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Chapter 10 - Capítulo 10

Termino de desayunar y me acerco a Minerva que está muy nerviosa.

"¿Te apetece salir a visitar algún mundo diferente?" (yo)

"Claro, ¿a donde vamos?" (Minerva)

"Vamos a ver una guerra famosa, que según dice la leyenda, es por culpa de la belleza de una mujer." (yo)

Llamo también a Oritia y a Antianira, les pregunto si están interesadas en venir y me dicen que si, y me preguntan por cuando partimos.

Creo 3 anillos con la habilidad de rastreo y traducción inmediata. Se los entrego y les digo.

"Estos son para vosotras, si en algún momento nos separamos, podéis usarlos para encontrarme y encontraros entre vosotras. Además con el puesto no tendréis ningún problema con el idioma de cualquier sitio al que vayamos." (yo)

Las miro de arriba a abajo y veo que solo tienen ropas normales. Miro a Minerva y busco en la tienda sus cosas.

Las consigo, haciéndolas aparecer de repente en mis manos y se las doy a excepción de la lechuza.

Oritia y Antianira me miran con asombro y después de unos segundos me dicen los equipos que desean. Consigo los equipos y al igual que los de Minerva los hago aparecer en mi mano y se los doy.

"En 15 minutos os espero en la puerta." (yo)

Se van muy contentas a cambiar la ropa.

Llamo a Lucilla y le digo que informe a Beki cuando se despierte, que he salido y que descanse.

En 10 minutos las tres están vestidas para la batalla. Veo que llevan puesto los anillos en el dedo anular.

Con un pensamiento los cuatro desaparecemos y acto seguido, aparecemos en una playa inmensa. Al frente, a la vista, tenemos una enorme flota de barcos en el mar y detrás nuestra, una ciudad con una enorme muralla.

"Creo que la batalla comenzará en una hora más o menos. Vamos al templo de allí al fondo a ver que encontramos." (yo)

Vamos dando un paseo por la playa hasta el templo, que resulta ser de Apolo. Nos acercamos y unos guardias nos atacan. Una barrera hace que sus ataque sean inutiles, pero aun asi les doy una advertencia.

"Si queréis conservar la vida, os recomiendo volver a toda prisa a la ciudad. En menos de diez minutos van a llegar a la playa los primeros griegos y van a arrasar con todo y asaltar el templo." (yo)

No me escuchan y me atacan. Les doy unos golpes con la mano en la cabeza y los dejo tumbados en el suelo con dolores y desorientados.

Entro en el templo y los sacerdotes me empiezan a gritar.

"Este es el templo de Apolo, es un sacrilegio." (sacerdotes)

"Si no queréis morir correr a la ciudad y llevaros a los guardias de la puerta. Tenéis poco tiempo." (yo)

Ellos también ignoran mi consejo y dicen

"No se atreverían a profanar el templo de Apolo, el dios Apolo lo ve todo." (sacerdotes)

"Lo que vosotros digáis, pronto os arrepentiréis." (yo)

Busco a Briseida y a Criseida en el mapa. Briseida y Criseida están en las habitaciones debajo del templo, pues son las hijas de dos de los sacerdotes. Voy a sus posiciones junto con Minerva y las dos semidiosas. Las dos sacerdotisas están muy nerviosas y tratan de escapar.

"Tenéis dos opciones. La primera es seguirme y cuidaré bien de vosotras. La segunda opción es no fiaros de mi, esperar un poco a ser secuestradas y maltratadas por los griegos?" (yo)

Ellas no están convencidas, pero se escuchan ruidos de pelea en las cercanías, los gritos de los guardias, los sacerdotes y muchos ruidos de pasos cada vez más cerca.

"Estamos dispuestas a seguirte, pero por favor protégenos." (Briseida y Criseida)

Esclavizar y capturar. (x2)

Me voy a la puerta, Minerva, Antianira y Oritia abren los ojos y dicen que ya tienen dos hermanas más.

"¿Has venido a ver la guerra o a capturar mujeres?" (Minerva)

"Ambas cosas, una cosa es independiente de la otra." (yo)

Salimos de las habitaciones del templo y vemos que los sacerdotes están muertos. Los griegos encabezados por Aquiles, están luchando contra los troyanos encabezados por Héctor.

Digo en alto para que todos me escuchen.

"Aquellos que nos ataquen a las mujeres que me siguen o a mí, morirán sin importar a que bando representen." (yo)

Me ignoran y siguen luchando, pero no me importa, yo ya les he avisado.

En un par de minutos están todos los troyanos muertos menos Héctor.

Héctor y Aquiles son los que están más cerca se acercan a mi y de las chicas.

