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Chapter 99 - PARAÍSO CANTO XXIX

PARAÍSO CANTO XXIX

Cuando uno y otro hijo de Latona, por debajo de Libra y del Carnero, son límites los dos de un horizonte,

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cuanto hay desde el momento de equilibrio hasta que el uno u otro de aquel cinto, cambiando de hemisferio, se desata,

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tanto, la risa pintada en su rostro, muda estuvo Beatriz mirando fijo el punto que me había derrotado.

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Dijo después: «Diré, sin que preguntes, lo que quieres oír, porque lo he visto donde convergen todo quando y ubi.

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No por acrecentar sus propios bienes, que es imposible, mas porque su luz pudiese, en su esplendor decir "Subsisto", 13

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allí en su eternidad, fuera de toda comprensión y de tiempo, libremente, se abrió en nuevos amores el eterno.

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No es porque antes ocioso estuviera;pues ni después ni antes precedió

20el discurrir de Dios sobre estas aguas. 21

Forma y materia, ya puras o juntas, salieron a existir sin fallo alguno, como de arco tricorde tres saetas. 22

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Y como en vidrio, en ámbar o en cristales el rayo resplandece, de tal modoque el llegar y el lucir es todo en uno,

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de igual forma irradió el triforme efecto

de su Sir a su ser a un tiempo mismo sin que hubiese ninguna diferencia.

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Concreado fue el orden y dispuesto a las sustancias; y del mundo cima fueron aquellas hechas acto puro; 31

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a la potencia pura puso abajo;la potencia y el acto, en medio, atadas tal nudo que jamás se desanuda.

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Jerónimo escribió que muchos siglos antes fueron los ángeles creadosde que el resto del mundo fuera hecho; 37

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mas en muchos parajes que escribieron los inspirados, se halla esta verdad;y si bien juzgas te avendrás a ello;

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y en parte la razón también lo prueba, pues no admite motores que estuviesen sin su perfecto estado mucho tiempo.

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Ya sabes dónde y cuándo estos amores y cómo fueron hechos: ya apagadostres ardores ya están en tu deseo.

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Hasta veinte, contando, no se llega tan pronto, como parte de los ángeles turbó el más bajo de los elementos.

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La otra quedóse, y dio comienzo el arte que puedes ver, y con tanto deleite,que de sus giros nunca se ha apartado.

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La ocasión de caer fue la maldita soberbia de quien viste que oprimían las pesadumbres todas de este mundo.

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Esos que ves aquí fueron humildes, admitiendo existir por la bondad que a tanto conocer hizo capaces:

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por lo que fue su vista acrecentada por méritos y gracia iluminante,y tienen voluntad constante y plena;

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y no quiero que dudes, mas que sepas, que recibir la gracia es meritorio

según como el afecto la recibe.

Por lo que a este colegio se refiere 66ya comprendes bastante, si entendistelo que te dije, ya sin otra ayuda. 69

Mas como en las escuelas de la tierra se enseña que la angélica naturaes tal que entiende, que recuerda y quiere,

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aún te diré, para que pura sepasla verdad, que allí abajo se confunde, porque equivocan los significados.

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Estas sustancias, desde que gozaron de la cara de Dios, no apartan de ellala mirada, a quien nada est�� escondido:

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Así pues no interceptan su mirada nuevos objetos, y no necesitan recordar con conceptos divididos;

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y así allá abajo, sin dormir, se sueña, creyendo y no creyendo en lo que dicen; pero éstos tienen más vergüenza y culpa.

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Vais por distintas rutas los que abajo filosofáis: pues que os empuja tantoel afán de que os tengan como sabios.

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Y aún esto es admitido aquí en lo alto con un rigor menor que si se olvidala sagrada escritura o se confunde.

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No meditáis en cuánta sangre cuesta sembrarla allá en el mundo, y cuánto agrada el que con ella humilde se conforma.

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Por la apariencia pruebas dan de ingenio y de imaginación; y quien predicadase a esto y se calla el Evangelio.

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Que se volvió la luna, dice el uno,en la pasión de Cristo, y se interpuso para ocultar la luz del sol abajo; 97

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y otro que por sí misma se escondió la luz, y que en la India y en España hubo eclipse lo mismo que en Judea.

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No hay en Florencia tantos Lapi y Bindi cuantas fábulas tales en un año,aquí y allá en los púlpitos se gritan: 103

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y así las ovejuelas, que no saben, vuelven del prado pacidas de viento, y que el daño no vean no es excusa.

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No dijo a su primer convento Cristo: "Id y patrañas predicad al mundo"; sino les dio cimientos de certeza;

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y ésta sonó en sus bocas solamente, de modo que luchando por la fedel Evangelio escudo y lanza hicieron.

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Y ahora con bufonadas y con trampas se predica, y con tal que cause risa,la capucha se hincha y más no pide.

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Mas tal pájaro anida en el capuz, que si lo viese el vulgo, allí veríaqué indulgencias tendrá confiando en ése: 118

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que en la tierra acrecientan la estulticia, de tal manera que, sin prueba algunade su certeza, corren tras de ellas.

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Esto engorda al cebón de San Antonio, y a otros muchos más cerdos todavía, que pagan con monedas no acuñadas. 124

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Mas como es larga ya la digresión, vuelve los ojos a la recta vía,y se abrevien el tiempo y el camino.

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Esta naturaleza tanto aumentaen número al subir, que no hay palabras ni conceptos mortales que las sigan;

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y si recuerdas lo que se revelaen Danïel, verás que en sus millares

134y millares su número se esconde. 135

La luz primera que toda la alumbra, de tantas formas ella en sí recibe, cual son las llamas a las que se une. 136

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Y así, al igual que al acto que concibe sigue el afecto, de amor la dulzura ardiente o tibio en ella es diferente.

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Ve pues la excelsitud y la grandeza del eterno poder, puesto que tantos espejos hizo en que multiplicarse,

144permaneciendo en sí uno como antes.