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EL KELETKEZÉS

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Synopsis
Comienzo del todo en la nada.

Table of contents

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Chapter 1 - MEMORIAS DEL AYER

"Nada era todo porque Todo siempre estuvo en la nada. Y fue entonces donde Todo consumía a la nada dejando a la Nada consuma al todo."

Decía la voz calmada del Recreador, Él primer y Él último quien estaba por delante del Principio de la existencia. Pues ÉL era hidalgo del Todo puesto en la Nada, donde su Primera Memoria de Sueño creaba un flujo dando inicio al vacío; y fue el vacío quien se originó primero en todo sobre la nada.

No pasó mucho desde el principio, siendo solo el vacío lo único puesto a contemplar; realizó un viaje para buscar a más como él, sin embargo en el proceso idealizó conceptos y fue entonces sobre el vacío se originó la continuidad del tiempo. Sé paseó cada eón, cada era, cada época, cada milenio y cada siglo, nunca encontró el todo.

Cansado en su búsqueda, aunque jamás sintió algo así, se sentó en el Génesis del Todo a observar el camino por donde recorrió esos mismos caminos que salió de sus propias Memorias dándose cuenta del cambio en el vacío. Siendo por cada paso el vacío aumentaba y por cada paso no dado el tiempo no pasaba, eso hacía reflexionar sobre su infinita presencia. Y fue entonces cuando el concepto del tiempo transcurrió sin parar.

Él Recreador, siempre produciendo conceptos adopto una crisis en su gran imaginación del cual nacieron los Ancestrales, entidades divinas por la gracia del excelso, quienes ayudarían hacer nada en el Todo porque ellos acompañaría en su segundo viaje a por la Nada, es allí donde el Recreador da por nombres a estos Seres como los Bäbus Däyas de la Nada, siendo él, el Único Dueño del Todo. El segundo viaje fue logrado, en este viaje no fue para buscar el todo en la nada, sino para darles las sabidurías existentes en sus Dominios.

En esa ocasión Él Recreador les dijo:

—Suyos son sus sabidurías en mis dominios con ello experimenten y gocen, pues eso serán sus tareas a partir de este preciso instante; sin embargo no pueden ser como yo, porque yo soy Él Recreador y no tendré piedad en mostrar mí furia a mis creaciones.—Con cada palabra en los oídos, Él Excelso terminaba el segundo viaje, cuando entraba por segunda vez a sus Memorias de Sueños.

Entonces fue ahí donde los Däyas entendieron que el Recreador era el único en juzgar, previamente notaron un nombre muy enfatizado en sus reflejos, pues decidieron expresarlas y nombrando a su gloria como El Egregio Recreador de la Existencia, Ëvadrap La Deidad del Todo y De La Nada, una vez que terminaban de expresarlas todos imploraban perdón por tales actos tan arrogantes.

Las décadas pasaban y los Däyas experimentaba en los Dominios, siempre respetando, queriendo, cuidando y cooperando mutuamente logrando pocas cosas, esto trajo nuevamente a sus reflejos un énfasis donde la sonrisa a su Recreador era importante sobre todas las cosas, lo notaron y entre ellos nació un concurso en lograr ver una sonrisa en su rostro cuando volviera para ser considerado el Primero sobre todos los Däyas, pues nadie sabía quién era el Primero. Hicieron todo lo posible con sus sabidurías, siempre apartado el uno del otro y notaron que nadie avanzaba, algunos decidieron unir esfuerzos en buscar la meta, mientras otros con travesuras saboteaban todo lo que creaban y uno siempre miraba tratando de evitar esta gran tragedia.

