mango de su espada en ningún momento.
"Cog... No usen el túnel, ellos ya están ahí... No dejarán a nadie con vida."
Después de escupir un poco de sangre menciono aquellas palabras, no fueron ni 10 segundos después que un pequeño temblor provino del túnel y el polvo se levantó, fue claro lo que sucedió, un derrumbe.
Litina que nos estuvo siguiendo todo este tiempo comenzó a temblar antes de salir corriendo del sótano, probablemente presa de un ataque de pánico, pero pude ver como incluso los guardias comenzaban a moverse inquietamente.
"No podemos usar el pasaje, entonces abandonaremos la ciudad desde los cuarteles de la guardia."
Mi tío asintió sin relajar su postura, uno de los guardias apoyo a Madeleine y el otro preparo su arma, ir a los cuarteles implicaba llegar a la plaza principal de la ciudad, por lo que probablemente nos toparíamos con los enemigos, aun así, no había razón para dudar, era nuestra única salida.
Avanzamos rápidamente por la mansión y en poco tiempo ya habíamos abandonado el edificio, a partir de ahí nos dirigimos a lo largo del distrito en dirección a los cuarteles de los guardias, hubo algunos enemigos con los que nos topamos en el camino, siendo principalmente guerreros alados, pero Alfred era lo suficientemente hábil para despacharlos, lo extraño fue que cuando nos vieron, reaccionaron en gran medida, como si nos buscaran.
A pesar de los inconvenientes aún conseguimos llegar hasta la plaza principal después de andar durante casi 10 minutos, los sonidos de batalla en la ciudad se intensificaban cada vez más, era preocupante por el hecho de que cada vez se escuchaban más cerca.
"¡Lord Frank! Nos alegra verlo señor, los soldados están listos para partir en cualquier momento."
Un sargento del ejército salió completamente armado con cerca de 100 soldados tras de él, probablemente fueron la reserva que vino desde sus hogares para unirse a la lucha.
Pero no era tan útil, en la ciudad se encontraban activos más de 500 soldados y a pesar de ello apenas podían contener a los enemigos, incluso si lográramos activar a todo el ejército del territorio, sería inútil contra esos monstruos.
Además, apenas nos estábamos recuperando del fiasco del evento Nexus así que nuestro ejército se habia reducido bastante.
"Creen un perímetro alrededor de los cuarteles, probablemente los guerreros alados no tardaran en llegar."
Alfred rápidamente le ordeno a los guardias, luego se movió en dirección a la plaza mientras sostenía su espada y preparaba su postura, quizás nuestro nivel y fuerza no sean tan diferentes, pero las habilidades que adquirió a lo largo de los años son algo por lo que solo puedo sentir respeto, ya que ni 10 segundos después de que él se posicionara, vi como alrededor de 5 guerreros alados llegaron al frente.
Uno de ellos era una mujer con un par de alas blancas, ojos blancos con un brillo azul profundo y una armadura plateada ligera, si tuviera que compararla seria la menos notable del grupo, los otros usaban armaduras pesadas doradas, y tenían más de un par de alas, aun así, la presión exudada por esa mujer fue muy superior, y más importante aún fue que la reconocí.
"¡Gabriel! ¿¡Que mierda están haciendo tus hombres!? ¡Este no fue nuestro trato!"
No pude contener la rabia dentro de mí y le grite, después de todo el día que los contrate ella fue con quien negocie, por eso estaba furioso por saber que fue precisamente ella quien dirigió a sus fuerzas a la ciudad.
Sin embargo, ni siquiera me dirigió una mirada, en cambio bajo su postura ligeramente y se hizo a un lado dando paso a otro guerrero más, tenía 4 pares de alas, siendo 8 el número total, una armadura de color plateado brillante, pero era evidente que no era plata y en cambio fue probablemente mithril, u Oricalco.
"Oh, así que sigue vivo Sir Alfred, no tuve muchas esperanzas de que lograra mantenerse con esos brutos Vikingos atacando la ciudad."
Después de darme una sola mirada, el hombre comenzó a hablar con Alfred, eso me hizo enojar, sin embargo, la presión que exudaba ese hombre fue suficiente para hacerme sentir sofocado.
"Su excelencia Rafael, no sabía que tan estimado invitado llegaría a la ciudad, en otra situación me hubiera encantado ser su guía y darle la más alta recepción, sin embargo, parece que nuestra familia Ragnarsson lo ha ofendido."
El sudor comenzó a gotear por el rostro de mi tío y su mano sosteniendo su espada estaba completamente pálida, eso me dijo todo lo que necesitaba saber, no habría escapatoria de aquí.
"Curioso, es como si realmente no supieras mi razón de estar aquí... Por respeto a nuestra pasada relación te iluminare."
Cuando Rafael dijo eso le indico a uno de los guerreros que avanzara, este dio un par de pasos y saco un pergamino desde su atuendo, este pergamino fue el contrato que hicimos con él, además tenía uno más pequeño extra.
Este último fue el que le entrego a Rafael.
"Veamos, empecemos con lo primero, Lady Litina te informo de una estampida de monstruos en las afueras de la ciudad, la cual fue contenida por Lady Samantha... No creo que sea necesario recordar lo que tu Maestro ordeno verdad... Pero es no es suficiente para que actuemos de esta manera, el segundo punto fue simple, al parecer un grupo de idiotas profano una de las montañas sagradas y provoco un evento Nexus... Si quieres que continue, tengo información sobre actividades como tráfico de esclavos, narcóticos producidos de núcleos de monstruos y más."
