Cuando llegamos a la montaña, me doy cuenta que ignore, en el calor del momento anoche, el ding que indicaba una nueva misión diaria, le doy un vistazo a ver qué es lo que tengo que hacer ahora.
Consigue mil kilogramos de cobre, hierro, plomo, plata y oro de este mundo.
Enseguida reaccionó y empiezo a buscar en la tienda a ver que me puede servir.
Busco androides mineros, camiones, taladros de minería, geolocalizador de minerales, toda la maquinaria que encuentro y androides para manejarla.
Consigo 50000 unidades de cada androide y les equipo con toda la tecnología y le pongo a buscar y conseguir todos los metales que encuentren de aquí hasta donde puedan llegar.
Quedan unas 7 horas hasta las 12 que terminará la misión diaria, no tengo la obligación de hacerla pero es más divertido.
Todas las chicas y las sacerdotisas piensan que me he vuelto loco, todos mis cuerpos han empezado a sacar androides y maquinaria y estos han empezado a rastrear metales a toda velocidad.
50000 androides han salido corriendo con maquinaria de minería seguidos de 1000 camiones y varios georadares para detectar metales.
Tienen la misión de volver con lo que consigan en 6 horas.
Empiezo a pensar si saqueo la ciudad, les quito las joyas, armas y armaduras a los dos bandos, ¿serviría de algo?
¿Las armas y armaduras de los soldados contará como metales de este mundo?
Como no se me había ocurrido, magneto, consigo la habilidad de manipulación de campos magnéticos y electromagnrticos.
Noto como mi cuerpo y mi cabeza cosquillean.
Ahora puedo sentir los metales a mi alrededor, noto los átomos de los metales en la tierra que me rodea, noto de que están hechas las joyas de la gente de la ciudad tras el muro, noto el cuerpo de los androides, camiones y maquinaria que he soltado para minear, como va a ser ineficiente, los atraigo a todos hasta mi otra vez y los absorvo en la puerta de babilonia.
Voy a empezar por el cobre, que es el primero de la lista, hago que todos los átomos de cobre que están en diez kilómetros de radio desde mi posición, vengan hacia mi, las armaduras de los soldados de la ciudad que tenían cobre se deshacen y todo lo que estaba hecho de cobre se deshace y viene flotando hacia mi, así como el cobre del suelo y los alrededores.
En apenas 20 minutos reúno una esfera de cobre frente a mi de gran tamaño, la guardo en mi inventario y observo los cambios en el desarrollo de la misión.
El cobre está completo, hago lo mismo con el hierro, el plomo, la plata y el oro.
Después de una hora y el asombro de todas las chicas he conseguido completar la misión.
Creo que podría haber creado el caos en la ciudad, si no me equivoco, ahora sus moneda, joyas, armas y armaduras han desaparecido así como todos sus instrumentos de metal, como herramientas, cubiertos, bisagras, candelabros, etc.
Creo que les he devuelto a la edad de piedra.
Las sacerdotisas ahora me miran como a un dios, tres de las sacerdotisas principales, me miran con adoración, y harán cualquier cosa que las pida, la otra me mira con miedo y repugnancia por haberme acostado con las sacerdotisas jóvenes.
Almenos es la más fea en mi punto de vista.
Dejo el campamento y voy volando al monte a ver a los titanes, les veo encerrados en un cubículo encadenados, veo en el radar que hay más de los que se ven, están debajo del suelo.
Saco la cadena de la puerta de babilonia y los empiezo a atravesar uno a uno en el corazón.
Los mató a todos y los absorvo en el inventario, ya reciclare sus armaduras.
También mató a los que están enterrados, sin dejar uno saló vivo.
Ding, misión principal completada.
Recompensa: cupón de lotería x2.
No dejo nada ni siquiera la cárcel o unas cadenas que están preparadas para destruir el monte.
Lo saqueo todo.
El ejército de Hyperion llegará mañana a lo largo de la mañana.
Creo que voy a quitarles también todo lo que tengan de metal.
El rey de la ciudad está asustado, su ciudad está en caos, ha venido a ver nuestras intenciones en una comisión diplomática.