La armonía instituida sobre los esfuerzos conmovía al Recreador, estando presente en la existencia observaba a todos desde sus Memorias, pues sus Memorias de Sueño ya daba inicio a su segunda mayor creación. Entonces el Recreador ya convocaba la Reunión Empírea para todos los Ancestrales. Todos con gozos se presentaban en la reunión mostrando sus arrepentimientos arrogantes, cada presencia estuvo implorando perdón sin embargo El Recreador elogió sus esfuerzos con ello manifestaba sobre la idea donde buscaban el reconocimiento, mientras el nombre de Ëvadrap fue agradecido, pues él mismo creo ese nombre en sus reflejos. Siendo amorosos con sus creaciones les mostró su segunda creación. Y hacia Nacía el vasto universo con el Recreador del Todo en la nada y Nada era gobernada en el todo por el Recreador.

Los Däyas vieron con júbilo la Supremacía sin límite del Excelso, perseverando en el silencio, todos esperaban sus próximas tareas. Ëvadrap quien observaba a los anhelosos e impacientes Däyas, se dividió en pequeñas raíces cubriendo el Todo, dejando semillas en el vasto universo y dio un mensaje a sus creaciones con el simple propósito: no compartir el trabajo.

Entonces el Recreador dijo:

—Id y buscad las semillas esparcidas en mis Dominios, ya sea mi vacío o en mí universo o en mí Todo o en mí Nada no importa en donde estén las semillas; porque tendrán por misión sembrarlas y traer el resultado con vuestras voluntades. Y como recompensa en dar con el fruto del todo, será vanagloriado como el Primero; sin embargo quien da y me trae el fruto de la nada será castigado como el Último. ¡Bien! Ahora pueden retirarse.

Tomando las palabras partieron a donde los guían sus sabidurías, cada Ancestral se esparció por el infinito Dominio del Todo y la Nada, pasaron un eón y las semillas fueron encontradas al mismo tiempo y fueron sembradas. Con el pasar del tiempo, los Ancestrales permanecieron esforzándose hasta la cosecha, buscando aprender con las experiencias, sin darse cuenta el motivo por los cuales fueron enviados a dicha misión, Ëvadrap daba origen a los conceptos universales siendo: el caos, el orden, el cosmos, la eternidad, la gravedad, la fuerza, la galaxia, la vía láctea, el agujero, la energía vital, las estrellas y las materias oscuras. El Universo ya comenzaba albergar todo lo necesario para las obligaciones Däyas, así el vacío se llenaba y con esto el Espacio-Tiempo nacía para quedarse hasta el fin.

Diez eón después aparecieron ante el Excelso con poca Sabidurías mostrando las frutas del todo sin saber el propósito, recibiendo los esfuerzos en conjunto con sus frutos cumpliendo la recompensa a todos los bautizó como los Primeros, pues ningunos eran dignos del nombre. Él vio a los Ancestrales rastreando solo los buenos frutos del todo, esto llevó a sus sabidurías no progresen tanto como a él le habría gustado, pues no quiso saber el resultado por anticipado. No todo era decepción pues había una excepción siendo el último en llegar abriendo el portal y trayendo una fruta muy diferente, plagada con poder caótico, donde percibió una gran voluntad por si misma con la fruta mordida se presentó al mismo tiempo se postró ante él, con una sonrisa malévola y burlona. Vio por primera vez una obra cambiaba por sí mismo con sus ideas propias, la alegría emanada por el Ëvadrap creaba los elementos primordiales en todo el Universo; porque del rostro del Recreador salía una sonrisa, fue entonces que los Ancestrales llamados los Primeros perdieron ante la prueba del Recreador.

Con gozo y júbilo dijo el Recreador:

—¡Tú! pequeña luz confundida, que brillaste con tu manera despreocupada en el rincón de mis Dominios siendo entre tantas de mis creaciones quien pudo pasar la prueba impuesta. Sin embargo trajiste el fruto de la Nada hecha a tu medida con el cual Tú serás llamado el Último Ancestral, Ödnalor el Däyas más bohemio de tus hermanos. Pues desde ahora te castigo el criar Agentes del Caos en mis Dominios para mi Gloria, no obstante tú no tienes cabida más en este parlamento que pueda ser útil para tu sabiduría; así como tu Padre te ordeno a tratar de Gobernar mi Vacío. Anda y busca tu camino, no mires atrás que desde ahora tú eres y serás el Último de mis Hijos que logro su voluntad.

