De vuelta en Edén, otra vez han pasado muy poco tiempo desde que me fui y todas están en sus respectivas ocupaciones.
Me llevo a las tres a hacer un tour por Edén y las presento a todas las que nos encontramos por el camino.
Aún no tengo disponibles ninguna de las invocaciones, así que vamos a diferentes zonas lugares de interés.
Vamos a ver y jugar con los dinosaurios y criaturas prehistóricas.
Los tigres dientes de sable con los cachorros, siempre son el centro de atención.
Pasamos toda la mañana entretenidos, después se unen al resto de mujeres en la comida y se integran perfectamente en la sociedad de Edén.
En esta ocasión, no he tenido que hacer procesos de bienvenida multitudinarios, he traído conmigo solamente a las mujeres del elenco principal.
Ding.
Misión de grupo disponible.
"Forma un grupo de atletas y gana los juegos olímpicos, sin intervenir en las competiciones, el mundo de la misión es
Recompensa: Árbol de laurel de oro (tiene propiedades curativas, tiene aura relajante y las hojas que crecen de él, son de oro puro.)
Después de ver los detalles de la misión, me doy cuenta, que si puedo usar todas mis capacidades, lo que me especifica, es que no haga trampa y que no interfiera en las competiciones con mis poderes.
Hago un anuncio a todas las mujeres, explicando lo que necesito para el siguiente viaje.
En ese momento se crea un gran caos, todas las mujeres que habitualmente compiten y en especial las que están en la parte superior del ranking, están en éxtasis.
Hago otro anuncio, mostrando las diferentes disciplinas en las que vamos a competir.
No tengo un límite en el número de gente que puedo llevar a la misión, pero como no quiero colapsar la ciudad, restrinjo el número de mujeres que me pueden acompañar, anuncio que solamente voy a llevar a 300, de los cuales solo llevo 20 mujeres que compitan, el resto pueden venir de espectadoras.
Se crea un gran revuelo y hay una gran variedad de diferentes competiciones en todo Edén.
Se establece que para las 20 competidoras, las que quieran participar harán una competencia en esa disciplina y solamente vendrán las tres finalistas.
Las otras 280, crean una competición igual que cuando se rifan las posiciones de la cama, una competición de piedra papel y tijera, con las capacidades especiales restringidas para que todas tengan las mismas posibilidades.
No tengo una fecha límite para empezar la misión, así que no meto prisa a las chicas para que decidan quien viene.
Ellas organizan un torneo entre todas las interesadas y dos días después, tienen una lista de las afortunadas ganadoras.
Todas las que vayan a venir, las hago adoptar forma humana mediante magia, para no llamar la atención innecesariamente, ya que entre las ganadoras hay de varias razas.
Entre las ganadoras para las competencias deportivas, la mayoría son amazonas, vampiresas y semidiosas, las diosas y la gran mayoría preferían venir como espectadoras, para animar.
Una vez que se ha decidido quién vendrá conmigo, por la noche organizamos una fiesta en todo Edén.
Por la mañana después de desayunar, las 300 están esperando para partir, pero mando de vuelta a todas aquellas que se han olvidado de ponerse bragas y tenemos que esperar a que regresen correctamente vestidas.
Después de una segunda revisión, finalmente cruzamos el portal.
Aparecemos en una isla deshabitada cerca de Grecia y rápidamente construyo una pequeña aldea para vivir mientras esperamos que llegue el inicio de la trama.
Una vez que estamos instalados, dejo allí a las chicas y voy a informarme de la situación actual y cuanto falta para que comience la historia principal.
Me transportó siendo invisible hasta Grecia, al palacio donde está la princesa Irina, la mujer protagonista de la historia.
De paso la marco y la esclavizo, junto a unas cuantas sirvientas del palacio y a otras mujeres que llaman mi atención de los alrededores.
El hombre galo que le envía mensajes de amor y poesía aún no ha llegado, no me molesto ni siquiera en aprenderme su nombre.
Hace poco que ha empezado a recibir las cartas, por lo que descubro que faltan un par de meses para el inicio de la trama.
Voy a la aldea gala de los protagonistas, aún está allí el hombre enamorado, voy a buscar a mujer de Edadepiédrix de este mundo, Taillefine, encarnada en con el cuerpo de la modelo Adriana Sklenaříková, más conocida como Adriana Karembeu y a una mujer llamada, Amelix, que tiene el cuerpo de la famosa tenista francesa, Amélie Mauresmo.
Las dejo marcadas y esclavizadas para llevarlas conmigo antes de dejar este mundo.
Voy a diferentes lugares del mundo en busca de varias mujeres que recuerdo su existencia en este mundo, aunque son personajes totalmente secundarios en la película y ni siquiera se las nombra.
Voy a buscar a una bailarina, que tiene el cuerpo de Elsa Pataky, cuyo nombre en este mundo es Betrest (se lo he puesto yo en la historia no aparece), busco a una mujer llamada Esmeralda, que tiene el cuerpo de Mónica Cruz.
Una vez localizadas, las esclavizo y las capturo sin que nadie se dé cuenta de su extraña desaparición.
En tercer lugar voy a buscar a una esclava romana, encarnada en el cuerpo de Kelly Rowland, su nombre es Fulvia. (el nombre es puesto por mí, no aparece en la película)
Me acerco detrás de ella sin hacer ruido, se asusta y quiere escapar, cuando siente que una mano le tapa la boca y la agarra por detrás, impidiendo que grite o se escape.
Trata de ver quien la sostiene pero no ve nada.
"No temas, no quiero hacerte daño, he venido a sacarte de aquí, no puedes verme, porque soy un dios y actualmente soy invisible." (yo)
El resto de sirvienta, esclavas y otras mujeres romanas, que llaman mi atención, son marcadas y esclavizadas para su posterior recogida, no quiero empezar a crear el caos en este mundo y alterar la trama.
Que desaparezcan 3 mujeres en diferentes lugares del mundo, no es significativo, pero si empiezan a desaparecer cientos, seguramente afectará a la trama de algún modo.
Salgo de allí con Fulvia, voy a un lugar remoto y saco también a Esmeralda y a Betrest.
Me hago visible, les explico quien soy y su situación.
Las tres aceptan seguirme aunque con algo de resignación y miedo a un posible castigo divino.
Las llevo conmigo a la aldea, donde he dejado a las mujeres que han venido a este mundo conmigo.
Allí las presento a las 300 mujeres y después de hacerles pasar por el proceso de bienvenida, las pongo mi anillo en sus dedos.
Ahora tienen ropa nueva, han comido mejor que en toda su vida y tienen sus cuerpos completamente restaurados.
Esto lo saben porque han desaparecido de su cuerpo algunas cicatrices y algunas dolencias que tenían, además de preguntar a las otras mujeres.
Hablando con las otras mujeres, han perdido el miedo que tenían a que las castigara y se han convertido en fieles creyentes mías, simplemente por lo que escuchan de mí.
Una vez que están más o menos acomodadas, empiezo a pensar en la trama de este mundo y la mejor forma de lograr el objetivo.
Voy a una habitación vacía, creo un sillón cómodo y una televisión, y vuelvo a ver completamente la película.
Detengo el tiempo fuera, ya que no quiero interrupciones mientras que la veo.
Después de verla, decido competir por el corazón de la princesa Irina con el galo llamado Lunátix.
Le escribo y le mando mi propia poesía, llena de mensajes de amor, que son declaraciones encubiertas.
El modo de envío también es bastante más hermoso y espectacular que el del galo.
Hago salir a Ruby, mi fénix del interior de mi alma.
Durante el tiempo que ha estado dentro, ha crecido mucho en tamaño, poder y belleza.
Esta algo molesta porque la pido salir y hacer de mensajera, pero la digo que la compensaré y entonces acepta muy feliz.
Reduce su enorme tamaño, hasta que se iguala al de un águila.
Sus colores son tonos de rojo, naranja y dorado, es muy hermoso como si fuera una joya.
Además da la impresión de estar ardiendo en llamas, pero no desprende ningún calor.
La carta va firmada por mí y en ella le digo al final que iré a conocerla personalmente, antes del inicio de los próximos juegos olímpicos.
Ruby lleva la carta con cuidado, no quiere estropearla y que en lugar de una recompensa, recibir un castigo.
