El gato marrón, aun con el mal sentimiento subió hasta el pequeño balcón de la ventana, y llenándose de valor entro por el pequeño hueco en la ventana, en ese mismo instante sintió un olor fétido y asquerosamente desagradable, una mezcla entre "podrido" y "hierro", el gato sorprendido por tal olor busco en la oscuridad el interruptor de la luz, teniendo cuidado en no mover absolutamente nada, cuando lo encontró lo activo.
El gato marrón nunca había visto tal atrocidad antes, todo lo que le rodeaba era tan terrible que le hacia sentir mareado, en las paredes estaban las cabezas de diferentes animales, estaban mal cortadas y de ellas escurría todavía sangre, el suelo estaba cubierto con macetas cuyo contenido eran las patas de muchos animales, era como si estuvieran creciendo de la tierra, y como tapete estaba la piel cortada de un gata pardo. El gato marrón estaba realmente espantado y lo estuvo mas cuando se abrió la puerta.