Todos los demás Däyas vieron como atribuía a su hermano Menor en gobernar sus creaciones de sus frutos, naciendo en ellos la inferioridad de ser llamados los Primeros, mientras Ödnalor se marchaba con una sonrisa malévola y con pocas cosas a entender de su comportamiento, pues la fruta de la Nada lo torturaba por dentro mientras él solo sonreía, donde su primer paso sería la búsqueda de conocimiento que la fruta lo orientaba, hasta que se perdía en lo oscuro de la Nada.

Entonces El Recreador viendo la ausencia perdiéndose en la oscuridad, sacó una Esfera dorada desde su estómago y mostró a los restos y volvió a dirigirse a sus creaciones:

—Mirad este es la Esfera de la vida, en la cual ninguno se os imaginó buscar en el Todo, solo buscaron migajas de esta Esfera en la mitad de mis dominios.—Los Däyas vieron con vergüenza la Esfera que brillaba en esencia finitas de almas, la luz proyectaba su visión de vidas que habitarán en sus dominios con precisa paz y armonías, los Ancestrales sintieron por primera vez la decepción de su Recreador—Quedar tranquilos todo a vuestro tiempo y a mi gloria, os tendrán que esforzarse más de lo normal, porque ninguno comió del fruto que cosecharon y nunca más lo haréis, porque vuestras voluntades son pésimas.

Diciendo dichas palabras Ëvadrap salía de sus presencias, entregando a ellos el Árbol de la Sabiduría Äraclacutam, los Däyas seguían sin nombres pues solo eran llamados los Primeros y por eso cada mañana de cada Milenio Äraclacutam los hacía recordaba cuando entraban a su aposento en busca de lo que les faltaba.

Äraclacutam era una de tantas creaciones de Ëvadrap en su aburrimiento creo las hojas del árbol, donde irían con pocas esencias las escrituras de la Sabiduría, esto dejaba que ellos interpretase y a la vez tenían que combinar con las voluntades. Porque ningún Däya daba a expresar sus opiniones y eso era lo que Ëvadrap detestaba de sus creaciones y así decidió seguir prestando atención solo a Ödnalor, quien también recibió un Árbol del Caos para el solo nombrado Öibesueesoj. Todos los Ancestrales no entendían por qué el Último era el único engreído de su voluntad. Y así pasaron Otros 10 eón.

Cansado de todo, realizó otra audiencia con sus Primeros, en el cual era acompañado por nuevas Creaciones llamadas por Él, Äiram y Ämolap, sus guardianes reguladores del Espacio-Tiempo que no era nada más que unos de sus bellos.

Entonces El Recreador Ëvadrap dijo:

—Y he aquí que les traigo una Orden absoluta, espero que lo acaten porque esa ahora es mi voluntad, pues en el centro deje algo y vosotros tendréis que traedme, atender esto:

Obedecéis no debéis, pues llegar rápido es tu desafío.

Obedecéis no debéis, pues mirar adentro es tu perdición.

Obedecéis no debéis, pues tendrás que traer y un costo recibirás.

Obedecéis no debéis, pues acabar vuestras voluntades y vencerás.

Obedecéis no debéis, pues lograr es imposible y en defecto el que abandona será juzgado con mi poder. Id ahora mismo y debes cumplir cada oración de mi voluntad y vivirán para recordarme, porque yo soy justo y amo a cada uno de vosotros por igual; siendo el Último quien llama mi atención.

Por causa de las Órdenes y la Sabiduría que cada uno fue enseñado por Ëvadrap salieron en búsqueda del "Algo" en el centro. Sin embargo, con la experiencia del Último Däya, probaron experimentar muchas cosas que no les había revelado el Recreador; marchaban hacia al centro del universo, cada uno experimentó la soledad y avanzaron a velocidades extremas algunos con calma, otros apurados, otros agotados, otros felices, otros tristes y otros iracundos lograban ver el Resplandor del centro del universo. Una estrella caliente que se apagaba a una distancia cada vez que sentía que algo estaba cerca, La primera prueba ya comenzaba.