Le transmito mentalmente a quien quiero que le entregue el mensaje y usando sus poderes para viajar más rápido, no tarda ni siquiera unos cuantos segundos en llegar a los alrededores de la ubicación de la princesa Irina.
Aparece sobre el cielo de Grecia deslumbrante, desciende de forma hermosa y vistosa hasta el balcón del palacio donde se encuentra Irina y su doncella de confianza y de forma muy cuidadosa, les ofrece el mensaje que lleva entre sus garras.
Irina y su doncella a su lado, están asombradas por la belleza del ave frente a ellas y no reaccionan a los gestos de Ruby, que quiere entregarles la carta.
Nunca habían visto un fénix, ni saben de su existencia y la confunden con un simple pájaro muy hermoso.
Ruby viendo que están asombrada, decide acercarse más a Irina, a quien tiene que entregar la carta.
Se acerca justo frente a ella y tomando la carta enrollada de sus patas, con el pico con gran delicadeza, se lo entrega a Irina, que ahora se ha dado cuenta que esta ave tan hermosa lleva consigo una carta.
La abre como si fuera un rollo de pergamino y no reconoce quien le escribe, ya que las que llegaron anteriormente fueron anónimas y está vez no lo es, sino que es de un hombre llamado Pedro.
La poesía escrita en la carta, son auténticas obras de arte, con versos alejandrinos, rima consonante que hace que su mente y su corazón de un vuelco.
Ruby, después de haber entregado la carta, hace un gesto de despedida y después desaparece de allí como si fuera una llama de fuego que se expande con fuerza y después se extingue, como un fósforo encendido.
Poco después llega al mismo balcón, una paloma mensajera con la carta de Lunátix, pero ahora la reacción en mucho menos entusiasta y la poesía que contiene su carta, si la compara con la que he escrito yo, aunque es bonita, es mucho más tosca, como si comparas una piedra pulida y una joya. La piedra puede ser muy hermosa, pero si la comparada con la joya, el resultado es obvio.
Ruby regresa después de cumplir su misión y como la prometí, consigo en la tienda algo que se llama, golosinas para fénix.
Cuando lo saco y lo veo, son gemas de diferentes colores, cargadas de grandes cantidades de energía.
Le entrego una, se la come muy contenta y después vuelve a entrar en mi, y dormirse en mi alma.
En la aldea que he fundado con las mujeres, las tres recién llegadas, empiezan a acostumbrarse, aunque no dejan de sorprenderse.
Paso un par de días en la aldea con las chicas, no he reclamado sus primeras veces todavía, las estoy dejando acostumbrarse y que se relajen con las demás.
Las rutinas de entrenamiento se mantienen, incluso han aumentado en comparación con lo que hacen en Edén.
Después de varios días más, mando una segunda carta a Irina, que la recibe y la lee con entusiasmo.
Siente que se está enamorando de mí solamente de leer mi poesía, no es que yo sea poeta, se debe a que he conseguido en la tienda todos los conocimientos necesarios para llegar a ser un erudito de la poesía y ganarme la vida escribiendo versos si quisiera.
En su mente esta tratando de imaginar cómo soy, se le hacen muy largos los días de espera hasta los juegos olímpicos y espera con ansia la llegada de nuevas cartas de amor y poesía.
La carta anónima de poesía entregada por Lunátix, es bonita y la guarda como recuerdo, pero no es más que eso.
Vuelvo a dejar la aldea para hacer otro viaje a Grecia, voy a enterarme de las normas de los juegos olímpicos y lo necesario para inscribirse.
Una vez allí, llegó a la zona de información donde hay tres hombres griegos que se encargan de todas las gestiones relacionadas con los juegos.
Se llaman Alpha, Beta y Omega
Les pido amablemente que me enseñen las normas de inscripción de los juegos olímpicos.
Me enseñan una gran losa de piedra que tiene grabadas en ella casi 100 normas.
Hay una norma que prohíbe competir a las mujeres, pero no especifica que los concursantes tengan que ser humanos.
No estoy seguro, si el elixir del proceso de bienvenida, será considerado como una trampa para los juegos.
Hago un par de preguntas a los tres hombres, con referencia a la participación de las mujeres.
Ellos me dicen que está prohibido, porque seguramente harán el ridículo, si alguna mujer se presenta.
También les pregunto si alguna provincia que no sea romana puede participar y me dicen, que no.
Pero antes de que me vaya, uno de los tres, me grita, pidiéndome que espere porque ha recordado algo.
Me dice, que existe una posibilidad para que haya mujeres entre los representantes, además de ser posible que una región que no sea una provincia romana participe.
La excepción para participar mujeres o y no pertenecer al imperio, es tener el permiso expreso del César para competir en los juegos.
Sonrío y me despido, diciéndoles antes de irme.
"Gracias por la información, volveremos a vernos cuando comiencen los registros de atletas." (yo)
Voy a ver los escarabajos que usan para controlar si alguien hace trampa.
Me resulta fácil encontrarlos aunque son bastante escasos.
Me llevo un par de ejemplares a Edén y cuando escucho el Ding, como que ya los reconoce, puedo producirlos en la granja.
Veo que en la ciudad tienen más de tres que son los que aparecen en la película, por eso no me preocupa demasiado devolverlos.
Decido ir a visitar al César de este mundo, es un hombre bastante gracioso, es realmente vanidoso y egocéntrico.
Cambio mi ropa a una simple túnica de seda, de color blanco que cubre todo mi cuerpo.
Me transporto a Roma y voy a visitar a Julio César a su palacio.
Aparezco junto a él, pero como está centrado en mirar su reflejo en un espejo, no se ha dado cuenta de mi presencia.
El que si me ha visto, es un guepardo que se encuentra cerca del trono.
Lo llevo directamente a Edén, no me gusta su destino en este mundo.
Aunque recuerdo de la película, que le salva la vida a César, al comerse la aceituna envenenada.
Supongo que tendré que estar pendiente o tomar alguna medida para que no muera envenenado por robarle el guepardo.
Hago aparecer un sillón cómodo en medio de la habitación y me siento a esperar que deje de mirarse al espejo.
Es tan vanidoso y egocéntrico, que se dice a si mismo lo genial que es.
Como pago por el guepardo, lanzo sobre él un encantamiento de inmunidad al veneno.
Tarda casi cinco minutos hasta que me canso, pierdo la paciencia y carraspeo la garganta.
Entonces se da la vuelta y al verme, me pregunta, por mi identidad, el propósito de mi visita, como he llegado ahí sin que los guardias me detengan y de donde he sacado ese sillón.
"Me llamo Pedro, soy un dios, vengo para conseguir un permiso para participar en los próximos juegos Olímpicos sin ser provincia de Roma, aunque yo no participaré personalmente ni interferiré en los juegos, sino representantes de mi mundo, y este sillón, lo he creado yo mismo, pero si te gusta, puedo darte uno igual." (yo)
Hago aparecer un sillón igual que el mío, justo detrás de él, para que se siente.
Mira que su guepardo ha desaparecido y me pregunta.
"He visto su destino y no me ha gustado, así que me lo he llevado a mi mundo, pero a cambio te he dejado una recompensa generosa." (yo)
"¿Cuál era su destino y cuál es esa recompensa de la que hablas? (César)
Me resulta bastante extraño que haya aceptado tan fácilmente que soy un dios.
Leo sus pensamientos y el lo acepta ya que se considera a sí mismo casi como un dios y se considera digno de la visita de los dioses.
Hago aparecer una pantalla holográfica frente a él y le muestro el destino del pobre animal que muere tras comer la aceituna envenenada, incluso pierde sus manchas en la piel.
Después la pantalla desaparece y le digo que he puesto un encantamiento sobre él, que le hace inmune a los venenos.
Se ha sentado en el sillón y le gusta mucho más que su trono.
Hablamos durante un buen rato, le comento sobre las mujeres que van a representar a mi mundo, Edén y está de acuerdo en darnos el permiso para participar mientras que yo no participe en ellos.
Llama a un par de soldados que vienen enseguida y les manda que traigan una placa de bronce, con el símbolo del emperador y el sello que indica su autenticidad.
Supongo que esto es lo que consideran el permiso.
Después veo que va a llegar Bruto con uno de sus regalos para su padre, decido despedirme del César.
Me da las gracias por los sillones y después desaparezco igual que llegué.