En algún punto la mirada de Rafael se quedó fija en mí, o más precisamente el observaba el cristal que cargaba en mis brazos cubierto con una tela.
No pude entender cómo fue que obtuvieron esa información, pero era evidente que habían cortado nuestra salida, algún maldito traidor nos habia vendido, fue como si todo lo que he hecho hubiera sido expuesto al resto del mundo.
¡¡¡Screech!!!
Un estruendoso sonido rompió la tension cuando una gigantesca sombra aprecio sobre la ciudad, mi cuerpo comenzó a temblar visiblemente cuando esto sucedió, fue porque ese sonido fue inolvidable para mí, el rugido de una bestia Rey.
La luz del sol pinto el cielo de naranja, la ciudad Klinge estaba completamente hecha pedazos, edificios derrumbados, cadáveres esparcidos por toda la ciudad, la sangre y el fuego bautizaron esta ciudad una vez pacífica.
Fueron un par de horas desde que la batalla inicio y la noche estaba por llegar, la mayoría de batallas terminaron en este punto y las facciones se replegaron, la New Order comenzó a abandonar la ciudad dejando únicamente a un pequeño grupo de elites bajo el mando de Michael Wolf, el Clan Drake también se retiró sin dejar a ningún miembro dentro de la ciudad.
En cuanto a los Vikingos y Ángeles, ambos reunieron sus fuerzas alrededor de la plaza de la ciudad, en donde se libraba el enfrentamiento final contra Anzu, la bestia Rey.
[Rafael Arcangel Nv 56]
[Michael Wolf Sword Master Nv 55]
[Magnus Eriksen Rey Vikingo Nv 55]
Tres guerreros que sobrepasaron el límite se reunieron en contra de Anzu, y a pesar de ello apenas le causaron daño suficiente para conseguir que el monstruo se retirara al aire abandonando su forma de Grifo.
"Maldita sea, esto no tiene fin, deberíamos retirarnos mientras podamos, ese desgraciado seguirá lanzando ataques desde el aire si nos quedamos aquí."
Magnus grito cuando vio a Anzu volver a desaparecer en las nubes, Rafael quien ahora tenía su armadura agrietada y daños en sus alas solo frunció el ceño, lo cierto es que después de enfrentar a ese monstruo no quiso seguir volando, probablemente sería un suicidio intentar una batalla aérea en este momento.
Michael por su parte se mantuvo calmado mientras mantenía su distancia de los otros dos, desde su punto de vista solo estaba rodeado de enemigos.
"Tch, si esa desgraciada no me hubiera herido tanto, aun podría seguir combatiendo contra este monstruo, pero quien hubiera pensado que en los barrios bajos se escondían ellas."
Magnus se quejó al recordar la batalla que tuvo contra cierta mujer de piel roja, las heridas que sufrió en ese momento empeoraron bastante cuando enfrento a Anzu, por otro lado, Rafael fue el primero en combatir contra la bestia Rey, así que se llevó la peor parte de la batalla y finalmente Michael llego después y fue gracias a su magia que lograron rechazar al Anzu.
No obstante, este punto muerto no podría dudar demasiado.
¡¡¡Screech!!!
"Viene de nuevo, prepárense."
El viento cayó desde el cielo creando una presión aterradora que hizo retroceder a los tres un par de pasos, luego Anzu se zambullo desde las nubes creando un pseudo huracán y volando en pedazos todo a su paso.
Rafael intercepto su carga con un escudo de luz reduciendo la fuerza de su ataque, por otro lado, Magnus creo una lanza de energía roja y la disparo en dirección a Anzu, esta estallo frente a el ralentizando sus movimientos, finalmente un poderoso rayo cayó desde las nubes rompiendo la carga de Anzu y aturdiéndolo un segundo.
En ese instante todas las fuerzas alrededor de la plaza dispararon sus proyectiles contra Anzu intentando acabar con él, sin embargo, no fue tiempo suficiente, Anzu actuó antes de que todos reanudando la tormenta a su alrededor lo que bloqueo la mayoría de proyectiles, esto no paso solo una o dos veces, sino que ya se habia repetido casi una decena de veces.
Fue en ese momento cuando Anzu se preparaba para volver a volar que hubo un nuevo cambio, un rayo de fuego llego desde la distancia desgarrando el campo eólico de Anzu y golpeándolo en una de sus alas, la bestia chillo de dolor y se movió rápidamente por el aire, luego fijo sus ojos en el nuevo enemigo.
En la distancia un cuerpo oscuro como la brea apareció, su largo de aproximadamente 20 metros, con ojos rojos y colmillos aterradores, alas oscuras largas que se movían suavemente por el aire y finalmente escamas oscuras brillantes que parecían obsidiana.
Cualquiera que lo viera podría pensar que era un Dragon, pero los conocedores se darían cuenta de que era un Wyvern, una subespecie de Dragon más común y más débil, pero aun así era un enemigo aterrador para aparecer en aquel momento, sin embargo, era evidente que estaba apuntando al Anzu, lo que trajo un poco de alivio sobre los cansados soldados en tierra.
Sobre la espalda del Wyvern, una figura pequeña se mantenía erguida, esta observaba fríamente a Anzu, pero sus ojos recorrieron la ciudad destruida y la intensión asesina se filtró cuando observo a cada uno de los que se encontraban presentes.
[Kira Wyvern Negro Nv 50]
[Hina Berserker Oscuro Nv 35]