Viendo que no estoy con los griegos, Héctor me pregunta.

"¿Quién eres y qué haces aquí?, ¿por que motivo sales del templo de Apolo?" (Héctor)

"Mi nombre es Pedro, estas son mis mujeres, estamos aquí de turismo y estábamos en el templo, salvando a dos jóvenes doncellas, que residían en el interior. No vamos a influir directamente en la guerra pero no mostraré misericordia por nadie que me ofenda a mi o a mis mujeres. Ni siquiera un príncipe de Troya o un semidiós griego." (yo)

Los dos se quedan asombrados con mis palabras y sus significados. Ambos retroceden y nos dejan salir

Héctor por algún motivo desconocido también puede salir, aún estando solo y rodeado.

"Nos volveremos a ver Aquiles. Yo de ti tendría cuidado con los pies y me pondría unas botas robustas en los talones." (yo)

Los cuatro nos dirigimos a la ciudad ignorando a los griegos que están terminando de desembarcar. Héctor se nos une en el camino a la ciudad.

"¿Quiénes sois y cuál es vuestro propósito en Troya?" (Héctor)

"No me gusta repetir lo mismo varias veces, esta vez será la última. Soy Pedro, estas hermosas damas que me acompañan son Minerva, Oritia y Antianira, mis mujeres. Somos viajeros en tu mundo, que hemos venido a ver la ciudad, la guerra y como recuerdo de nuestra estancia aquí, llevarme algún que otro souvenir." (yo)

Las chicas se sonríen cuando escuchan lo que digo souvenirs de recuerdo. Héctor frunce el ceño y no dice nada, pero cuando digo viajero en su mundo, tiene un mal presagio.

Llegamos a las puertas de la ciudad y los soldados nos detienen. Reconocen a Héctor y le preguntan por nosotros con las armas apuntando hacia mi.

"Te lo advierto, si intentas jugar conmigo y se me arruina la visita a tu ciudad, no me importará terminar la guerra antes de tiempo con un trágico final." (yo)

"Bien, seguidme, os llevaré a mi padre y el decidirá que hacer. (Héctor)

"Chicas os voy a guardar las armas, luego os las devuelvo, no creo que estos amables guardias estén a gusto si vamos a ver a su rey armados." (yo)

Cojo las lanzas y escudos de Minerva, Oritia y Antianira y los guardo en el interior de mi inventario. Los soldados se sorprenden y me apuntan con sus armas.

"Yo de vosotros guardaría las armas y no me amenazaría." (yo)

Héctor ve que va a haber problemas y manda a los soldados que guarden sus armas.

Héctor nos escolta sin más problemas a la presencia del rey Príamo. Al entrar y ver al rey, su padre se arrodilla y informa de lo ocurrido en la playa y el templo.

El rey y los soldados nos miran, quieren que nos arrodillemos en presencia del rey.

Minerva se ríe y dice.

"No se arrodilla ni en presencia real de los dioses y ¿queréis que se arrodilló ante un rey mortal?, que broma." (Minerva)

El rey se sorprende por las palabras de Minerva y le pregunta por nuestra identidad para decir tan grandes palabras.

"Soy Atenea, diosa de la guerra y la sabiduría, Estas en presencia de un dios y tu un mortal nos pides que nos arrodillemos." (Minerva)

Mientras deja salir poder divino intimidado a todos en el salón. Todos los presentes se arrodillan de inmediato en presencia de Minerva.

Ella asiente y dice.

"No es ante mí ante quien os debéis arrodillar, sino ante mi señor aquí presente." (Minerva)

"Perdonadnos por nuestras ofensas, no sabíamos de vuestra divinidad. Si hay alguna manera de solucionar el malentendido haremos lo que sea para complaceros." (Príamo)

"Levantaros, sólo estamos de visita en este mundo y no queremos interferir en los asuntos de la ciudad. Pero siento curiosidad y me gustaría conocer a la mujer, que dicen que ha causado la guerra por su belleza. También llama a tu familia para que vengan aquí. Quiero conocer a toda la familia real." (yo)

El rey hace llamar a toda su familia y a Helena al salón del trono.

En unos minutos, empiezan a llegar varios hombres y mujeres que se colocan a los lados del rey, con caras de curiosidad por saber quienes somos.

La familia entera se ha reunido y la última en entrar es Helena acompañada de Páris. Estando todos reunidos el rey empieza a hacer las presentaciones.

"Mi esposa Hécuba, mis hijos Héctor, Paris...." (Príamo)

Le corto sus palabras cuando empezaba a contar a todos sus hijos que eran muchos, por lo menos 40 entre los de su mujer y concubinas.