Vuelvo a la isla donde están mis mujeres y después de hablar con ellas, saco uno de los escarabajos y les digo lo que hacen estos bichos y como funcionan para detectar las pociones mágicas.
Ellas también tienen dudas porque han tomado la poción de bienvenida.
No hay reacción en ninguna de ellas después de soplar, ya que se lo han pasado de usa a otra hasta que todas han soplado por la trompa del insecto.
Las mando a todas a lavarse bien la boca con pasta de dientes, cepillos nuevos y agua abundante, después de meterse la trompa de un insecto asqueroso en la boca.
Las digo que si no lo hacen adecuadamente, pueden olvidarse de volver a tener un beso de mi parte o sexo.
Las 20 a toda prisa se lavan los dientes, hacen gárgaras y limpian su boca hasta que los dientes están completamente relucientes y el aliento fresco.
Después vienen y quieren demostrar que se han limpiado bien la boca y me rodean para darme unos cuantos besos.
La cosa no pasa de ahí, al menos por el momento.
Las tres recién llegadas, que aún no han tenido su primera vez, les han preguntado a las otras, si esta situación es normal o es que no las encuentra atractivas.
Las más veteranas, les dicen que el momento llegará y que si están aquí, es porque son hermosas y las he elegido para ser mis mujeres, por lo que no tienen de qué preocuparse.
Por la noche, decido llevarme a las tres a una habitación y les pregunto de forma individual si quieren ser mis mujeres completamente.
Durante estos días han tenido tiempo para pensar y ver cómo es la vida a mi alrededor.
Lo que tienen claro, es que no quieren perder esto que ahora tienen.
También tienen algunos sentimientos hacia mí, pero no llegan a querer acostarse conmigo porque quieran hacerlo, sino para asegurar su situación.
Paso la noche con ellas, pero no tenemos sexo, simplemente dormimos abrazados en la misma cama.
Pasa un mes en la isla y mientras tanto sigo enviando cada varios días cartas de poesía a Irina.
Llega el inicio de la trama y el galo enamorado, aunque no es correspondido no lo sabe.
No ha obtenido respuesta alguna de sus cartas de poesía, pero el se lanza a la aventura, al encuentro de la mujer que le gusta.
Irina recibe la larga carta de Lunátix y no sabe muy bien qué hacer, ya que ahora hay dos hombres que van a venir a encontrarse con ella.
En su corazón, aunque esta agradecida de los sentimientos del hombre anónimo, ella está enamorada de mí y de mi poesía.
Lo que no sabe, es que su padre tiene otros planes para ella, su padre ha accedido a casarla con Bruto, el hijo del César.
Se abre el plazo de inscripción y decido llevar conmigo a Grecia a todas las competidoras para inscribirse en los juegos.
Todas se han puesto para ir, las ropas de seda blanca que usan habitualmente en Edén, pero con ropa interior.
Cuando nos acercamos a la ciudad, somos el centro de atención, las chicas son todas muy hermosas, aunque hay una gran variedad de tamaños entre ellas, desde Jane de crepúsculo, que es bastante bajita, a algunas amazonas y semidiosas que son bastante altas y musculosas.
Me doy cuenta que casi el 60% del grupo son vampiresas de diferentes mundos, y el 40% restante está dividido en amazonas, diosas y semidiosas.
Tienen prohibido usar poderes especiales, o cualquier habilidad que los diferencie de la raza humana, no quiero problemas innecesarios.
Cuando llegamos a la entrada de Olimpia, donde está la zona de los juegos, los romanos nos detienen para pedirnos documentación, pero al ver la placa de bronce del César, nos dejan pasar e incluso nos escoltan.
Creo que han llegado rumores sobre mi y nuestro grupo hasta aquí.
Llegamos al registro, nos ponemos a la fila de los atletas para que nos registren como participantes y los hombres presentes al vernos empiezan a reírse a carcajadas.
Los romanos que nos escoltan, también quieren reírse, pero el temor a ofender a alguien que no deben, hace que se mantengan serios.
Algunas de las chicas se enfadan con los comentarios machistas, que las mandan a fregar y a realizar las tareas del hogar.
Algunos más intrépidos y más desvergonzados incluso las hacen sugerencias para que vayan con ellos a calentar sus camas.
Los ignoramos como si fueran hormigas a un lado del camino.
Después de un rato de espera y escuchar risas, burlas, comentarios y propuestas obscenas, es nuestro turno en las inscripciones.
Los mismos tres hombres están detrás del escritorio y cuando nos van a atender, me ven y me recuerdan.
Soy el que les pregunto sobre las normas y si era posible que participaran mujeres.
Ahora me ven con veinte mujeres hermosas a la espalda y ven que hablaba en serio.
"Queremos registrarnos como provincia no romana, pero con el permiso del César." (yo)
Saco otra vez la placa de bronce y los tres se han quedado mudos y asombrados.
Esto es un acontecimiento inédito e histórico en los juegos olímpicos, un grupo nuevo, desconocido y completamente compuesto por mujeres, tiene permiso para participar en los juegos.
Nos llevan personalmente al registro para tomar nota de las participantes.
Una vez que están registradas como representantes de Edén, no tenemos nada más que hacer aquí, así que salimos de la zona y después volvemos a nuestra aldea en este mundo.
Me divido en dos quedándome con un cuerpo aquí con las chicas y con mi cuerpo principal me voy al palacio de Irina en Grecia, donde está llegando Lunátix.
Lunátix, el galo está demasiado perdido en la ciudad, que es mucho más grande que su aldea y termina entrando en la puerta donde contratan criados y sirvientes.
El rey Sacadequicios, el padre de Irina le cuenta a su hija, que la ha comprometido sin ni siquiera preguntarle, con Bruto, el hijo del César.
Irina está en contra de ese matrimonio de inmediato, diciendo que ya ama a otro hombre.
Padre e hija discuten sobre el asunto y el padre menciona a los dos hombres que le escriben poesía.
En ese momento, esta sirviendo en la sala del trono Lunátix, que se da por aludido cuando hablan de la poesía, pero se da cuenta de que tiene un competidor, al escuchar que hay dos hombres que envían cartas.
En ningún momento Irina ha mencionado mi nombre, así que la imaginación de Lunátix está volando y haciendo que sueñe despierto.
Bruto también está llegando a la ciudad y pronto llegará también al palacio.
Ahora también recuerdo, el trágico destino del pajarito de Bruto, cuando éste llega a la ciudad griega.
Rápidamente voy a buscar el desafortunado animal y lo llevo a Edén sin que nadie se de cuenta de su desaparición.
Unos momentos después, escucho la desagradable voz de Bruto llamando al pajarito, hace el ridículo igualmente, pero el ave está a salvo en Edén.
Vuelvo al palacio para ver la escena, en la que se descubre que Lunátix es uno de los sirvientes y la entrada de Bruto.
Después de establecer que Irina, se casará con el ganador de los juegos olímpicos, sacan a la fuerza a Lunátix del palacio y justo después hago mi entrada en el salón.
Las puertas se abren de par en par y con mi cuerpo principal siendo ahora visible, me acerco a Irina.
Según me acerco, voy diciendo poemas sobre la belleza de Irina y mi amor por ella.
Ella me reconoce y felizmente grita mi nombre.
"Pedro, gracias a los dioses que has venido, pensé que no vendrías a tiempo." (Irina)
Llego hasta ella, la rodeo entre mis brazos y le digo lo hermosa que es y que no existen palabras que puedan describir su belleza.
"Lo siento mucho Pedro, no puedo casarme contigo, como princesa de Grecia, he hecho la promesa de casarme con el ganador de los juegos olímpicos." (Irina)
Pongo un dedo en sus labios y le digo.
"No tengo permitido participar directamente en los juegos olímpicos, pero te aseguro que mi grupo los ganará en representación mía, para poder estar contigo." (yo)
Miro al rey Sacadequicios y le digo con voz firme, que no deja lugar a objeción.
"Soy Pedro God, señor de Edén, mi grupo ganará los juegos olímpicos y me desposaré con la princesa Irina." (yo)
Me giro hacia Irina y le pregunto.
"¿Me concedería el honor de acompañarla a dar un paseo por la ciudad, princesa?" (yo)
Ante la mirada de asombro de guardias, sirvientes, doncellas y el propio rey me llevo de la mano a la princesa.
Vamos a los jardines de palacio y a distintos lugares de la ciudad.
