El nuevo despertar - Parte 1
El sol como todos los días era imponente ante todas las cosas, sin embargo, hace unos minutos una zona oscureció, esto era sinónimo de que algo malo iba a pasar, una calamidad por llegar, los cientos de seres vivos que veían esto sintieron terror incluso al estar a una distancia mucho mayor a la de un kilometro.
En medio de una iglesia subterránea un gran espectro o ente con forma demoníaca estiraba su oscura y larga mano, con un simple humano.
"Esta hecho"
Dijo el demonio con su voz atroz y desfigurada, mientras que el humano aún permanecía tranquilo, cualquier otro humano sabría que está era una locura.
Contra todo pronóstico, el humano se retiraba mientras que el demonio desaparecía entre las sombras.
Este era Augles un humano en el clímax de su juventud o al menos eso se veía desde su aspecto físico, tenía ojos café y cabello oscuro, nada de otro mundo.
Augles caminaba con confianza como un hombre que ha logrado una parte de sus metas.
"¿Verdad que soy un genio? Es verdad soy el puto amo".
[Ahora solo me toca desconfiar de ese demonio, soy astuto según mi punto de vista, pero a decir verdad me siento insignificante al ver ese tipo de ser].
Una vez fuera de la iglesia subterránea noto a su sirvienta quien había venido con ella hasta aquí.
Esta rápidamente se postró.
"Mis disculpas mi lord, no pude encontrar como es que cayó por los suelos".
"Descuida, ahora solo me interesa volver. Mmhm. ¿Me puedes cargar?".
Al escuchar la palabra 'volver' la maid noto algo raro en su señor, después de todo habían planificado ir hacia lo desconocido en busca de explorar el mundo, pero ahora solo quería volver, tal vez sea por el cansancio de haber caído entre los suelos.
"A sus órdenes".
La sirvienta asintió y luego giro de lado dejando ver su cálida y recta espalda.
Habían pasado muchas horas y Augles abrio los ojos muy grandes, de pronto se dirigió a su sirviente quien iba a una velocidad de 30 km/h, una cantidad de apreciar y Augles lo sabía.
"Hey, Alba, ¿podemos descansar?".
Dijo el chico que estaba siendo cargado por su sirvienta a la que había llamado Alba.
"Por supuesto".
Augles sabía que si preguntaba si estaba cansada lo más probable era que responda con un no.
"Sabes hemos estado conviviendo meses y solo un par de días hemos socializado".
No hubo respuesta, solo el muchacho volvió a hablar.
"¿Que pasaría si desaparezco?".
"Lo más probable es que el señor Ezequiel trate de encontrarlo".
"Es eso así, aunque que no lo creas es mi mejor amigo".
"Bien por usted".
Augles miro incrédulo a su sirviente.
"Dime, ¿te agradan los demonios?".
"No si es que me atacan".
"Buena respuesta, ahora dime. ¿Por que trabajas para mí".
"El dinero".
"Ya veo, entonces no tendrás problemas con esto".
Augles empezó a emanar un aura oscura, especialmente de sus manos era claramente que no era un poder humano.
Augles paso una de sus manos por su rostro, ahora sus ojos estaban teñidos oscuros.
La sirvienta lo noto y después respondió.
"Comprendo".
"Si me seguirás por el dinero, entonces me seguirás hasta la muerte. JAJAJAJA".
La mirada de Alba era aterradora en estos momentos.
"Se ha acabado el agua, por favor si eso es fuego no juegue con ello".
[Que me habrá querido decir].
"Mañana comienza está nueva aventura".
"Okey, por favor termine su pan".
Bajo una cueva los rayos del sol empezaron a crecer hasta tocar el rostro babeado de un chico.
Eso no fue suficiente para despertarlo sino hasta que un olor a fruta habían sido captados por Augles.
Era mango, inmediatamente se levantó.
"Que buen comienzo".
Dijo la mujer, ocultando su sarcasmo.
"Gracias".
Había carne y muchas frutas, pero ella sabía que su amo a quien cuidaba como un niño solo debutaba de frutas, no era especialista en recoletar frutas, pero aún así hizo su mejor esfuerzo.