Le despido tras tranquilizarlo, que no le vamos a atacar y que vamos a suprimir al ejército de Hyperion, cuando se marcha, la sacerdotisa principal y el sacerdote, deciden marcharse con el y su grupo, no es que me importe, mejor para mi.
Esta noche invito a todas las sacerdotisas a unirse a mi tienda por la noche, todas aceptan incluso Fedra, que esta encantada de perder por fin lo que cree que es una maldición, sus profecías.
Las dos pervertidas están asustadas, me acerco a ellas para hablar, y cuando me acerco ellas tiemblan por temor a lo que les puede pasar al cobrarme el pacto.
No tenéis que tener miedo, os dije que os montaría por la noche, pero no especifique con que cuerpo.
Ellas se relajan, pero les digo.
"Otra vez que hagáis un trato, debéis conocer todos los detalles de la negociación antes de estar de acuerdo." (yo)
Aunque a ellas les guste y las ponga cachondas el tamaño de pene de un centauro, es diferente aceptar eso dentro de ellas.
Cada raza, al menos en mi mundo, debe acostarse con su propia raza o semilar.
Esta noche soy más gentil con las primeras veces de las sacerdotisas, Fedra y las otras dos sacerdotisas son muy enérgicas y muy activas, como si lo estuvieran conteniendo y deseándolo por mucho tiempo.
A las 12 de la noche en punto, ding misión diaria actualizada.
Corre diez kilómetros, haz cien abdominales, cien flexiones y 100 sentadillas.
Continuo con la noche apasionada con todas las chicas, y me sonrío por dentro pensando en un personaje calvo.
Por la mañana desayunamos tranquilamente y nos preparamos para las tropas del rey Hyperion.
Antes del medio día empiezan a llegar, son un par de miles de soldados, pero no muy adiestrados, sus formaciones y marcha son muy desarganizada.
Aparte de su número, no presentan más amenaza.
Cuando llegan a posicionarse vienen hacia nosotros, con una delegación, con el propio rey Hyperion con una rama de olivo en las manos.
Cuando llegan me saluda en alto.
"Soy el delegado de las negociaciones de paz, vengo de parte del rey Hyperion, ¿con quien tengo el honor de estar hablando?" (Hyperion)
Soy Pedro, el líder de el grupo del gran harén." (yo)
¿Que motivo os trae a ti y a tu gran harén ante el monte tartaro?"(rey H)
" Mi motivo es algo bastante contrario al vuestro en esta tierra rey Hyperion, planeo detener vuestra invasión y que puedas liberar a los titanes." (yo)
"¿Como me has reconocido? , no recuerdo haberte visto anteriormente." (rey H)
"No importa como lo se, sólo rindete y tus hombres, o algunos de ellos podrán vivir mañana." (yo) Le digo mientras saco el arco de Epiro de mi puerta de babilonia directamente en mi mano y creo una flecha al tirar suavemente de la cuerda.
"Tienes el arco, esto va a ser mucho más interesante de lo que pensaba, dámelo y te perdonaré la vida y la de tu grupo, tengo casi cuatro mil hombres armados a mis espaldas, con un gesto mío atacarán a tus apenas 200 mujeres." (rey H)
"Jajaja, aún no te has dado cuenta de tu situación, sin contar con mis casi 200 mujeres, que son capaces de aplastar tu ejército sin sufrir una sola baja, yo solo soy más que suficiente para aplastaros a todos con un simple movimiento."
"Pero que gracia tendría hacer eso, es más divertido ver como intentas luchar inútilmente y que creas que puedes tener alguna oportunidad de victoria." (yo)
"Tus oportunidades se terminaron cuando yo llegué." (yo)
"Los dioses no son mi oponente y mucho menos un ejercicio de mortales, aunque te dejara vivir y te diera el arco, ya es inútil para ti. Los titanes ya están muertos, los maté antes de que llegaras." (yo)
"Mientes, debo liberar a los titanes, para poder matar a los dioses y vengar a mi mujer y mis hijos." (rey H)
¿Acaso los mataron los dioses, para que debas matarlos para vengarte? ¿Sabes que los dioses tienen una ley entre ellos, que está prohibido intervenir en la vida de los mortales, bajo pena de muerte? (yo)
"Cada persona es dueña de sus actos y nadie puede escapar de su destino, tu debes pagar por las atrocidades que has cometido, lastima que a donde tu vas tú familia no te espera." (yo)
"Dices palabras muy grandes y me amenazas, si tuvieras la mitad del poder que dices, ya me habrías matado. Esta noche violaré a todas tus mujeres frente a ti, luego te torturaré y te mantendré vivo hasta que seas tu quien me pida que te mate." (rey H)
Mientras se gira, me da la espalda y retrocede hasta donde están sus soldados.