Mientras que los otros dos que van a competir por la mano de Irina vuelven a sus respectivos hogares.
No quiero mentir a Irina, así que durante nuestro paseo por la ciudad y el palacio, le cuento quien soy realmente.
Le presento a Ruby a quien ya conoce y para qué termine de creerme, vamos volando un rato por encima del mar y luego de vuelta a sus aposentos.
Ahora está aún más enamorada de mí y entiende, porque no voy a participar en los juegos olímpicos, ya que no sería una competición en absoluto.
Un dios compitiendo contra mortales no tiene sentido, aunque tampoco es que sea jugar limpio cuando mis representantes son las mejores competidoras actuales de Edén.
Es cierto que hay mujeres más capaces en Edén, pero actualmente están disfrutando de su maternidad o están en estado de gestación.
Los dos pasamos unos pocos días disfrutando de la compañía mutua y de la vida en el palacio de Grecia.
El rey no se ha atrevido a intentar separarnos y casi me trata ya como si fuera su yerno, solamente espera que el César no esté demasiado cabreado por lo sucedido.
Bruto llega a Roma y le cuenta que su boda con la princesa Irina se ha aplazado.
Cuando César le pregunta el motivo, le responde que el rey Sacadequicios, siguiendo los deseos de su hija, ha acordado que Irina, la princesa de Grecia se casará con el ganador de los juegos olímpicos.
Julio recuerda de pronto mi visita, llegando a su mente mi cara y que tengo permiso para competir aunque no personalmente en los juegos olímpicos.
Bruto le dice que va a ser él, quien represente a Roma en los juegos y César acepta, sabiendo que posiblemente no tenga ninguna posibilidad, únicamente le pide que no haga demasiado el ridículo.
Bruto le da las aceitunas envenenadas, haciendo que también recuerde la escena que vio en el pasado, en la que el guepardo moría y perdía sus manchas.
Recuerda que le había dicho que ahora era inmune al veneno, pero aún así no va a comerlas por si acaso, ni a probar ningún regalo de su hijo Bruto por si mismo.
Manda llamar a un catador, sabiendo que este día llegaría, contrató catadores adicionales.
Su método de contratación se ha modernizado, les ofrece a los condenados a muerte y a los esclavos, la libertad después de un mes de servicio como catadores.
Bruto va a su campamento de entrenamiento para los juegos para prepararse.
Lunátix vuelve a la aldea gala, deprimido porque no tiene posibilidad de competir contra Bruto y Roma en los juegos y ganar para casarse con la mujer que ama.
Si supiera que su amor no es correspondido, seguramente se colgaría del árbol correctamente y no por los pies como hace.
Los galos deciden participar en los juegos olímpicos y los verdaderos protagonistas de la historia, Astérix, Obélix, Panoramix e Ideáfix, acompañan a Lunátix.
Ponen rumbo a Grecia, a Olympia, para competir en los juegos olímpicos.
Me despido temporalmente de Irina, diciéndole que debo ir a buscar a mi grupo y que pronto estaré de vuelta.
Aunque quiere venir conmigo, acepta quedarse en Grecia y esperar a mi regreso.
Durante estos últimos días juntos, se ha enterado que todos los atletas que van a representar a Edén, son mujeres, mis mujeres y no sólo eso, toda la población de Edén son mujeres y también son mis mujeres o futuras mujeres.
Al principio no le agrada la idea de tener que compartir a su amado con otras, pero tratándose de un dios, termina por aceptarlo.
Regreso a la aldea y les digo a todas que se preparen para salir.
Vamos a viajar usando el método tradicional, sin usar el teletransporte o algún otro método mágico.
Hace bastante tiempo que no utilizo un barco de vela para viajar.
Tengo unos cuantos en Edén, de mis viajes pasados a los mundos de piratas y otros viajes.
Eso barcos los mantengo en Edén, pero vuelvo a adquirir un ejemplar del barco de guerra 'Santísima Trinidad', al igual que hice en su momento, sustituyo los materiales de construcción por unos mejores, lo pinto y cambio las velas por unas con el escudo de armas de Edén.
El barco está pensado para 900 tripulantes y tiene 140 cañones, pero lo modifico por dentro para que tenga unas cuantas comodidades, zonas de entretenimiento y solamente una gran habitación, agrandada mágicamente para poder dormir todos dentro.
Los encargados de que el barco funcione, son 50 droides marineros, que como no necesitan dormir, descansar o cualquier necesidad fisiología, no les he preparado ninguna habitación.
Los cañones los he mantenido, aunque están ligeramente modificados para mejorar su funcionamiento, evitar riesgos y mejorar su letalidad en caso de ser necesario usarlos, no necesitan ser recargados, son fáciles de apuntar y manejar.
Las chicas después de prepararse para el viaje, suben al barco y empiezan a explorarlo.
Betrest, Esmeralda y Fulvia también suben al barco, se acomodan y lo exploran, es la primera vez que ven este tipo de barco.
En estos días nuestra relación ha mejorado bastante y están listas para el siguiente paso en la relación, creo que está noche va a ser especial para las tres.
La primera en venir a mi encuentro es Fulvia, con su exótica piel de color chocolate, entra ella sola en la habitación donde estoy y sin decir una palabra, se quita la ropa y se acerca a mí, lentamente.
Se sube a la cama donde estoy recostado y se acerca gateando hasta mi posición.
Me saca los pantalones corto que llevo puestos y deja al aire libre mi polla.
Juega con ella, con sus dos manos y empieza a crecer y a ponerse dura, al contacto con sus manos y en respuesta a la visión de su cuerpo desnudo casi sobre mí.
Cuando ha crecido un poco y está semi dura, la mete en su boca y empieza a jugar con su lengua alrededor de la cabeza y el glande.
Le ha preguntado a las otras mujeres, ya que esto no es algo que se aprenda sin más, pero estoy bastante satisfecho, aunque se nota que no tiene experiencia, es lo suficiente bueno y la intención también es muy buena.
No voy a forzar que haga una garganta profunda, pero si lo intenta la ayudaré a lograrlo.
No es nada fácil meter 11 pulgadas de largo en la garganta y menos aún si el grosor es como el de un calabacín.
No trata de hacer una garganta profunda y después de chupar mi glande y después lamer el eje de mi pene hasta que esta cubierto de saliva, se sitúa sobre el y alinea la raja de su coño con mi polla dura.
Empieza a descender lentamente y a ser penetrada mientras baja sus caderas poco a poco.
Está muy apretada, pero siento que esta realmente húmedo allí abajo.
Noto que cuando mi pene llega a su himen, Fulvia se detiene aprieta los dientes, cierra los ojos y hace fuerza para bajar sus caderas de golpe.
Pierde la virginidad que había recuperado, pero entregándola voluntariamente a quien ama.
El dolor que esperaba sentir no llega, al menos no como esperaba, lo que siente es una mínima molestia, pero el placer que siente hace que pase casi inadvertida.
Sigue bajando las caderas hasta que mi pene llega a tocar la entrada de su útero, pero aún faltan unas pulgadas hasta la base de mi pene.
La agarro las caderas y la ayudo a completar el poco que falta.
De un solo empujón por mi parte, invado todo su interior.
Se ha quedado con la boca abierta y no da crédito a lo que acaba de pasar.
Nunca hubiera pensado que fuera posible llegar tan adentro.
Dejo que su cuerpo se acostumbre y como ella no se mueve, la atraigo hacia mí.
Se recuesta sobre mí pecho y la abrazo y la doy un beso en los labios.
Aprovecho para masajear y jugar con sus tetas, que parecen grandes bombones y también agarro y masajeo sus nalgas.
Chupo sus pezones y juego con su cuerpo con mis manos hasta que la noto reaccionar.
El repentino empujón, además de hacer que tenga un gran orgasmo, también dejo su mente en colapso de puro placer.
Si no hubiera suprimido su capacidad para sentir dolor, también habría sido tremendamente doloroso, ya que esa zona es extremadamente sensible y una invasión así le habría hecho mucho daño.
Una vez que esta consciente y su cuerpo y mente responden, empiezo a mover mis caderas además de continuar disfrutando de su cuerpo con mis manos y con mi boca.
Salgo y entro de su apretado y jugoso interior, haciendo que suelte gemidos extremadamente seductores.
Mientras follamos no me olvido de jugar también con su agujero más negro, sabe que lo voy a usar también y no está en contra.