Äiram y Ämolap esperaban en el centro como las árbitras del desafío impuesto por el Recreador.

Äiram decía: "Obedecéis no debéis, pues llegar rápido es tu desafío."

Nadie podía llegar al desafío, sin embargo hubo uno que llegaba sin necesidad de esfuerzo. Y era El Último entrando sin ningún esfuerzo extendía su mano y la flama de la vida se extendía por todo su oscuridad.

Ämolap: El Último Ancestral Ödnalor, cumplió el desafío.

Siguiendo el orden del final del desafío Äiram decía: "Obedecéis no debéis, pues mirar adentro es tu perdición."

Los Ancestrales Primeros vieron como el Último se extraía la vida de muchos habitantes de la visión del Ëvadrap, yendo contra sus principios no podía aceptar tal sacrilegio, cada uno que pasó eón mirando libros y no tenían la respuesta de dicho enigma que su grandeza os hacía, no obstante vino el privilegiado y mandó todo sus esfuerzos a la nada, quedando consumidos en sus ignorancias.

Mientras un grupo no se daba por vencido y siguieron intentando llegar al centro de la flama, unos copiaban su método de caminar del Último, no funcionó, otros intentaban correr lo más veloz posible, sin ningún resultado, ningún esfuerzo seguía dando fruto. Y ahí estaba, viendo desde el aburrimiento el Último, riendo, burlándose de sus hermanos.

Äiram repetía: " Obedecéis no debéis, pues llegar rápido es tu desafío."

—He ahí Hermanos Primeros, Yo el Däya más poderoso de todos ustedes que no logran entender lo simple del desafío otorgado por vuestro Padre, todos ustedes me dan lástima—decía el Último—pero Yo soy piadoso y puedo darles esta flama sin perder su esencia del desafío, venid y rogadme y yo os daré las sabidurías que os faltan.

—¡En serio! querido Hermano—decían las voces.

—¡Por supuesto! será todo a un costo muy barato pedid y rogad... Ja,ja,ja

Algunos Ancestrales aceptaron su propuesta del Último y rogaron por la sabiduría que les faltó, fue entonces que con mentiras y verdades les decía el truco que otros no pudieron escuchar.

Ämolap: 16 Ancestrales, cumplieron el desafío.

Pasaron el desafío, los 16 llevaron consigo la flama que el Último les otorgó a cada uno por su gracia.

Äiram decía: "Obedecéis no debéis, pues mirar adentro es tu perdición."

Ya pasaron siglos y nadie pudo llevar a parte de los 16, todos quedaron pensando en cómo llegar, Fue entonces que uno se llegó a percatarse de las oraciones, y avanzó con ello recibía las flamas de la vida y Marchaba sin mirar lo que había dentro de su flama. Y otro se adentra y logró pasar y así continuaron muchos unos mirando otros no miraba y llegaban a donde su Recreador los esperaba.

Ëvadrap quien los esperaba miró a sus creaciones que traían las flamas de la vida, con ellos perdían sus costos, unas vidas duraban más que las otras, otras eran seres bellos, otros seres horrendos, criaturas exponentes de las fuerzas y entre tantas más; cada uno ya tenía sus propias formas de vidas, que con el tiempo que estuvieron pensando en el Caldero de la vida, fueron sus pensamientos que crearon estrellas en todo el vasto universo y fue entonces que con las flamas que traía a Ëvadrap, él creaba a sus primeros habitantes del universo en un mundo donde todo era Armonía y Paz. Fueron 10 Primeros en traer las flamas, que fueron los encargados de velar del progreso de ese mundo. Y así paso para cada mundo en todo el Universo.

Fue entonces que el Recreador dio a cada uno un Don, para que estos usara ese Don en plasmar sus Memorias y cuidar de todo el Universo. También les pidió a sus Hijos Primeros que se encarguen de todo porque él entrara en su tercer Memoria de Sueño y le costará un par de milenios en volver.

