-Me estás colmando la paciencia, viejo.
-Es mi hija. Si te vuelves a acercar a ella ni siquiera imaginarás lo que te haré.
-Sé lo que harás mucho antes de que lo hayas pensado - le guiño un ojo siguiendo con mi postura tranquila.
Bruce niega con la cabeza y me fulmina con la mirada. Puede que él sea un hombre con dinero y peligroso. Pero él no me conoce, no sabe que los hombres que supuestamente ahora tenían que estar reventando mi hogar, están muriendo con disparos en la cabeza.
-Cuando tu estás pensando en dar recién el primer paso, yo ya di diez. Tu hija y yo nos queremos y tanto yo como ella, lucharemos.
Sonríe como si lo que dije fuera gracioso.
-Eres hombre muerto, Jack.
-No lo creo. No quiero tener que matarte, Bruce. No me busques porque siempre me encontraras y te las estoy contando. Si estás vivo es solo porque no he dado la orden para que te maten. Deja a Blake en paz. Ella es mi novia.
-Ya no lo será más - asegura con confianza.
-El día en que no estemos juntos, tu estarás dos metros bajo tierra.
En ese momento, un auto llega y de ahí se baja un hombre de Bruce con un arma. En el instante, al hombre le apunta un láser justo en el corazón. Un movimiento y muere. Bruce se vuelve a mirarme enojado y yo alzo las cejas sonriendole.
-Ve con cuidado - me alejo de el viejo fastidioso y camino hacia mi auto.
Mi hobbie no es matar ni mucho menos, pero cuando un perro se mete en la jaula de los leones, hay que defender. En este caso, mi querido suegro ha hecho lo imposible por separarme de su hija Blake. Solo por ser el padre de Blake no le mando un tiro en la cabeza de una, pero no soy de quedarme de brazos cruzados y si el viejo sigue fastidiando, tarde o temprano tendrá que morir.