Las otras mujeres ya se lo han dicho y ella misma desde el día que la rescaté, ha decidido entregarse a mí, totalmente en cuerpo y alma.
Después de follar durante más de una hora también tenemos sexo anal durante casi otra hora completa, su culito redondo y apretado es una auténtica delicia que hace que me vuelva loco y termine soltando mi carga de semen dentro de él, cuatro veces.
Cuando hemos terminado, limpio la habitación, restauro su cuerpo y le transfiero un poco de energía.
Fulvia sabe que hay otras dos mujeres esperando a que ella termine para entrar, porque se jugaron a suertes el orden de entrada y deben estar esperando a que ella salga para entrar.
Se viste, me da un beso en los labios y sale de la habitación.
Unos momentos después, cuando creía que iba a entrar una de las dos, que están esperando detrás de la puerta, me sorprenden y entran las dos al mismo tiempo.
Betrest y Esmeralda, entran en la habitación y me encuentran desnudo sobre la cama.
Han estado cotilleando mientras tenía sexo con Fulvia y se han estado tocando.
Tienen los coños chorreando de anticipación y según entran, se quitan a toda velocidad la ropa que les queda encima y las dos se lanzan como leonas sobre mí, igual que si fuera su presa y no quieren que me escape.
Tengo un trío con las dos, sin usar ningún otro cuerpo y disfruto de todos y cada uno des agujeros.
Cuando las dos están agotadas, hago unas cuantas copias de mí voy a buscar a todas las mujeres abordo del barco.
Tenemos una gran orgia en alta mar.
Fulvia que pensaba descansar, es agarrada por mi con dos cuerpos y ahora descubre lo que se siente, al ser penetrada por los dos orificios inferiores al mismo tiempo.
El viaje en barco pasa rápidamente, la mitad del trayecto pasamos haciendo ejercicios y la otra mitad del viaje, la pasan descansando y recuperándose.
Cuando estamos llegando a la metrópolis, los otros embarcaciones se alejan y nos dejan pasar.
Los marineros de diferentes regiones y culturas, se quedan asombrados al ver pasar nuestro gran barco de 61 metros de eslora, tres mástiles, 8 metros de calado y 4902 toneladas.
Voy modificando bajo la superficie del mar, la profundidad del área del puerto de forma discreta, para evitar que el barco quede encallado.
El barco en muy grande en comparación con el resto y ocupa una gran parte del espacio.
Llegamos al puerto, los droides se encargan de echar el ancla, plegar las velas y todo lo necesario.
Las chicas y yo descendemos, dejando aun más asombrado a todos aquellos que nos ven.
Soy como un general, con una legión de mujeres hermosas, todas vestidas igual y casi marchando en formación.
Ponemos rumbo hacia el palacio donde está Irina, pero por el camino somos interrumpidos por una patrulla romana.
Le enseno la placa de bronce del César y ahora se han sumado al grupo para abrirnos camino y escoltarnos.
No se atreven a tener malos pensamientos sobre las mujeres que me acompañan, aunque si que se han fijado que son muy hermosas.
Llegamos al palacio e Irina viene a recibirnos, junto con algunas de sus doncellas y su padre, el rey Sacadequicios.
Hago las oportunas presentaciones y puedo ver en los ojos de las doncellas, que no les importaría en absoluto, acompañar a la princesa y seguirme.
Puedo ver que el rey no deja de comerse con la mirada a mis mujeres y eso me molesta.
No hago nada, ya que su propia hija le da un codazo y le regaña.
Nos alojamos todos en el palacio y todas las doncellas, por su propia voluntad van viniendo a mi habitación a presentarse y preguntar si es posible que las acepte.
Las acepto a todas y entran a trabajar a mi servicio personal, al menos hasta que decida abandonar este mundo, que vendrán conmigo a Edén.
Un par de días después llegan los galos, se inscriben en los juegos y también llega Julio César, que también se instala en Grecia.
Decido hacerle nuevamente una visita, pero lo hago acompañado de las 20 competidoras.
No tenemos ningún problema para reunirnos con él, que se alegra mucho de verme, no todos los días se puede reunir con un dios verdadero.
Le presento a las chicas y aunque reconoce que son muy atractivas, no veo pensamientos lujuriosos en él.
Esta algo interesado en su fuerza y comprobar si su hijo o cualquier otro competidor tiene alguna posibilidad.
Sin ninguna mala intención y de forma respetuosa nos pide una pequeña demostración de fuerza.
Dejo que las chicas decidan si están dispuestas o no para dar una pequeña muestra de sus capacidades.
Después de considerarlo unos momentos y preguntarme, deciden aceptar.
Ante la mirada asombrada de Julio César, hacen algunas demostraciones de fuerza, sin ser demasiado prodigiosas o llamativas.
Siendo la más vistosa, cuando levantan con una sola mano y sin esfuerzo una estatua de piedra de más de 300 kilos.
Es aún más increíble, cuando la mujer que lo hace es Jane, con su pequeño cuerpo y su aspecto adorable y frágil.
Carraspeo la garganta y Jane se da cuenta, que se ha excedido un poco en la demostración.
Deja la estatua en su lugar suavemente y después trata de parecer muy agotada, lo que le vale, la risa de las demás mujeres reunidas.
"Impresionante, no esperaba menos de las mujeres que van a representar a un dios en los juegos olímpicos, casi me arrepiento de haberos permitido participar, solo espero que el idiota de mi hijo, Bruto, no haga nada estúpido y deje en ridículo a Roma." (César)
Le doy permiso a las chicas para dar una vuelta y explorar la ciudad, dejándoles una copia exacta hecha con magia de la placa del César.
Nos dejan solos hablando un rato al César y a mí y mientras estamos hablando, llega Bruto.
"¡Ave papá!" (Bruto)
Ignorando totalmente mi presencia hablando con su padre, se acerca a él y le enseña que le ha traído sales de baño.
Aún sin mostrar ninguna cortesía o siquiera prestar atención a mi presencia.
Le dice a su padre que va a prepararle un baño y arroja todo el contenido del frasco que ha traído dentro del agua.
Después igualmente, sin molestarse por mi presencia, se despide de su padre y se queda observando detrás de una columna.
César llama a un catabaños y sabiendo que su plan tampoco ha tenido éxito esta vez, se marcha de allí.
Una vez que se ha marchado, me acerco a César y le digo.
"No hace falta que el catabaños, lo pruebe, ese agua, se ha convertido en ácido y cualquier cosa que se sumerja en ella, se disolverá." (yo)
Arrojo un trozo de carne de más de 5 kilos al agua, que se disuelve como una pastilla efervescente.
El catador de baños que venía y que ve desaparecer en segundos, el gran trozo de carne, mira al Cesar con miedo y espera una respuesta antes de actuar.
César le dice que se retire y suelta un suspiro de alivio.
Es ácido es tan potente, que ha empezado a erosionar el mármol del que está hecha la pequeña piscina.
Consigo un recipiente con capacidad ilimitada, que además es indestructible, en la tienda del sistema y creando un vórtice que chupa todo el ácido, lo guardo dentro del recipiente.
Guardo el recipiente con el ácido en el inventario y después usando magia temporal, restauro la piscina a su estado original.
"Te lo agradezco y en consideración a la ayuda prestada puedes pedirme lo que quieras, en gesto de agradecimiento." (César)
Veo a doncella que acaba de pasar cerca, le hago una señal para que se acerque.
Ella no se puede creer que la estoy llamando y se señala a si misma para asegurarse y no cometer errores.
Le asiento con la cabeza, dando a entender que si hablo con ella y se acerca de forma muy humilde y servicial.
"¿Estarías interesada en venir conmigo?" (yo)
"No estoy segura de a qué se refiere el señor." (doncella)
"Te estoy dando la oportunidad de dejar de ser una doncella al servicio de Roma, para venir a vivir a Edén." (yo)
Mira asustada al César a mi lado y le dice que responda, que no va a haber ninguna represalia sin importar lo que responda.
"Estaría muy interesada y agradecería por esa oportunidad señor." (doncella)
Esclavizar y capturar.
Ante los ojos del César la mujer desaparece.
Después me despido y salgo de allí.
Las chicas están explorando la ciudad sin problemas, así que voy a dar yo también un paseo.