Y fueron Äiram y Ämolap las encargadas de velar por su seguridad y solo entrarán a intervenir a los Däyas si ellos no son los adecuados en establecer el equilibrio del todo de su Recreador.

Fue entonces que milenios de desarrollar vida y moldear el mundo que la historia dio comienzo en el universo considerándose el Principios de los Däyas. Nombre que ellos impusieron a su mundo sin tener en cuenta la Voluntad del Ëvadrap que está dentro de sus Memorias, que por órdenes fueron dadas, Los 10 que quedaron a cargo del Primer Mundo eran:

Ördnael, la Däya del Vigor, el más capaz de todos pero con poco ingenio vio que algo no que cuadraba en todas las creaciones, y pues el rogó al Ëvadrap que lo enviase a crear los cielos, pero le fue negada y Ëvadrap que tenía todo en sus Memorias decidió darle algo más de trabajo al representante del vigor y le dio la tarea de Ser el Sol que ilumine todo en esa Galaxia, y fue entonces que con todo el orgullo se fue y a dar la energía necesaria para que sus demás hermanos vengan y apoyen la Visión de las Memorias de su Recreador, y fue entonces que Ëvadrap le dio por nombre El Celestial Carmesí y todos escucharon aquel nombre y fue el primer en partir hacia el reino del Todo.

Ïbelsa, la Däya de la Pureza, que con su sumisa cabeza se le acercaba a sus Recreador enseñando su voluntad y siendo siempre fiel y nunca desobedecer, pues esa era su voluntad y fue Ahí que Ëvadrap vio en ella la pureza de su voluntad y decidió darle la tarea de ser la Dueña y Representante de la Lunas pues en ella ya hacía esas estrellas muy dócil y encantadora, y marchó detrás de su hermano en terminar la visión de su Memorias.

Ärtra, la Däya de la Esperanza, la más ingeniosa de todos los 10 fue enviado a la primera Estrella y marchó tiempo después que sus hermanos fueron. Y que con su don ayudaba en la creaciones de la tierra y de ella salieron todas las montañas, valles, llanuras, picos, risco, costa elevadas, desiertos, placas voladoras todo comenzaba a dar forma en la primera estrella que se iluminaba en todo el universo. Y fue que Ëvadrap quien la nombre como la madre de la tierra, fue así que llevo con orgullo tan precioso Nombre.

Öiluarb, el Däya de la Calma, siendo el segundo en llegar a esta estrella vio a su hermana Ärtra que formaba la tierra, que Ëvadrap le dio la tarea de llevar la sustancia de la Vida, que con su don y su flama salía de su cuerpo el Agua, que rodeaba todo el continente, fue entonces que con su presencia se creó los océanos, lagos, lagunas, ríos, quebradas, mares y las lluvias. Y fue entonces que el Recreador le dio por nombre como el Señor de océanos y fue así que llevo con orgullo que llevo tal precioso nombre.

Änemig, la Däya de la Virtud, Ëvadrap la envió a cumplir lo que faltaba antes de que la vida continuase y fue ella que bordea todo la primera estrella creándose el cielo con sus diferentes capas densas de su voluntad, y fue ella que ayudó a su hermano Öiluarb a crear las lluvias y fue con ella que el primer dia y la primera noche se diera.

Y paso 10 eón para que esto formara y vio Ëvadrap que todo se cumplía pero ya era momento que diese el comienzo de habitantes que rindan en todas las creaciones y de desde su Tercera Memorias de Sueños nacieron la Vida, creándose todas las criaturas que las voluntades de sus Ancestrales pusieron en la prueba y Así nacieron los seres Primordiales de toda la existencia, seres mundanales, seres encantadores, seres temibles y seres del caos.

