A la choza entraron una mujer y un niño pequeño. El niño parecía de mi edad, era rubio con ojos azules y parecía bastante tímido, se escondía detrás de la mujer.
- Quinn, Avon buenos días. – Dijo mientras daba una sonrisa feliz y despreocupada.
- Muchachos quisiera presentarles a mi hijo Helge. Al fin cumplió 5 años y ya es lo suficientemente mayor para ir a estudiar. Me gustaría pedirles que lo cuiden. –
- Señora Engla seria todo un placer hacernos cargo de su hijo.- Respondió Quinn.
- ¡oh! Casi se me olvida, ¿tienen una nueva hermana no? Ayer la vi en la ceremonia. Se comporto muy bien. ¿Ya tiene nombre? Tiene casi la misma edad de mi hijo ¿no? Podríamos comprometerlos en el futuro.-
-Señora Engla aun es muy pronto para pensar en esas cosas. Mi hermana acaba de adquirir su forma humana y aun no tiene nombre. – Dijo Avon con una sonrisa educada.
- Bueno, bueno, no pueden acaparar a su hermana para ustedes solos. Jajaja, pero esta bien cuando vuelva su padre hablaremos del tema.-
Después de decir esas palabras la señora salió con su hijo. Aunque, ya volví a ser humana siento que aun las personas a mi alrededor ignoran lo que pienso. Sin embargo, descubrí que hay una especie de sistema educativo. Puede que no sea la gran cosa, pero para poder entender este mundo y volver a casa, debo de aprender lo más que pueda.
- ¿También puedo ir a estudiar?-
- No, no puedes. Eres muy pequeña para eso.- Dijo Quinn con una mirada seria.
No me sorprendió su respuesta, durante el mes en el que lo conozco me he dado cuenta de que él es bastante estricto con ciertos temas y ahora que lo pienso, me ha estado cuidando todos los días desde que llegue a la tribu. Sin embargo, se que el siempre le hace caso a su hermano, por lo que lo mire esperando que el dijera que si podría ir.
- No es prudente hermosa.- me dijo Avon con una sonrisa.
Él siempre sonríe, aunque, no creo que muchas de sus sonrisas sean verdaderas. Da algo de miedo ver la forma en la que siempre sonríe, te hace preguntar que esconde debajo de esas sonrisas.