Yo también vuelvo.
"Preparaos para la masacre, que no escape ninguno, pero al líder ese con el que acabó de hablar le tengo un destino especial." (yo)
Saco un toro de falaris bastante grande.
Si lo atrapais traerlo aquí." (yo)
Se colocan en posición con las guerreras con lanza y escudo pretoriano al frente y todas las arquetas detrás.
Los soldados enemigos aún no han avanzado nada y el rey Hyperion da la orden de luchar, yo hago lo mismo.
Las arpías despegan y sobrevuelan, su misión es evitar que nadie huye, si alguno intenta huir lo matan con las garras o lo levantan y lo dejan caer a gran altura.
Las centaurides se preparan para cargar al combate cuando sea necesario, pero de momento usan el arco.
Las driades y el resto con arcos empiezan a disparar, los carcaj que les he proporcionado ahora tienen la capacidad de recuperar automáticamente las flechas, las flechas disparadas después de que el carcaj se vacía, desaparecen y aparecen nuevas flechas en él llenándose de nuevo.
Las puntas de las flechas son de adamantita.
Las flechas empiezan a llover sobre los soldados con gran precisión, para cuando quieren empezar a llegar, las chicas han disparado cerca de 15 veces de media, y han matado a cerca del millar de soldados.
Las centaurides guardan los arcos, cogen sus armas cuerpos a cuerpo y cargan contra los que están llegando de forma totalmente imparable.
Con las armaduras de mithril, es casi imposible que sufran daño y con su ligero peso las armaduras no dificultan el movimiento.
Con gran impulso de sus fuertes patas y fuerza del cuerpo mejorado pasan a través de los desordenados soldados como una guadaña cortando en un campo de trigo.
Las arquetas siguen disparando de forma ininterrumpida y el muro de escudos se mantiene estable y empieza a avanzar empalando en sus lanzas a cualquier enemigo que choque o se acerque a los escudos.
Es una masacre unilateral, es una escena muy sangrienta, mis cuerpos se han quedado en la retaguardia, consolando a las sacerdotisas que se asustan un poco por la sangrienta escena, las tranquilizo y las animo diciendo que todas las chicas van a estar bien y que pronto pasará la batalla.
Con el avance de las guerreras del muro de escudos y la lluvia incesante de flechas a los soldados desorganizados que escapan de la brutal carga de las centaurides que, aunque están rodeadas siguen matando a cada lado como picadoras de enemigos. Los enemigos empiezan a perder su impulso por su mayoría aplastante.
Para dar un último golpe demoledor a su valor, extraigo el metal que forman sus armas y armaduras, dejándolos indefensos y asustados.
Una de las centaurides Erianthe, me trae arrastrando por el suelo el cuerpo inconsciente del rey Hyperion y lo deja enfrente de mi tirado en el suelo.
"Este es el humano que no paraba de gritar al resto, creo que es el que querías que traigamos vivo, creo que aún respira." (Erianthe)
"Nos ha estado gritando algo de que nuestra madre era una mujer que fue violada por un caballo loco, después le dimos un golpe en la cabeza para que se callara." (Erianthe)
Buen trabajo Erianthe, te lo recompensaré, piensa en algo que quieras y cuando volvamos a casa te concederé lo que me pidas, a condición de no perjudicar a ninguna de cualquiera de tus hermanas." (yo)
"Gracias mi señor, no merezco semejante honor." (Erianthe)
"Insisto." (yo)
"Gracias señor, pensaré en qué pedirle cuando estemos de vuelta en casa, ahora me despido, mis hermanas siguen luchando."
Tras despedirse me deja atrás con el cuerpo inconsciente del rey.
"No tiene gracia si no eres consciente de tu situación." (yo)
Le dejo solo con la ropa interior mugriento que lleva y le dejo tirado en el suelo hasta que termine la batalla o se despierte.