"Sabes esta especie de aura canaliza tu cantidad de maldad, es decir puede ver si eres buena o mala, ¿puedo ver?".
Lo decía mirando el escultural rostro de su sirvienta. Los ojos rojos de su maid no mostraban algún signo de nerviosismo.
La sirvienta no contestaba incluso ya habían pasado 30 segundos desde la sugerencia de su señor.
"Entiendo, tranquila, no necesito usar esto para ver si eres mala o buena, eres buena en todos los sentidos, tengo una fuerza que me da esas respuestas, un instinto"
Su sirvienta noto algo que se movía o a alguien quien había llegado, este se dirigía hacia ellos, rápidamente se levantó, para recibirlo.
"O, pero miren son jóvenes, eh".
"¿Adónde va tan temprano anciano?".
Pregunto Augles quien al igual que su sirvienta se levantó.
"¿Temprano? Si el sol da como las 9, bueno dejando eso, ¿no escucharon las noticias?".
Contesto el anciano, con un rostro frustrado.
"¿Noticias?".
"Más que noticia es un mal presagio, muchacho, se dice que en la montaña Lazar ha sido principal escenario de un poder maligno, capaz de cambiar los cielos y remover la vida a la muerte. Por ahora nos dijeron que nos retiremos, por ahora solo hay aventureros".
"Bueno muchas gracias, creo que también partiremos".
"Espero que en mis cuarenta años de trabajo no le pase nada a ese lago".
Después de desayunar Augles con su sirvienta, regresan, una vez caminando por el bosque dos presencias se acercan, Augles y compañía intentan pasar sin decir nada, sin embargo, uno de los dos hombres recién llegados gira para ver a la escultural mujer.
"Hola muchachos".
El aventurero saluda.
"Saben he visto a muchas mujeres de pueblos y ciudad, cada uno con su encanto, aunque la mayoría tiene un rostro decaído. Y vi en esa mujer que es tu acompañante muchacho, tiene una mirada única, es sería y aguda, ya sabes me la puedes presentar".
Los aventureros tienen una vida de comer, hacer misiones, beber y comer, por supuesto dormir es otra, y no todos los aventureros siguen su camino de ser heroes que exploran lo desconocido, al contrario solo lo hacen para demostrar su fuerza y algunos de ellos son verdaderamente cretinos.
Augles era un ex-aventurero sin ningún logro que resaltar, conocía a este tipo de personas.
Augles solo levanto la mano y la dirigió hacia estos dos.
"¿Que crees que haces!".
Por segunda vez las auras del muchacho estaban creciendo en sus manos.
Esto fue como una amenaza directa para las aventureros.
El aventurero saco varios cuchillos, mientras que el otro corría hacia el dúo dinámico.
Inmediatamente, la sirvienta corrió en un par de milisegundos, estando lo suficientemente cerca al primero y torciendole el cuello de una manera sencilla.
Sin embargo, al momento de acabar con el primero está vio como un par de cuchillas volaban cerca de su rostro y luego volteo a ver a su amo, tratando de hacer algo con su mano que esparcia oscuridad.
Inmediatamente su sirvienta dijo algo que daría los resultados.
"No".
Un cuchillo acertó en el estómago y el otro cerca del corazón.
La sirvienta no dijo los resultados, pero al menos hubo cierta preocupación al saber que pasaría eso.
"Maldición".
Dijo el hombre a quien habían acertado dos cuchillas.
Alba se dirigió al aventurero quien lanzó las cuchillas, inmediatamente saco una daga que traía el otro aventurero muerto y lo incrustó a su enemigo justo en el cuello, no tuvo tiempo para reaccionar al ataque de Alba, pero si dijo unas palabras al ver el colgante oculto de Alba.
"La asesi...".
El aventurero por fin murió, miéntras que el señor de Alba, maldecía con palabras.
"Maldición, como es que no pude, ¿acaso el nuevo bom de poder morirá aqui?".
Augles se lamentaba de su debilidad.
Mientras que su sirvienta acudía a él.
Fin de la parte 1.
Se ha reiniciado está historia, anteriormente comenzaba de otra parte y están escritas en primera perspectiva, no perdere esos textos más bien las adjuntaré en historias extras, como para dar más información sobre el mundo de Augles o el universo.