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Chapter 82 - PARAÍSO CANTO XI

PARAÍSO CANTO XI

¡Oh cuán vano el afán de los mortales, qué mezquinos son esos silogismosque las alas te arrastran por el suelo! 3

Tras de los aforismos o los Iura iban unos, o tras del sacerdocioo del mandar por fuerza o por sofismas. 4

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tras negocios civiles o robando,o envueltos en el gozo de la carne se fatigaban, o en la vida ociosa,

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cuando, de todas estas cosas libre, con Beatriz por el cielo caminaba de forma tan gloriosa recibido.

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Después que cada uno volvió al puntodel círculo en el que antes se encontraba, se detuvo, cual vela en candelero.

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Y yo escuché dentro de esa lumbrera que antes me había hablado, sonriendo,

17palabras que le daban aún más lustre: 18

«Igual que yo con sus rayos me enciendo, así, mirando en esa luz eterna,adivino el porqué de lo que piensas.

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Tú dudas y deseas que te aclarecon un lenguaje claro y manifiesto, para entender aquello que te digo,

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donde antes dije: «Por donde se avanza», o donde dije: «No nació un segundo»;y es necesario distinguir en esto. 25

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La Providencia que gobierna el mundo de modo que derrota a cualquier mente creada, antes que llegue a ver el fondo,

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para que caminase a su deleitela esposa de quien quiso desposarla

32con su bendita sangre a grandes voces, 33

sintiéndose más fiel y más segura, dos príncipes mandó para ayudarla, y en una cosa y otra la guiasen.

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Todo en fuego seráfico uno ardía; por su saber el otro fue en la tierra de querúbica luz un resplandor. 37

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De uno hablaré, si bien de ambos se habla alabando a cualquiera de los dos,puesto que a un mismo fin se encaminaron.

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Entre Tupino y el agua que baja de la cima escogida por Ubaldo, fértil ladera pende de alto monte, 43

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que el frío y el calor manda a Perugia por la Puerta del Sol; y detrás lloran

47Nocera y Gualdo su pesado yugo. 48

Por donde esta ladera disminuyesu pendiente, nacióle un sol al mundo, como hace a veces éste sobre el Ganges.

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Y así pues quien a aquel lugar nombrara que no le llama Asís, pues esto es poco, sino Oriente, si quiere ser exacto.

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No se hallaba del orto muy distante, cuando a la tierra por su gran virtud logró hacer que sintiese algún consuelo; 55

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que por tal dama, aún jovencito, en guerra con su padre incurrió, a la cual las puertas del gozo, cual a muerte, no abre nadie; 58

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y ante toda su corte espiritualet coram patrem a ella quiso unirse;luego la amó más fuerte cada día.

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Ésta, privada del primer marido, 64mil cien años y más vivió olvidada 65sin que nadie, hasta aquél, la convidase; 66

no valió oír que al lado de Amiclates segura la encontró, al oír sus voces,aquel que fue el terror del mundo entero;

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ni le valió haber sido tan constante y firme, que al quedar María abajo, ella sobre la cruz lloró con Cristo.

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Pero para no hablarte tan oscuro, Francisco y la Pobreza estos amanteshas de saber que son de los que te hablo.

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Su concordia y sus rostros tan felices,

amor y maravilla y gestos dulces, inspiraban muy santos pensamientos;

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tanto que aquel Bernardo venerable se descalzó, y detrás de tanta paz corrió, y corriendo tardo se creía. 79

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¡Oh secreta riqueza! ¡Oh bien fecundo! Egidio se descalza, el buen Silvestre,

83tras del esposo, así a la esposa place 84

De allí se fue aquel padre, aquel maestro con su mujer y su demás familiaque el humilde cordón ya se ceñía.

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No le inclinó la frente la vergüenza de ser hijo de Pietro Bernardone,

89ni porque pareciera despreciable; 90

mas dignamente su dura intencióna Inocencio le abrió, y de aquél obtuvo

92el permiso primero de su orden. 93

Después creciendo ya los pobrecillos detrás de aquél, cuya admirable vida mejor gloriando al cielo se cantara,

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de segunda corona el Santo Espíritu ciñó, por mediación de Honorio, aquel definitivamente la Orden en 1223. santo deseo de este archimandrita.

98 Honorio II aprobó

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Y después que, sediento de martirio, en la presencia del Sultán soberbia predicó a Cristo y quienes le siguieron,

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y encontrando a esas gentes demasiado reacias, para no estar inactivo,volvióse al fruto del huerto de Italia,

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en el áspero monte entre Arno y Tiber de Cristo recibió el último sello,que sus miembros llevaron por dos años. 106

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Cuando el que a tanto bien le destinara quiso hacerle subir al galardónque él mereció por hacerse pequeño,

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a sus hermanos, como justa herencia,

recomendó su dama más querida,y les mandó que fielmente la amasen;

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y de su seno el ánima preclara quiso salir y volver a su reino,y para el cuerpo otra caja no quiso.

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Ahora piensa en quien fuese aquel colega digno con él de mantener la barcade Pedro en alta mar derechamente; 118

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y este segundo fue nuestro patriarca;por lo cual, quien le sigue, como él manda, sabe que carga buenas mercancías.

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Mas su rebaño, de nuevas viandasse encuentra tan ansioso, que es difícil que por pastos errados no se pierda; 124

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y cuanto sus ovejas más se apartan y más lejos de aquél vagabundean, más tornan al redil faltas de leche.

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Aún hay algunos que temen el dañoy a su pastor se estrechan; mas tan pocas que a sus capas les basta poca tela.

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Ahora, si te han bastado mis palabras y si me has escuchado atentamente,si recuerdas aquello que te he dicho,

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en parte habrás tus ganas satisfecho al ver por qué la planta se marchita, y verás por qué causa yo te dije"Que hace avanzar a quien no se extravía".

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