Habiendo perdido las armas y armaduras, todos los que aún están vivos del ejército empuezan a huir, sin mucho éxito.
Las arpías también se han unido a la masacre.
Han pasado dos horas desde el inicio de la matanza, y ya no queda más que cuerpos del enemigo, no hay complicacionescon las chicas, las armaduras, armas, la formación recibida y las mejoras del cuerpo las han hecho muy fuertes y eficientes en la guerra.
Hago limpieza del campo, pruebo a reciclar todos los cuerpos y lo que queda de sus pertenencias, para mí sorpresa, el producto que consigo por los cuerpos es fertilizante para plantas.
Como me resulta asqueroso y no quiero llevarlo a mi mundo, no quiero contaminar mi mundo con fertilizante hecho a base de cuerpos humanos.
Lo uso en el campo para fertilizar esta zona y que al menos sea útil para este mundo.
Hago limpieza sobre las chicas que están sudorosas y cubiertas de sangre.
También hago curación en área para pequeños cortes y contusiones que haya habido.
Ahora a completar mi última misión antes de reclamar la recompensa en el olimpo.
Despierto a Hyperion coon agua y unas bofetadas, ahora mojado y de mal humor me mira.
"Jajajaja no tenía ninguna posibilidad desde el principio." (rey H)
"No tan rápido como deseas." (yo)
Le agarró por el cuello, le arrastró hasta la gran figura del toro de metal.
El mira horrorizado al animal de metal, sabe lo que es, ya que lo emplea con mucha frecuencia para torturar y matar a la gente que captura.
Abro el toro de falaris y le pongo en la cabeza, cubriendo la boca el bozal con el tubo que hace sonar al toro.
El se intenta soltar y escapar resistiendo se, aunque es inútil su resistencia frente a mi.
Después le meto dentro del toro por la fuerza y le encadenó para que no pueda soltarse ni quitarse el bozal.
Después cierro el toro y lo aseguro para que no se abra.
"Chicas, acompañar a las sacerdotisas al pie del monte tartaro y montar el campamento, prefiero que no veáis y que no vean lo que va a pasar aquí." (yo)
Las chicas una a una se retiran a montar el campamento, ya que saben que es lo que va a pasar.
Mientras el toro de metal produce sonidos, parecen mujidos de toro real, son los gritos del rey, que a través de varios conductos de metal, salen por la boca del animal de metal.
Monto una hoguera, con madera de la tienda y la enciendo.
El fuego no es demasiado fuerte, pero lo suficiente amplio para cubrir todo el estómago del toro.
Pronto empieza a salir humos de la nariz del toro y los ruidos que produce son más altos y pronunciados.
"Saluda a Hades de mi parte" (yo)
No voy a quedarme mirando, me voy a descansar con mis chicas al campamento, tras asegurarme que hay bastante madera para un par de horas ardiendo.
Después de una hora y media descansando y ralajandonos en el campamento, escucho el esperado ding, que me avisa que el rey ha muerto y he cumplido con la misión principal que me quedaba.
Misión principal completa.
Recompensa: cupón de lotería x2.
Ya tengo seis cupones, con tres más, haré el sorteo de lotería, a ver con que me sorprende.
"Chicas voy un momento a buscar a vuestra otra futura hermana, no tardaremos mucho en volver." (yo)
Desaparezco con uno de mis cuerpos, el que había anunciado que se marchaba y el resto sigue descansando cómoda y felizmente en el campamento con las chicas.
Aparezco en medio del olimpo y asusto a los dioses, aunque ya sabían que vendría.
"Ya cumplí mi parte del acuerdo, vengo a reclamar lo que me pertenece." (yo)
Atenea ya ha descubierto en este tiempo, que ella era el precio del trato, y asume su responsabilidad y viene hacia mi para que la lleve conmigo.
Zeus después de ver esto me dice.
"No te atrevas a hacerla sufrir, y cuidala como dijiste que harías." (Zeus)
Asiento hacia zeus y lanzó mi habilidad predilecta.
Esclavizar
Después nos transporto de vuelta al campamento.
Cómo no lo había hecho, lanzó esclavizar en todas las sacerdotisas.
Ahora con todo terminado recojo todo el campamento y a todas las chicas y nos transporto a casa, mi mundo.