"Estos son tus hijos no me hace falta oír sus nombre, los veo." (yo)

Me acerco a helena y a las mujeres.

"Así que tu eres Helena, la mujer que por su belleza comenzó la guerra." (yo)

"Hmm, creo que si lo soy." (Helena)

"Es un placer conocerte." (yo)

Doy una vuelta alrededor de todas las mujeres en la sala y me acerco otra vez al rey.

"Te propongo un acuerdo. Te voy a dar tres opciones, escucha las tres hasta el final y después piensa y toma una decisión. La primera opción, es que somos unos simples observadores y no actuamos en ningún bando del enfrentamiento y cuando la guerra concluye nos llevamos algún recuerdo." (yo)

Me mira y guarda silencio, esperando las otras opciones.

"La segunda opción, es que cojo aquello que más me guste de tu ciudad y como estoy agradecido, os ayudo en la guerra para que salgáis victoriosos. La tercera opción, ayudo a evacuar a salvo a todos los miembros de tu familia ya cambio me quedo con lo que yo quiera de tu ciudad." (yo)

"¿Qué seria exactamente lo que quieres llevarte de Troya?" (Príamo)

"Aun no lo he decidido, pero sin duda alguna, soy amante de las cosas delicadas y hermosas." (yo)

París intuye que entre esos recuerdos está incluida Helena e intenta convencer a su padre de que no me escuche. Príamo no hace caso a París y le dice que guarde silencio, después me pregunta.

"¿Es cierto eso que dice mi hijo?, ¿quieres llevarte a Helena?" (Príamo)

"¿Si eso fuera así, que harás entonces rey Príamo?" (yo)

"Lucharemos contra ti, aunque seas un dios." (Priamo)

"Ten cuidado con tus siguientes palabras rey de Troya, he decidido llevarme a Helena conmigo y si tratas de impedirlo, es tu elección. Si te atreves hazlo." (yo)

París no pierde un segundo, saca su espada y corre hacia mí. Héctor que es consciente que no soy alguien a quien ofender intenta detenerlo y Príamo también le ordena que se detenga pero es demasiado tarde.

"Habéis elegido mal, ahora asumir las consecuencias de vuestras acciones." (yo)

Intenta golpearme con la espada, pero no me hace ningún daño con mis habilidades y resistencias.

Empiezo a capturar.

Helena. Capturar y esclavizar.

Andrómaca. Capturar y esclavizar.

Cassandra. Capturar y esclavizar.

Poliexa. Capturar y esclavizar.

Laodice. Capturar y esclavizar.

Creusa. Capturar y esclavizar.

Iliona. Capturar y esclavizar.

Capturo a todas las hijas, su mujer, concubinas y a todas las sirvientas del palacio ante la mirada horrorizada de Príamo y sus hijos varones.

"Habéis elegido una mala opción, al intentar atacarme. Pronto tendréis noticias nuestras." (yo)

Me teletransporto con las chicas a la playa, a la tienda de Aquiles. Le sorprendo mientras está ocupado con su amigo Patroclo.

"Lamento mucho la interrupción." (yo)

Las tres mujeres y yo salimos de la tienda y esperamos fuera.

Los soldados griegos se están reuniendo a nuestro alrededor y tienen pensamientos sobre mis chicas. Si alguno se atreve a acercarse a mis chicas será lo último que haga.

A los diez minutos sale de la tienda Aquiles y ya hay una multitud rodeando a nuestro grupo. El rey Menelao ha venido a ver que sucede también.

"He venido a traerte un regalo Aquiles." (yo)

Le entrego unas botas militares reforzadas en la punta y los talones con adamantita.

"Esto te salvará la vida, ya tendrás tiempo de agradecerme." (yo)

El rey Menelao se acerca e intenta agarrar a Minerva y le sujeto el brazo.

"Si la tocas será lo último que hagas, me da igual que seas un rey." (yo)

El rey se enfada y manda a los soldados atacarnos.

"No matéis a las mujeres, esta noche dormirán en mi tienda." (Menelao)

Bang.

Le disparo en la cabeza con una pistola sacada de la tienda, su cuerpo gordo cae inerte al suelo, sus sesos están esparcidos y los soldados asustados.

Me despido de Aquiles y desaparecemos de allí. Volvemos mi mundo.

"Muchas gracias Minerva, Oritia, Antianira, espero que no tengáis un mal recuerdo de este viaje, ya habrá otras ocasiones." (yo)

Voy a la cabaña, busco a Beki y le doy un beso en los labios.

"Ya estoy en casa." (yo)