Veo como los galos se encuentran y saludan al soldado romano representante de los juegos, Claudius Mulus, que al verlos queda horrorizado porque los recuerda de la Galia y conoce la existencia de la poción mágica.
Decido seguir al romano y llego sin que nadie me detenga hasta el interior del campamento romano en la ciudad, donde se preparan sus atletas.
Sigo tras Claudius Mulus y cuando entro en un edificio tras él, me vuelvo invisible.
Le sigo hasta un gran cuarto de baño, donde está el soldado mudo que siempre acompaña a Bruto, que tiene un nombre bastante largo y ridículo, Sindecirnimunibus.
Me resulta adecuado por el hecho que es mudo, porque Bruto le cortó la lengua.
En el baño, hay unos cuantos soldados, un hombre cantando ópera y en el medio una bañera en la que se está bañando el mudo, con la ayuda de una hermosa mujer que le ayuda a frotarse los hombros.
Mulus se acerca, la mujer se retira un poco y aprovecho para esclavizarla.
Me situó detrás de ella, le tapo la boca siendo invisible y le digo en un susurro.
"No te resistas, no trates de gritar y te aseguro que no te haré ningún daño." (yo)
La noto temblar, pero no sé resiste ni grita.
La agarro por la cintura desde atrás para que sepa que sigo aquí y retiro mi mano de su boca lentamente y la bajo hasta su cuello, pero con delicadeza, como si fuera una caricia.
"Excúsate, sal de aquí y no hagas nada gracioso." (yo)
Ella se escusa diciendo que debe irse, como Mulus esta llorando como un bebé por miedo a la poción mágica de los galos, no la prestan atención.
Cuando sale del cuarto de baño, pregunta con miedo y con una voz débil, sin saber muy bien a quien o a qué se dirige.
"Ya he hecho lo que me pedías, ¿Quién eres y que quieres de mí?" (Messalina)
(El nombre no se menciona en la película, se lo he puesto yo)
"No tengas miedo Messalina, no voy a hacerte daño, puedes llamarme Pedro, soy un dios y quiero que vengas a vivir a mi lado." (yo)
"Eres realmente un dios, no soy digna de semejante honor, solamente soy una simple doncella." (Messalina)
Me hago visible y ahora puede verme justo delante de ella.
Trata de arrodillarse, pero se lo impido, la sostengo y la atraigo hasta mí.
"He dicho que quiero que vengas a vivir conmigo, no que vengas a servirme o adorarme, así que no tienes que arrodillarte ante mí, ni ante nadie." (yo)
Con Messalina muy avergonzada entre mis brazos, con la cara contra mi pecho, salgo de allí.
Voy a buscar a las chicas para volver al palacio de Sacadequicios, donde nos alojamos.
Los juegos van a comenzar y las chicas deben prepararse.
César ha organizado que ocupe también un lugar en el palco principal, junto con él, Sacadequicios y la princesa Irina.
Han reservado asientos para las casi 300 mujeres que me acompañan, que no van a participar en las gradas junto al palco.
Todas las sirvienta del palacio que habían venido a pedir entrar a mi servicio, se han despedido de sus antiguos puestos y las he capturado, incluida a la mejor amiga de Irina, que es su doncella de confianza.
En las gradas van a estar las 280 que vinieron de Edén conmigo, Betrest, Esmeralda, Fulvia y Messalina.
Voy con Irina y Sacadequicios al estadio olímpico y me encuentro que hay cuatro tronos tres tronos más grandes y uno más pequeño.
Guardo los tronos en mi inventario y los sustituyo por tres grandes sillones cómodos.
Sacadequicios, me mira asombrado como si acabará de descubrir algo increíble.
Irina me mira y me dice.
"Creo que se te ha olvidado un asiento, antes había cuatro y ahora solamente hay tres." (Irina)
Antes de que pueda responder, llega Julio César me saluda de forma educada y amistosa, ve los asientos y esta muy contento de no tener que sentarse sobre un trono de piedra o de bronce.
La comodidad es algo a lo que uno se acostumbra rápidamente.
Suenan las trompetas que anuncian el inicio de los juegos olímpicos y empiezan a entrar los representantes de cada región.
Miro a Irina y le digo mientras sonrío de forma inocente.
"Han empezado ya, no creo que sea oportuno crear otro asiento ahora, pero puedes usar mi regazo para sentarte." (yo)
"Lo has hecho a propósito." (Irina)
Decido no responder a su afirmación y hago como si no la hubiera escuchado.
Aún no nos hemos sentado ninguno de los dirigentes, estamos saludando a los representantes y atletas que están desfilando mientras entran en el estadio.
Irina se ha puesto justo a mi lado, aunque la avergüenza, va a sentarse en mi regazo cuando terminen de entrar todos los participantes.
Hay representantes de Grecia, Egipto, Hispania, Germania, la Galia, Roma y Edén.
Todos entran en orden y saludan a los espectadores, menos los romanos, que en lugar de bordear el estadio, lo cruzan por el medio.
Se puede ver el asombro entre la multitud y entre los representantes, al ver un gran grupo de mujeres hermosas, que representan a algún lugar del que nunca han oído hablar.
El César después que todo el mundo ha quedado esperando lo aclara y me presenta.
Aunque no lo hace como un dios, sino como el regente de unas tierras lejanas y que solamente hay mujeres como población con excepción de su señor.
También dice que estamos invitados a participar en los juegos y hace pública la declaración de la Princesa Irina, para darle más emoción a los juegos.
Hace público que no se me permite participar y que, si las mujeres que me representan ganan los juegos, seré yo, el que tenga el derecho a casarme con la princesa.
Veo cómo Astérix y Obélix tratan de animar a Lunátix y que Bruto acaba de enterarse que tiene otro competidor, aunque menosprecia a las mujeres que van a competir y no las ve como rivales.
Después de unas palabras de ánimo, dan comienzo los juegos olímpicos.
Puedo ver, que ha llegado también el bardo de la aldea gala, ese hombre me pone nervioso y además se ha juntado con otro bardo como él.
En primer lugar es el lanzamiento de jabalina, con la divertida escena de Bruto volando como si fuera un globo pinchado.
Las chicas ganan sin problemas, rompiendo el récord actual.
Después llega el turno del lanzamiento de disco y el lanzamiento de una bola de metal pesada.
Al ver a los galos sacar del estadio sus respectivos lanzamientos, las chicas que son muy competitivas, no quieren quedarse atrás y también hacen lo mismo y arrojan el disco y la bola fuera del estadio.
Los jueces, al no poder medir adecuadamente las marcas de ambos equipos, lo declaran empate en fuera de rango.
Así da finalizada la primera sesión de los juegos, pero en el momento de entregar los diferentes símbolos de victoria del día, llega Bruto gritando que quiere impugnar y acusándonos de hacer trampas.
Los jueces mandan a unos hombres a buscar los escarabajos y tras traerlos, tanto Astérix y Obélix, como las chicas que han competido y ganado deben pasar por la prueba.
Las chicas están tranquilas, ya que si no reaccionó en el pasado tampoco debería hacerlo ahora, así que se presentan en primer lugar para soplar.
Todas las mujeres soplan una tras otra y no se produce ninguna reacción en los escarabajos.
Esto deja sorprendidos a los galos y a los romanos por igual.
Después que los jueces determinan que las mujeres no hacen trampa, llega el turno de Astérix y de Obélix, que al soplar, hacen que los dos escarabajos que usan, se inflen como globos.
Lo primero que hacen las chicas tras recibir las pequeñas palmas que simbolizan sus victorias, es ir a por agua y cepillos de dientes para limpiarse la boca.
Delante de cientos de espectadores, se enjuagan la boca, se limpian los dientes e incluso hacen gárgaras.
Las chicas que las animan se ríen y las están aplaudiendo. A esta ovación y risas se unen todos los demás espectadores, que les resulta muy divertido como se limpian la boca después de prácticamente besar unos escarabajos.
Lo que el público en general no sabe, es que están haciendo esto, no por asco, que también influye, pero lo hacen porque sino se pueden olvidar de recibir besos o cualquier cariño de mi parte.
También tienen la creencia, que si lo hacen bien, puede ser que esta victoria les valga como si fuera la competencia en Edén y se les conceda una petición especial.