Entonces Ëvadrap con toda la sabiduría infinita viendo el panorama de sus Último hijo que ayudó a formar todo el universo y que paseo como en su primer viaje fue el primero en entender que el bien existen en el mal y mal necesita del bien, porque él era el elegido de dar pelea sus demás hermanos y así comprendió que todo había sido planeado por su padre y fue entonces que el daría todo para que esto cambie, viendo todo esto desde el Todo a la Nada, Se sintió el más feliz por la actitud de su Último hijo que todo sus primeros, Ëvadrap mandó a sus 5 hijos a ayudar a sus hermanos para la próxima etapa de la vida, porque se aproximaba una futura rebelión.

Ärdnassela, la Däya del Deseo, se encargó de dar voluntades a todo ser vivo para que cumpla sus funciones en la armonía de la vida, y fue ella la que dio origen al libre albedrío a las criaturas, Ëvadrap vio que cumplió con su mandato y le dio el nombre como la Arcángel de la vida.

Ënidlareg , el Däya de la Integridad, con el deseo de su padre aportó en el nacimiento de la primera especie vegetal, siendo ella la causante de todos los espíritus verde que daba forma en la vida, creando las plantas en la tierra, plantas en el océano y plantas en lo alto del cielo, en este último era donde estaba el Árbol de los Héroes donde cada flor que nacía salían de ellas los espíritus guardianes y por cada hoja que salían nacían los nobles guerreros, y por cada fruto que de ello salía hacia los Reyes de las especies.

Ühelmut, el Däya de la Rebelión, el que fue enviado por Ëvadrap para que apoye a sus hermanos y que se encargará de las creaciones de los minerales, pues esto sería de ayuda para todo ser vivo puesta en la Estrella, y fue así que cumplió creando desde el Mercurio hasta el Diamante, desde la Piedras hasta el Oro, desde el Primer elemento hasta el Último elemento, y fue así que se le dio por nombre El Incitador de Guerra, pues como se vee esto no le hacía gracia pero fue entonces que escuchó el motivo de Ëvadrap que él era el Único que contó los acontecimientos y le dio por orden estricta de que sea el Que enseñe a todos los que querían aprender desde los Seres de la Luz hasta los de la Oscuridad, el seria el que diera equilibrio para el desarrollo y lo tomó y se marchó sin decir nada a sus hermanos y fue el Ermitaño Ancestral de los Däyas.

Ïrstis, la Däya de la Calamidad, el que se encargaría del reino de los muerto la prestigiosa ser que no tolerará a nadie que ose falta el respeto al Recreador, la que castigaría a todo ser en el mundo, pero antes de eso ella tiene que ver el potencial de cada ser, si es digno de la muerte o es digno de la vida pero no actuará de manera desenfrenada pues se le ha puesto una orden que cada milenio ella salga a la tierra y solo así entrara al mundo de los Vivos porque ella la Däya tenebrosa no tendrá piedad a lo seres que osen levantarse de la Armonía de la Visión de las Memorias, Ëvadrap viendo el temperamento de ella mostrando así su voluntad le dio como nombre Gobernante de los Impuros.

Ürúmiel, el Däya del Castigo, este último en llegar fue dado como orden de entrar en todos los planos de la estrella y enseñar el arte de la Ciencia a todo ser vivo en el Planeta, pues él lleva consigo el conocimiento pobre del mundo a sus habitantes su función es ir dando progreso a la vida, pero como castigo él también te quitará el conocimiento, pues todo tiene que ir en constante desarrollo para la Armonía de las Memorias, y fue llamado el Caminante.

Cada uno tomó su Don y su voluntad y modificó a la semejanza de la visión de Ëvadrap que logran acentuar la Armonía y la Paz que tanto anhelaba su Recreador, ya un eón pasaron que las vidas ya daba comienzo, con pequeñas partículas y sangre de la Flamas combinadas de los 10, los bosques en todo la tierra progresaba, la vida acuática fluía, las criaturas ya esparcidas por el mundo, y es así como el primer reino dio comienzo con los de la raza Zeuqsav los elegidos para ser el que gobierne el continente, que llegó a establecer como los legítimos dueños del mundo. Todos en la primera estrella Vivían en armonía y paz.

Y así el tiempo comenzaba como el día 0 después de los Zeuqsav.

Memorias del ayer.