Después de ese cambio en Kaiba, mi intentos eran inútiles, actualmente no podia usar todo mi poder aquí o causaría un gran destrozo en el castillo, solo tenía que aguantar a que llegara la ayuda para sacarnos de aquí al bosque y así no tendría que contenerme y podría derretir esa armadura.
Durante unos minutos junto a la ayuda de los Mykos, pudimos retenerlos mientras los hermanos de Kaiba nos apoyaban un poco como podían, ya que esto se volvió demasiado peligroso para ellos en este punto.
Kaiba seguía lanzando sin fin magia de hielo con la magia de metal, haciendo que la sala se llenara de vapor de agua muy caliente debido a que podía derretir todo el hielo antes de que me impactara, pero los proyectiles de metal no eran una broma, si bien se conseguían deformar algo seguían siendo bastante peligrosos, podía desviarlos con mis garras pero Mykos estaba intentando lo mismo con no muy buenos resultados.
Al final era yo solo desviando tanto como podía mientras Kaiba lanzaba ataques, inmovil en el sitio sin hacer nada más que eso. Entonces hizo algo que no me esperaba del metal del suelo salieron 4 dragones de metal estos más pequeños que el original con dos metros y medio de altura.
Inmediatamente estos salieron a mi ataque, dos de ellos fueron rechazados inmediatamente por Mykos, que aunque asesto un buen golpe solo dejó un pequeño rasguño, pero a diferencia de Kaiba no se regeneraba el metal dañado.
Los otros fueron cortados por mis garras incandescentes y se volvieron una masa viscosa de metal en el suelo.
Kaiba seguía con la mismos ataques, y a este paso acabaría conmigo si esto se seguía alargando cuando llegaron los refuerzos, cuatro dragones ancianos entraron en la sala
[Ignar]: "¡Rápido usa el hechizo de teletransporte para kaiba y llévame con él lejos en el bosque!"
[Ignar]: "Mykos junto con los demás encargaros de esas 4 copias de él, tenéis un dragón de fuego aquí no debería ser un problema son bastante más débiles que el original."
Una luz nos rodeo a mi y Kaiba, De pronto Kaiba empezó atacar aún más rápido pero una barrera me protegió de los proyectiles.
A los pocos segundos la luz se intensificó y estábamos fuera del castillo a unos cuantos kilómetros para no molestar a nadie y ahora podría no contenerme.
[Ignar]: ( Luego enviaré a otro anciano a reparar la zona por ahora, debo detener algo que forcé a ocurrir.)
El cuerpo de Ignar empezó a ser rodeado por unas llamas blancas y la temperatura ambiente sube demasiado incluso para la resistencia de un dragón de fuego normal, se podía ver como la armadura de Kaiba tomaba un color rojizo, todo alrededor de de unos metros de Ignar empezó a arder, los árboles se consumían en segundos por el fuego blanco y toda el área afectado por el área donde la temperatura subió perdió todo los colores verdes del bosque a un gris, donde antes había plantas ahora solo quedaban troncos totalmente secos y las hojas convertidas a cenizas.
Si bien al principio para funcionar algo pasó alrededor de Kaiba empezó a emerger vapor, Kaiba con su habilidad de hielo y la habilidad para cambiar la temperatura en el metal que generaba estaba manteniendo su cuerpo, en un temperatura estable.
[Ignar]: "mmm eso es una sorpresa, bueno terminemos con esto."
Lo que Ignar no sabía es que al poco de aparecer allí alguien detectó la presencia de los dos dragones en medio del combate y estaba dirigiendo a su dirección rápidamente.
Si bien Kaiba podía resistir la temperatura sus ataques con sus elementos se vieron totalmente anulados, contra Ignar, básicamente ya que el estrés de mantenerse a estas temperaturas era bastante difícil incluso en el estado que Kaiba estaba ahora mismo.
Kaiba pasó al ataque cuerpo a cuerpo, si le quedaba algo de raciocinio al lanzar ataques ahora era una bestia en descontrol intentando desgarrar a Ignar, pero todos sus intentos fueron frustrados por Ignar que levantan muros de fuegos o le lanzaba bolas de fuego blanco y aprovecha para golpear a Kaiba cada vez.
Ignar siguió golpeando a Kaiba en el pecho para desenterrar esa gema, pero siempre se regenera todo el daño que podía producirle a esa armadura, aunque pudo notar algo, el ritmo en el que Kaiba estaba atacando disminuye y pudo ver en esos ojos carmesí destellos azules, quizás con la esperanza de que volviera en sí mismo, Ignar continuó jugando al juego de desgaste, pero él también estaba sufriendo las consecuencias, del combate continuo y el mantener su habilidad todo el rato.
De pronto el cuerpo de Kaiba se comprimió, Ignar no sabia de esta habilidad por lo cual no se esperó el aumento repentino de velocidad que Kaiba obtuvo haciendo que varias escamas se rompieran de la pata con la que se protegió en el último momento, ahora Ignar tenía una herida en su pata frontal con sangre saliendo de ella.
Siguieron intercambiando golpes, Kaiba cada minuto que pasaba se volvía más lento pero estaba consiguiendo conectar golpes, mientras que Ignar se centraba en evitar la mordida de Kaiba en su cuello o en sus patas.
Aunque Kaiba seguía perdiendo velocidad Ignar tenía varias heridas abiertas y estaba agotado.
[Ignar]: "Ciertamente una cría como tú me está poniendo al límite, pero no caeré tan fácil."
Justo cuando Ignar iba a continuar su asedio un dragón con escamas carmesí aterrizó, haciendo que la pelea parase, mientras los dos miraron al misterioso dragón.