Después de clausurar el día, Bruto recibe una pequeña reprimenda por parte del César, por hacer quedar a Roma en ridículo, no le pide que gane, ya que considera que es imposible, solamente que no haga nada tan vergonzoso como lo que ha hecho en el lanzamiento de jabalina.
Por otro lado, Lunátix esta deprimido y sin ver posibilidades de victoria, pero Astérix y Obélix logran animarle.
Por la tarde noche, nos reunimos todos en el palacio de Irina y tenemos allí una pequeña fiesta.
Me encargo yo mismo de proporcionar la comida y la bebida, ya que se ha reducido mucho la plantilla del servicio.
Puedo ver como Lunátix y Obélix van a los jardines debajo de la habitación de Irina, pero nadie responde a su llamada, porque no está ahí, ni siquiera está la perra, ya que la he llevado a Edén.
Al no recibir respuesta se marchan, pensando que ya se encuentra dormida porque es algo tarde.
Poco después de marcharse los dos galos llega Bruto y tampoco recibe respuesta.
La fiesta se alarga hasta bien entrada la noche y termino durmiendo con las 305 chicas en la habitación de Irina.
Duermo con ella abrazado, pero no pasamos de ahí, ya que quiere mantener su palabra, y esperar a después de los juegos olímpicos, cuando pueda casarse oficialmente conmigo.
Por la mañana, desde de desayunar, limpiar la habitación y devolverla a su tamaño original, volvemos al estadio olímpico para el segundo día de los juegos.
Mientras desayunábamos, he visto como Bruto ha sobornado a los tres jueces.
Aunque el jefe de los tres quería negarse, bajo amenazas terminan aceptando el oro.
Pero antes que puedan siquiera tocarlo, todo el oro ha desaparecido sin dejar rastro.
Con otro cuerpo lo he guardado todo, incluso la bandeja en la que estaba, dejando a los tres jueces con cara de asombro y a Bruto y los romanos con cara de idiotas.
El oro no aparece, pero las amenazas de Bruto, sirven igual para que actúen en su favor, solamente que siendo igualmente pobres.
Empieza el segundo día de los juegos con las competiciones de lucha.
Los competidores dicen que no quieren luchar contra una mujer, porque si la derrotan la gente dirá que es abusar y si pierden, pueden decirles que son débiles o acusarlos de haberlas dejado ganar.
El único que no le importa luchar contra mujeres es un soldado romano llamado Humungus, o así lo ha llamado Bruto.
Siento algo de lástima por él, la amazona con la que le toca luchar, le sacude igual que un trapo, recordándome a cierto dios nórdico enfrentándose a cierto hombre verde.
Lunátix también va a luchar, al menos va a intentarlo, se siente un poco más esperanzado, ya que la amazona ha cambiado su lugar con Jane, que tiene el cuerpo más pequeño y menos voluminoso.
Con su cuerpo delicado, pelo rubio y ojos rojos, hace que se el joven galo tenga conflictos en su mente.
Le digo a Jane mentalmente, que se controle mucho, que no quiero tener que curar o resucitar al galo.
Jane, le hace una llave de judo, lo arroja al suelo con cuidado y lo inmoviliza sentándose en su espalda y haciendo una llave de inmovilizado, sujetando sus brazos en la espalda hasta que se rinde.
En las competiciones de lucha somos los absolutos vencedores de todas las categorías, aunque no hemos podido competir contra Astérix y Obélix, ya que sin la opción de tomar la poción, Astérix no tiene oportunidad y Obélix directamente no puede participar.
Bruto vuelve a exigir la prueba de los escarabajos y las chicas vuelven a superarla sin problemas.
Algunas de las chicas quieren competir con Astérix y Obélix, de forma extraoficial y una vez que terminan las competiciones de la mañana, los vamos a buscar.
Voy a buscarlos con Jane y Otrera, una de las amazonas, cuyo rival se ha rendido y se le ha intentado confesar.
Nos acercamos a ellos, que están disfrutando de una tranquila comida, aunque a Lunátix le veo muy deprimido, jugando con la cuchara en el cuenco de la sopa sin comer
"Perdonar mi atrevimiento amigos galos, mi nombre es Pedro, señor de Edén y ellas son Jane y Otrera, las dos está interesadas en luchar contra ustedes, ya que el día de ayer les dejasteis buena impresión de fuerza y hoy no han tenido la oportunidad de luchar contra algún rival lo suficientemente fuerte, sin querer ofender a vuestro compañero." (yo)
Los galos se presentan y después de hablar un rato deciden aceptar la lucha.
Jane contra Astérix tomando la poción y Otrera contra Obélix.
La lucha se alarga durante casi diez minutos, que es el tiempo que dura la poción.
Después de perder el efecto de la poción, aunque ha sido divertido, Astérix no puede seguir el ritmo y Jane pierde el interés en competir, aunque podría haber ganado si se hubiera esforzado al máximo.
Otrera, lucha contra Obélix y le derrota después de aproximadamente, un par de minutos, Obélix es muy fuerte, pero no tiene ninguna técnica ni adiestramiento para la lucha.
Lo que puedo ver es que Obélix se ha enamorado, no creía que hubiera mujeres tan fuertes como el o más fuertes y que además fueran tan hermosas.
Otrera y Jane también se han dado cuenta, ya que Obélix es como un libro abierto.
Antes de volver y al palacio con las demás, me acerco a Lunátix y le pregunto.
"¿Estas así de triste, porque crees que no vas a casarte con la princesa?" (yo)
"Amo a la princesa Irina." (Lunátix)
Me quedo mirándolo a los ojos y le hago un par de preguntas.
"¿Has hablado con ella alguna vez en persona?, ¿le has preguntado sus sentimientos por ti, o si ella también te ama?" "La he enviado poemas y cartas, y creo que ella me ama, aunque no he obtenido una respuesta de su parte." (Lunátix)
"No quiero ser un aguafiestas, pero creo que tus pensamientos al querer casarte con ella, sin saber lo que ella siente, son bastante parecidos a los de Bruto. Si la quieres, lo primero que debes hacer, es hablar con ella, conocerla y conocer sus sentimientos" (yo)
"Tienes razón, es verdad aún no he hablado con ella, debo hacerle llegar mis sentimientos." (Lunátix)
"No te emociones tanto, aunque estés muy enamorado de ella, tienes que hacerte a la idea, que tu amor puede ser no correspondido o que ya haya otra persona en su corazón." (yo)
Obélix está en su propio mundo se los sueños, en los que piensa en Otrera y no está prestando atención, pero Astérix y Panoramix, se han dado cuenta del mensaje entre líneas.
Nos despedimos y volvemos al palacio.
Las chicas descansan un rato, comen charlan entre ellas y después volvemos al estadio para los juegos de la tarde.
Bruto ha vuelto a intentar matar a su padre sin éxito, regalándole un espejo que dispara flechas envenenadas a quien se refleja.
En los juegos de la tarde, Bruto empieza a hacer trampas de forma descarada y sin ningún tipo de vergüenza o escrúpulos.
Pero aún así pierde, ya que aún con sus trampas, no logra superar a las chicas.
En la carrera de relevos, intenta acortar por el medio de la pista, pero las chicas han hecho las dos vueltas completas, casi al tiempo que el tomaba el relevo después que su compañero daba sólo la primera vuelta.
En el salto de longitud, usa una pértiga, pero aún así es superado por las chicas saltando sin dificultad y así todas las demás pruebas.
Tras cada victoria de las chicas, exige la prueba de los coleópteros y las chicas la superan cada vez.
Ya es una costumbre y ya van preparadas con el cepillo de dientes y el agua para lavarse la boca.
Nos hemos convertido matemáticamente en los vencedores de los juegos y aunque mañana queda la carrera de Carros, da igual el resultado, aunque no nos presentemos ya hemos vencido.
Por la noche tenemos una gran fiesta en el palacio del rey Sacadequicios y hemos invitado también a los galos y al César.
Lunátix aprovecha la oportunidad para hablar con Irina y confesarle en persona sus sentimientos.
Irina le dice que está enamorada de mí, pero que aprecia mucho sus sentimientos. Además le dice, que la han gustado mucho sus poemas, pero que la próxima vez que le mande poemas a una chica, debe firmarlos, para que al menos la persona que los reciba, sepa quien se los escribe.
Un poco abatido por el rechazo, se despide y va a un balcón a mirar la luna y las estrellas.
