Hace solo unos segundos todo en mi habitación se calmo, los cuadros dejaron de moverse y las cartas de reír.
Puedo sentirme en paz ahora mismo, pero no sé cuánto tiempo va a durar está tranquilidad.
Suspiro una y otro vez mientras muevo el bolígrafo.
Anteriormente, después de encontrarme con mi supuesto hermano menor, el cual intento devorarme o dijo querer hacerlo.
Me encontré con algo realmente aterrador.
Y eso era sangre, rastros de sangre por el suelo.
No cabía dudas, no pertenecía en ese lugar, no puedo permanecer más tiempo aquí.
Tarde o temprano me pasará algo malo o incluso peor de lo que puedo llegar a imaginar.
El rastro de sangre me hizo pensar en mi propia muerte o el lo que se aproxima.
Ligeramente, escuché paso acelerados y al siguente instante algo pesado impacto contra mi.
Era una persona o eso pensé, tumbada en el suelo abrí mis ojos y la sangre goteo en mi rostro.
Vi ojos rojos, una piel de color extraño, cabello largo oscuro y su boca cubierta de sangre.
En el momento justo de entrar en pánico, ella cubrio mi boca, me miró fijamente y luego me enseñó su mejor sonrisa.
Era mi hermana mayor Zonbi, de 20 años y si ese era su nombre "Zonbi" es idéntico a "Zombi" solo que en lugar de la "M" tiene la "N", y ese nombre lo dijo todo.
Mi hermana mayor es un no muerto, o como todos lo conocen "Zombi"
Ella es amable y honesta, hablamos durante varios minutos sentadas sobre el suelo.
A pesar de ser un Zombi, era alguien normal a diferencia de la sangre en sus labios.
Ambas teníamos cosas en común, nos gustaban las mismas comidas y mismas canciones.
Sin embargo, luego de una larga conversación y reír un poco, dijo la siguiente frase con amabilidad.
"Lo siento, pero quiero probar tu carne"
Eso fue realmente un fuerte golpe, mi sonrisa se congelo, y no supe cómo responder.
Solo me puse de pie y me eche a correr.
No obstante, Zonbi se aferró a mi pierna impidiendo que escapara.
"Lo siento, lo siento, solo un insignificante mordisco"
Diciendo eso mientras sujetaba mi pierna solo logro que incrementará la necesidad de escapar por mi vida.
Pero las gotas cayeron al suelo y sentí pena por ella, parecía estar llorando.
En ese momento pensé que un pequeño mordisco no era tan grave.
Sin embargo, aquello no eran lágrimas, Zonbi estaba esparciendo toda su baba por el suelo.
En parte de tener la misma loca mirada que mi hermano, me hizo cambiar de idea.