Obélix, que también ha sido rechazado por Otrera, se junta con el en el balcón y ambos se consuelan diciendo que abra otras oportunidades.
Obélix después de un rato y oliendo la comida deliciosa de la fiesta, se le pasa pronto el mal de amores.
Durante la fiesta, me acerco a Irina y le pregunto al oído.
"Ya soy en campeón de los juegos olímpicos, crees que esta noche, podré disfrutar la recompensa largamente esperada o tendremos que esperar a la clausura de los juegos." (yo)
La veo sonrojarse y me dice.
"Los juegos aún no han terminado, vas a tener que esperar para obtener la recompensa." (Irina)
"¿No puedo obtener ni siquiera un pequeño avance?" (yo)
Se acerca a mi de forma seductora y me da un besito en los labios, muy tierno y muy delicado.
Cuando trata de alejarse, la atrapo por la cintura y le doy un beso en condiciones, que solamente paramos de besarnos después de diez minutos.
Aunque estamos en medio de la fiesta, nadie nos dice, nada, las chicas, ya están acostumbradas y los demás invitados están a otras cosas.
Las chicas no tienen ganas de competir mañana en la carrera de carros y como ya somos los campeones con indiferencia del resultado.
Le digo al César, que para crear más emoción, no vamos a participar en la carrera.
Por la noche duermo otra vez, junto a todas las chicas en la habitación de Irina, con Irina a mi lado y a mi otro lado está Messalina, justo a continuación, están Betrest, Esmeralda y Fulvia y después de ellas todas las demás.
Durante la noche, mientras las chicas duermen, puedo ver cómo el rey Sacadequicios viene a cotillear que está sucediendo en la habitación de su hija, pero descubre que la puerta no se abre y no puede ver nada, ni escuchar ningún sonido.
No voy a permitir que espíen a mis mujeres, aunque sea su propio padre.
Se da por vencido y vuelve a su habitación, donde duerme en solitario.
Al día siguiente se produce la carrera de carros, sin trampas ni interferencias y el ganador es el representante de Germania, que tiene el cuerpo de Michael Schumacher.
Cuando se va a anunciar mi victoria en los juegos olímpicos, los soldados romanos vestidos con armaduras negras, entran en el palco principal y nos rodean a los cuatro presentes.
Nos apuntan con sus pilum y llega Bruto, diciendo tonterías sobre la sucesión y que ahora él es el Cesar.
Le dice a los soldados que acaben con nosotros, pero los soldados no se mueven ni un milímetro.
Julio se acerca a su hijo y le da una pequeña bofetada.
"Eso no creo que valga ni siquiera como palmadita, déjame que te enseñe como se da un verdadero bofetón." (yo)
Me acerco a Bruto, froto mis manos para que no estén frías y le doy un guantazo con la mano abierta a Bruto, que lo hago volar fuera del estadio.
Me aseguro de no haberlo matado, pero si que le quede una marca de mi mano en su cara, para toda la vida, igual que si fuera un tatuaje de color rojizo y con un pequeño relieve.
"Esa si es una bofetada." (yo)
Miro a los demás soldados presentes y todos están con las piernas temblando de miedo.
"Ir a buscarlo y como castigo por esta situación, cada uno de vosotros se dará 100 bofetadas a si mismo y si alguno no lo hace o trata de engañar, seré yo quien el que se las dé." (yo)
César esta de acuerdo con el castigo y después que los soldados abandonan el palco, se procede a la entrega de las coronas de laurel a los vencedores.
Una vez que se han entregado las coronas de laurel a los atletas, se anuncia mi victoria y mi boda con la princesa Irina.
Ding.
Misión completa.
Recompensa: Árbol de Laurel de Oro.
Se produce una gran ovación y delante de todo el estadio la princesa y yo nos besamos.
Sin esperar más, esa misma tarde, tenemos nuestra boda, llegan a la fiesta los galos de la aldea, algunos egipcios con Numeróbis a la cabeza, los germanos del equipo de carreras, Julio César y algunos romanos.
Sacadequicios al enterarse que voy a llevarme lejos a su hija esta un poco disgustado pero se le pasará.
Durante la fiesta hablo con unos cuantos de los presentes para invitarlos a venir a Beta.
Los hombres que invito son Los que tienen los cuerpos de Michael Schumacher y su equipo, Zinedine Zidane el jugador de fútbol, Tony Parker el jugador de la NBA y al actor Jean-Claude Van Damme, que es un atleta romano.
Todos a los que invito, después de hablar con ellos sobre el lugar al que van a ir, están de acuerdo.
Entre las mujeres asistentes, las que no están marcadas y son hermosas las esclavizo y las dejo marcadas para ir a buscarlas antes de salir.
Sin cortarme, también invito a venir conmigo a la mujer gala, Amelix, encarnada en el cuerpo de la tenista francesa Amélie Mauresmo, que también acepta seguirme sin problemas.
Las acompañantes de Numeróbis, no son una excepción y también las he dejado marcadas.
Cuando se hace tarde, los diferentes grupos se van retirando, hasta que solamente quedan mis mujeres en el lugar de la fiesta.
Agarro a Irina y la cargo como una princesa y me la llevo muy avergonzada al dormitorio.
Cómo es nuestra noche de bodas, lo hago con ella en privado y con mucho amor.
He detenido el tiempo y hago el amor con ella hasta que esta exhausta.
He tomado posesión de sus virginidad tanto vaginal como anal y después de terminar, la he limpiado y dejado en una posición más o menos decorosa para mantener su imagen de princesa.
Después voy a buscar a todas las demás y tenemos una gran orgia para celebrar el final de los juegos olímpicos y posiblemente la última noche en este mundo.
Todas terminan en el mismo estado que Irina y las dejo dormir hasta la mañana siguiente.
Antes de que se despierten, voy a buscar y capturar a todas las mujeres marcadas y a las personas que han aceptado seguirme, los llevo a Edén o a Beta según corresponda.
Cuando las chicas se despiertan y desayunamos, Irina se despide de su padre y volvemos a Edén.
Una vez que volvemos a Edén, libero y explicó la situación a las mujeres capturadas, y a las que han decidido seguirme por voluntad propia.
Les hago el proceso de bienvenida y las hago una visita guiada por los terrenos e instalaciones del Edén, con algunos de mis cuerpos.
A los hombres que también han decidido seguirme, les explico la situación y les hago una introducción de su nuevo hogar, Beta.
A las veinte competidoras, las recompensa con una petición a elegir a cada una, pero sin excepción todas me piden lo mismo, no sé por qué las doy la opción de elegir, siempre es lo mismo.
Pasamos el día en Edén y por la noche después de una sesión de sexo intenso y apasionado, hay 20 mujeres embarazadas más.
Por la mañana, después del desayuno, voy a plantar el nuevo árbol, que he obtenido en la recompensa cerca del coliseo.
Después paso el día entero, holgazaneando y jugando con mis hijas, que se alegran mucho de verme en mi cuerpo principal.
Nunca les falta la figura paterna, ya que siempre estoy presente con alguno de mis cuerpos, pero lo logran distinguir.
Muchas de las mujeres de Edén, están algo envidiosas porque ellas no han tenido una ceremonia de boda conmigo, a otras les da igual.
Para todas las interesadas, hago varias ceremonias de boda durante varios días, con sus diferentes tradiciones y con sus respectivas fiestas.
Aun hay algunas mujeres de varios mundos, que están resentidas por haberlas sacado de sus hogares y llevará algo de tiempo, cariño y atención por mi parte, para que terminen por aceptarme como su hombre.
Durante más de una semana, me dedico a cuidar de mis numerosas mujeres de todas las razas, darles cariño y la atención que se merecen.
También les dedico tiempo a los distintos animales y criaturas, cuidar, ampliar y mejorar sus diferentes entornos y necesidades.
Mejoro, amplio y hago una mejor distribución de todas las instalaciones de Edén, para que no haya problemas de aglomeraciones.
A su vez, también modifico los poderes de todos los anillos, para que tengan funciones de teletransporte dentro de Edén e inventario además de las que ya poseían.
Muchas de las mujeres que compiten en el coliseo de forma regular, al enterarse que las veinte que fueron como representantes han conseguido la recompensa de quedar embarazadas, ahora se están esforzando más.
También se han incluido nuevos deportes y competiciones, aunque no se ha ampliado el número de las recompensas, se mantiene en las ganadoras del torneo mensual.